MALA LETRA
Título: Mala Letra.
Autor: Sara Mesa (Madrid, 1976) desde niña reside en Sevilla. Es una galardonada autora de poesía, relatos y novelas. En Anagrama ha publicado Cuatro por Cuatro, finalista del premio Herralde de Novela y Cicatriz, elegido entre los libros del año por El País, El Mundo, ABC, El Español y otros medios. Con Mala Letra la autora española se consolida como una de las escritoras revelación del panorama literario español.
Editorial: Anagrama.
Idioma: castellano.
Sinopsis: la autora de este libro coge mal el lápiz. Lo ha cogido mal desde niña, cuando algunos profesores se empeñaban en corregirla porque "hay que escribir como Dios manda", e, incapaz de aprender, ha seguido cogiéndolo mal hasta el día de hoy, con todas las consecuencias. Porque...¿puede acaso salir buena letra con un lápiz torcido? Esta es una de las cuestiones que se plantean sobre este conjunto de cuentos: la de la escritura dócil, libre y acelerada, la escritura que araña y rasga la memoria, que destroza los recuerdos y hace de ellos otra cosa. Las historias que aparecen en este volumen abordan temas como la culpa y la redención, la falta de libertad y esos "pequeños instantes, epifanías, revelaciones, imágenes que se abren, palabras que se desdoblan", cuando "algo se quiebra, y todo cambia".
Su lectura me ha parecido: interesante, perversa, muy reflexiva, penetrante, impactante, demasiado descriptiva, inteligente, chocante, perturbadora...Hoy, queridos lectores, me he levantado pensativa, y en cierto modo algo alicaída. Últimamente, en lo que respecta a mi vida personal, me he topado con un bache importante y que de seguro me mantendrá en este estado durante más tiempo del que me imagino. No obstante, y a pesar de que estos días no me apetece hacer nada, absolutamente nada por decirlo de alguna manera, he encontrado fuerzas para seguir adelante con mis investigaciones y con el crecimiento de este espacio tan importante para mi. Y es que, una vez más, la lectura, los libros y la buena literatura me están ayudando, poco a poco, a no deprimirme y a seguir adelante a pesar de todo. Ya lo dijo una mujer a la que respeto y admiro, la literatura siempre va a estar ahí, en los buenos y en los malos momentos. Actualmente, mis lecturas distan unas de otras, y eso me fascina, porque así me obliga a tener la cabeza ocupada. Y en lo que respecta a Jimena de la Almena, ese espacio de reseñas y debate, el poder escribir sobre mis verdaderas y sinceras opiniones me da la libertad de mostrarme como soy y de paso, plasmar lo que de verdad siento acerca de la lectura de un libro concreto. Escribir me ayuda, por lo que no tenéis que preocuparos, pues tendréis reseñas como la que hoy os traigo para rato. Mala Letra: la revelación de las letras españolas en forma de revisión de lo clásico.
La historia de como Mala Letra llegó a mis manos es relativamente reciente. Antes de iniciar mi particular relato, he de adelantaros que ya había oído hablar de Sara Mesa, sobretodo por Cicatriz, el cual se han dicho autenticas maravillas, llegando a calificarlo como el mejor libro del año 2015 del ámbito literario español. Lo cierto es que, tras esos halagos, es normal que el nombre se me quedase, es más, Cicatriz forma parte de mi lista de pendientes que año tras año intento rebajar poco a poco. Una vez conocida la producción literaria de Sara Mesa, lo que sucedió después fue que como lectora estaba iniciándome de nuevo en el género del cuento. Primero desde una lectura más clásica y medieval, con la lectura de Los Cuentos de Canterbury, para más tarde pasar a varios títulos significativos de esa nueva generación de escritores que han encontrado en él su sello de identidad. Además, a todo esto hay que añadirle el hecho de que me encontraba en un momento de mi vida algo complicado, el cual, ya he narrado con anterioridad en este espacio. Fue a inicios del verano pasado cuando tomé una de las decisiones más cruciales e importantes, pero que en su momento, me sumió en unos días de tremenda espesura y oscuridad. Durante aquellos días, como no podía ser de otra forma, me ayudaron a superarlo especialmente dos lecturas. Una de ellas, Versiones de Nosotros, la reseñé el pasado septiembre, y la segunda fue Mala Letra. Un libro que en cuanto lo vi expuesto en la biblioteca, no dudé en llevármelo prestado a casa. Hoy, meses más tarde, sumida en otro momento complicado a nivel personal, y aunque otros libros me estén ayudando a sobrellevar esta situación, me reconforta redactar esta reseña para todos vosotros.
