lunes, 12 de junio de 2017

RESEÑA: El Mundo Resplandeciente.

EL MUNDO RESPLANDECIENTE

Título: El mundo resplandeciente.

Autor: Margaret Cavendish (1623-1674), duquesa de Newcastle, fue una destacada investigadora y una prolífica mujer de letras. Interesada en todo tipo de saberes, publicó diez libros de filosofía natural y fue la primera dama en ser recibida en la Royal Society de Londres, que acogió también su famosa colección de telescopios. Fue sepultada con honores en la Abadía de Westminster.


Editorial: Siruela.

Idioma: inglés.

Traductor: Maria Antònia Martí Escayol.

Sinopsis: El Mundo Resplandeciente es un título precursor en el campo de la ciencia ficción y la primera obra firmada por una mujer en toda Europa, es un originalísimo trabajo que incorpora además elementos propios de la filosofía utópica y de la novela de aventuras, y una lectura imprescindible para conocer la mentalidad de la época. Con una mirada moderna y subversiva, la autora desafía convenciones literarias, roles de género, divisiones religiosas y teorías científicas, convirtiéndolo así el fantástico viaje de una dama hasta una extraña tierra poblada por animales parlantes en todo un reto para la imaginación y el pensamiento contemporáneos.

Su lectura me ha parecido: sorprendente, filosófica, didáctica, avanzada a su época en muchos sentidos, imaginativa, inteligente...Antes de ahondar en la reseña propiamente dicha, me gustaría, si me lo permitís, lanzar una pregunta: ¿A qué se debe este complot? ¿Por qué no hemos sabido los lectores, pero sobretodo las lectoras, de la existencia de este libro? Desde que el mundo es mundo y desde que el hombre ha impuesto su visión patriarcal sobre él, a las mujeres se nos ha tratado como seres inferiores, unas eternas menores de edad a las que hay que educar para permanecer en casa calladas, serviles, diligentes e ignorantes. ¿De qué servía instruir a la mujer en otros saberes si éstos no le van a servir para su verdadero cometido? Sin duda, aquellos que ostentaron el poder en las diferentes etapas de nuestra historia, hombres claro está, se cuidaron mucho de que la mujer no supiese de astronomía, matemáticas, política, literatura, medicina, filosofía o de historia entre otros muchos saberes, pues, atentaría contra su posición y hombría que una mujer se erigiese intelectualmente y se posicionase a la misma altura que ellos. Solamente unas pocas afortunadas, pertenecientes claro está a la nobleza o a sectores de la alta burguesía, tuvieron la oportunidad de acceder a todo ello, aunque tampoco lo tuvieron nada fácil. Pasados los años y los siglos, es evidente que las mujeres hemos ido alcanzado metas y derechos, no obstante, es muy reducida la cantidad de referentes femeninos. Generaciones de niñas han crecido sin la inspiración de ciertas figuras de mujeres que desde sus actividades han destacado y cuyos logros han quedado para la posteridad. De ahí que sostenga que todavía, a día de hoy, exista una especie de complot para evitar que la sociedad conozca a ciertas mujeres y sus respectivas hazañas. Algo que muy especialmente se observa, por desgracia, en los libros de texto. Menos mal que, de vez en cuando, las editoriales nos rescatan del pasado y del olvido a mujeres excepcionales cuyos trabajos merecen la pena ser tenidos en cuenta. Este es sin duda el caso de la autora del extraño pero interesante libro que hoy tengo el honor de reseñar. El Mundo Resplandeciente: la filosofía utópica disfrazada de fantasía y ciencia ficción.


