TRES PERIODISTAS EN LA
REVOLUCIÓN DE ASTURIAS
Título: Tres periodistas en la Revolución de Asturias.
Autores:
Manuel Chaves Nogales (1897-1944) nació en Sevilla. Se inició muy joven en el oficio de periodista, primero en su ciudad natal y más tarde en Madrid. Entre 1927 y 1937, Chaves Nogales alcanzó su cénit profesional escribiendo para los principales periódicos de la época, y dirigiendo, desde 1931, el diario Ahora. Además de brillante periodista es autor de una esplendida obra literaria en la que destacan los libros El maestro Juan Martínez que estaba allí (1934), Juan Belmonte, matador de toros (1935) y A sangre y fuego (1937). (Fuente: Libros del Asteroide).
José Díaz Fernández (1898-1941) fue un escritor y político español nacido en Salamanca, aunque gran parte de su infancia y juventud la pasó en Asturias. Fue llamado a filas en 1921 y sirvió en la guerra de Marruecos. Al volver, ejerció como periodista en diversas publicaciones. Comprometido con ideas regeneracionistas, en 1936 llegó a ser diputado en las filas de Izquierda Republicana, el partido de Manuel Azaña. Murió poco después del final de la guerra civil, en el exilio, mientras esperaba poder viajar a Cuba. En su obra destacan las novelas El Blocao (1928) y el reportaje novelado Octubre rojo en Asturias (1935). (Fuente: Libros del Asteroide).
Josep Pla (1987-1981) es el escritor catalán más leído y popular de todos los tiempos. Empezó a ejercer el periodismo en la redacción del diario La Publicidad. Desde 1920 viajó por la convulsa Europa de la época escribiendo crónicas políticas y culturales. Su estilo supuso una revolución por combinar acertadamente el habla cotidiana con una lengua rica y creativa. Su Obra Completa consta de 46 volúmenes. (Fuente: Libros del Asteroide).
Editorial: Libros del Asteroide.
Idioma: castellano.
Sinopsis: la madrugada del 5 de octubre de 1934, animados por una convocatoria de huelga general que fracasará en el resto de España, los mineros de Asturias se alzan contra las autoridades y toman del control de ayuntamientos y cuarteles de la Guardia Civil. Desde el gobierno de la República se opta por responder con toda la dureza posible para sofocar la "Comuna asturiana", que tardaría dos semanas en ser derrotada. El balance fue durísimo: casi 1.500 muertos, 2.000 heridos y más de 30.000 prisioneros. Manuel Chaves Nogales y Josep Pla - corresponsales de los diarios Ahora y La veu de Catalunya - fueron dos de los primeros periodistas que pudieron entrar en Asturias una vez restablecido el orden republicano; desde allí contaron los sucesos acaecidos durante las dos semanas anteriores, en las que se llegó a acuñar moneda propia y ciudades como Oviedo quedaron destrozadas. José Díaz Fernández, para quien los hechos eran muy cercanos, publicaría al año siguiente el libro Octubre rojo en Asturias, un reportaje novelado sobre el mismo tema. Este volumen recoge los textos de estos tres grandes escritores sobre la revolución de Asturias, un capítulo clave de la historia española del siglo XX. (Fuente: Libros del Asteroide).
Su lectura me ha parecido: completa, muy interesante, impactante, subjetiva, potente, atrayente, personal, valiente...Queridas lectoras y queridos lectores, de nuevo, una reseña compleja. Si hace unas semanas sudaba la gota gorda con La nueva mujer, en donde emprendí la que es hasta el momento la reseña más difícil que he redactado en los cinco años que Jimena de la Almena lleva en activo, hoy nos adentramos en un libro en apariencia más sencillo. Ya no son diez autoras, sino tres los autores los protagonistas. Sin embargo, y a diferencia de La nueva mujer, en donde me explayé a gusto hablando sobre la historia del movimiento feminista en los Estados Unidos durante el siglo XIX, esta vez he tenido que desempolvar parte de mis apuntes de la carrera. Regresar a esas clases de Historia Contemporánea de España II en las que, bajo la imponente figura de uno de los mejores profesores que he tenido, abordamos cuestiones más allá de la Guerra Civil Española y el Primer Franquismo. Unas clases que nunca se me olvidarán por lo duras que fueron y en las que comenzaron a introducir términos que más tarde abordaría con mayor profundidad en el Máster. Unas clases en las que pudimos ver el impactante documental La vieja memoria, en donde por primera vez vi entrevistas a Dolores Ibárruri (la Pasionaria) y a Frederica Monseny, dos figuras históricas que me han atraído especialmente. Pero en las que, por desgracia, no ahondamos lo suficiente en uno de los acontecimientos históricos clave para entender lo que pasó después a nivel político y social. Un hecho de gran trascendencia que en el libro que hoy tengo la responsabilidad y el placer de reseñar lo describe desde tres estilos y miradas diferentes. Tres periodistas en la Revolución de Asturias: un acontecimiento histórico, tres periodistas, tres formas de informar.
