viernes, 30 de diciembre de 2016

RESEÑA: Manual para mujeres de la limpieza.

MANUAL PARA MUJERES DE LA LIMPIEZA

Título: Manual para mujeres de la limpieza. 

Autor: Lucia Berlin (1936-2004). Publicó sus primeros relatos a los veinticuatro años en The Atlantic Monthly en la revista de Saul Bellow y Keith Botsford, The Noble Savage. Escribió de manera esporádica hasta los años ochenta y, tras la insistencia del poeta Ed Dorn, decidió publicar su primer volumen de relatos, Angels Laundromat. Sus historias se inspiran en sus propios recuerdos: su infancia en distintas poblaciones mineras de Idaho, Kentucky y Montana, su adolescencia glamurosa en Santiago de Chile, sus estancias en El Paso, Nueva York, México o California, sus tres matrimonios fallidos, su alcoholismo o los distintos puestos que desempeñó para poder mantener a sus cuatro hijos: enfermera, telefonista, limpiadora, profesora de escritura en distintas universidades y en una cárcel. Su relato de cinco párrafos Mi jockey ganó el Jack London Short Prize de 1985. Manual para mujeres de la limpieza es una selección de sus mejores relatos que se presentan por primera vez en español. 


Editorial: Alfaguara. 

Idioma: inglés. 

Traductor: Eugenia Vázquez Nacarino. 

Sinopsis: tras años de injusto olvido, Alfaguara se suma al fenómeno editorial del descubrimiento de Lucia Berlin, todo un clásico de la narrativa estadounidense. Con su inigualable toque de humor y melancolía, Berlin se hace eco de su vida, asombrosa y convulsa, para crear verdaderos milagros literarios con episodios del día a día. Las mujeres de sus relatos están desorientadas, pero al mismo tiempo son fuertes, inteligentes y, sobre todo, extraordinariamente reales. Ríen, lloran, aman, beben: sobreviven.

Su lectura me ha parecido: extraña, libre, impactante, condensada, exenta de barroquismos, humilde, grande, muy necesaria, extremadamente reflexiva, dura como la vida misma...Queridos lectores y lectoras, hoy quiero sincerarme ante vosotros. Todos tenemos momentos de meditación, pero es especialmente durante estos días cuando muchos de nosotros nos detenemos y hacemos balance de cómo ha sido el año que próximamente dejaremos atrás. En mi caso, la balanza está equilibrada, ha sido un año estupendo pero en el que también han sucedido cosas que han hecho que éste haya sido de lo más agitado emocionalmente. Os puedo decir que 2016 ha sido el año en el que he afianzado mi relación con las editoriales, en el que he ampliado mis conocimientos de historia en el Máster de especialización, en el que he podido conocer a gente interesante y en el que he abierto algunos horizontes culturales. Pero 2016 también ha sido el año de la frustración, de la impotencia, del sentimiento de decepción, del miedo, de ser cada vez más consciente de que el futuro es muy incierto y en el que he perdido a un ser muy querido. Al 2016 también lo recordaré por las inesperadas noticias, por el viaje express a La Haya o por el magnífico congreso de historiadores celebrado en Santander. En 2016 seguí escribiendo, seguí mostrando mi opinión día a día, seguí echando de menos pisar un escenario, seguí intentando mejorar día a día, seguí andando hacia adelante a pesar de todo. Pero si por algo será recordado 2016 es por la afianzamiento de mi conciencia feminista. Si, 2016 significó ahondar más en el tema, leer a los estudiosos, adentrarme en las maestras y concienciarme de que hay que seguir luchando por una sociedad donde exista una igualdad real entre ambos sexos. Y por si fuera poco, 2016 ha sido un año de grandes libros, y de entre todos ellos, uno en concreto ha brillado con luz y méritos propios, algo que desde Jimena de la Almena me gustaría reconocer en esta última reseña del 2016. Pocos son los que no lo conocen y muchos los que, irremediablemente, han quedado seducidos y atrapados bajo el encanto y franqueza de Manual para mujeres de la limpieza: sin duda, el libro del año.