La historia de como El Mundo Resplandeciente llegó a mis manos y a formar parte de mi adorada y cada vez más abarrotada librería tiene mucho que ver con lo expuesto en el primer párrafo. Como muchos bien sabréis, en los libros de texto que usamos tanto en el colegio como en el instituto las figuras femeninas siguen estando olvidadas. Salvo las reinas, y no todas, alguna científica, escritora o política, el resto de mujeres que contribuyeron a la humanidad desde sus respectivos campos y actividades es como si no existiesen, como si no mereciesen la pena ser conocidas y estudiadas. A medida que iba pasando el tiempo, me daba cuenta de que si quería aprender algo sobre historia de género, debía empezar a instruirme por mi cuenta. Y aunque durante la carrera nos han hablado de mujeres importantes y de otras cuya existencia desconocía, fuera de las clases siempre salía a relucir el nombre de alguna mujer importante pero que la historia había enterrado. Eso último fue exactamente lo que me sucedió con Margaret Cavendish. ¿Inglesa? ¿australiana? ¿Tal vez americana? ¿A qué se dedicaba? ¿Qué escribió? Todas esas dudas se disiparon en el momento en el que tuve, por primera vez entre mis manos, un ejemplar en castellano de El Mundo Resplandeciente. Cuando me adentré en la sinopsis enseguida entendí la importancia de su figura. Inglesa, nacida en 1623, Duquesa de Newcastle, aristócrata por tanto, durante un tiempo Dama de la Reina de Francia Maria Enriqueta, segunda esposa de Sir William Cavendish, testigo de la República de Cromwell y de la Restauración de los Estuardo en 1660, interesada en la materia y el movimiento, autora de más de 10 libros sobre filosofía natural, pionera en la formulación de las primeras teorías moleculares, primera mujer de la historia en ser recibida por la Royal Society de Londres, poseedora de una sofisticada colección de microscopios, la primera mujer en Europa en firmar una obra de ciencia ficción, fallecida en 1674 y finalmente, enterrada con honores en nada menos que en la abadía de Westminster. En fin, con ese currículum lo normal hubiese sido que en los colegios y en los institutos se conociese, al menos, su faceta científica. ¡Pues ni eso! Sentí rabia, impotencia, pero también fascinación y una enorme curiosidad por sumergirme en sus páginas. Gracias a la editorial Siruela, unos meses después de verlo por vez primera, conseguí hacerme con un ejemplar. El resultado: demasiadas sensaciones para plasmarlas en una sola entrada.