La historia de como Tres periodistas en la Revolución de Asturias llegó a mis manos es bien sencilla, pero para ser justos deberíamos empezar por el verdadero principio, el cual, se remonta a mi adolescencia. La primera vez que escuché hablar de la Revolución de Asturias fue en la clase de historia de Cuarto de la ESO. Sin embargo, como suele pasar, la falta de tiempo nos impidió abordarlo con mayor profundidad. Dos años después, en Segundo de Bachillerato, el año crítico para muchos, si que nos la explicaron. Sin embargo, esta vez fue la particular forma de explicar del profesor lo que impidió que, de nuevo, la Revolución de Asturias se quedase diluida en el temario de Historia de España. Tuvo que pasar tres años para que, esta vez en la universidad, y durante las clases de Historia Contemporánea de España II el profesor, uno de los mejores que he tenido, nos la explicó de cabo a rabo. Justo lo que no habían conseguido hacer la profesora de Cuarto de la ESO y el de Segundo de Bachillerato. No obstante, y a pesar de la que la explicación fue bastante buena, me faltó abordar como alumna en ese momento la cuestión desde una perspectiva más testimonial y no tanto desde la historiografía propiamente dicha. Con esto no quiero decir que la historia de manual, como la llamo yo, no esté bien, sólo es que considero que si hay fuentes escritas u orales documentadas, el historiador debe también prestar atención a ellas. Eso si, con la profesionalidad y desde un punto de vista crítico para después realizar el trabajo de comparación entre el testimonio y los hechos verídicos. Por eso, cuando muchos años después, concretamente en el último trimestre del año pasado, vi en las librerías Tres periodistas en la Revolución de Asturias, no pude resistirme. Algo en mi interior me decía que no podía dejar pasar esa oportunidad, y menos si uno de esos tres periodistas era Manuel Chaves Nogales, imprescindible autor que nunca abordamos en clase y que en los últimos años me ha despertado curiosidad. Todos esos factores hicieron que Tres periodistas en la Revolución de Asturias formase parte de mi lista de pendientes, hasta que un día, y gracias a Libros del Asteroide, pude hacerme con un ejemplar. Reconozco que tardé un tiempo en hacerme el animo, pues para leer este tipo de libros hay que tener primero, la cabeza despejada, y segundo, un mínimo de interés por lo que se aborda. Pero en cuanto lo hice no pude despegar los ojos de sus páginas.
Centrándonos en la reseña propiamente dicha, en primer lugar comenzaremos por contextualizar. Tras las elecciones de 1933, las cuales inaugurarían un gobierno de derecha, la izquierda española interpretó la incorporación de la CEDA, partido de centro-derecha liderado por Gil Robles, al gobierno como un viraje al fascismo. Al día siguiente de la formación de gobierno, por iniciativa de la UGT y escasa participación de la CNT, se produjeron huelgas y manifestaciones en algunas grandes ciudades para defender las reformas sociales, amenazadas por la acción del nuevo gobierno. El movimiento fracasó a nivel nacional por la falta de coordinación y contundente respuesta del gobierno, que decretó el estado de guerra. Sin embargo, en lugares como Asturias y Cataluña, los acontecimientos fueron especialmente graves. En lo que respecta a Asturias, en octubre de 1943, los mineros protagonizaron una revolución social fruto de un acuerdo entre anarquistas, comunistas y socialistas. Columnas de mineros armados ocuparon gran parte de los cuarteles de la Guardia Civil y sustituyeron los ayuntamientos por comités revolucionarios que asumieron responsabilidades como el abastecimiento de alimentos, el transporte o el suministro de agua y electricidad. Oviedo se convirtió en el núcleo de la lucha y el gobierno de la II República no tardó en responder enviando al general Franco, si, el que todos conocemos, para reprimir el levantamiento. El resultado fue demoledor, con 1.000 mineros muertos, 2.000 heridos y 5.000 detenidos, lo cual desencadenaría una posterior campaña de solidaridad con las victimas. Es en este contexto, y no en otro, en el que se movieron José Díaz Fernández, Josep Pla y Manuel Chaves Nogales en Tres periodistas en la Revolución de Asturias. Cada uno desde su posición ideológica y