viernes, 12 de enero de 2018

RESEÑA: Kes.

KES

Título: Kes.

Autor: Barry Hines (1939-2016) nació en Hoyland Common, cerca de Barnsley, en el sur de Yorkshire. De familia minera, asistió a la escuela primaria de Ecclesfield, y pronto destacó como excelente jugador de fútbol e incluso llego a estar seleccionado para el equipo que representaba a Inglaterra en su categoría. Tras abandonar la escuela con apenas el certificado de escolaridad, consiguió un trabajo como aprendiz de topógrafo minero en Rockinham Colliery. Un compañero al que se encontró por casualidad en la mina le recriminó que hubiera tirado la toalla, así que volvió al colegio y aprobó sus exámenes con las mejores calificaciones, tras lo cual, se matriculó en Magisterio. Durante los siguientes años trabajó como profesor de Educación Física en varios institutos, y empezó a escribir en los ratos libres, en la biblioteca, cuando acababa la jornada laboral. Pronto se convertiría en escritor al tiempo completo. Comenzó su andadura en 1965 como guionista de obras radiofónicas, y publicó su primera novela, The Blinder, en 1966. Sin embargo, la fama le llegaría con su novela Kes en 1968, que sería adaptada a la pantalla y dirigida por Ken Loach en 1969. Hines colaboró en el guion de esta película y trabajó mano a mano con Loach en dos ocasiones más, adaptando sus novelas The Gamekeeper (1975) y Looks and Smiles (1981), que fue premiada en Cannes. Hines fue galardonado en 2010 con un doctorado honorífico en literatura por la Universidad de Sheffield. A menudo se le considera parte de la brillante generación de escritores del norte de Inglaterra que incluye a Alan Sillitoe, John Braine o Keith Waterhouse, aunque Hines tuviera diez años menos que la mayoría de ellos. Aquejado desde 2007 de la enfermedad de Alzheimer, pasó los últimos años de su vida en la ciudad donde creció, de la que, como declaró en alguna ocasión, "parecía como si no se hubiera marchado". (Fuente: Impedimenta).


Editorial: Impedimenta.

Idioma: inglés.

Traductor: Diego Uribe-Holguín.

Sinopsis: Billy Casper lleva una existencia llena de privaciones. Vive en una casa obrera en una ciudad minera del sur de Yorkshire con su medio hermano, Jud, un borracho brutal y violento, y con su madre, que cambia constantemente de novio y que carece del más mínimo sentimiento maternal. En cuanto a su padre, se largó hace tiempo. Peleado con la pandilla con la que solía pasar el rato, Billy incluso carece de amigos. No se le da bien la escuela y casi todos sus maestros lo han dejado por imposible. Carne de reformatorio, todo indica que acabará trabajando en la mina, junto a su hermano. Sin embargo, tiene algo que le hace diferente: un halcón. Billy se identifica con la fuerza silenciosa de esa ave rapaz, la entrena desde hace tiempo y extrae de ella la confianza, el amor y la pasión que a él le faltan. El halcón se convierte en la luz que da brillo a sus días, aunque todos opinen que se apagará pronto. (Fuente: Impedimenta).

Su lectura me ha parecido: triste, emocionante, crítica con la época en la que se ambienta, sinestésica, entrañable, dura, ecologista, imperecedera...Queridos lectores y lectoras, todos, en algún momento de nuestra vida, nos hemos sentido solos. Una sensación que en ocasiones es necesaria, si lo que necesitamos es descansar de una etapa de mucho estrés, pero que por el contrario, puede resultar fatal para quien no esté acostumbrado a ella. Las mujeres y los hombres somos sociales por naturaleza, y por eso, cuando la soledad inunda nuestro día a día, inconscientemente nos aferramos a algo. No hace falta que sea a una persona en concreto, puede que también encontremos esa forma de dar esquinazo a la tan temida soledad practicando alguna afición de forma casi obsesiva, marcándonos objetivos a realizar, volcando nuestro tiempo libre en el mantenimiento de nuestras respectivas redes sociales...Ya podemos estar más solos que la una o rodeados constantemente de gente, que la soledad actúa poniendo todas sus cartas sobre la mesa. En el caso de la extraordinaria novela que hoy tengo el placer de reseñar, nos narra la historia de un niño, Billy Casper, quien para combatir esa soledad tan tremenda y la falta de autoestima que esta le produce, se vuelca en el cuidado de una mascota muy especial, un majestuoso halcón cuyo nombre da título a este libro. Un libro que, como muchos otros, acaba por suscitar al lector reflexiones más allá de las más evidentes, las cuales, teniendo en cuenta el contexto histórico, son del todo pertinentes. Kes: un niño, un halcón y una lucha constante por escapar de un impuesto destino.


