OSO
Título: Oso.
Autor: Marian Engel (Toronto 1933-1985). Licenciada en Estudios Lingüísticos en la Universidad de Ontario, se especializó en Literatura Canadiense en Montreal y estudió en Aix-en-Provence. En 1962 se casó con un productor de la televisión pública canadiense, Howard Engel, del que se divorciaría en 1977. En 1964 volvieron a Toronto y, a pesar de que tuvo que criar a dos gemelos, comenzó a escribir. En 1968 publicó su primera novela, No Clouds of Glory. Sin embargo, su obra maestra es Oso. El libro considerado un escándalo, le valió, aún así, el Governor General´s Literary Award for Fiction en 1976. Marian Engel fue una apasionada activista de los derechos de los escritores en el mundo, y está considerada una gloria nacional en Canadá, siendo alabada por autores como Robertson Davies, Margaret Atwood o Alice Munro entre otros. Fue la primera mujer en pertenecer a la junta directiva del sindicato de escritores de Canadá y en 1982 fue nombrada Oficial de la Orden Canadiense. Murió de cáncer en Toronto en el año 1985.
Editorial: Impedimenta.
Idioma: inglés.
Traductor: Magdalena Palmer.
Sinopsis: la joven e introvertida Lou abandona su trabajo como bibliotecaria cuando se le encarga hacer inventario de los libros de una mansión victoriana situada en una remota isla canadiense, propiedad de un enigmático coronel, ya fallecido. Ansiosa por reconstruir la curiosa historia de la casa, pronto descubre que la isla tiene otro habitante: un oso. Cuando se da cuenta de que este es el único que puede proporcionarle algo de compañía, surgirá entre ellos una extraña relación. Una relación íntima, inquietante, y nada ambigua. Gradualmente, Lou se va convenciendo de que el oso es el compañero perfecto, que colma todas sus expectativas. En todos los sentidos. Será entonces cuando aprenda un camino de autodescubrimiento.
Su lectura me ha parecido: fascinante, íntima, pequeña, sobresaliente, calculadamente trasgresora, reflexiva, hostil, hermosa, impecable...Queridos lectores y lectoras, desde hace unos años tengo la sensación de que ya no se escribe como antes. Me explico, desde que la inmediatez y el afán por redactar libros más sencillos y rápidos de leer, hemos dejado poco a poco de lado la belleza que durante tantos años ha representado la creación literaria. El escritor por un lado, presionado por las editoriales y bajo el paraguas de las modas de turno, se conforma con escribir y ganar millones a costa del buen nombre de la literatura. Y el lector, que tampoco se salva en esta cuestión, parece haber sucumbido a una forma de leer demasiado convencional y en la que hay muy poco margen para la reflexión. Un buen libro debe emocionar, impactar, hacer pensar al lector, engañarlo incluso, convencerlo de que lo irreal o extraño a priori se convierta en lo más normal del mundo. Y muchas veces, como suele suceder, este tipo de libros no se encuentran entre los más vendidos, ni siquiera entre la todopoderosa "élite" de los best sellers, sino que hay que buscar más a fondo, donde nadie mira, para toparnos con verdaderas joyas narrativas. El libro que hoy tengo el placer de reseñar pertenece a esa categoría, una novela que todavía sigue sugiriéndome nuevos temas de debate y que no desaparecerá de mi vida tan fácilmente. Oso: lo natural y la naturaleza fundidos en una relación poco convencional y sana al mismo tiempo.
La historia de como Oso llegó a mis manos y a colocarse en un lugar privilegiado de mi biblioteca particular es reciente. No obstante, la narración debería remontarse a hace unos cuantos meses, cuando por vez primera divisé aquella bellísima portada en un abarrotado escaparate de la feria del libro de mi ciudad. No recuerdo con exactitud de qué día era ni de en qué caseta lo vendía, sin embargo, de lo que si que estoy segura es que su enigmático título y el sugerente diseño se me quedaron gravados en mi cabeza durante mucho tiempo. Posteriormente, ya encontrándome colaborando con Contexto Editores, me percaté que una de las editoriales a las que podía pedir libros para leer y reseñar era nada más y nada menos que Impedimenta. Una de las más preocupadas por la calidad literaria y que cuida la elaboración de sus portadas y su presentación con una delicadeza y originalidad que sorprenden enormemente. Al ser consciente una vez de esto, y sin pensarlo dos veces, tecleé el nombre de la editorial en Google, pinché en su catálogo y sin más rodeos pedí Oso. Esperé con gran impaciencia la llegada del ansiado paquete, hasta que una mañana apareció dentro del buzón. En su interior: el esperado ejemplar, una ilustración de la portada, una nota proveniente de la editorial y un folio con datos de la novela y la autora. Pasó un tiempo hasta que una noche inicié su lectura, y, como ya me revelaba la sinopsis, y en gran medida la portada, Oso resultó ser uno de los libros menos tradicionales pero a la vez mejor planteados y escritos que había leído en mucho tiempo.