Centrándonos en la crítica propiamente dicha, comenzaremos diciendo que El Mundo Resplandeciente presenta una lectura descriptiva, algo densa, didáctica y que invita al lector a investigar sobre ciertos aspectos que aparecen a lo largo de su lectura. Aunque se asemeje más a una obra filosófica que a una novela propiamente dicha, esto no tiene que disuadir al lector, al contrario, El Mundo Resplandeciente, por fortuna, no presenta esa lectura farragosa que si encontramos en algunos libros de filosofía, sino que ésta es más asequible, sin descuidar claro está la profundidad y la calidad intelectual. Por primera vez, en lo que respecta a este libro, debemos detenernos obligatoriamente en el maravilloso y muy necesario prólogo. Sinceramente, yo no soy mucho de leer los prólogos de las novelas, sin embargo, cuando te enfrentas a un libro de estas características, en donde no conoces ni al autor ni su producción literaria, si que es al menos conveniente que el lector se lea el prólogo que sirve siempre como breve introducción a lo que es el escrito en si. En este caso, tengo que felicitar tanto a la editorial Siruela como a Maria Antònia Martí Escayol por la decisión de adjuntar y elaborar un prólogo tan completo e instructivo. No sólo el lector se puede hacer una idea de quién era Margaret Cavendish, sino que además, te introduce en el contexto de la época, en las convulsiones políticas y en el ambiente filosófico y cultural del momento. Haciendo especial hincapié en lo que respecta a la ciencia de aquel siglo. Este es sin duda, uno de esos prólogos que hay que leer obligatoriamente antes de adentrarse en el libro, en este caso, en Un Mundo Resplandeciente. En lo que respecta al texto, lo cierto es que me impactó toparme de buenas a primeras con un texto más filosófico que novelístico, es más, lo agradecí enormemente. Mediante una narración que podría acercarse a las novelas de aventuras, Cavendish nos sumerge en un viaje hacia un mundo inventado, único, al principio extraño, luego exótico, en el que a medida que vamos avanzando en su lectura, nos sentimos cada vez más cómodos. Un mundo en el que los habitantes tienen cabeza de animal y en donde cada especie se ocupa de una tarea, de una pieza dentro del engranaje que hace funcionar ese insólito lugar. A partir de ahí, la sabiduría y el ingenio de la autora brotan poco a poco. En El Mundo Resplandeciente, Cavendish diserta sobre las teorías científicas de corte cartesiano, cuestiona algunos experimentos llevados a cabo en la Royal Society, se habla sobre el Leviatán de Hobbes, de las teorías del estado de todos contra todos, se observa el cielo con curiosidad, buscando en los astros las respuestas a las incógnitas más comunes de los astrónomos de la época. También se aborda la influencia de la luna en ciertos fenómenos naturales, hay constantes referencias a grandes obras de la literatura universal, se intuye la existencia de la piedra filosofal, se cita a Platón y comprende la importancia de la retórica en el ámbito político. Cada uno de los habitantes de ese lugar, del Mundo Resplandeciente, le aporta un conocimiento nuevo, despertando en la protagonista una inquietud intelectual, por la que llega incluso a cuestionar lo establecido y a formular sus propias teorías y opiniones. Todo ese saber nuevo lo llevará consigo para poder ayudar al rey de su país, que en este caso se intuye que es Carlos II de Inglaterra, a vencer a sus enemigos políticos, que obviamente son Oliver Cromwell y la República. En relación con esto último,  un aspecto que me ha llamado la atención para bien es que sean mujeres las protagonistas del libro, algo que de seguro no era lo normal en este tipo de libros. Tanto la Emperatriz como la Duquesa, que claramente son Maria Enriqueta de Francia y la propia Margaret Cavendish, son las que visitan el Mundo Resplandeciente y las que obtienen finalmente las herramientas necesarias para poder socorrer al rey. Esto denota no sólo una novedad, sino también una clara intención de dignificar y empoderar a la figura de la mujer, saltándose de golpe y porrazo todos los convencionalismos. Y si a eso le añades ciertos coqueteos con el travestismo y el lesbianismo, no me extrañaría nada que en aquella época maldijeran a este libro y a la pobre Cavendish, quien no tenía la culpa de mirar más allá, de ser una adelantada a su tiempo. En resumidas cuentas, y a pesar de que todo lo que he contado sobre historia, ciencia y filosofía pueda disuadir al lector más convencional, os animo a salir de la zona de confort y a darle una oportunidad a El Mundo Resplandeciente, merece la pena.