La historia de como este libro tan especial llegó a mi casa aconteció a mediados de este año, aunque lo cierto es que una servidora ya le había echado mucho antes el ojo, cuando de la noche a la mañana, Manual para mujeres de la limpieza se convirtió en el libro más comentado, leído y aclamado por la crítica de todo el país. A pesar de que algunos de los cuentos que componen dicho volumen se escribieron muchos años atrás, el impacto que causó su publicación fue tal que encabezó durante mucho tiempo la lista de los más vendidos del país. Por todo ello, Alfaguara puede estar de enhorabuena, no sólo han editado el pelotazo editorial del año, sino que además lo han logrado sin renunciar a la calidad literaria, por lo que muchos lectores les estaremos eternamente agradecidos. Centrándonos en lo que nos ocupa, recuerdo, mientras observaba aquella portada la mar de inquietante y enigmática, no podía evitar pensar en la rareza del título: Manual para mujeres de la limpieza. Me pareció a priori ofensivo, luego extraño, luego exótico, luego empecé a pensar que guardaba una mordaz crítica tras él...En definitiva, en mi cabeza empezaron a converger muchas confabulaciones y teorías, algo que sin duda era realmente bueno de entrada. No hay nada mejor en estos casos que un libro despierte tal convergencia de ideas. Meses más tarde, acercándose el día de la madre y sabiendo que ella andaba interesada en él, no me lo pensé dos veces. Lo adquirí en la feria del libro de mi ciudad, es más, me acuerdo que la vendedora se refirió a su lectura con una sola palabra: "excelente". A mi madre le encantó el regalo, y tan pronto como pudo, inició su lectura. Durante el tiempo que duró ese viaje literario, yo no dejaba de preguntarle, pues por dentro sentía morir de inquietud y de ganas por adentrarme en sus páginas. Y cuando por fin aquello sucedió, mi madre me animó con gran entusiasmo a leerlo, algo que no tardé en hacer. Tras una experiencia literaria sin parangón, tuve la sensación de haber descubierto un diamante tan reluciente como la estela que Lucia Berlin deja tras de si.


Continuando con la crítica literaria, en primer lugar hay que señalar que Manual para mujeres de la limpieza presenta una lectura muy libre, pero en la que la consistencia y la base son muy potentes y sólidas. Cuando te adentras en este volumen de relatos, uno no puede evitar sorprenderse. De hecho, el primer cuento nada menos, titulado Lavandería Ángel, ya te sacude, no por lo emocionante o trascendental que pueda ser, sino por el hecho de encontrarte ante una narración para nada sujeta a los convencionalismos tradicionales. Este relato en concreto puede parecer tan simple como profundo al mismo tiempo si se sabe leer bien. Después, experimentamos una especie de evolución en cada uno de los relatos, donde la libertad reina sobre todo, pero en los que encontramos más intensidad en la escritura. Todo ello sin obviar que nos encontramos ante un libro de cuentos ligeramente anárquico en cuanto a su estructura. Cada relato presenta una longitud diferente, unos se pueden extender más allá de las 5 páginas y otros no llegar a las 2. Eso si, conforme vamos avanzando en su lectura, apreciamos el camino hacia la madurez de una autora excepcional. En ese sentido, los editores han acertado de pleno, pues de este modo ofreces una libertad al lector para estimular la imaginación que muy pocas veces encontramos en otras ediciones de cuentos. Seguidamente, Manual para mujeres de la limpieza rezuma verdad por todos lados, verdad en la actitud y verdad en la intención de la autora. Tanto es así que Berlin no se corta en demostrarlo en cada relato, sin un ápice de soberbia y sin dejarse vencer por las limitaciones que muchos escritores experimentan durante el proceso creativo. Por otro lado, el libro está impregnado de un sello autobiográfico muy fuerte, pues al leer, estamos también leyendo la historia de la propia Berlin. Sus miedos, inseguridades, sus opiniones respecto algunos temas universales, su agitada experiencia matrimonial, sus malabarismos a la hora de criar sus tres hijos, sus problemas con el alcohol, su posterior rehabilitación...Todo ello pasando de los convencionalismos, dando rienda suelta a su personalidad y a una genial espontaneidad que la hace única en el panorama literario. Finalmente, sólo me queda dar las gracias a esa o esas cabezas pensantes que han tenido la idea de presentarnos a Lucia Berlin, para que generaciones y generaciones de lectores disfruten de su prosa y de sus tremendas pero imprescindibles historias.