En lo respecta a la opinión puramente personal, comenzaremos diciendo que Oso presenta una lectura sencilla, ligeramente descriptiva, introspectiva, reflexiva y con unos cimientos narrativos muy sólidos. Todo ello acompañado de un estilo cohesionador y en cierta medida envolvente, como si Engel tratase de acoger al lector en una especie de abrazo para conducirlo después a los parajes en los que se desarrolla la novela. Seguidamente, nos encontramos ante un libro en el que no hay trampa ni cartón y en el que las medias tintas y la ambiguedad tienen poca cabida. Como bien dice la sinopsis: "Gradualmente, Lou se va convenciendo que el oso es el compañero perfecto, que colma todas sus expectativas. En todos los sentidos." Pero también, como ya nos revela la portada, que sin duda nos prepara para lo que estamos a punto de leer. En definitiva, nos topamos ante una historia donde se narra la relación entre Lou, la protagonista, y un oso. Una relación que traspasa los límites físicos y morales que dicta una sociedad como la del siglo XX, y en cierto modo también la del XXI. Es imposible negar que al principio me resultó chocante, sin embargo, pronto me sentí absolutamente cómoda leyendo esta novela. Y esto es así gracias a la naturalidad con la que Engel narra la historia, contándola como si fuera lo más normal del mundo, como si no existiese prejuicio alguno, como si los convencionalismos literarios y temáticos le importasen más bien poco. Como cabía de esperar, Oso fue recibido con gran polémica entre el mundo literario, pero pronto logró las mayores simpatías de personas tan renombradas como Alice Munro o Margaret Atwood, e incluso llevarse uno de los premios más prestigiosos del panorama literario canadiense. Esa es precisamente la gran fortaleza de la novela, el naturalizar lo polémico, transformarlo en algo real, verdadero, excitante incluso. ¿Se podría hablar de novela trasgresora y avanzada a su tiempo? Calculadamente diría más bien, aunque si que es cierto que no existen muchas novelas en el mundo capaces de lograr lo de Marian Engel en Oso. Por otro lado, si la naturaleza está presente en la relación, lo está como no en el paisaje y entorno en el que nos movemos: árboles, plantas, agua, madera, tierra... Un espacio agradable pero intimidante al mismo tiempo, en el que Lou acaba realizándose y transformando su forma de ser. Definitivamente, y a modo de recapitulación, diremos que en Oso, la autora logra con una serie de recursos literarios construir una obra importante, sencilla, hermosa y con un amplio margen de discusión y debate permanente.
Su lectura me ha parecido: fascinante, íntima, pequeña, sobresaliente, calculadamente trasgresora, reflexiva, hostil, hermosa, impecable...Queridos lectores y lectoras, desde hace unos años tengo la sensación de que ya no se escribe como antes. Me explico, desde que la inmediatez y el afán por redactar libros más sencillos y rápidos de leer, hemos dejado poco a poco de lado la belleza que durante tantos años ha representado la creación literaria. El escritor por un lado, presionado por las editoriales y bajo el paraguas de las modas de turno, se conforma con escribir y ganar millones a costa del buen nombre de la literatura. Y el lector, que tampoco se salva en esta cuestión, parece haber sucumbido a una forma de leer demasiado convencional y en la que hay muy poco margen para la reflexión. Un buen libro debe emocionar, impactar, hacer pensar al lector, engañarlo incluso, convencerlo de que lo irreal o extraño a priori se convierta en lo más normal del mundo. Y muchas veces, como suele suceder, este tipo de libros no se encuentran entre los más vendidos, ni siquiera entre la todopoderosa "élite" de los best sellers, sino que hay que buscar más a fondo, donde nadie mira, para toparnos con verdaderas joyas narrativas. El libro que hoy tengo el placer de reseñar pertenece a esa categoría, una novela que todavía sigue sugiriéndome nuevos temas de debate y que no desaparecerá de mi vida tan fácilmente. Oso: lo natural y la naturaleza fundidos en una relación poco convencional y sana al mismo tiempo.
