lunes, 20 de diciembre de 2021

RESEÑA: Hija de sangre y otros relatos.

 HIJA DE SANGRE Y OTROS RELATOS


Título: Hija de sangre y otros relatos. 

Autora:  Octavia E. Butler (Pasadena, Estados Unidos, 1947 - Lake Forest Park, Estados Unidos, 2006). La apodada como "la gran dama de la ciencia ficción" vivió su infancia en un barrio interracial, siendo criada por su abuela y su madre y devorando cada revista sobre dicho género que caía en sus manos. Años más tarde ingresó en la California State University, la cual abandonó para comenzar a estudiar Escritura Creativa en la Universidad de los Ángeles llegando a recibir su título de profesora asociada en Artes en 1968 en el Pasadena Community College. Así mismo, también estudió en el Screenwriter´s Guild Open Door Program y en el Clarion Sciencie Writer´s Workshop, donde asistió a clase con el maestro de la ciencia ficción Harlan Ellison. Su primera historia, Crossover, fue publicada en la antología Clarion de 1971. Pattermaster, su primer a novela, fue el primer volumen de una serie de cinco entregas - Mind of my mind (1997), Survivor (1978), Wild Seed (1980) y Clay´s Ark (1984) -. Con la publicación de Parentesco en 1979, Butler logró mantenerse como escritora a tiempo completo y al fin el reconocimiento a su obra. Butler también es autora de la trilogía Xenogenesis, de La parábola del sembrador (1993) así como de una colección de cuentos cortos publicados bajo el título Hijo de sangre y otras historias (1995). Ha ganado algunos de los premios más prestigiosos que reconocen las obras de ciencia ficción, entre ellos el Premio Locus, el Premio Hugo, el Premio Nébula o el Premio Science Fiction Chronicle. 


Editorial: Consonni. 

Idioma original: inglés. 

Traductora: Arrate Hidalgo. 

Sinopsis: Esta colección de siete cuentos y dos ensayos, publicados y escritos entre los años sesenta y noventa, es una introducción perfecta para quienes descubren a Octavia Butler y un título imprescindible para los incondicionales. Traducida ahora por primera vez al español, fue en su día incluida en la lista anual de destacados del New York Times. Incluye dos de sus más aclamados relatos cortos Hija de sangre, relato ganador en 1984 de los prestigiosos premios literarios Hugo y Nébula, y Sonidos de habla, también ganador de un premio Hugo al año siguiente. Inéditos hasta su publicación en esta antología, se encuentran Amnistía y El libro de Martha. Cada texto viene acompañado de un epílogo de la misma autora y los ensayos consejos precisos sobre la escritura. En ellos, Butler relata sus vicisitudes como mujer negra y escritora en una época, en la que el género fantástico estaba dominado por hombres blancos. 

Su lectura me ha parecido: potente, enriquecedora, reflexiva, muy original, honesta, distópica, utópica, crítica, reivindicativa, tremendamente vigente... La ciencia ficción ha sido siempre uno de los géneros más populares de la historia de la literatura, al menos desde que en el siglo XIX una escritora inglesa de tan solo veinte años llamada Mary Shelley - maestra absoluta también del terror - lo inventase para la posteridad en una de las obras más importantes de todos los tiempos. Hablamos, por supuesto, de Frankenstein o el Moderno Prometeo. Género que, a pesar de haber aumentado las posibilidades creativas dentro del campo de la escritura, se vio sumido en un injusto ostracismo al que solo unos pocos valientes se atrevieron a asomarse. No obstante, con la irrupción del feminismo, el antirracismo o los movimientos por los derechos LGTBI y, muy especialmente, la merecidísima segunda vida de un libro como El cuento de la criada de la también grandísima, y varias veces candidata al Nobel, Margaret Atwood - llamado a convertirse en clásico de la literatura - han supuesto un antes y un después en la percepción social hacia el género. Si antes la ciencia ficción era automáticamente despreciada - sobre todo por las élites culturares del momento - y concebida como literatura menor, o más en concreto, un reducto para el goce y disfrute de unos pocos frikis, ahora es raro no toparse con alguien que hable de ella con mil y un halagos. Hasta el punto de convertirse en objeto de estudio y debate intelectual. Y es que el género está plagado de auténticos eruditos: George Orwell, Aldous Huxley, Philip K. Dick, Anthony Burgess, Ray Bradbury, Stanislaw Lem, Isaac Asimov, Richard Matheson... Pero también de eruditas: la ya citada Margaret Atwood, Ursula K. le Guin, Johanna Russ, Sheri S. Tepper, Elia Barceló, Analee Newitz, V. E. Schwab, Nnedi Okorafor, Laura Fernández... Si hasta Emilia Pardo Bazán hizo sus pinitos en el género con relatos como La cabeza a componer o su primera novela Pascual López: autobiografía de un estudiante de medicina. Al calor de este clima de cambio y reivindicación, en España muchas editoriales especializadas en el género han visto reforzada su posición - tales como Gigamesh o los sellos Minotauro o Fancy de Planeta o Penguin Random House respectivamente - pero también ha favorecido la irrupción de editoriales más pequeñas como Consonni, Pulpture, Crononauta, Tryskel, Aristas Martínez, Bunker, Nova (esta absorbida por Penguin), Shackleton entre otras. Así como la aparición de portales web relevantes como La nave invisible - en el que buscar visibilizar las autoras de género - o podcasts como Marea Nocturna o Escritoras de Urras. El cambio ha sido drástico, capaz de darle un vuelco a dos ideas erróneas. La primera, que la ciencia ficción es cosa de marginados y raritos (aunque paradójicamente, incluso cuando se denigraba, era uno de los géneros más populares). Y la segunda, a nivel de escritura, que la ciencia ficción es un terreno de hombres blancos y heterosexuales, estereotipo que Octavia Butler - de la que hemos hablado largo y tenido aquí - tumbó con su presencia y galardones en un momento en el que la lucha por los derechos sociales de la comunidad afroamericana atravesaba su momento más efervescente. Hija de sangre y otros relatos: el black lives matter de los 70 no está reñido con la ciencia ficción más trasgresora. 


