EL VAGABUNDO DE LAS ESTRELLAS
Título: El Vagabundo de las Estrellas.
Autor: Jack London (1876-1916) fue un escritor, ensayista y periodista estadounidense. En su corta vida fue terrateniente, dueño de un rancho, socialista por convicción, apasionado por el boxeo y acusado en innumerables ocasiones de plagio por parte de sus compañeros de profesión. Como periodista, cubrió muchos de los hitos en la historia de los Estados Unidos de principios de siglo XX, como escritor, dejó a la literatura universal un legado imprescindible. Títulos como Colmillo Blanco, La llamada de la Selva, El Lobo de Mar, Talón de Hierro o El Vagabundo de las Estrellas se han convertido en relatos totalmente imprescindibles.
Editorial: Alianza Editorial.
Idioma: inglés.
Traductor: Mari Luz Ponce Hernández.
Sinopsis: novela publicada en 1915, El Vagabundo de las Estrellas deja entrever dentro de la obra de Jack London un cambio que su prematura muerte dejó en suspenso. La apuesta por la integridad moral del individuo frente a la moral convencional de la sociedad que impregna todas sus creaciones, deja espacio aquí a una nueva posibilidad para integrar este conflicto. Convicto de asesinato en la cárcel de San Quintín, Darrell Standing se ve sometido al castigo adicional de verse inmovilizado en una terrible camisa de fuerza. El tormento físico dará en su caso el acceso a otro plano de existencia en el cual puede recorrer sus vidas pasadas: "Únicamente la carne muere y se trasforma (...) el espíritu perdura y continúa construyéndose sobre si mismo a través de encarnaciones infinitas y sucesivas en su eterno ascenso a la luz".
Su lectura me ha parecido: severa, crítica, metafórica, absoluta, envolvente, psicológica, ilustrativa, social, fantástica, profunda, teméndamente profunda...En este mundo, dominado por las modas y la abrumadora influencia que ésta puede llegar a tener, hay un intenso debate sobre lo que se puede considerar o no Literatura. No sólo me estoy refiriendo a las discusiones que unos intelectuales entrados en años y en experiencia puedan tener en el ámbito académico de puertas para dentro. También, aunque no lo apreciemos o no nos demos cuenta, cualquier lector voraz elabora a su propio juicio lo que es bueno de lo que no, lo que es sublime de lo que es una simple novela de disfrute pero no de aprendizaje y sustanciosa en su lenguaje o en su trama. La experiencia, una vez más, gana la batalla en este sentido. Para una serviodora, puestos a opinar una vez más, la literatura, la buena literatura, es aquella que te hace pensar, cuestionarte planteamientos asentados en la sociedad, experimentar sentimientos, vivir emociones, que sea capaz de trasladarte a ese contexto o atmósfera determinada. En definitiva, Literatura en mayúsculas es la que te hace vibrar y cuyos valores no pasan nunca de moda. Por todo ello, y haciendo honor a la palabra, me siento orgullosa de calificar la novela que hoy reseñaremos de autentica y verdadera Literatura. El Vagabundo de las Estrellas: la introspección sutil y absoluta.
En este último párrafo, en el que a una servidora le complace plasmar las numerosas reflexiones que una lectura en cuestión le ha suscitado, y tratándose de El Vagabundo de las Estrellas, obra compleja como las haya, me gustaría abordar un tema bastante clásico en opiniones y pareceres y que, como es lógico, a lo largo de los siglos y siglos de la Literatura Universal se ha visto plasmado en más de una obra. En esta ocasión, lectores y lectoras, me gustaría hablar de la reclusión, un tema como ya he dicho muy machacado pero que considero necesario para entablar una especie discusión al respecto. Mientras leía El Vagabundo de las Estrellas, era inevitable no acordarse de novelas como por ejemplo Último día de un condenado a Muerte de Víctor Hugo o El Extranjero de Albert Camus, sin embargo, lo que Jack London imprime y que diferencia ligeramente de las otras es esa capacidad de introspección, esa habilidad para que Darrell Standing pueda trasportarse mentalmente a otros universos paralelos, a otras épocas históricas en las que da vida a numerosos personajes, tales como por ejemplo la vida de un conde Francés durante el Renacimiento o la de un naufrago del siglo XIX. Tal es su realidad y veracidad, que no sólo el lector, también el propio Standing parece tocar dichos paisajes con las yemas de los dedos. Estos viajes a tiempos remotos, o en ocasiones incluso imaginados no son producto de ninguna paranoia, al contrario, se presentan como mecanismo de autodefensa ante situaciones tan terribles como en el caso de El Vagabundo de las Estrellas, encontrarte atado a una camisa de fuerza sufriendo la tortura propia de una cárcel de principios de siglo XX. En este sentido, para encontrar el por qué de estos viajes de abstracción, tendríamos que adentrarnos en el terreno de la psicología, no obstante, no es arriesgado afirmar que todos y cada uno de nosotros se ha protegido viajando a lugares de ensueño o simplemente, se ha dejado llevar sin presión alguna a donde querríamos haber estado, la época que nos hubiese gustado vivir o el momento que deseamos rememorar. Eso no es estar loco, amigos y amigas, a eso se le llama ejercitar la imaginación y las emociones. El Vagabundo de las Estrellas: una historia de reclusión, tortura, psicología, abismo, soledad, belleza, metáfora, viajes mentales... el último Jack London en todo su esplendor.