Cerrando la redacción de esta reseña, he decidido acabar por todo lo alto, con una reflexión que llevaba muchísimo tiempo sin pronunciar y que tratándose de Manual para mujeres de la limpieza no podía obviar. Los protagonistas de este excepcional volumen, como habréis podido comprobar si os habéis adentrado en su lectura, son mujeres. Todas ellas, se han construido con un patrón muy determinado y revelador. Son mujeres que sueñan, que lloran, que se atreven, que se equivocan, que se divierten, que fracasan, que se levantan, que siguen hacia delante, que tropiezan, que trabajan, que beben, que viven...En definitiva, mujeres normales, únicas y auténticas. Sin los artificios que pretenden otorgarles los medios de masas de la época, las que no encontrarás en las revistas de moda o reflejadas en las primeras damas, modelos o actrices de Hollywood. Por todo ello, no es de extrañar que defina, sin equivocarme en absoluto, a Manual para mujeres de la limpieza como un libro profundamente feminista, por la representación que hace Berlin de todas esas mujeres que como cualquier ser humano tienen sus momentos bajos y que saben reponerse perfectamente de ellos, que avanzan con paso firme a pesar de las adversidades de la vida, mujeres que, en definitiva, son no son si no el reflejo perfecto e imperfecto de Lucia Berlin. Sinceramente, y lo digo desde el más absoluto convencimiento, pienso que se debería fomentar más la lectura de este tipo de libros. Lecturas ausentes de estereotipos y de tradicionalismos en cuanto a la construcción del genero femenino, en los que se observe como ésta puede escapar de las garras del monstruo que ha creado la sociedad a lo largo de la historia. Ya dije al principio de la reseña que a lo largo de este 2016 he reafirmado mi compromiso por la lucha a favor de la igualdad entre hombres y mujeres, algo que lecturas como ésta, y otras tantas más, han contribuido a ello y espero también que os inspiren en el próximo año 2017. Manual para mujeres de la limpieza: unas historias de amor, desesperación, libertad, dificultades, supervivencia, perseverancia, recuerdos, exentas de estereotipos y de chichés....Si este año el cuento ha sido el género favorito, éste libro, sin duda, ha sido la estrella más luminosa del universo.

Frases o párrafos favoritos: 

"En la profunda noche oscura del alma, las licorerías y los bares están cerrados."

Película/Canción: mientras esperamos ansiosos a que se produzca tal milagro, os dejo con una de las canciones más inspiradoras que ha dado la historia de la música y que, da la casualidad, que su cantante cumple 70 años. Larga vida a la gran Patti Smith:





¡Un saludo, a seguir leyendo y feliz año nuevo!

miércoles, 28 de diciembre de 2016

RESEÑA: Cuentos de Navidad.

CUENTOS DE NAVIDAD

Título: Cuentos de Navidad. 

Autor: Charles Dickens (1812-1870) es uno de los grandes narradores ingleses de todos los tiempos. Entre sus obras más conocidas se encuentran Tiempos difíciles, Grandes esperanzas, Oliver Twist, David Copperfield, La tienda de antigüedades, Historia de dos ciudades, Los papeles póstumos del Club Pickwick, El guardavía y otros cuentos de miedo o Casa desolada entre otras. Ha sido uno de los pocos autores que ha conseguido describir la cruda realidad de una época y trasladarla con gran maestría a generaciones de lectores. 