En ocasiones la obra literaria y el contexto histórico que la ha visto nacer son completamente indisociables el uno del otro. Ocurre con La divina comedia, El Quijote, El segundo Sexo o incluso con Hamnet (cuya reseña publiqué la semana pasada). Algo que también sucede con Hija de sangre y otros relatos de Octavia Butler, cuya lectura es un constante diálogo con los Estados Unidos de mediados de siglo debido a que, en su mayoría, los textos fueron escritos al calor de las protestas, marchas y manifestaciones llevadas a cabo por la comunidad afroamericana exigiendo sus derechos en un país que los seguía discriminando sistemáticamente. Mientras la lucha seguía en la calle y a medida que iban alcanzando más conquistas sociales durante los 60, 70 y 80 del pasado siglo, una escritora Octavia Butler irrumpía en el panorama literario de su país con una serie de escritos que pusieron patas arriba el canon que se había seguido hasta ese momento, cambiando la historia de la literatura de ciencia ficción para siempre. En un mundo de hombres blancos, Butler supo, no sin haber peleado lo indecible, hacerse un hueco entre ellos ganando varios de los premios más prestigiosos del género tales como el Nébula o el Hugo entre otros muchos, convirtiéndose en la primera de muchas cosas. No solo su condición de mujer, también las de mujer negra y lesbiana, dotó a sus novelas, ensayos y relatos de una perspectiva nunca antes explorada en la ciencia ficción y que a la larga, resultaría crucial para las futuras generaciones de escritoras y escritores deseosos de explorar este campo de la literatura en pleno siglo XXI. Convirtiéndose, casi en el acto, en todo un referente atemporal. Reivindicada hasta la saciedad en los últimos años - no hay más que ver las reediciones de algunas de sus obras más importantes por parte de editoriales como Capitán Swing o Consonni entre otras - la obra de Butler respira vigencia. Ya no solo por sus alegatos antirracistas y el afrofeminismo tan cercano a las tesis de Angela Davis, también por lo que respecta al contexto social en el que actualmente nos movemos. En el que parecen haber resucitado, como si de una pesadilla se tratase, toda una clase de viejas ideologías intolerantes, xenófobas, homófobas y antifeministas que creíamos haber enterrado definitivamente bajo kilos de tierra. Algo que en Estados Unidos no ha dejado de sucederse, sobre todo desde la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca, y la visibilidad que han adquirido las protestas contra la violencia policial y los crímenes racistas. De ahí que los relatos de Octavia Butler resulten más necesarios que nunca, arrojando crítica, inclusión y diversidad en un mundo que, de nuevo, parece que tiene que volver a pelear por unos derechos ganados en el pasado. 


