viernes, 30 de diciembre de 2016

RESEÑA: Manual para mujeres de la limpieza.

MANUAL PARA MUJERES DE LA LIMPIEZA

Título: Manual para mujeres de la limpieza. 

Autor: Lucia Berlin (1936-2004). Publicó sus primeros relatos a los veinticuatro años en The Atlantic Monthly en la revista de Saul Bellow y Keith Botsford, The Noble Savage. Escribió de manera esporádica hasta los años ochenta y, tras la insistencia del poeta Ed Dorn, decidió publicar su primer volumen de relatos, Angels Laundromat. Sus historias se inspiran en sus propios recuerdos: su infancia en distintas poblaciones mineras de Idaho, Kentucky y Montana, su adolescencia glamurosa en Santiago de Chile, sus estancias en El Paso, Nueva York, México o California, sus tres matrimonios fallidos, su alcoholismo o los distintos puestos que desempeñó para poder mantener a sus cuatro hijos: enfermera, telefonista, limpiadora, profesora de escritura en distintas universidades y en una cárcel. Su relato de cinco párrafos Mi jockey ganó el Jack London Short Prize de 1985. Manual para mujeres de la limpieza es una selección de sus mejores relatos que se presentan por primera vez en español. 


Editorial: Alfaguara. 

Idioma: inglés. 

Traductor: Eugenia Vázquez Nacarino. 

Sinopsis: tras años de injusto olvido, Alfaguara se suma al fenómeno editorial del descubrimiento de Lucia Berlin, todo un clásico de la narrativa estadounidense. Con su inigualable toque de humor y melancolía, Berlin se hace eco de su vida, asombrosa y convulsa, para crear verdaderos milagros literarios con episodios del día a día. Las mujeres de sus relatos están desorientadas, pero al mismo tiempo son fuertes, inteligentes y, sobre todo, extraordinariamente reales. Ríen, lloran, aman, beben: sobreviven.

Su lectura me ha parecido: extraña, libre, impactante, condensada, exenta de barroquismos, humilde, grande, muy necesaria, extremadamente reflexiva, dura como la vida misma...Queridos lectores y lectoras, hoy quiero sincerarme ante vosotros. Todos tenemos momentos de meditación, pero es especialmente durante estos días cuando muchos de nosotros nos detenemos y hacemos balance de cómo ha sido el año que próximamente dejaremos atrás. En mi caso, la balanza está equilibrada, ha sido un año estupendo pero en el que también han sucedido cosas que han hecho que éste haya sido de lo más agitado emocionalmente. Os puedo decir que 2016 ha sido el año en el que he afianzado mi relación con las editoriales, en el que he ampliado mis conocimientos de historia en el Máster de especialización, en el que he podido conocer a gente interesante y en el que he abierto algunos horizontes culturales. Pero 2016 también ha sido el año de la frustración, de la impotencia, del sentimiento de decepción, del miedo, de ser cada vez más consciente de que el futuro es muy incierto y en el que he perdido a un ser muy querido. Al 2016 también lo recordaré por las inesperadas noticias, por el viaje express a La Haya o por el magnífico congreso de historiadores celebrado en Santander. En 2016 seguí escribiendo, seguí mostrando mi opinión día a día, seguí echando de menos pisar un escenario, seguí intentando mejorar día a día, seguí andando hacia adelante a pesar de todo. Pero si por algo será recordado 2016 es por la afianzamiento de mi conciencia feminista. Si, 2016 significó ahondar más en el tema, leer a los estudiosos, adentrarme en las maestras y concienciarme de que hay que seguir luchando por una sociedad donde exista una igualdad real entre ambos sexos. Y por si fuera poco, 2016 ha sido un año de grandes libros, y de entre todos ellos, uno en concreto ha brillado con luz y méritos propios, algo que desde Jimena de la Almena me gustaría reconocer en esta última reseña del 2016. Pocos son los que no lo conocen y muchos los que, irremediablemente, han quedado seducidos y atrapados bajo el encanto y franqueza de Manual para mujeres de la limpieza: sin duda, el libro del año.