Editorial: Alianza Editorial.

Idioma: inglés. 

Traductor: Miguel Ángel Pérez Pérez. 

Sinopsis: además de las novelas que le valieron desde el momento mismo de su publicación un lugar inamovible entre el favor de los lectores, Charles Dickens consagró a la festividad navideña cinco novelas cortas ambientadas en estas fechas marcadas por el encuentro de las emociones, el balance de lo hecho y lo por hacer, y a menudo sangrante desigualdad que en ellas parece ponerse más de relieve. Teñidas con frecuencia de un componente fantasmagórico o mágico. Comenzando por la célebre Canción de Navidad y siguiendo con otros relatos como Las campanadas, El grillo del hogar, La batalla de la vida y El hechizado; son piezas todas ellas de amena y placentera lectura en la concreta ocasión navideña o en otra cualquiera. 

Su lectura me ha parecido: entretenida, densa, amplia, muy descriptiva, detallista, bella, reflexiva, intensa, deslumbrante, original...Queridos lectores y lectoras, como bien sabréis y como ya he explicado en este espacio en más de una ocasión, el trabajo del historiador es arduo y difícil. En primer lugar, es importante encontrar un tema de investigación que te apasione de verdad. No vale escoger uno de forma impulsiva, sino que te tiene que gustar muchísimo, tanto que te puedas considerar un "friki" del mismo. En segundo lugar, el proceso de recopilación de datos e información es el más complejo de todos, en el que incluso llegas a plantearte si lo mejor es tirar la toalla o empezar de cero. Y en tercer lugar, y seguramente ésto sea lo más complicado de todo, el mantener una pulcra objetividad, cuasi sagrada, para que el futuro trabajo quede lo más profesional posible. ¿Qué relación tiene toda esta explicación sobre el trabajo del historiador con el libro que hoy tengo el inmenso placer de reseñar? La respuesta es más fácil de lo que pensáis. El historiador maneja toda clase de documentos a lo largo de la investigación pertinente, y entre todos ellos, los relacionados con la literatura cada vez están adquiriendo mayor presencia. El autor que ha escrito el presente volumen es tal vez uno de los mejores escritores que ha dado la literatura universal, pero además, me atrevería a decir que fue de los que mejor logró describir una época única del siglo XIX. Una era victoriana donde se ensalzaban los logros coloniales pero que, como bien refleja este escritor, en los sectores más bajos de la sociedad encontramos miseria, injusticia, pauperismo, la cuestión obrera, las tradiciones más arraigadas o el paisaje oscuro de una Inglaterra rodeada de niebla y de contaminación industrial. Una época de grandes avances pero de muchos contrastes sociales. Todo ello lo supo reflejar, y por ello, historiadores como una servidora, no podemos evitar maravillarnos y estremecernos ante libros y relatos como los que se recogen bajo el título Cuentos de Navidad: un bello tratado de la tradición y de los temas recurrentes en señaladas fechas. 


