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"Un libro abierto es un cerebro que habla; cerrado un amigo que espera; olvidado, un alma que perdona; destruido, un corazón que llora." Proverbio hindú

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En este blog encontraréis reseñas, relatos, además de otras secciones de opinión, crítica, entrevistas, cine, artículos... Espero que os guste al igual de todo lo que vaya subiendo.

viernes, 27 de octubre de 2017

RESEÑA: La acusación. Cuentos prohibidos de Corea del Norte

LA ACUSACIÓN
CUENTOS PROHIBIDOS DE COREA DEL NORTE

Título: La acusación. Cuentos prohibidos de Corea del Norte.

Autor: Bandi, que en coreano significa "luciérnaga", es el pseudónimo de un autor que todavía vive en Corea del Norte. Por su propia seguridad, se sabe muy poco de él; en uno de los pocos textos en los que habla de sí mismo se ha descrito como "un autómata, un humano sometido al yugo". Consiguió que un manuscrito con algunos de sus escritos fuera sacado de Corea del Norte gracias a la mediación de un familiar; los cuentos incluidos en este manuscrito fueron publicados por primera vez en 2014 en Seúl bajo el título de La acusación. (Fuente: Libros del Asteroide).

Editorial: Libros del Asteroide.

Idioma: coreano.

Traductor: Héctor Bofill y Hye Young Yu.

Sinopsis: en el año 2013 un escritor norcoreano - que se oculta bajo el seudónimo de Bandi y del que poco se sabe - consiguió sacar fuera de su país un manuscrito que contenía unos cuentos que había escondido durante años. Poco después se publicaría en Seúl un libro con estos relatos, La acusación, un contundente retrato de la vida cotidiana en Corea del Norte. En ellos, un héroe de guerra y ferviente comunista planta un olmo en el jardín de su hogar para conmemorar el triunfo de la revolución. Un niño en Pyongyang llora ante el retrato de Karl Marx creyendo que es Obi, un monstruo de la mitología coreana. Una esposa intenta alimentar a su marido durante los años más duros de la hambruna de finales de los años ochenta. Un hombre trata de viajar a su pueblo natal para despedirse de su madre moribunda. Y una mujer en una situación peligrosa se encuentra con el mismísimo Gran Líder. (Fuente. Libros del Asteroide).

Su lectura me ha parecido: intensa, agobiante, tremenda, admirable, perversa, bastante representativa, muy importante...Como todos bien sabréis, nos encontramos en fechas próximas a la festividad de Halloween y al día de todos los santos. Una semana en la que los supermercados hacen el agosto vendiendo disfraces y en la que muchas familias se organizan para visitar en el cementerio a los que ya no están. Unos días en los que temas como la superstición, el poder arrollador de la globalización o el miedo copan algunos artículos de opinión en muchos tabloides. Y de entre todos es éste último, el del miedo, el que más abunda. Siempre asociado a una concepción romántica en su origen y que inevitablemente ha acabado por sucumbir al más burdo estereotipo. Si escribimos la palabra "miedo" en Google, y pinchamos en la sección de imágenes, descubrimos como este se ve representado por fotografías de mujeres en su mayoría mostrando autenticas caras de horror, el fotograma más famoso de El sexto sentido, el caracterizado rostro de Linda Blair en El exorcista, varios fantasmas, sombras tenebrosas tratando de atrapar a alguien, dibujos de la muerte portando la guadaña, bosques oscuros y algún que otro payaso diabólico. Pero, a veces nos olvidamos que el miedo, el auténtico, el de verdad, es real, más real y cotidiano de lo que podamos imaginar. El libro que hoy tengo el inmenso placer de presentar no hay ni zombis ni castillos embrujados, hay realidad, mérito y una labor editorial impagable, que aunque expresada a través del filtro de la ficción, es muy probable que estas y otras historias ocurrieron y siguen ocurriendo de verdad al otro lado del planeta. La acusación. Cuentos prohibidos de Corea del Norte: el horror de la cotidianeidad.