La historia de como Kes llegó a mis manos y a mi adorada estantería es bien sencilla. Tiene su origen, como no podía ser de otra manera, en el cine. La primera vez que vi Billy Elliot era una cría, pero recuerdo que me impactó en su momento, sobre todo por la historia de aquel niño bailarín que tiene que luchar contra los prejuicios y una situación social precaria para lograr alcanzar su sueño. También, ya siendo adolescente, vi la magnífica Full Monty. Una ciudad industrial, unos protagonistas en paro, la desilusión ante la falta de perspectivas laborales y una idea: formar un grupo de baile erótico masculino. Al compás del Hot Stuff de Donna Summer, aquellos hombres lograban no sólo ganar dinero, también sortear, una vez más, los prejuicios a ritmo de striptease. Ambas diferentes en cuanto a personajes, pero muy parecidas al mismo tiempo. Barrios extremadamente empobrecidos como consecuencia de la desindustrialización, pueblos mineros, pocas oportunidades, entornos familiares humildes y en algunos casos sin a penas estudios, la amenaza del desempleo y una desesperada huida hacia adelante por parte de los protagonistas, que, casualidades de la vida, resulta ser lo mismo, el baile. Ambas son películas que todos hemos visto, aunque sea de pasada en televisión, y que en mi caso, más Billy Elliot que Full Monty por cuestiones obvias, me han marcado de manera especial, cuando años más tarde, tras un enésimo visionado, encontré todos esos puntos en común. Esa última mirada, influenciada claro está por las clases en la facultad, me sirvió para entender y comprender que el cine, al igual que la literatura, podía servir como documento para analizar el pasado, y en este caso, un pasado más reciente.  Ambas películas dormitaron en mi cabeza durante mucho tiempo, hasta que de pronto, y por casualidad, me topé con un libro titulado Kes. Estaba por aquel entonces expuesto en un lugar preferente, pues, hacía poco que la editorial Impedimenta lo había sacado a la venta. La expresión triste del niño de la portada, el halcón, la brevedad en cuanto a páginas pero sobre todo su sinopsis me transportaron a aquellas películas tan míticas y que con tanto cariño recordaba. Y no se por qué, en ese primer vistazo, creí ver a Billy Elliot en el rostro de aquel niño ojeroso de la portada. En ese momento lo tuve claro, si tanto me había gustado conocer esa visión de la Inglaterra obrera de los 70 y 80, literariamente también podía resultar interesante. A un mes de que finalizase el año, logré hacerme con un ejemplar gracias a Impedimenta y comencé su lectura de inmediato. Kes me atrapó tanto que cuando llegué a la última página tuve la sensación de que acababa de leer un clásico tan intenso como poco convencional.