La historia de como Oso llegó a mis manos y a colocarse en un lugar privilegiado de mi biblioteca particular es reciente. No obstante, la narración debería remontarse a hace unos cuantos meses, cuando por vez primera divisé aquella bellísima portada en un abarrotado escaparate de la feria del libro de mi ciudad. No recuerdo con exactitud de qué día era ni de en qué caseta lo vendía, sin embargo, de lo que si que estoy segura es que su enigmático título y el sugerente diseño se me quedaron gravados en mi cabeza durante mucho tiempo. Posteriormente, ya encontrándome colaborando con Contexto Editores, me percaté que una de las editoriales a las que podía pedir libros para leer y reseñar era nada más y nada menos que Impedimenta. Una de las más preocupadas por la calidad literaria y que cuida la elaboración de sus portadas y su presentación con una delicadeza y originalidad que sorprenden enormemente. Al ser consciente una vez de esto, y sin pensarlo dos veces, tecleé el nombre de la editorial en Google, pinché en su catálogo y sin más rodeos pedí Oso. Esperé con gran impaciencia la llegada del ansiado paquete, hasta que una mañana apareció dentro del buzón. En su interior: el esperado ejemplar, una ilustración de la portada, una nota proveniente de la editorial y un folio con datos de la novela y la autora. Pasó un tiempo hasta que una noche inicié su lectura, y, como ya me revelaba la sinopsis, y en gran medida la portada, Oso resultó ser uno de los libros menos tradicionales pero a la vez mejor planteados y escritos que había leído en mucho tiempo.
En lo respecta a la opinión puramente personal, comenzaremos diciendo que Oso presenta una lectura sencilla, ligeramente descriptiva, introspectiva, reflexiva y con unos cimientos narrativos muy sólidos. Todo ello acompañado de un estilo cohesionador y en cierta medida envolvente, como si Engel tratase de acoger al lector en una especie de abrazo para conducirlo después a los parajes en los que se desarrolla la novela. Seguidamente, nos encontramos ante un libro en el que no hay trampa ni cartón y en el que las medias tintas y la ambiguedad tienen poca cabida. Como bien dice la sinopsis: "Gradualmente, Lou se va convenciendo que el oso es el compañero perfecto, que colma todas sus expectativas. En todos los sentidos." Pero también, como ya nos revela la portada, que sin duda nos prepara para lo que estamos a punto de leer. En definitiva, nos topamos ante una historia donde se narra la relación entre Lou, la protagonista, y un oso. Una relación que traspasa los límites físicos y morales que dicta una sociedad como la del siglo XX, y en cierto modo también la del XXI. Es imposible negar que al principio me resultó chocante, sin embargo, pronto me sentí absolutamente cómoda leyendo esta novela. Y esto es así gracias a la naturalidad con la que Engel narra la historia, contándola como si fuera lo más normal del mundo, como si no existiese prejuicio alguno, como si los convencionalismos literarios y temáticos le importasen más bien poco. Como cabía de esperar, Oso fue recibido con gran polémica entre el mundo literario, pero pronto logró las mayores simpatías de personas tan renombradas como Alice Munro o Margaret Atwood, e incluso llevarse uno de los premios más prestigiosos del panorama literario canadiense. Esa es precisamente la gran fortaleza de la novela, el naturalizar lo polémico, transformarlo en algo real, verdadero, excitante incluso. ¿Se podría hablar de novela trasgresora y avanzada a su tiempo? Calculadamente diría más bien, aunque si que es cierto que no existen muchas novelas en el mundo capaces de lograr lo de Marian Engel en Oso. Por otro lado, si la naturaleza está presente en la relación, lo está como no en el paisaje y entorno en el que nos movemos: árboles, plantas, agua, madera, tierra... Un espacio agradable pero intimidante al mismo tiempo, en el que Lou acaba realizándose y transformando su forma de ser. Definitivamente, y a modo de recapitulación, diremos que en Oso, la autora logra con una serie de recursos literarios construir una obra importante, sencilla, hermosa y con un amplio margen de discusión y debate permanente.