La historia de como este libro llegó a mis manos y a mi vida tiene su origen en la ignorancia más absoluta. En relación a la situación en la lejana Corea del Norte lo cierto es que no sentí prácticamente interés alguno hasta hace unos pocos años. Esto no quiere decir que desconociese por completo lo que allí pasaba, simplemente no le prestaba la atención que merecía. Por aquel entonces, encontrándome estudiando la carrera, estaba más pendiente de otros temas más interesantes para mi en ese momento que en las causas que tuvo el auge del comunismo en otros países asiáticos. Es más, la Guerra de Corea, germen de las actuales Corea del Norte y Corea del Sur, los profesores la pasaron de puntillas en las clases. Seguramente pensando que éste era un tema menor en comparación con otros más importantes y trascendentales. Mi despreocupación sobre el tema siguió así hasta que un documental despertó mi interés adormecido con una sonora bofetada. Aunque este tuviese una clara intención crítica y sensacionalista, lo cierto es que logró horrorizarme. No podía entender como existía un país tan similar a las novelas distópicas que tanto me gustan, en donde se adorase fervientemente a un líder y en el que las libertades estuviesen tan restringidas. Se que suena un tanto estúpido lo último que he escrito, pero fue eso exactamente lo que sentí. Desde entonces y hasta ahora, mi interés sobre este tema cambió por completo, considerándolo algo tremendamente importante no sólo en cuestiones de política internacional, también en relación con cuestiones más sociales y culturales. Fue en los últimos meses, coincidiendo con las temerarias acciones de Corea del Norte volvían a estar en el punto de mira del mundo entero, cuando me topé por casualidad con una noticia que aún a día de hoy sigue sorprendiéndome. Libros del Asteroide iba a publicar un volumen de relatos procedentes de un autor de Corea del Norte. La expresión de mi rostro lo dijo todo en ese momento y tuve que pellizcarme para darme cuenta de que aquella noticia era real. Desde entonces y hasta que pude hacerme con un ejemplar, estuve recabando información sobre el libro, los temas y por supuesto de su autor, quien se esconde bajo el seudónimo de "Bandi", literalmente luciérnaga en coreano. Tras haberme adentrado en sus páginas y una vez asumido todo lo que había leído, llegué a la conclusión de que, entre otras cosas, el autor, sea quien sea, no podía haber elegido mejor seudónimo.


Centrándonos en la crítica propiamente dicha, comenzaremos apuntando que La acusación presenta una estructura muy marcada y cuidadosamente ordenada. En todo libro de cuentos que se precie existe una especie de orden lógico que el autor establece en función de sus propios intereses personales. Sin embargo, lo que ocurre con este libro es que la sucesión de cuentos da igual, pues, todos responden a una estructura de extensión y estilo muy similar. Si bien es cierto que el primer y el último cuento son determinantes para atrapar al lector, el primero para dar un toque de atención y el que cierra el libro con la pretensión de asestar una durísima patada en el estómago de los lectores, pero el resto, esa amalgama de relatos imprescindibles podrían haberse colocado en otro orden que hubiese dado igual. El objetivo ya se cumple con creces. La acusación, por otro lado, no se entiende sin la historia que hay detrás, tan bien narrada en el breve prólogo que acompaña esta edición. Personalmente yo era una persona que antes no leía los prólogos de ningún libro, pero tras haber pasado cuatro años más uno estudiando Historia , una acaba por prestar la misma atención a todo. En el caso de este libro, el prólogo es de obligada lectura, nadie debe privarse de la historia de como este volumen de relatos acaba saliendo clandestinamente de Corea del Norte y como éste acaba llegando a los despachos de las editoriales, en especial a Libros del Asteroide, que es quien lo ha publicado y traducido por primera vez en España. No quiero haceros ningún spoiler pues lo que pretendo es que tras leer esta reseña corráis a compraros un ejemplar, pero si que os diré que la odisea fue tremenda y que ésta justifica de pleno que hoy estemos hablando de este libro y no de otro. Seguidamente, en lo que respecta a los relatos, diremos que La acusación se compone de siente relatos de una temática y un estilo muy similar entre si. En todos ellos se presentan situaciones donde domina la cotidianeidad, las acciones más rutinarias de la vida, el día a día al fin y al cabo. Pero también en ellos predomina la tensión, la fractura social, el sometimiento, la sumisión producidos por la abrumadora presencia del poder en todos los ámbitos. Y si algo sobrevuela sobre todos ellos es la representación de una forma de terror muy concreta, que tiene que ver directamente con esa cotidianeidad insoportable. Esa carga de denuncia social permite al lector no sólo posicionarse frente a la cuestión norcoreana, sino descubrir  ciertos aspectos desconocidos de la historia más reciente del país asiático. En mi caso, me sorprendió bastante conocer a través de uno de sus relatos más impactantes el contexto de la hambruna que padeció el país a finales de los años 80, o ser consciente de esa particular política de "memoria histórica" que llevan años llevando a cabo. También es importante comentar que La acusación se inicia con una advertencia, en la que Bandi pone en situación al lector, avisándole de lo que está a punto de presenciar. Y también, como no podía ser de otra forma, finaliza con unos versos dirigidos directamente al lector, implorando casi que estos relatos sean leídos. Esta estructura fácilmente nos puede llevar a pensar que existe un motivo político detrás que va más allá de lo convencional y que nos retrotrae a otras épocas del pasado que hoy muchos no quieren recordar. Por último, si hay algo que me ha chirriado de su lectura ha sido el carácter monótono y repetitivo de su estilo. Sin embargo, cuando aprecias el valor de este libro, esas pequeñas pegas estilísticas resultan nimiedades.


