sábado, 21 de marzo de 2020

RESEÑA: Las Furias.

LAS FURIAS

Título: Las furias.

Autora: Katie Lowe, se graduó en la Universidad de Birming­ham. Es licenciada en Lengua y Literatura Inglesa y tiene un máster en Literatura y Vanguardia. Las Furias, traducida a varios idiomas, es su primera y aclamada novela. (Fuente: Editorial).


Editorial: Siruela.

Idioma: inglés.

Traductora: Virginia Maza.

Sinopsis: En 1998, una chica de dieciséis años —vestida de blanco y meciéndose en un columpio— aparece muerta en el elitista colegio femenino Elm Hollow, emplazado en una pequeña localidad costera con un tenebroso pasado vinculado a los procesos por brujería del siglo XVII.  Un año antes, tras la muerte de su padre y su hermana en un trágico accidente, Violet comienza sus estudios en la prestigiosa institución, donde enseguida se siente fascinada por tres de sus compañeras y por su carismática y misteriosa profesora de arte, quien la invita a formar parte de un selecto y secreto grupo de clases sobre mitología. Muy pronto, la figura de las furias, divinidades romanas de la venganza, empieza a ejercer tal magnetismo sobre las adolescentes que estas se ven arrastradas sin control hacia su lado más oscuro. ¿Hasta dónde llegarán para protegerse mutuamente... o para destruirse? (Fuente: Editorial).

Su lectura me ha parecido: entretenida, amena, con una aproximación inminentemente juvenil, tenebrosa, terrorífica por momentos, perversa, atractiva, poco profunda, con un mensaje feminista que resuena con fuerza... Las Furias - o Erinias en la mitología griega - son personificaciones femeninas de la venganza que perseguían a los culpables de ciertos crímenes. Según Hesíodo (uno de los grandes poetas de la antigua Grecia) son hijas de la sangre derramada por el pene de Urano sobre Gea cuando su hijo Crono lo castró, siendo por tanto divinidades ctónicas, es decir, dioses o espíritus procedentes del inframundo en oposición a las divinidades telúricas (más celestes). Al contrario que Hesíodo, que no fijó un número concreto de Furias, Virgilio - otro de los grandes escritores de la era clásica - determinó la existencia de tres, las cuales respondían a los nombres de Alecto ("la implacable"), Megera ("la celosa") y Tisífone ("la vengadora del asesino"). La primera castiga los delitos morales, la segunda los de infidelidad y la tercera los de sangre. Su representación ha variado a lo largo de la historia, sin embargo, la gran mayoría de escritores y artistas pictóricos coinciden en pintarlas como seres vengadores con serpientes enroscadas en sus cabellos, portando látigos y antorchas y con sangre manando de sus ojos en lugar de lágrimas. También que se decía que tenían grandes alas de murciélago o que hasta el cuerpo de perro. Fuerzas primitivas a los dioses del Olimpo, las Furias moraban por Érebo (o el Tártaro según otras leyendas) y solo regresaban a la tierra para castigar a los criminales vivos. En obras como la Ilíada, Homero les otorgó un poder ilimitado, es decir, que podían perseguir al criminal en cuestión más allá de su propia muerte, extendiéndose al inframundo, donde eran sometidos a las torturas más terribles e inimaginables hasta hacerles perder la cabeza (de ahí que su nombre latino, "Furias", derive precisamente de "furor" como sinónimo de "locura"). El criminal podía escapar del tormento sólo si encontraba a alguien que purificases sus crímenes. Las Furias tuvieron su protagonismo en la obra de Esquilo Las Euménides en donde éstas persiguen a Orestes por haber matado a su propia madre en venganza por el asesinato de su padre Agamenón. Se cuenta que durante su primera representación provocó el terror en los espectadores al situar a las Erinias o Furias en el coro. Las Furias aparecen en el sexto círculo del infierno de la Divina Comedia, visitan al Fausto de Goethe, se convierten en moscas en una novela de Sartre, son el terror de Morfeo en una historieta del comic The Sandman de Neil Gaiman e incluso hacen acto de presencia en un capítulo de la popular serie de los 90 Xena la Princesa Guerrera. Dentro de la literatura más actual encontramos un interesante, y muy juvenil ejemplo de actualización de estas criaturas mitológicas en el libro que hoy reseño para todas y todos vosotros. La Furias: la ira de las brujas en tiempos del Me Too.