ámbito laboral y social. El libro arranca con la crónica de José Díaz Fernández, sorprendentemente la más objetiva de todas. Y digo sorprendentemente porque, si nos atenemos a su biografía, comprobamos que Fernández, aún siendo natural de Salamanca, ha pasado gran parte de su vida en Asturias, por lo que como lectora e historiadora me esperaba una opinión más subjetiva. Su larga y detallada crónica presenta un ritmo trepidante acompañada de un estilo atractivo para que el lector no decaiga en su narración. En resumidas cuentas, Fernández consigue trasladarnos a octubre del 34 sin demasiada dificultad. En segundo lugar, la crónica de Josep Pla presenta una mayor riqueza en cuanto al lenguaje que la anterior. De hecho, en ocasiones más que una crónica periodística parece que estés leyendo una novela de la cantidad de recursos literarios que aparecen. Si hay un momento especialmente interesante en el testimonio de Pla es ese análisis pertinente del contexto que rodea la Revolución de Asturias, haciendo especial hincapié, como no, en la situación en Cataluña. Sin embargo, en el tramo final su posición ideológica se hace presente, desvirtuando y restando credibilidad en ocasiones a los acontecimientos que se están narrando. Por último, Manuel Chaves Nogales sencillamente deslumbra. Obviamente la ideología esta presente, y aunque hay algunas cuestiones matizables, nos topamos con un autor muy interesante en cuanto a estilo y opinión, la cual parece evolucionar a medida que se van sucediendo los acontecimientos. Resulta paradójico como en esta crónica Nogales, a pesar de todo, mantiene la "fe en el sentido de la humanidad" del pueblo español, opinión que cambiaría durante la Guerra Civil y que plasmaría en A sangre y fuego, su libro más famoso. Nunca había leído nada de este autor antes, y tras haber leído su crónica en este libro me han entrado ganas de descubrir el resto de su obra. Por último, recomendar la obligatoria lectura del prólogo de esta edición a cargo del escritor Jordi Amat. En él, el lector podrá conocer datos biográficos de los protagonistas y conocer las claves para disfrutar de una lectura tan importante.
En lo que respecta a la reflexión que he extraído tras la lectura de Tres periodistas en la Revolución de Asturias lo tengo muy claro. Podría haberme decantado por extenderme más hablando de los pormenores del acontecimiento histórico, de la influencia de la Revolución Rusa, de la durísima represión liderada por Franco o de como la Revolución de Asturias fue una de las causas para que en febrero de 1936 el Frente Popular ganase las elecciones. Pero en esta ocasión, y ya que os he dado el tostón explicando en qué consistió la Revolución de Asturias, me gustaría hablaros del periodismo, como oficio, como canal de difusión y en ocasiones de manipulación. El periodismo como tal se define como una actividad profesional en la que se capta, analiza y publica periódicamente la información en cualquiera de sus formas y variedades. En ese sentido, el o la que ejerce la profesión de periodista es lógico que esté, como se suele decir, al pie del cañón o en el lugar adecuado para captar esa información lo mejor posible. En el caso de Tres periodistas en la Revolución de Asturias, salvo José Díaz Fernández, Josep Pla y Manuel Chaves Nogales se encontraban allí mismo, en Asturias, en la capital y en los pueblos en donde se estaba produciendo el acontecimiento histórico, siendo de los primeros en informar a sus respectivos periódicos lo que allí estaba pasando. Gracias a sus crónicas, diferentes entre si debido al sesgo político, la gente pudo informarse de lo que estaba pasando y poder formarse una opinión particular y generalizada al mismo tiempo de que era la Revolución de Asturias y en que había consistido. Hasta ahí todo correcto, ambos periodistas han cumplido con su trabajo. Sin embargo, en cuanto esa información se usa con otros fines más oscuros, la profesión de periodista deja de tener credibilidad. Aunque no nos demos cuenta, pues pasa muy desapercibido, lo vemos todos los días en la tele, a cada hora, en cada programa. No hace falta que nos manipulen una imagen con Photoshop, solamente con usar las palabras adecuadas pueden convencernos de que la imagen que estamos viendo por