Nadie puede negar que el lector se encuentra ante un libro importante y que éste adquiere un protagonismo notorio que destaca por encima de todo lo que actualmente se publica. Y por eso, desde este espacio siento la necesidad de hacer justicia a su esencia, a la valentía que este destila, ofreciendo una pertinente reflexión al respecto. Como muchos bien sabréis, en Corea del Norte existe un gobierno comunista con un fuerte componente totalitario que en pleno siglo XXI no deja de resultar peligroso y hasta anacrónico según quien opine. En dicho régimen represor y de liderazgo hereditario, como en los que ha habido a lo largo de la historia, existe un fuerte culto a la personalidad del gobernante. Tanto Kim Jong-un como sus antecesores, su padre Kim Jong-il y su abuelo Kim Il-sung fueron adorados por su pueblo como si fueran autenticas divinidades. Esto, como muchos imaginareis, se logra a base de un constante y machacón mensaje de manipulación social, al que muchos se adhieren, o bien porque de verdad se creen la versión oficial y la historia que muy hábilmente se ha tejido entorno a esta familia o bien porque no les queda más remedio, porque quieren sobrevivir. La razón entonces es adulterada y puesta al servicio de un poder que abusa de él constantemente al someter a la sociedad a esa permanente adoración de estatuas, símbolos y objetos de poder que cada dos por tres enseñan con orgullo en los desfiles militares tantas veces retrasmitidos en la televisión. Pues bien, una vez sabemos todo esto y una vez horrorizados, cabe hacernos la siguiente pregunta: ¿acaso no existía este problema antes? ¿acaso es algo nuevo? ¿Cómo es posible que hasta hace unos meses nadie prestase atención a lo que en Corea del Norte sucedía? La respuesta es muy fácil, ahora tienen poder, antes no. Ahora poseen armamento, o lo que es lo mismo, un elemento con el que chantajear a las potencias más boyantes del resto del mundo. Antes simplemente no pasaba nada, y por lo tanto, no suponía una amenaza directa para los intereses del mundo occidental. Pero una cosa está clara: las torturas, el miedo, la sinrazón, el temor, la censura o la falta de libertades estaban ahí desde que se configuró el país como tal. Y lo peor de todo es que cada vez fueron a más. ¿No es esto suficiente motivo para, como ciudadanos, avergonzarnos de nuestra consentida e impuesta ignorancia? Todo el mundo sabía que se cometían violaciones a los derechos humanos en Corea del Norte, pero nadie hizo nada. Sólo ahora, en los últimos meses, gracias al conflicto que enfrenta a EEUU con Corea del Norte por el lanzamiento de una serie de misiles por parte de éste último, el mundo ha querido saber más cosas sobre el país asiático, y la respuesta ha sido la más escalofriante de todas. Con esto quiero poner de relieve dos cosas, en primer lugar, la hipocresía tan típica de nuestra sociedad, y en segundo lugar la reivindicación de libros como La acusación. Ni os imagináis lo que supone tener al alcance de todos los públicos un libro de estas características, tan necesario como ilustrativo. Desde sus entrañas, su autor nos ilumina una  Corea del Norte oprimida, en la que existen muchas sensibilidades a pesar de todo y para la que puede haber un futuro mejor si se escucha su clamor. La acusación: una historia de temor, manipulación, sometimiento, falta de libertades, supervivencia, solidaridad, identidades reprimidas...Un privilegio para todas las generaciones, las de hoy y las del mañana.

Frases o párrafos favoritos:

"Mis historias
son áridas como un desierto
rudas como una pradera salvaje
dañadas como un inválido
toscas como utillajes de piedra.
Lector, ¡te ruego que leas mis palabras!

Película/Canción: a falta de lo primero, os adjunto la pieza clásica que me ha acompañado durante la redacción de esta reseña. Hasta lo que parece bello tiene su lado oscuro.


¡Un saludo y a seguir leyendo!

Cortesía de Libros del Asteroide

2 comentarios:

  1. De nuevo me descubres libro y me trasladas a un país del que nunca he leído nada. Un libro duro, pero imprescindible por lo que cuentas. Apuntadísimo.
    Besotes!!!

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  2. buff. Menudo libro nos traes hoy. Sin palabras me he quedado, la verdad y es que es dificil encontrar las palabras adecuadas para hablar de algo tan horroroso como lo que ocurre a corea del norte y con corea del norte. Sin duda lo que allí pasa roza la locura, pues mientras los norcoreanos mueren de hambre, su gobierno, comunista solo en el nombre, invierte cientos de millones de dolares en investigación armamentistica, por no hablar de la glotoneria de su lider, quien solo en coñac gasta la friolera de 20 millones de dolares al año.
    una reseña excelente.

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