Centrándonos en la tradicional reflexión, es inevitable pasar por alto el principal mensaje que lanza de forma tan abrumadora una lectura como la de Oso. Podríamos haber hablado sobre ésto mucho antes aprovechando otras reseñas, sin embargo, es un tema tan evidente que merece ser considerado. Hablamos por supuesto, del sexo, del sexo en todas sus facetas, pero también, del sexo en un contexto en el que aún hoy en día resulta en algunos ámbitos y sociedades un auténtico tabú. En los tiempos que corren estamos hartos de ver como en las principales librerías se abarrotan los estantes de literatura erótica de "supuesta" calidad. Muchos, de eso estoy segura, caerán en el más absoluto de los olvidos, otros, como algunos que todos y todas conocemos, pasarán a los annales de la historia de la literatura, a pesar de su falta de originalidad temática y literaria. Pero, y en relación a esto, debemos pararnos un momento, pensar, y luego ser conscientes de que la inmensa mayoría de estos libros abordan el sexo y las relaciones sexuales de una forma bastante convencional: heterosexuales, homosexuales, bisexuales, tríos, orgías, con elementos sadomasoquistas... Todo eso esta muy bien, no voy a prohibir que se escriba sobre ello, pero lo cierto es que estos recursos y estos modelos ya los hemos visto infinitamente repetidos a lo largo de la historia de la literatura erótica. Es más, me atrevería a decir que gracias a esa repetición de influencias se ha conseguido normalizar, superar la barrera del escándalo, y atraer cada vez a más público. Sin embargo, corregidme si me equivoco, pero, una servidora no conoce ningún libro donde se aborde por ejemplo el bestialismo, la necrofilia o la dendrofilia sin que se perciba como un escándalo mayúsculo. Vivimos en una sociedad cada vez más liberal e informada en temas de sexualidad, pero en la que se sigue percibiendo con cierto resquemor y pavor ciertas prácticas sexuales que se salen de lo habitual, que no están sujetas a una tradición que ha imperado durante siglos y que muy lentamente estamos contribuyendo a cambiar. Tal vez Marian Engels quiso mandarnos un mensaje a través de Oso, el de no someterse al encorsetamiento de los prejuicios y a que salgamos de la jaula de lo correcto para adentrarnos en lo que de verdad nos produce satisfacción, no sólo sexual, sino en todos los ámbitos de la vida. Oso: una historia de amor, pasión, amistad, naturaleza salvaje, reflexión, libertad, plenitud...Una novela que todos sin excepción deberíamos leer.
Frases o párrafos favoritos:
"No tengo que complacer a nadie. Qué más da si no te excito, te quiero y basta."
Película/Canción: aunque todavía no exista una adaptación como tal, he decidido adjuntaros la pieza de BSO que me ha acompañado durante la redacción de esta reseña. En esta película también aparece un oso, muy distinto al de la novela, pero que no se diferencia tanto si tenemos en cuenta el paisaje bello y hostil en el que se ambienta:
¡Un saludo y a seguir leyendo!
Cortesía de Impedimenta
Hola! Pues tiene buena pinta, muchas gracias por reseñarlo!
ResponderEliminarUn saludo!
Hola. Me apunto este libro ya que me parece que su historia está muy bien contada.
ResponderEliminarte mando un beso.
una novela muy interesante que aborda el gran tema de la libertad. sin duda una lectura muy interesante.
ResponderEliminarMi opinión personal sobre el tema que nos presentas es diferente a la tuya. La zoofilia y la necrofilia son patologias mentales bastante serías: no hablamso de libertad, sino d eenfermedad. Este tipo de lecturas, sin duda, son sujerentes, pero creo que no podemos perder de vista que es ficción y que de ningún modo es libertad loq eu en la practica es, en realidad, explotación y maltrato animal.
Una reseña excelente
Pues lo he tenido varias veces en la mano, y nunca me había decidido no porque me dé ningún reparo la temática, que ni mucho menos, si no porque el miedo que tenía era precisamente que la autora no supiera narrar algo así. Al leerte veo que lo consigue con creces, así que a la próxima que se me presente la oportunidad me haré con él.
ResponderEliminar¡Besote!
Pues no me había fijado en este libro y me has dejado con ganas. Me apunto bien su título.
ResponderEliminarBesotes!!!