La historia de como este libro tan especial llegó a mi casa aconteció a mediados de este año, aunque lo cierto es que una servidora ya le había echado mucho antes el ojo, cuando de la noche a la mañana, Manual para mujeres de la limpieza se convirtió en el libro más comentado, leído y aclamado por la crítica de todo el país. A pesar de que algunos de los cuentos que componen dicho volumen se escribieron muchos años atrás, el impacto que causó su publicación fue tal que encabezó durante mucho tiempo la lista de los más vendidos del país. Por todo ello, Alfaguara puede estar de enhorabuena, no sólo han editado el pelotazo editorial del año, sino que además lo han logrado sin renunciar a la calidad literaria, por lo que muchos lectores les estaremos eternamente agradecidos. Centrándonos en lo que nos ocupa, recuerdo, mientras observaba aquella portada la mar de inquietante y enigmática, no podía evitar pensar en la rareza del título: Manual para mujeres de la limpieza. Me pareció a priori ofensivo, luego extraño, luego exótico, luego empecé a pensar que guardaba una mordaz crítica tras él...En definitiva, en mi cabeza empezaron a converger muchas confabulaciones y teorías, algo que sin duda era realmente bueno de entrada. No hay nada mejor en estos casos que un libro despierte tal convergencia de ideas. Meses más tarde, acercándose el día de la madre y sabiendo que ella andaba interesada en él, no me lo pensé dos veces. Lo adquirí en la feria del libro de mi ciudad, es más, me acuerdo que la vendedora se refirió a su lectura con una sola palabra: "excelente". A mi madre le encantó el regalo, y tan pronto como pudo, inició su lectura. Durante el tiempo que duró ese viaje literario, yo no dejaba de preguntarle, pues por dentro sentía morir de inquietud y de ganas por adentrarme en sus páginas. Y cuando por fin aquello sucedió, mi madre me animó con gran entusiasmo a leerlo, algo que no tardé en hacer. Tras una experiencia literaria sin parangón, tuve la sensación de haber descubierto un diamante tan reluciente como la estela que Lucia Berlin deja tras de si.


Continuando con la crítica literaria, en primer lugar hay que señalar que Manual para mujeres de la limpieza presenta una lectura muy libre, pero en la que la consistencia y la base son muy potentes y sólidas. Cuando te adentras en este volumen de relatos, uno no puede evitar sorprenderse. De hecho, el primer cuento nada menos, titulado Lavandería Ángel, ya te sacude, no por lo emocionante o trascendental que pueda ser, sino por el hecho de encontrarte ante una narración para nada sujeta a los convencionalismos tradicionales. Este relato en concreto puede parecer tan simple como profundo al mismo tiempo si se sabe leer bien. Después, experimentamos una especie de evolución en cada uno de los relatos, donde la libertad reina sobre todo, pero en los que encontramos más intensidad en la escritura. Todo ello sin obviar que nos encontramos ante un libro de cuentos ligeramente anárquico en cuanto a su estructura. Cada relato presenta una longitud diferente, unos se pueden extender más allá de las 5 páginas y otros no llegar a las 2. Eso si, conforme vamos avanzando en su lectura, apreciamos el camino hacia la madurez de una autora excepcional. En ese sentido, los editores han acertado de pleno, pues de este modo ofreces una libertad al lector para estimular la imaginación que muy pocas veces encontramos en otras ediciones de cuentos. Seguidamente, Manual para mujeres de la limpieza rezuma verdad por todos lados, verdad en la actitud y verdad en la intención de la autora. Tanto es así que Berlin no se corta en demostrarlo en cada relato, sin un ápice de soberbia y sin dejarse vencer por las limitaciones que muchos escritores experimentan durante el proceso creativo. Por otro lado, el libro está impregnado de un sello autobiográfico muy fuerte, pues al leer, estamos también leyendo la historia de la propia Berlin. Sus miedos, inseguridades, sus opiniones respecto algunos temas universales, su agitada experiencia matrimonial, sus malabarismos a la hora de criar sus tres hijos, sus problemas con el alcohol, su posterior rehabilitación...Todo ello pasando de los convencionalismos, dando rienda suelta a su personalidad y a una genial espontaneidad que la hace única en el panorama literario. Finalmente, sólo me queda dar las gracias a esa o esas cabezas pensantes que han tenido la idea de presentarnos a Lucia Berlin, para que generaciones y generaciones de lectores disfruten de su prosa y de sus tremendas pero imprescindibles historias.