La historia de como el volumen Cuentos de Navidad acabó formando parte de mi apreciada y abarrotada librería aconteció hace unos meses. Sin embargo, y antes de que esto sucediera, una servidora ya conocía de primera mano la navidad dickensiana. Como todos los que en algún momento fuimos niños inocentes y llenos de energía, a una servidora le encantaba la navidad. Si, era mi festividad favorita del año, incluso contaba los días que quedaban para que llegasen las fechas más señaladas, tales como la Noche Buena, la Navidad, Noche Vieja o el día de Reyes. Sobretodo este último, donde no pegaba ojo por las noches, nerviosa por saber que me habían dejado sus majestades sobre el sofá de mi casa. Pues bien, uno de los cuentos típicos de estas fechas que te cuentan ya sea en el colegio o que lo lees a través de su adaptación es sin duda Canción de Navidad. En mi caso, recuerdo haber oído nombrar aquella historia en clase de Inglés, estando en Primaria, donde el último día de clase a la profesora se le ocurrió hacernos leer en inglés un resumen de dicho cuento. La anécdota se diluyó poco a poco en mi cabeza a medida que iba creciendo, al igual que mi opinión sobre la navidad, la cual cambió con el paso del tiempo. No obstante, Canción de Navidad siempre estaba ahí, y resurgía cada vez que se acercaban las fiestas. La cosa cambió cuando, una vez me hallaba en el dilema de que escritor y producción literaria escoger para la realización de mi TFG, Charles Dickens se cruzó por mi camino. Comencé entonces a interesarme por él, y aunque al final me decantase por otro tipo de literatura para el trabajo, Dickens estuvo relativamente presente en los años siguientes. Fue entonces cuando Cuentos de Navidad se erigió ante mi como una aparición cuasi divina. Ya había conseguido leer mi primer libro de Dickens, Historia de dos Ciudades, y la verdad es que me apetecía adentrarme en una de sus facetas literarias más conocidas y explotadas hasta la saciedad. Por ello, y gracias a la colaboración con el Grupo Anaya, logré hacerme con un ejemplar en el que no sólo encontré Canción de Navidad, sino que me deparó otras sorpresas en forma de cuentos. 


En lo que respecta a la reseña y crítica propiamente dicha, es importante mencionar en primer lugar que nos encontramos ante una lectura entrañable, lúcida, mágica, dulce y crítica al mismo tiempo. Una lectura que llena de amor y de ternura al más duro de los lectores. Sin embargo, resultó ser también una lectura muy, muy, muy densa y lenta a más no poder. Esto es porque Charles Dickens es hijo de su tiempo, y como tal, se amoldó a un estilo literario impregnado del realismo más descriptivo, sin llegar a ser naturalista como algunos de sus coetáneos, pero que se complementa con toques típicos de la literatura victoriana. Y tratándose de Dickens, era de esperar que ambas formas de escritura se equilibrasen a la perfección. Este aspecto no es negativo, ni mucho menos, en ciertos momentos de la vida una agradece toparse con una lectura menos rápida y más pausada, sobretodo si lo que te interesa en ese momento es apreciar como eran las costumbres de la Inglaterra del siglo XIX. Seguidamente, en Cuentos de Navidad, encontramos una estructura muy similar entre los cuentos que componen el volumen: planteamiento, conflicto interno y desenlace con la necesaria moraleja u enseñanza. Salvo El grillo del hogar, que presenta un estilo más poético y diferente al resto, todos nos conducen hacia un problema que el autor resuelve creando situaciones realmente espantosas desde una perspectiva social, poniendo al límite a sus personajes principales para que reaccionen. De hecho, la sensación que Dickens logra transmitir es semejante a la de una buena bofetada en la cara, pretendiendo que el personaje en cuestión se caiga del guindo y mire a su alrededor para darse cuenta de que ha sido un egoísta toda su vida y que debe mirar un poco también por la gente que lo rodea. La moraleja siempre es la misma: haz el bien, se solidario, ayuda a los que menos tienen...¿Y qué mejor trasfondo que el de la Navidad, dulce, familiar y blanca Navidad, para poder hablar de estos temas? Una vez más, Charles Dickens demuestra ser un genio. Por otro lado, en este volumen de cuentos se abordan temas tan universales como el amor, el arrepentimiento, el compañerismo, la familia, la tradición, la fiesta, la religiosidad, lo mágico, la inocencia...Pero si hay un tema que sobresale por encima de los demás es el de la solidaridad. En estos cuentos siempre encontramos a personajes pobres, desamparados, que necesitan ayuda, y lo que para Dickens es muy importante, que con todo ello tienen que pasar la Navidad. Una Navidad que dista de la que puedan celebrar las clases más adineradas y que en muchos casos no pueden realizarla en condiciones. Es ahí donde la solidaridad, en su concepción más ideal y pura, entra en acción para procurar que estas personas logren pasar las fiestas de la mejor manera posible. Seguirán siendo pobres, pero para Dickens la Navidad es el momento mágico, donde triunfa el amor y la generosidad y donde todo es posible. Finalmente, una apreciación puramente personal. Me han encantado cada uno de los cuentos, sin embargo, y aunque Canción de Navidad sea el más famoso, si tengo que elegir el que más me ha gustado me quedo con La batalla de la vida. Éste primero también me ha sorprendido, siempre había leído adaptaciones o versiones, no obstante, el toparme con otros cuentos menos conocidos, ha sido de lo más enriquecedor. 