Centrándonos en la crítica propiamente dicha, comenzaremos diciendo que Mala Letra presenta una lectura realmente atrayente por su complejidad tanto narrativa como psicológica en el terreno de los personajes. Sin embargo, si que encontramos tal vez un exceso a la hora de describir las situaciones, un estilo un tanto rebuscado y barroco que en cierto sentido corre el riesgo de que el lector se aburra con esta lectura. No fue mi caso, eso tengo que reconocerlo, sin embargo, no a todo el mundo le gusta la exactitud y la recreación cuando se habla de descripciones. Seguidamente, hay que reconocer el merito de Sara Mesa a la hora de impregnar sus cuentos de una especie de atracción especial. Como si se tratase de la cosa más fácil y sencilla del mundo, aunque por supuesto se que no lo es en absoluto, la autora logra incorporar inteligentemente una especie magnetismo estilístico, logrando que nos parezcan únicas y especiales las acciones y situaciones más cotidianas del mundo. Con esto, logramos que el lector quede prendado de dichas historias, como si un imán lo atrajese hacia él, sintiéndose incapaz de abandonar la lectura. Este estilo lo he podido encontrar en autores como Yoko Ogawa, Lucia Berlin, Emmanuel Bove, El Marqués de Sade; pero sobretodo en Manuel Rivas, un autor del que Sara Mesa seguro que ha bebido enormes cantidades de inspiración al centrarse en el lado menos afortunado de la vida. Por otro lado, en Mala Letra, nos topamos con una sucesión de cuentos diferentes entre si, de más o menos extensión, pero que giran entorno a lo que hemos comentado antes, a esa faceta oscura del ser humano, pero también, a esos amargos momentos que nos puede acontecer durante el devenir de la existencia. Por ello, encontramos relatos en los que se habla del rechazo, la incomprensión, la opresión familiar, la discriminación en el ámbito escolar, los miedos más comunes del ser humano, el abandono, la tristeza, las malas decisiones, el resentimiento y la culpa. Todos ellos, en su conjunto, conforman una única voz que a veces, creemos reconocer en algunos pasajes de los relatos. Intuyendo que es la propia voz de la autora, la voz de Sara Mesa, la que se introduce por boca de algunos personajes. Por último, una especial mención al diseño de la portada, totalmente adecuado y que en cierto modo, simboliza el espíritu del libro. Un extracto de un Cuaderno Rubio que nos ejemplifica como existe una forma correcta de hacer las cosas, y como si no la sigues al pie de la letra, las consecuencias pueden ser impredecibles.
En lo que respecta a la reflexión personal, en esta ocasión, una servidora quiere tirarse a la piscina. No se si estaré en lo cierto o la gente me discutirá mis argumentos, sin embargo, desde este espacio, he decidido hablar sobre el cuento, el cuento como género y la importancia de el cuento hoy en día. Como muy bien sabréis, a lo largo de la literatura universal han desfilado ante los ojos de los lectores inmortales recopilatorios de cuentos, algunos muy conocidos y otros no tanto, pero en los que predominaba un carácter ancestral y de tradición muy importante. Antiguamente, el cuento se transmitía oralmente, lo que propiciaba infinitas versiones de una misma historia, y además, siempre cabía la posibilidad de que este relato fuera en su origen verídico, por lo que nos encontramos ante una fuente cultural y social de primer nivel. Por otro lado, y a medida que avanzamos en el tiempo, encontramos como el cuento se somete a muchas épocas históricas, por lo que nuevos temas como la crítica, la sátira, lo cómico, lo heroico, lo cotidiano, lo amoroso, lo profano, lo social, lo real o lo erótico se cuelan en la mente de aquellos importantes escritores del género. Seguidamente, y aunque el cuento también se somete a experimentos y a transformaciones estilísticas, encontramos