La novela juvenil está viviendo desde finales de los años 90 hasta nuestros días su particular era de oro. Y aunque todavía la critica más arcaica sigue considerando a este género - caracterizado por mantenerse a modo de transición entre la literatura infantil y la de adultos - algo menor en comparación con otros géneros, lo cierto es que lo juvenil está más en boga que nunca. Hasta el punto de que podemos encontrar lectores de prácticamente todas las edades que son amantes o usuarios asiduos de sus formas de narrar. J.K. Rowlling fue la que abrió la veda en ese sentido consiguiendo, no solo que un niño y posteriormente adolescente llamado Harry Potter se haya convertido con el tiempo en uno de los personajes más famosos de la literatura, también reconfigurando los códigos de escritura del género juvenil para siempre. Tras ella vinieron muchas y muchos más que, con mayor o menor fortuna, han logrado que sus libros hayan alcanzado la categoría de "culto" o pertenecientes a la cultura popular de masas. Mención a parte merece la gran aceptación que tiene lo juvenil en España, siendo con diferencia el género que más se lee entre los adolescentes y no tan adolescentes. En nuestro país fue sin duda Laura Gallego la que resucitó de alguna manera una tradición antes cultivada por autoras como Ana Maria Matute, Carmen Martín Gaite o Elena Fortún entre otras y otros. Una tradición que actualmente sigue en auge gracias a escritoras como Victoria Álvarez, Beatriz Esteban o el tándem que forman Iria G. Parente y Selene M. Petalos escribiendo a dos manos. Desde tiempos de J. R. Tolkien se ha asociado la literatura juvenil - o Young Adult - con los recursos propios de la fantasía. Dragones, hadas, elfos, gigantes, árboles parlantes, magos. Hasta el punto de que muchos siguen sosteniendo que la literatura juvenil va implícita la fantasía. Sí, es cierto que una gran parte de lo que se publica de este género se sitúa en estos códigos, sin embargo, a lo largo de estos últimos años hemos sido testigos de la evolución que ha experimentado. Un cambio en lo transversal, en la utilización de otros géneros literarios para contar historias dentro del marco de lo juvenil. Hoy en día podemos aproximarnos a una librería y adquirir novela juvenil de temática social, de ciencia ficción, histórica, romántica o incluso próxima a los códigos del terror. Es precisamente en este último, en el que es capaz de hacernos temblar de miedo, donde debemos situar la novela que Katie Lowe ha escrito desde una ambientación y puntos de vista totalmente juveniles - y seriéfilos si me lo permitís - con una clara intencionalidad feminista. Aspectos de los cuales hablaremos con más detenimiento en los siguientes párrafo.


Cuando tuve por primera vez el presente libro entre mis manos, a su autora me la presentaron como la sucesora de Shirley Jackson. Sí, la misma que nos metió el miedo en el cuerpo con novelas como Siempre hemos vivido en el castillo, La Lotería o La Maldición de Hill House. Sí, es una exitosa y novedosa serie de Netflix, pero también una de las mejores novelas de terror del pasado siglo XX. De hecho, sin la existencia y el talento literario de Jackson, es muy posible que un tal Stephen King no hubiese desarrollado toda su cosmogonía terrorífica y por supuesto no se habría convertido en el referente mundial que es hoy. Era lógico que con dicha carta de presentación desconfiase en un primer momento, ya que los ejercicios pretenciosos no hacen sino alejarme de dicha lectura. Perola presencia de brujas, el que estuviese ambientado en un internado con oscuros orígenes, y lo más importante, el que llevase por título Las Furias me convencieron de que era un libro al que debía aproximarme, aunque sólo fuera por amarlo o repudiarlo una vez finalizada su lectura. Tras formar parte de ese selecto grupo de libros que escogí para finalizar el pasado año 2019, mi parecer no se decantó hacia el calificativo de "maravilla absoluta" ni al de "fracaso estrepitoso". Simplemente se mantuvo en una especie de punto medio, aunque con una serie de aspectos que inclinaron ligeramente la balanza hacia la satisfacción. Para empezar, y como ya he avanzado en el anterior párrafo, Las Furias es una novela perteneciente al género juvenil, cosa que por cierto desconocía por completo cuando inicié su lectura allá por el mes de diciembre. Este hecho me sorprendió de buenas a primeras, pero posteriormente decidí tomarlo como un regalo, como un reencuentro con mis orígenes lectores más añorados. Su prosa sencilla, su adictivo ritmo, su habilidad para esconder el misterio, su poca profundidad narrativa - que no reflexiva - la ambientación. así como esa potencia visual en lugar de ahuyentarme me engancharon. Tal vez en el fondo estaba deseando leer literatura juvenil, aunque no lo manifestase en voz alta y aunque su aproximación al terror me hiciese olvidar de que el público al que va dirigido fundamentalmente es el adolescente. En Las Furias Violet, una joven de 16 años que no consigue superar las secuelas de un accidente, entra a formar parte del prestigioso instituto femenino Elm Hollow. Un internado fundado en el siglo XVII y cuya historia está ligada a los procesos por brujería que tuvieron lugar en aquella época. Es allí entre un decano experto en brujería, un grupo de misteriosas chicas y una profesora, Anabelle, que organiza clases de mitología clásica para un selecto grupo de alumnas donde Violet deberá moverse y adaptarse. A toda esta nueva cotidianeidad se le añadirá el conocimiento de crímenes acontecidos tiempo atrás en las inmediaciones del lugar y el descubrimiento de "las Furias" como entres oscuros a los que se puede invocar para atormentar a quien te ha hecho daño. Dicho esto, está claro que Hogwarts ha dejado de ser el colegio más peligroso de la ficción en comparación con Elm Hollow.