televisión es esto y significa esto y no otra cosa. ¿Los motivos? Infinitos. Aunque normalmente responden a intereses económicos y políticos. Traducido a ejemplos más concretos, a conseguir más audiencia televisiva y superar a la competencia y a favorecer a un determinado partido político o a un lobby que lo sustenta. ¿Para cuando un periodismo de calidad? ¿Para cuando voces críticas y que se atrevan a preguntar lo que de verdad importa? ¿Para cuando una televisión, una radio y una prensa libres de manipulación? Conocemos nombres de buenos periodistas, si, pero que tengan verdadera influencia sobre la opinión pública, muy pocos. ¿José Díaz Fernández, Josep Pla y Manuel Chaves Nogales tenían ideología política? Si ¿Trabajaban para periódicos con marcado sesgo político? Si. Pero a mi, como lectora sobre todo, me da la sensación de que hay integridad periodística en sus crónicas, más allá de lo que opinen políticamente. Si algo enseña este libro es que hay que leer historia, que no nos podemos creer todo lo que nos dicen a pies juntillas y que hace falta desarrollar un espíritu crítico en esta sociedad. De no ser así estaríamos totalmente perdidos. Tres periodistas en la Revolución de Asturias: tres crónicas de vértigo, sucesión de acontecimientos, protagonistas, secundarios, violencia, política, injusticas sociales...Un libro que nadie debería dejar escapar.
Frases o párrafos favoritos:
"No es creíble que estén agotadas todas las posibilidades de humana convivencia entre los de arriba y los de abajo, los pobres y los ricos, los burgueses y los proletarios, como ellos dicen."
Película/Canción: a falta de encontrar un video sobre el papel de estos tres periodistas en la Revolución de Asturias, he optado por adjuntar la pieza de BSO que me ha acompañado durante la redacción de esta reseña. La película no está ambientada en ese momento histórico pero si en otro, más desolador, que acontecería años más tarde.
¡Un saludo y a seguir leyendo!
Cortesía de Libros del Asteroide
Esta vez no me animo.
ResponderEliminarMe resulta muy interesante el argumento, pero no me termina de entrar por el ojo.
Besos.
Tiene muy buena pinta. Echo de menos el prólogo de un historiador profesional, para contextualizarlo como es debido. Aunque los sucesos de Asturias han sido un campo de batalla historiográfico donde ha asomado la cabeza viejas rencillas. La Ley de Responsabilidades Políticas que organizó la represión tras la guerra, de hecho, tuvo efectos retroactivos y escogio esa como punto de partida.
ResponderEliminarLa idea de juntar tres testimonios periodísticos me parece genial, estamos hablando de pesos pesados. Sobre Casas Viejas recuerdo las crónicas de Ramón J. Sénder. Quizá el periodismo ha perdido enteros, pero la precariedad actual del oficio y el intrusismo da poco margen a los verdaderos profesionales. Aparte de otras cuestiones más espinosas, como se han visto en el caso "Fariñas".
Una pena que tu profesor de bachillerato no supiera dar en el clavo, pero hay que reconocer que la longitud del temario es abrumadora. La entrevista a Dolores Ibárruri en La vieja memoria no tiene precio. Recuerdo sobre todo como entre ellos se echan la culpa de la hecatombe, tantos años después.
Saludos.
Interesante lectura, desde luego. Pero no creo que en esta ocasión me anime.
ResponderEliminarBesotes!!!
Hola! Gracias por la reseña♥. Pues no conocía ni siquiera la historia original, ni el libro ni los autores. No soy muy fan de las novelas realistas y de historia, así que creo que por el momento pasaré de él aunque me pareció una reseña interesante.
ResponderEliminarBesos.
una muy interesante reseña. No conocía el libro pero me han dado muchas ganas de leerlo, ya que como a ti, me entró mucha curiosidad por conocer la Revolución de Asturias, así como sus enormes consecuencias para la historia de nuestro país. Es una pena que sucesos como este, o el de Casas Viejas, que ha comentado otro lector, apenas sean conocidos por el gran publico, sin duda, las cadenas de televisión que tanto se precian de apoyar la educación deberían empezar a tratar estos temas y dejarse de tantos melodramas de contenido espurio.
ResponderEliminarUna reseña muy interesante en el año que se cumple el dos cientos aniversario del nacimiento de Karl Marx.