como existe una época, la de principios de siglo XXI donde éste acaba sucumbiendo al poder de atracción de la novela. Tanto es así, que por aquel entonces, hablar de cuento era sinónimo de libro infantil, que paradójcamente han sido los que más han sobrevivido al paso del tiempo. Ahora, en plena vorágine de las nuevas tecnologías, vemos como el cuento regresa, con mucha fuerza, recuperando el terreno que en su día le arrebató la novela, quedándose ambas formas narrativas en posiciones muy igualadas. Este regreso del cuento, según mi opinión podría deberse a tres motivos. Primero, el hecho de que el cuento se presta a ofrecer más información, más historias, más carne por decirlo de alguna forma en una época donde queremos siempre estar informados. Esto mismo lo puede conseguir la novela perfectamente, no obstante, y he aquí el segundo de los motivos, en una sociedad en la que se resume todo en 140 caracteres, las novelas extensísimas del pasado, han quedado desfasadas. El lector actual busca historias más cortas, breves, pero con contenido literario. Por ello, los libros de cuentos resultan ser el formato perfecto para satisfacer esta necesidad. En último lugar, es inevitable pensar que el factor "moda" va detrás de todo este regreso, sin embargo, creo que pesan más las dos anteriores en esta cuestión. Libros entre los que se debe incluir Mala Letra de Sara Mesa, nos demuestran esta teoría, y como la vigencia del cuento nunca ha muerto, sino que siempre ha estado ahí, agazapada, esperando su momento para poder volver a brillar. Mala Letra: unas historias de terror, verdad, arrepentimiento, oscuridad, culpa, cargos de conciencia, intelectualidad, discriminación...Un libro que me anima a leer el resto de la incipiente producción literaria de una autora con mucha personalidad.
Frases/Párrafos favoritos:
"El mundo es impasible ante cualquier cosa que suceda, por inusual, horrible o cruel que ésta sea. Visto así, el mundo no tiene mucho que ver, realmente con nosotros."
Película/Canción: al igual que ha pasado con otros autores de cuentos, de seguro que un día de estos se inspiran en alguno de Mala Letra para un corto o una película. Pero hasta que eso suceda, os adjunto la entrevista que le hicieron en el fantástico programa Página 2 la pasada temporada.
¡Un saludo y a seguir leyendo!
Su lectura me ha parecido: interesante, perversa, muy reflexiva, penetrante, impactante, demasiado descriptiva, inteligente, chocante, perturbadora...Hoy, queridos lectores, me he levantado pensativa, y en cierto modo algo alicaída. Últimamente, en lo que respecta a mi vida personal, me he topado con un bache importante y que de seguro me mantendrá en este estado durante más tiempo del que me imagino. No obstante, y a pesar de que estos días no me apetece hacer nada, absolutamente nada por decirlo de alguna manera, he encontrado fuerzas para seguir adelante con mis investigaciones y con el crecimiento de este espacio tan importante para mi. Y es que, una vez más, la lectura, los libros y la buena literatura me están ayudando, poco a poco, a no deprimirme y a seguir adelante a pesar de todo. Ya lo dijo una mujer a la que respeto y admiro, la literatura siempre va a estar ahí, en los buenos y en los malos momentos. Actualmente, mis lecturas distan unas de otras, y eso me fascina, porque así me obliga a tener la cabeza ocupada. Y en lo que respecta a Jimena de la Almena, ese espacio de reseñas y debate, el poder escribir sobre mis verdaderas y sinceras opiniones me da la libertad de mostrarme como soy y de paso, plasmar lo que de verdad siento acerca de la lectura de un libro concreto. Escribir me ayuda, por lo que no tenéis que preocuparos, pues tendréis reseñas como la que hoy os traigo para rato. Mala Letra: la revelación de las letras españolas en forma de revisión de lo clásico.