En lo que respecta ala reseña propiamente dicha, comenzaremos diciendo que Kes presenta una lectura amena, sencilla pero no exenta de elementos que logran rozar el corazón de los lectores. Con unas descripciones mínimamente necesarias y no demasiado extensas, Hines consigue captar la atención del lector y transportarlo a aquella Inglaterra de los años 60, una Inglaterra que nada tiene que ver con los selectos ambientes que tantas y tantas veces hemos visto plasmados en los libros. Ayuda enormemente que Hines haya usado de forma bastante peculiar la sinestesia para que el lector no se sienta mero espectador  lejano de lo que se narra, sino que acabe convirtiéndose en testigo directo de las desventuras de Billy Casper. Gracias a ello podemos oler la hierba del campo, sentir la suciedad de una ciudad minera, los olores corporales y hasta ese viento soplar a nuestro alrededor. A Hines no le interesa lo que pueda resultar sensiblemente agradable para el lector, más bien todo lo contrario, que huela, escuche, toque, mire y saboree todo eso que no nos gusta y que en ocasiones damos de lado. Centrándonos en la historia, ésta no puede ser más triste. Un niño llamado Billy Casper vive en un hogar desestructurado con una madre despreocupada y su hermanastro Jud, un ser violento y en permanente estado de embriaguez que no duda en aprovechar cualquier oportunidad para ganar un poco de dinero extra, aunque esto implique hacer daño a los que viven contigo bajo un mismo techo. A Billy no se le da bien la escuela, sus profesores lo califican como un "caso perdido" y se siente tremendamente solo. Enemistado con su pandilla de siempre y al no percibir amor o aprecio ni en casa ni en la escuela, pasa gran parte de su tiempo en el campo, entreteniéndose con los elementos que la naturaleza puede ofrecer. Es así como un día, de la noche a la mañana, su vida cobra un nuevo sentido al hacerse con un pequeño halcón al que llama Kes. A partir de ahí Billy lo cuida y lo adiestra con tesón, llegándose a convertir en su mejor amigo, en el único capaz de levantarle el ánimo en los momentos difíciles. Esta es la sinopsis a grandes rasgos de Kes, sin embargo, y aunque en un primer momento ese contacto con la novela puede resultar bastante chocante y deprimente al tratarse de un dramón en toda regla, a medida que avanzamos en su lectura, descubrimos como Kes pasa de la desesperanza a un ligero optimismo mil veces tirado por tierra. Tan pronto como Billy Casper es feliz, alguien le arrebata de un plumazo esa felicidad, que en esta novela, se corresponde con su desestructurada familia. Hay esperanza entre la oscuridad, ese parece ser el mensaje del propio Barry Hines en Kes, aunque ésta cueste horrores conseguirla. En cuanto a personajes, evidentemente, Billy Casper es tal vez el más icónico, cuya construcción me atrevería a decir que ha inspirado a más de un personaje en el ámbito cinematográfico. Un personaje que experimenta una evolución enorme al pasar de un niño deprimido y abocado a un futuro que él no desea a un niño con inquietudes e intereses, aunque éstos tengan solo que ver con el arte de la cetrería o la alimentación de halcones. Contestón, de aguda inteligencia, con una mirada tan experimentada como inocente, Billy parece casi un adulto en un cuerpo de niño, un adulto al que todavía le queda por madurar y que encuentra su apoyo en el halcón Kes. Por otro lado, no debemos pasar por alto el personaje del amable Señor Farthing, ese profesor que todos querríamos tener y que en el caso de la novela es el único que ve en Billy potencial y no carne de reformatorio. En último lugar, cabe resaltar ese amor a la naturaleza que se respira en cada página de la novela. A pesar de encontrarnos en un pueblo realmente castigado por la explotación minera, el campo, el bosque, los árboles o los animales juegan un papel fundamental en la trama, al igual que el propio Kes, que no sólo ayuda a Billy a soñar con una vida mejor sino que en él se concentra la representación de lo bueno que nos puede deparar la naturaleza si no la maltratamos. Por eso, es lógico que Kes se incluya por méritos propios en la categoría de "literatura ecologista".