Frases o párrafos favoritos:
"El hombre es un ser incomprensible, siempre insaciable, siempre satisfecho, nunca en paz con Dios ni consigo mismo, sumido en permanente desazón y agotado por los años de inútiles esfuerzos.
Película/Canción: en el año 2005 se estrenó la película The Jacket, inspirada en El Vagabundo de las Estrellas y con las interpretaciones de Adrien Brody y Keira Knightley. No obstante tanto la recepción como la crítica a la misma no fueron del todo favorables, por lo que estamos a la espera de que se produzca una adaptación mucho más lograda.
¡Un saludo y a seguir leyendo Literatura!
Cortesía de Alianza Editorial (Grupo Anaya)
Su lectura me ha parecido: severa, crítica, metafórica, absoluta, envolvente, psicológica, ilustrativa, social, fantástica, profunda, teméndamente profunda...En este mundo, dominado por las modas y la abrumadora influencia que ésta puede llegar a tener, hay un intenso debate sobre lo que se puede considerar o no Literatura. No sólo me estoy refiriendo a las discusiones que unos intelectuales entrados en años y en experiencia puedan tener en el ámbito académico de puertas para dentro. También, aunque no lo apreciemos o no nos demos cuenta, cualquier lector voraz elabora a su propio juicio lo que es bueno de lo que no, lo que es sublime de lo que es una simple novela de disfrute pero no de aprendizaje y sustanciosa en su lenguaje o en su trama. La experiencia, una vez más, gana la batalla en este sentido. Para una serviodora, puestos a opinar una vez más, la literatura, la buena literatura, es aquella que te hace pensar, cuestionarte planteamientos asentados en la sociedad, experimentar sentimientos, vivir emociones, que sea capaz de trasladarte a ese contexto o atmósfera determinada. En definitiva, Literatura en mayúsculas es la que te hace vibrar y cuyos valores no pasan nunca de moda. Por todo ello, y haciendo honor a la palabra, me siento orgullosa de calificar la novela que hoy reseñaremos de autentica y verdadera Literatura. El Vagabundo de las Estrellas: la introspección sutil y absoluta.
La historia de cómo El Vagabundo de las Estrellas se acabó ganando un lugar privilegiado en mi estantería, justo entre Bodas de Sangre y el último de Camilla Läckberg, es bien sencilla. La verdad es que ésta lectura apareció ante mis ojos casi por casualidad, en una de las tantas visitas a las librerías céntricas de mi ciudad. En esta ocasión, dicho hecho aconteció en una a la que no suelo ir muy a menudo, pero que sin embargo, en alguna que otra ocasión me ha proporcionado bastantes alegrías en las lecturas escogidas. Sucedió sin más, sin buscarlo, sin preverlo. Un título del que una servidora no había escuchado hablar se presentó ante mis ojos como una auténtica novedad en forma de portada maravillosamente diseñada y bajo el amparo de un autor del que, hasta la fecha, no había leído ninguna de sus creaciones. Había oído hablar de Jack London, eso por supuesto, y creo recordar haber visto una adaptación infantil de Colmillo Blanco cuando era pequeña, sin embargo, El Vagabundo de las Estrellas era un título que jamás había oído y cuya sinopsis me pareció realmente interesante. Cuando comencé a colaborar con el Grupo Anaya no dudé ni un segundo en solicitar dicho ejemplar, el cual llegó a mis manos, junto con otros libros, a la altura de las pasadas navidades si no recuerdo mal. Al principio de iniciar su lectura, me sentí un poco abrumada por la complejidad de la novela, tanto que llegué a decirme a mi misma: "dios mío, en que lío te has metido". Entre el máster y demás cosas mi cabeza no daba para mucho más, y menos para un libro de tal estilo, sin embargo, y haciendo un esfuerzo de voluntad lectora, poco a poco fui leyéndome el libro, sin prisas, tratando de entender bien el contenido, y cuando por fin, acabé de leer la última frase, supe al instante que hubiese sido un tremendo error privarme de la lectura de El Vagabundo de las Estrellas.