La historia de como Mala Letra llegó a mis manos es relativamente reciente. Antes de iniciar mi particular relato, he de adelantaros que ya había oído hablar de Sara Mesa, sobretodo por Cicatriz, el cual se han dicho autenticas maravillas, llegando a calificarlo como el mejor libro del año 2015 del ámbito literario español. Lo cierto es que, tras esos halagos, es normal que el nombre se me quedase, es más, Cicatriz forma parte de mi lista de pendientes que año tras año intento rebajar poco a poco. Una vez conocida la producción literaria de Sara Mesa, lo que sucedió después fue que como lectora estaba iniciándome de nuevo en el género del cuento. Primero desde una lectura más clásica y medieval, con la lectura de Los Cuentos de Canterbury, para más tarde pasar a varios títulos significativos de esa nueva generación de escritores que han encontrado en él su sello de identidad. Además, a todo esto hay que añadirle el hecho de que me encontraba en un momento de mi vida algo complicado, el cual, ya he narrado con anterioridad en este espacio. Fue a inicios del verano pasado cuando tomé una de las decisiones más cruciales e importantes, pero que en su momento, me sumió en unos días de tremenda espesura y oscuridad. Durante aquellos días, como no podía ser de otra forma, me ayudaron a superarlo especialmente dos lecturas. Una de ellas, Versiones de Nosotros, la reseñé el pasado septiembre, y la segunda fue Mala Letra. Un libro que en cuanto lo vi expuesto en la biblioteca, no dudé en llevármelo prestado a casa. Hoy, meses más tarde, sumida en otro momento complicado a nivel personal, y aunque otros libros me estén ayudando a sobrellevar esta situación, me reconforta redactar esta reseña para todos vosotros.
Centrándonos en la crítica propiamente dicha, comenzaremos diciendo que Mala Letra presenta una lectura realmente atrayente por su complejidad tanto narrativa como psicológica en el terreno de los personajes. Sin embargo, si que encontramos tal vez un exceso a la hora de describir las situaciones, un estilo un tanto rebuscado y barroco que en cierto sentido corre el riesgo de que el lector se aburra con esta lectura. No fue mi caso, eso tengo que reconocerlo, sin embargo, no a todo el mundo le gusta la exactitud y la recreación cuando se habla de descripciones. Seguidamente, hay que reconocer el merito de Sara Mesa a la hora de impregnar sus cuentos de una especie de atracción especial. Como si se tratase de la cosa más fácil y sencilla del mundo, aunque por supuesto se que no lo es en absoluto, la autora logra incorporar inteligentemente una especie magnetismo estilístico, logrando que nos parezcan únicas y especiales las acciones y situaciones más cotidianas del mundo. Con esto, logramos que el lector quede prendado de dichas historias, como si un imán lo atrajese hacia él, sintiéndose incapaz de abandonar la lectura. Este estilo lo he podido encontrar en autores como Yoko Ogawa, Lucia Berlin, Emmanuel Bove, El Marqués de Sade; pero sobretodo en Manuel Rivas, un autor del que Sara Mesa seguro que ha bebido enormes cantidades de inspiración al centrarse en el lado menos afortunado de la vida. Por otro lado, en Mala Letra, nos topamos con una sucesión de cuentos diferentes entre si, de más o menos extensión, pero que giran entorno a lo que hemos comentado antes, a esa faceta oscura del ser humano, pero también, a esos amargos momentos que nos puede acontecer durante el devenir de la existencia. Por ello, encontramos relatos en los que se habla del rechazo, la incomprensión, la opresión familiar, la discriminación en el ámbito escolar, los miedos más comunes del ser humano, el abandono, la tristeza, las malas decisiones, el resentimiento y la culpa. Todos ellos, en su conjunto, conforman una única voz que a veces, creemos reconocer en algunos pasajes de los relatos. Intuyendo que es la propia voz de la autora, la voz de Sara Mesa, la que se introduce por boca de algunos personajes. Por último, una especial mención al diseño de la portada, totalmente adecuado y que en cierto modo, simboliza el espíritu del libro. Un extracto de un Cuaderno Rubio que nos ejemplifica como existe una forma correcta de hacer las cosas, y como si no la sigues al pie de la letra, las consecuencias pueden ser impredecibles.