Centrándonos en la lectura en cuestión, todas y todos conocíamos el talento de Butler para la novela, pero al menos una servidora desconocía el inmenso potencial que esconden sus narraciones más cortas. Y es que, como siempre he sostenido, una o un gran escritor se mide en su capacidad de síntesis, en ser capaz de condensar sus inquietudes y estilo en un cuento. O al menos atendiendo a lo que, desde la academia, se ha considerado como tal. Con su extensión, sus reglas, sus parámetros. Hija de sangre y otros relatos - antología que Consonni ha traducido y publicado por primera vez en nuestro país - resulta casi un ejemplo perfecto de como debería escribirse un relato de ciencia ficción, solo comparable con aquellos relatos que Ray Bradbury se sacaba de la manga para hacernos la vida más amena a la vez que aprendías un poco de ciencia y de las posibilidades de esta en clave de humor. A diferencia de, por ejemplo, Crónicas marcianas, Butler traza una serie de cuentos con un tono menos distendido, menos afable, planteando futuros donde los seres humanos hemos fracasado a todos los niveles. Convirtiéndonos en extranjeros dentro de planetas imaginados, esclavos de nuestros propios inventos ideológicos o sufriendo las más terribles consecuencias de nuestra propia ambición. Desde convertirnos en objeto de estudio por parte de unos alienígenas con aspecto de insectos en Hija de sangre - donde además se plantea la posibilidad del embarazo masculino - a sufrir enfermedades genéticas que nos conducen a la autodestrucción en La tarde, la mañana y la noche, pasando por esa inquietante sociedad que, por culpa de un virus, ha perdido la posibilidad para comunicarse a través del habla en Sonidos de habla - sin duda, mi relato favorito de la antología -. De hecho, ahondando un poco más en este cuento, Butler plantea una regresión hacia un primitivísimo violento que ha conseguido helarme la sangre. Obviamente como sociedad no estamos en esa situación pero asusta observar como la comunicación, o mejor dicho, la falta de ella, es un problema cada vez más preocupante, algo de lo que las nuevas tecnologías, y más en concretamente las redes sociales, tienen mucha culpa. Por otro lado, y no menos importante, la antología se completa con tres textos que se salen de la norma. El primero de ellos, el que lleva por título Al otro lado, nos introduce en la vida de una mujer que trabaja en empleos precarios en medio de una aplastante soledad mientras anhela el amor de un hombre encarcelado y convertirse en escritora. Durísimo relato por ese retrato de las relaciones tóxicas, pero también por esa desazón que provocan los sueños rotos. Un cuento que, a pesar de no tener toques cifi, golpea de la misma forma que el resto. A continuación, dos micro ensayos (Obsesión positiva y Furor Scribendi) en los que Butler nos cuenta los inicios de su amor por la literatura y la historia de sus numerosos rechazos editoriales, así como los consejos que ella misma nos da para convertirse en escritor, insistiendo muy especialmente en la perseverancia. A priori la inclusión de estos textos en medio de la antología puede resultar extraño, desconcertante, pero al ofrecer la mirada más humana de la autora que hay detrás de tan excepcionales relatos entiendes un poco mejor su escritura y los motivaciones personales que la llevaron a escribirlos. La antología se cierra, a modo de epifanía, con su cuento más optimista, El libro de Martha, de inspiración bíblica en el que una joven es elegida para encontrar la manera de que la humanidad no acabe exterminándose de puro egoísmo. Un cierre perfecto que contribuye, no solo a agrandar la leyenda de Octavia Butler, también a que el lector acabe metiendo sus ojos en otros de sus libros. Que son muchos y, afortunadamente, cada vez más accesibles. 

Hija de sangre y otros relatos: nueve historias de extinción, especulación científica, antirracismo, feminismo, condición humana, experimentos, virus, pandemias, pequeños huecos para la esperanza... Una antología que todo amante de la Ciencia Ficción debería tener en su estantería. 

Frases o párrafos favoritos: 

"Supongo que es porque nos han vuelto a desplazar del centro del universo. A los seres humanos digo. A lo largo de la historia, en los mitos y hasta en la ciencia, nunca hemos dejado de colocarnos en el centro y nunca han dejado de desalojarnos."

¡Un saludo y a seguir leyendo!

Cortesía de Consonni

3 comentarios:

  1. Una lectura muy recomendable sin duda. Como bien nos narras en esta reseña Butler es un clásico al que conviene revisitar a la luz de los problemas de la sociedad contemporánea, tales como el racismo o el patente egocentrismo que nos sacude en la actualidad.
    Una muy interesante reseña de una escritora brillante y que merece el más absoluto respeto intelectual y político

    ResponderEliminar
  2. Creo recordar haberte leído hace tiempo una o unas reseña/s de alguna otra novela de la Butler.
    Creo que voy a entrar en ella a través de estos relatos por ver cómo trata la ciencia ficción.
    Te deseo, querida amiga, una Feliz Navidad y que junto a los tuyos pases una Nochebuena amable.
    Un beso

    ResponderEliminar
  3. A esta autora la tengo pendiente que no paro de leer muy buenas reseñas de sus obras. Ésta no la conocía así que bien apuntada me la llevo. Con lo que me gusta un buen relato...
    Besotes!!!

    ResponderEliminar