En lo que respecta a la crítica propiamente dicha, comenzaré diciendo que El Vagabundo de las Estrellas es definitivamente una lectura para lectores valientes, y no lo digo en broma, de hecho, es una de las novelas más complejas que me he leído. Es tal la introspección, los dilemas, el lenguaje y la trama en la que éstas características se introducen que hace muy difícil que en algunas ocasiones te resulte una trama entretenida, de hecho, para quien no esté acostumbrado a leer mucho, ésta novela puede resultar pesada e incluso aburrida. Si alguno de los que me está escuchando, tras haber leído la reseña, tiene ganas de leer El Vagabundo de las Estrellas, le aconsejaría que hiciese como una servidora hizo en su momento, que lo tomen y que lo lean poco a poco, sin prisa, sólo así no se caerá en la tentación de dejar a un lado una novela cuya lectura merece y mucho la pena. Seguidamente, tenemos que comentar que en El Vagabundo de las Estrellas Jack London, con la maestría que lo ha catapultado al podio de los escritores más recordados de la Literatura Universal, nos describe una atmósfera claustrofóbica plagada de horror, sufrimiento, tortura psicológica, tortura física y de una ausencia prácticamente absoluta de la ética y la moral. Y es más, el autor lo plasma tan bien que el lector no puede evitar encontrarse entre esas cuatro paredes de la celda, compartiendo con el protagonista, Darrell Standing, su padecimiento. Por otro lado, asistimos a algo que sin duda, me ha parecido lo mejor de la novela, como son esos viajes mentales extracorpóreos hacia épocas pasadas, en las que por supuesto, el protagonista nunca ha estado presente. En estas supuestas "vidas pasadas" la belleza de la pluma de London se desparrama a conciencia, envolviendo al lector en un universo que, aunque paralelo e irreal a priori, en el que muchos querríamos estar. De este modo tan original, el autor equilibra el papel de lo desquiciante y lo brutal con lo hermoso y pleno, dejando al lector paciente con un buen sabor de boca. Por último y para finalizar, me gustaría comentar que Jack London murió un año después de la publicación de El Vagabundo de las Estrellas, algo que debería hacernos preguntar ¿Qué Jack London futuro nos habríamos perdido? o mejor aún ¿Que nuevas sorpresas literarias nos tendría preparadas?
En este último párrafo, en el que a una servidora le complace plasmar las numerosas reflexiones que una lectura en cuestión le ha suscitado, y tratándose de El Vagabundo de las Estrellas, obra compleja como las haya, me gustaría abordar un tema bastante clásico en opiniones y pareceres y que, como es lógico, a lo largo de los siglos y siglos de la Literatura Universal se ha visto plasmado en más de una obra. En esta ocasión, lectores y lectoras, me gustaría hablar de la reclusión, un tema como ya he dicho muy machacado pero que considero necesario para entablar una especie discusión al respecto. Mientras leía El Vagabundo de las Estrellas, era inevitable no acordarse de novelas como por ejemplo Último día de un condenado a Muerte de Víctor Hugo o El Extranjero de Albert Camus, sin embargo, lo que Jack London imprime y que diferencia ligeramente de las otras es esa capacidad de introspección, esa habilidad para que Darrell Standing pueda trasportarse mentalmente a otros universos paralelos, a otras épocas históricas en las que da vida a numerosos personajes, tales como por ejemplo la vida de un conde Francés durante el Renacimiento o la de un naufrago del siglo XIX. Tal es su realidad y veracidad, que no sólo el lector, también el propio Standing parece tocar dichos paisajes con las yemas de los dedos. Estos viajes a tiempos remotos, o en ocasiones incluso imaginados no son producto de ninguna paranoia, al contrario, se presentan como mecanismo de autodefensa ante situaciones tan terribles como en el caso de El Vagabundo de las Estrellas, encontrarte atado a una camisa de fuerza sufriendo la tortura propia de una cárcel de principios de siglo XX. En este sentido, para encontrar el por qué de estos viajes de abstracción, tendríamos que adentrarnos en el terreno de la psicología, no obstante, no es arriesgado afirmar que todos y cada uno de nosotros se ha protegido viajando a lugares de ensueño o simplemente, se ha dejado llevar sin presión alguna a donde querríamos haber estado, la época que nos hubiese gustado vivir o el momento que deseamos rememorar. Eso no es estar loco, amigos y amigas, a eso se le llama ejercitar la imaginación y las emociones. El Vagabundo de las Estrellas: una historia de reclusión, tortura, psicología, abismo, soledad, belleza, metáfora, viajes mentales... el último Jack London en todo su esplendor.