En lo que respecta a la reflexión personal, en esta ocasión, una servidora quiere tirarse a la piscina. No se si estaré en lo cierto o la gente me discutirá mis argumentos, sin embargo, desde este espacio, he decidido hablar sobre el cuento, el cuento como género y la importancia de el cuento hoy en día. Como muy bien sabréis, a lo largo de la literatura universal han desfilado ante los ojos de los lectores inmortales recopilatorios de cuentos, algunos muy conocidos y otros no tanto, pero en los que predominaba un carácter ancestral y de tradición muy importante. Antiguamente, el cuento se transmitía oralmente, lo que propiciaba infinitas versiones de una misma historia, y además, siempre cabía la posibilidad de que este relato fuera en su origen verídico, por lo que nos encontramos ante una fuente cultural y social de primer nivel. Por otro lado, y a medida que avanzamos en el tiempo, encontramos como el cuento se somete a muchas épocas históricas, por lo que nuevos temas como la crítica, la sátira, lo cómico, lo heroico, lo cotidiano, lo amoroso, lo profano, lo social, lo real o lo erótico se cuelan en la mente de aquellos importantes escritores del género. Seguidamente, y aunque el cuento también se somete a experimentos y a transformaciones estilísticas, encontramos como existe una época, la de principios de siglo XXI donde éste acaba sucumbiendo al poder de atracción de la novela. Tanto es así, que por aquel entonces, hablar de cuento era sinónimo de libro infantil, que paradójcamente han sido los que más han sobrevivido al paso del tiempo. Ahora, en plena vorágine de las nuevas tecnologías, vemos como el cuento regresa, con mucha fuerza, recuperando el terreno que en su día le arrebató la novela, quedándose ambas formas narrativas en posiciones muy igualadas. Este regreso del cuento, según mi opinión podría deberse a tres motivos. Primero, el hecho de que el cuento se presta a ofrecer más información, más historias, más carne por decirlo de alguna forma en una época donde queremos siempre estar informados. Esto mismo lo puede conseguir la novela perfectamente, no obstante, y he aquí el segundo de los motivos, en una sociedad en la que se resume todo en 140 caracteres, las novelas extensísimas del pasado, han quedado desfasadas. El lector actual busca historias más cortas, breves, pero con contenido literario. Por ello, los libros de cuentos resultan ser el formato perfecto para satisfacer esta necesidad. En último lugar, es inevitable pensar que el factor "moda" va detrás de todo este regreso, sin embargo, creo que pesan más las dos anteriores en esta cuestión. Libros entre los que se debe incluir Mala Letra de Sara Mesa, nos demuestran esta teoría, y como la vigencia del cuento nunca ha muerto, sino que siempre ha estado ahí, agazapada, esperando su momento para poder volver a brillar. Mala Letra: unas historias de terror, verdad, arrepentimiento, oscuridad, culpa, cargos de conciencia, intelectualidad, discriminación...Un libro que me anima a leer el resto de la incipiente producción literaria de una autora con mucha personalidad.
Frases/Párrafos favoritos:
"El mundo es impasible ante cualquier cosa que suceda, por inusual, horrible o cruel que ésta sea. Visto así, el mundo no tiene mucho que ver, realmente con nosotros."
¡Un saludo y a seguir leyendo!
Hola! No conocía el libro y aunque parece interesante no es mi estilo de lectura así que lo dejo pasar. Excelente reseña como siempre.
ResponderEliminarUn saludo!
¡Hola!
ResponderEliminarMe encantan tus entradas pero aunque este libro parece estupendo no creo que sea para mí.
Un beso y gracias por tu opinión.
Conocía a la autora aunque aún no he leído nada suyo. Y por lo que cuentas de estos relatos, no me importaría estrenarme con este libro. Y muchos ánimos guapa! Que ese bache por el que estás pasando lo superes pronto.
ResponderEliminarBesotes!!!
¡Buenas! Me estoy poniendo al día con las entradas de todos que he estado algo desaparecida.
ResponderEliminarUna reseña muy completa, la verdad. Las impresiones que has tenido respecto a la novela me crean cierta curiosidad. Sin embargo no sé si sería una lectura demasiado densa ahora mismo. Ya que ando con demasiadas cosas en la cabeza y necesito algo más ligero. Pero prometo leerlo en cuanto pueda.
las historias construidas con narraciones independientes siempre son muy interesantes, el genero del relato corto y el cuento es uno de mis favoritos por este motivo, asi que espero poder leer pronto este del que hoy nos hablas.
ResponderEliminaruna reseña excelente con una reflexión muy actual, ciertmanete el genero del relato corto vive en una segunda edad de oro.
Hola. Wow, veo que et ha encantado el libro. Nunca había escuchado acerca de este y me parece sumamente interesante. Una lectura diferente y buena. Sin duda tengo que leerlo.
ResponderEliminarMe quedo en tu blog. Besos.