Para acabar, en este último apartado reservado para la reflexión y la opinión, como era de esperar, me gustaría hablaros de la Navidad. Si, esas fechas tan mágicas y llenas de felicidad en las que te atiborras de comida y de regalos. Cuando era pequeña, como es lógico y normal, me encantaba la Navidad, no había año en el que no disfrutase plenamente de ella, incluso era de esas niñas que vivía con muchísima expectación y nervios la llegada de Papa Noel y los Reyes Magos a casa. Con respecto a estos últimos, como todos a esas edades, casi no pegaba ojo la noche del 5 de diciembre, pensando que algo maravilloso estaba teniendo lugar al otro lado de la pared. Sin embargo, cuando una crece y toma conciencia propia, se da cuenta de que la Navidad, la bendita Navidad, ya no es lo que era. Evidentemente la inocencia del principio da paso a una crítica feroz de todo lo que tenga que ver con el espíritu navideño: empezando por el tema del consumo salvaje que se produce durante estas fechas hasta el hecho de tener que fingir una felicidad antinatural para quedar bien ante los demás. Durante un tiempo fui así, incluso actualmente en algunos momentos deseo que las fiestas acaben de una maldita vez. Pero tal vez, y este año especialmente, he empezado a apreciar el valor de ésta en lo que respecta a temas tan trascendentales como el amor, la familia o el recuerdo. No se si es porque es un paso más en mi madurez, porque he perdido a un familiar muy querido este 2016 o una mezcla de las dos; lo que si que está claro es que, de una forma u otra, valoro más cada día que pasa. Tal vez la Navidad Dickensiana de Cuentos de Navidad sea la más idílica y perfecta de todas, pero si disfrutamos y vivimos nuestra vida como queremos y siendo nosotros mismos, por mucho que nos puedan criticar, seremos de verdad felices, sin la necesidad de quedar atrapados por el actual y artificial espíritu navideño. Cuentos de Navidad: unas historias de amor, ternura, solidaridad, fantasía, redención, cambio, generosidad, amabilidad...Unos cuentos en los que debemos adentrarnos, sobretodo en Navidad. 

Párrafos o frases favoritas: 

"Es una compensación hermosa, desinteresada y noble puesto que hay un contagio en la enfermedad y en la pena, no haya en el mundo nada más irresistiblemente contagioso que la risa y el buen humor."

Película/Canción: en el año 2009 se estrenó la última adaptación de uno de sus cuentos más célebres. La propuesta se concibió en formato animado y Jim Carrey puso voz a el personaje principal, al egoísta y desagradable Señor Scrooge. Aquí os dejo el trailer: 



¡Un saludo, a seguir leyendo y felices fiestas!

Cortesía de Alianza Editorial

lunes, 19 de diciembre de 2016

RESEÑA: Oso

OSO


Título: Oso. 