Frases o párrafos favoritos:
"El hombre es un ser incomprensible, siempre insaciable, siempre satisfecho, nunca en paz con Dios ni consigo mismo, sumido en permanente desazón y agotado por los años de inútiles esfuerzos.
Película/Canción: en el año 2005 se estrenó la película The Jacket, inspirada en El Vagabundo de las Estrellas y con las interpretaciones de Adrien Brody y Keira Knightley. No obstante tanto la recepción como la crítica a la misma no fueron del todo favorables, por lo que estamos a la espera de que se produzca una adaptación mucho más lograda.
¡Un saludo y a seguir leyendo Literatura!
Cortesía de Alianza Editorial (Grupo Anaya)
Me gusta encontrarme con reseñas de clásicos, aunque me recuerden el vergonzoso tiempo que llevo sin abrir una de esas lecturas eternas y casi obligadas. De Jack London leí algo hace muchísimos años y me gustó, aunque no recuerdo qué fue. Me tocará refrescar la memoria, seguramente con Colmillo blanco, su obra más célebre.
ResponderEliminarUn besito.
Buenas tardes Xavier!
EliminarJajajaja...No te preocupes, a veces a mi también me sucede lo mismo, pero como se suele decir, más vale pronto que tarde. Hay novelas que no pueden postergarse mucho tiempo, hay que atreverse con ellas.
Yo la verdad es que es la primera vez que me leo algo de Jack London, tal vez tendría que haberme iniciado con este autor con novelas más conocidas, como la que mencionas, sin embargo y a pesar de la dificultad, la experiencia ha sido buena y la recomiendo a todo el mundo. Espero que pronto refresques la memoria con la literatura de Jack London.
Un beso y gracias por tu comentario! :)
Realmente me ha parecido muy interesante el libro y el tema me gusta, pero ahora mismo no soy valiente para leerlo. Creo que lo dejaré para más adelante.
ResponderEliminarBesitos
Buenas tardes Cris!
EliminarBueno, pues en ese caso, cuando te sientas preparada y llegue el momento adecuado para ti, te aconsejo que no postergues su lectura, merece y mucho la pena.
Un beso y gracias por tu comentario! :)
Hola! La verdad es que no la conocía pero no me llama mucho la atención, gracias por la reseña!
ResponderEliminarUn saludo!
Buenas tardes Beatriz!
EliminarBueno, en ese caso, aun así, se que soy muy pesada, te animo a que algún día, no importa lo lejos que aún quede, te atrevas con su lectura. Sin duda, difícil, pero del todo recomendable.
Un saludo y gracias por tu comentario! :)
Lo tendré en cuenta para esos momentos de valentía. Admito que no conocía este libro de Jakc London. Pinta muy interesante.
ResponderEliminarBesotes!!!
Buenas tardes Margari!
EliminarJajajaja...Espero que ese momento de valentía llegue más pronto que tarde y puedas disfrutar de una novela sin par. Bueno, nunca es tarde para descubrir lecturas nuevas.
Un beso y gracias por tu comentario! :)
Un autor que tengo pendiente!
ResponderEliminarBesotes
Buenas tardes Shorby!
EliminarPues no lo dudes más y atrévete con su lectura.
Un beso y gracias por tu comentario! :)
una lectura muyu interesante, habrá que echarle valor y adentrars ene esa procelosa selva.
ResponderEliminarsobre el papel de la imaginación en la vida humana solo dejare un apunte. Para Kant, un ilustrado hasta la medula y padrino de la moderna ciencia, la imaginación era una capacidad fundamental del entendimiento humano. La imaginación nos hacia ser humanos y comprender el mundo. Que lejos ha quedado la visión kantiana en estos tiempos modernos donde la imaginación es una facultad denostada por la gran parte de la sociedad.
Buenas tardes JF!
EliminarJajajaja..."Procelosa" creo que sería el mejor calificativo para definir esta novela, ni se me había ocurrido. Muy interesante lo que nos apuntas en el comentario, es cierto, hoy en día la capacidad de tener imaginación está como mal vista. Algo que, valga la redundancia, es una autentica pena, pues, sin imaginación no se hubiesen creado muchísimas de las cosas que por ejemplo, usamos a diario o obras literarias perdurables en los tiempos que hablan de cosas que pasan y seguirán pasando.
Un saludo y gracias por tu interesante aportación! ;)
Buenas tardes Sofía!
ResponderEliminarMe alegro de que te guste la reseña, espero que algún día te atrevas con su lectura. Por otro lado, ya me he pasado por tu blog y la verdad he decidido quedarme en él, me gusta bastante.
Un saludo y gracias por el ofrecimiento! :)
Prueba a leer "El talón de hierro" de Jack London. Impresionante mirada hacia el futuro, recordemos que está escrita en 1907.
ResponderEliminar