Cerrando la redacción de esta reseña, he decidido acabar por todo lo alto, con una reflexión que llevaba muchísimo tiempo sin pronunciar y que tratándose de Manual para mujeres de la limpieza no podía obviar. Los protagonistas de este excepcional volumen, como habréis podido comprobar si os habéis adentrado en su lectura, son mujeres. Todas ellas, se han construido con un patrón muy determinado y revelador. Son mujeres que sueñan, que lloran, que se atreven, que se equivocan, que se divierten, que fracasan, que se levantan, que siguen hacia delante, que tropiezan, que trabajan, que beben, que viven...En definitiva, mujeres normales, únicas y auténticas. Sin los artificios que pretenden otorgarles los medios de masas de la época, las que no encontrarás en las revistas de moda o reflejadas en las primeras damas, modelos o actrices de Hollywood. Por todo ello, no es de extrañar que defina, sin equivocarme en absoluto, a Manual para mujeres de la limpieza como un libro profundamente feminista, por la representación que hace Berlin de todas esas mujeres que como cualquier ser humano tienen sus momentos bajos y que saben reponerse perfectamente de ellos, que avanzan con paso firme a pesar de las adversidades de la vida, mujeres que, en definitiva, son no son si no el reflejo perfecto e imperfecto de Lucia Berlin. Sinceramente, y lo digo desde el más absoluto convencimiento, pienso que se debería fomentar más la lectura de este tipo de libros. Lecturas ausentes de estereotipos y de tradicionalismos en cuanto a la construcción del genero femenino, en los que se observe como ésta puede escapar de las garras del monstruo que ha creado la sociedad a lo largo de la historia. Ya dije al principio de la reseña que a lo largo de este 2016 he reafirmado mi compromiso por la lucha a favor de la igualdad entre hombres y mujeres, algo que lecturas como ésta, y otras tantas más, han contribuido a ello y espero también que os inspiren en el próximo año 2017. Manual para mujeres de la limpieza: unas historias de amor, desesperación, libertad, dificultades, supervivencia, perseverancia, recuerdos, exentas de estereotipos y de chichés....Si este año el cuento ha sido el género favorito, éste libro, sin duda, ha sido la estrella más luminosa del universo.

Frases o párrafos favoritos: 

"En la profunda noche oscura del alma, las licorerías y los bares están cerrados."

Película/Canción: mientras esperamos ansiosos a que se produzca tal milagro, os dejo con una de las canciones más inspiradoras que ha dado la historia de la música y que, da la casualidad, que su cantante cumple 70 años. Larga vida a la gran Patti Smith:





¡Un saludo, a seguir leyendo y feliz año nuevo!

5 comentarios:

  1. una estupenda reseña para acabar este año, pues 2016 ha visto llegar al poder a gobernantes no muy feministas, precisamente. a la vez, los datos de la violencia machista son estremecedores. Coencido plenamente contigo en que deberia incentivarse más las lecturas de calado feminista para lograr de una vez por todas y por primera vez en la historia una sociedad no giualitaria, sino justa.

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  2. Pues sí, más lecturas así son necesarias. Y mira, la tenía en mi lista de pendientes pero ahí, sin prisas, con muchas lecturas por delante. Pero después de leerte, voy a adelantarle algunos puestos.
    Besotes!!!

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  3. Hola! No conocía el libro pero no es mi estilo de lectura así que lo dejaré pasar aunque veo que es un libro interesante. Muy buena reseña.

    Un saludo!

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  4. Es un libro que me gustaría leer, pero me frena que sean relatos, que me cuestan bastante habitualmente.
    un beso ;)

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  5. Si, parece ser uno de los mejores del año. Me alegro que te haya gustado. Yo también pienso que sería un buen libro para compartir con mi madre, espero que no tarde mucho en pasar por mis manos. Para la igualdad, supongo que faltan generaciones si es que alguna vez se consigue. Besos.

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