Kes, tanto la novela como su posterior e inmediata adaptación cinematográfica, cronológicamente pertenecen al fenómeno de los Swinging Sixties. Un movimiento cultural que tuvo lugar en el Londres de la década de los 60. Con antecedentes en los años 50 e inspirado en gran medida por el impacto de Mayo del 68, los Swinging Sixties se caracterizaron por un cambio de mentalidad en donde se hacía hincapié en lo moderno y lo nuevo y en donde el optimismo y un cierto tipo de hedonismo convivieron entre la juventud de ese momento. De este movimiento cultural nacieron grandes iconos como la famosa minifalda, inventada por la diseñadora Mary Quant, el pop-art y la música de los Beatles, los Rolling Stones, The Who, Jimmy Hendrix o Pink Floyd hacía de banda sonora a aquella revolución cultural. En el ámbito cinematográfico convergieron las cintas que ensalzaban el espíritu de los Swinging Sixties con un cine menos colorido y que con el tiempo se convertiría en uno de los más importantes de Reino Unido. El llamado Free Cinema Británico se caracterizaba por contar historias de carácter social y en el que se tocaron temas nunca antes abordados por el cine británico, tales como el inconformismo social, la crítica a la burguesía y al inmovilismo. Por primera vez los obreros eran los protagonistas de las películas, al igual que los actores y actrices que les daban vida provenían de ambientes muy humildes, este es el caso de Albert Finney, héroe cinematográfico de la clase obrera o el gran Michael Caine, procedente de uno de los barrios más empobrecidos de Londres y que acabaría conquistando Hollywood y dos premios Oscar en los años 80 y 90. Pero aquel movimiento cultural, ese intento por acercar la realidad de ese momento al público convivía con una sociedad británica de carácter férreamente elitista. En el primer capítulo de la segunda temporada de la serie The Crown, asistimos a una escena en la que el Primer Ministro de por aquel entonces, Anthony Eden, se dirige a una multitud de estudiantes pertenecientes al selecto colegio de Eton, del que Eden es exalumno, con las siguientes palabras: "el Primer Ministro de este país debe salir de Eton". Dicha frase, producto de una ficción televisiva, resultaría meramente anecdótica de no ser porque algo de razón lleva, teniendo en cuenta que uno de los problemas mas acuciantes en materia social que tiene Reino Unido es precisamente ese, el elitismo y la falta de oportunidades para quienes no hayan estudiado en ciertos centros educativos o no provengan de familias de bien. Tanto es así que hace unos años, el responsable de Cultura en el Shadow Cabinet laborista, Chris Bryant, levantó un debate público en el parlamento al afirmar que la cultura británica estaba dominada por artistas procedentes de las clases altas. No hace falta irse muy atrás en el tiempo para comprobar como ya no Primeros Ministros, como es el caso de David Cameron, sino que también actores de talla mundial, uno de ellos con Oscar, como Hugh Laurie, Benedict Cumberbath, Tom Hiddleston o Eddie Redmayne fueron alumnos de los más selectos colegios del país. El Doctor House, el Doctor Strange, Loki y Newt Scamander provienen de ambientes elitistas, tan elitistas que, como el caso de Redmayne, se codeó con la realeza compartiendo pupitre con el mismísimo Príncipe Guillermo. No pretendo ni mucho menos desacreditar el trabajo de estos cuatro actores, que de hecho es bastante bueno, pero si evidenciar una situación que en Kes se crítica duramente. Mientras unos por su privilegiada posición social tienen más facilidades para acceder a ciertos trabajos en las órbitas más altas, en el mundo de Billy Casper es muy difícil prosperar y salir de ese ambiente. Por eso decimos que, además de haberse convertido en un clásico tan amargo como esperanzador, Kes resume un sentimiento, una opinión, una idea: que en Inglaterra, en lo social, todavía tiene mucho trabajo por delante, incluso en pleno siglo XXI. Kes: una historia de amor, superación, miseria, comprensión, aprendizaje, valentía, naturaleza, falta de oportunidades, esperanza...Una historia que bien podría ser la del propio Barry Hines.

Frases o párrafos favoritos:

"Es feroz y es salvaje y no le importa nadie, ni siquiera yo...Y por eso es genial. (...) Pueden quedarse con sus conejos y sus gatos y sus periquitos parlanchines...Para mí no son nada comparados con ella."

Película/Canción: en el año 1969 el director de cine británico Ken Loach, uno de los mayores exponentes de la herencia del Free Cinema Británico, dirigió la primera y única adaptación de Kes. Considerada con el tiempo como una de las películas británicas más importantes de todos los tiempos.


¡Un saludo y a seguir leyendo!

Cortesía de Impedimenta

5 comentarios:

  1. Me ha llamado mucho la atención la historia, me lo apunto. Un beso

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  2. A pesar de tus buenas impresiones, no es un libro para mí.
    Besos

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  3. una historia muy interesante a la par que actual, ya no solo por el mensaje ecologista, sino porque desde los años 80, con la revolución neoconservadora y la fiebre neoliberal, nos acercamos peligrosamente a la construcción de sociedades cada vez más elitistas.
    Una estupenda reseña esta. no conocía el libro pero es francamente interesante. por cierto, aprovechando que se ha tratado el tema del elitismo británico, permiteme recomendarte la lectura de "chavs" de Owen Jones, es francamente interesante y una muestra de que UK no es solo Harry Potter

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  4. Pues me lo llevo apuntadísimo =)

    Besotes

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  5. La verdad que es una editorial que me gusta mucho, y este título ya lo tenía fichado por otra reseña, así que de momento está en la wishlist junto con otros compañeros, a la espera de turno previo paseo a la librería.
    Besos.

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