Como cabría de esperar, y si no sería mal asunto, El Mundo Resplandeciente ha logrado despertar más de una reflexión pertinente, y más en los tiempos que corren, en los que saberes como la historia o la filosofía están cada vez más denostados y desprestigiados. Por ello, y en relación con este libro, he decidido decantarme por el tema más abrumador de todos. Además de un relato fantástico, El Mundo Resplandeciente es en el fondo es la construcción de un lugar idílico, en otras palabras, la definición de una utopía. El término utopía viene de lejos, de muy lejos, los antiguos griegos ya hablaban de sociedades ideales e inexistentes que podrían llevarse a cabo según una serie de criterios sujetos a la personalidad de quien los formula. Existen utopías muy famosas, como la República de Platón, la religiosa de San Agustín de Hipona, la de Tomás Moro o el llamado socialismo utópico. Algunas de ellas incluso llegaron a ponerse en práctica de la mano de Charles Fourier y Robert Owen mediante la construcción de Falansterios en el caso del primero y la comunidad de Nueva Armonía en el caso del segundo. Ambas sin llegar a prosperar. El marxismo y el anarquismo, como ideologías, también tienen una base utópica, al igual que el ecologismo, cuya construcción utópica se plasma en el libro Ecotopía. Dejando a un lado la historia, la utopía propiamente dicha viene a ser un lugar ideal, maravilloso, inexistente y que sirve para criticar o escapar de las garras del sistema dominador. Para cada uno de nosotros, la utopía puede ser muy diferente, nuestro paraíso no es el mismo en todas las personas que conforman la sociedad, incluso habrá alguien para quien la utopía se identifique con actividades delictivas y otras del todo condenables. Pero lo cierto es que, todos y cada uno de nosotros, tiene una idea más o menos clara de cual sería su lugar ideal, su panacea, ese territorio inventado en el que refugiarse cuando estalla la tormenta. En él podemos encontrar lo que nos hace feliz, lo que puede aliviarnos, calmar nuestras heridas, lo que permita abrigarnos, correr, gritar, ser libres, lejos de las ataduras del día a día y de las presiones que el sistema ejerce sin piedad sobre nosotros. La utopía, nuestra utopía, propia, personal, intransferible, única, reconfortante, envolvente y cuyo camino solemos recorrer. En ese sentido, no estaban locos los primeros en hablar de ella, pues a juzgar los resultados, parece que lo utópico, lo deseable, está más interiorizado en nuestra forma de ser de lo que nos imaginábamos. Por eso, es interesante acercarse a este tipo de libros, como El Mundo Resplandeciente, en donde Cavendish invita al lector a sumergirse en su particular utopía, animándonos a conocer sus entresijos y a percibir la dura crítica a las espesas sombras del siglo XVII. El Mundo Resplandeciente: una historia de aprendizaje, cuestionamiento, intelectualidad, ciencia, filosofía, política, hombres-animales fantásticos... El gran descubrimiento literario del año.

Frases o párrafos favoritos:

"Aunque no pueda ser Enrique V, ni Carlos II, me esfuerzo por ser Margaret I. Y, aunque ni tengo poder ni ocasión para conquistar el mundo como lo hicieron Alejandro y César, y tampoco puedo ser dueña de uno, pues ni la Fortuna ni el Destino me lo darían, he creado un mundo por mí misma, por lo que nadie, podrá culparme, al tener cada cual el poder de hacer lo que desee."

Película/Canción:  sinceramente, veo bastante complicado llevar a cabo una adaptación de este libro, es más, dudo que se haga. Por lo que os invito a escuchar la pieza de Handel que me ha acompañado durante la redacción de esta reseña. Breve pero sugerente.


¡Un saludo y a seguir leyendo!

Cortesía de Ediciones Siruela

5 comentarios:

  1. Hola! No conocía este libro y pese a que no es mi estilo de lectura tiene algo que me llama así que no lo descarto del todo. Gracias por la reseña.

    Un saludo!

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  2. Tengo que leerlo cuanto antes!
    Muchísimas gracias por hacérnoslo conocer con tu reseña, ¡Un saludo!

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  3. No conocía este libro, estudie filosofia y en la facultad se nos hablo sobre la utopia y los autores utopicos, desde Platon hasta Marx pero nunca de esta mujer, lo cual es una autentica pena porque todas las útopias deben ser leidas para ayudarnos a imaginar un mundo que queramos construir donde todo el mundo pueda vivir. la utopia es importante porque nos lleva a la critica de lo existente y nos permite entablar dialogos con otras personas. Muchos autores pensaron que era posible construir utopias politicas, yo no se si es posible, pero creo que la función de todo politico es intentarlo.
    una reseña excelente de un libro que quiero leer cuanto antes

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  4. No conocía ni el libro ni la autora. Gracias por acercarnos a estas mujeres ignoradas por la historia.
    Besos

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  5. Pues no conocía este libro y has conseguido picarme la curiosidad. Gran reseña.
    Besotes!!!

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