Las influencias aquí son muy claras. En el plano literario está claro que Katie Lowe bebe de la influencia de Shirley Jackson, sobre todo en lo que a preocupaciones y temáticas se refiere. Sin embargo, ni Jackson ni Lowe comparten una cosa fundamental como es la coetaneidad. Mientras la primera desarrolló su carrera literaria a principios y mediados del siglo XX, la segunda es una autora de pleno siglo XXI. Algo capital para apreciar, por supuesto, el diferente trato y perspectiva a los temas que las unen como maestra y alumna. Mientras la primera usa lo sobrenatural de una forma más sutil para evidenciar que la cara abominable de la condición humana, en la segunda el elemento terrorífico es ultra explícito, hasta el punto de que vemos y sentimos el poder de las brujas o "Furias" en este caso. Por otro lado, y aquí es una opinión puramente personal, mientras leía la presente novela no paraba de encontrar conexiones con Las vírgenes suicidas de Jeffrey Egenides. La forma con la que se inicia el libro, el tono de las jóvenes, así como su cohesión casi mística me han recordado enormemente a las hermanas Lisbon, cuyo poder de atracción y de misterio era bastante similar. Por ir finiquitando este apartado de influencias, os adjuntaré una más, la que más me gusta y más gracia me hace. Y es que Las Furias de Katie Lowe recuerda muchísimo al planteamiento y el estilo de la serie American Horror Story, y en concreto a su tercera temporada - la más celebrada e icónica de todas - titulada Coven. En ella, los espectadores asistimos a una historia desarrollada en un colegio femenino de brujería  en crisis ante la posible extinción de las descendientes de Salem y todos los tejemanejes al rededor de sus alumnas, profesoras y demás personajes foráneos a la institución. Una vez expuesto el argumento y tras haber leído Las Furias no podemos hablar de descarada copia pero sí de una especie de homenaje, aunque con la ausencia de una Madison Montgomery o una Fiona Goode. Para ponerle punto y final me gustaría hablar, aunque sea brevemente, del núcleo de la novela, el sol sobre el que pivotan el resto de planetas, la verdadera razón de ser y el motivo que empujó a Lowe a escribir esta novela resucitando a las Furias, figuras mitológicas por cierto poco reivindicadas en la literatura. Cuando me he referido antes a este libro como una historia de brujas en tiempos del Me Too lo he hecho con toda la certeza del mundo, ya que por un lado la autora ha querido en primera instancia construir una historia donde el feminismo y la sororidad fuesen los temas subyacentes entre lenguaje teen y lo terrorífico, y por otro lado, usar la figura de las Furias para evidenciar el poder de las mujeres para luchar contra las injusticias. En la novela Violet, Robin, Grace y Alex las invocan contra los hombres. Hombres que las agreden, las insultan, las acosan y las violan. Ellas se erigen entonces como herederas de una sabiduría ancestral, transmitida de generación en generación a través de las tragedias, los procesos de brujería y el arte. Por eso las mujeres, ante cualquier retroceso de derechos que nos afecte, nos sentiremos más próximas ellas, a nuestras antepasadas quemadas en la hoguera, arrojadas a acantilados o a esas Furias que persiguen la justicia a través de manifestaciones, motines, barricadas y demás actos revolucionarios. Lowe nos ha dado la clave, seamos Furias, señalemos la injusticia, acabemos con el patriarcado, sin esperar a que nadie lo haga por nosotras.

Las Furias: una historia de brujería, invocaciones, asesinatos, adolescentes misteriosas, mitología, justicia, feminismo, unión... Si estos días de encierro necesitáis una novela de abstracción total, esta es la que necesitáis.

Frases o párrafos favoritos:

"Les enseñaré todo lo que sé y todo lo que mis predecesoras han sabido: la fuerza de las mujeres llevadas por la ira, los destinos que tenemos reservados y las furias que poseemos. Les ayudaré a desplegar las alar y a sacarles los ojos a los que nos miren; les enseñaré a quemar con fuego justo y a purificar el mundo a través del conocimiento. Les hablaré de belleza, venganza, locura y muerte, y si lo calcinan todo y vuelven a empezar, cuanto más, mejor."

¡Un saludo, a seguir leyendo y ánimo!

Cortesía de Siruela

2 comentarios:

  1. una reseña muy interesante aunque el libro no ha logrado atraerme si que me ha gustado mucho que la autora haya elegido a las furias para vehicular su historia.
    Celebro muy mucho la pequeña genealogía que has hecho de estos personajes de la mitología clásica, que son hoy muy desconocidas.
    Gran reseña

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  2. Hola! No conocía este libro pero parece entretenido y aunque no es muy de mi estilo no lo descarto. Muchas gracias por tu reseña.

    Un saludo!

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