Autor: Marian Engel (Toronto 1933-1985). Licenciada en Estudios Lingüísticos en la Universidad de Ontario, se especializó en Literatura Canadiense en Montreal y estudió en Aix-en-Provence. En 1962 se casó con un productor de la televisión pública canadiense, Howard Engel, del que se divorciaría en 1977. En 1964 volvieron a Toronto y, a pesar de que tuvo que criar a dos gemelos, comenzó a escribir. En 1968 publicó su primera novela, No Clouds of Glory. Sin embargo, su obra maestra es Oso. El libro considerado un escándalo, le valió, aún así, el Governor General´s Literary Award for Fiction en 1976. Marian Engel fue una apasionada activista de los derechos de los escritores en el mundo, y está considerada una gloria nacional en Canadá, siendo alabada por autores como Robertson Davies, Margaret Atwood o Alice Munro entre otros. Fue la primera mujer en pertenecer a la junta directiva del sindicato de escritores de Canadá y en 1982 fue nombrada Oficial de la Orden Canadiense. Murió de cáncer en Toronto en el año 1985. 

Editorial: Impedimenta. 

Idioma: inglés. 

Traductor: Magdalena Palmer. 

Sinopsis: la joven e introvertida Lou abandona su trabajo como bibliotecaria cuando se le encarga hacer inventario de los libros de una mansión victoriana situada en una remota isla canadiense, propiedad de un enigmático coronel, ya fallecido. Ansiosa por reconstruir la curiosa historia de la casa, pronto descubre que la isla tiene otro habitante: un oso. Cuando se da cuenta de que este es el único que puede proporcionarle algo de compañía, surgirá entre ellos una extraña relación. Una relación íntima, inquietante, y nada ambigua. Gradualmente, Lou se va convenciendo de que el oso es el compañero perfecto, que colma todas sus expectativas. En todos los sentidos. Será entonces cuando aprenda un camino de autodescubrimiento.

Su lectura me ha parecido: fascinante, íntima, pequeña, sobresaliente, calculadamente trasgresora, reflexiva, hostil, hermosa, impecable...Queridos lectores y lectoras, desde hace unos años tengo la sensación de que ya no se escribe como antes. Me explico, desde que la inmediatez y el afán por redactar libros más sencillos y rápidos de leer, hemos dejado poco a poco de lado la belleza que durante tantos años ha representado la creación literaria. El escritor por un lado, presionado por las editoriales y bajo el paraguas de las modas de turno, se conforma con escribir y ganar millones a costa del buen nombre de la literatura. Y el lector, que tampoco se salva en esta cuestión, parece haber sucumbido a una forma de leer demasiado convencional y en la que hay muy poco margen para la reflexión. Un buen libro debe emocionar, impactar, hacer pensar al lector, engañarlo incluso, convencerlo de que lo irreal o extraño a priori se convierta en lo más normal del mundo. Y muchas veces, como suele suceder, este tipo de libros no se encuentran entre los más vendidos, ni siquiera entre la todopoderosa "élite" de los best sellers, sino que hay que buscar más a fondo, donde nadie mira, para toparnos con verdaderas joyas narrativas. El libro que hoy tengo el placer de reseñar pertenece a esa categoría, una novela que todavía sigue sugiriéndome nuevos temas de debate y que no desaparecerá de mi vida tan fácilmente. Oso: lo natural y la naturaleza fundidos en una relación poco convencional y sana al mismo tiempo.


La historia de como Oso llegó a mis manos y a colocarse en un lugar privilegiado de mi biblioteca particular es reciente. No obstante, la narración debería remontarse a hace unos cuantos meses, cuando por vez primera divisé aquella bellísima portada en un abarrotado escaparate de la feria del libro de mi ciudad. No recuerdo con exactitud de qué día era ni de en qué caseta lo vendía, sin embargo, de lo que si que estoy segura es que su enigmático título y el sugerente diseño se me quedaron gravados en mi cabeza durante mucho tiempo. Posteriormente, ya encontrándome colaborando con Contexto Editores, me percaté que una de las editoriales a las que podía pedir libros para leer y reseñar era nada más y nada menos que Impedimenta. Una de las más preocupadas por la calidad literaria y que cuida la elaboración de sus portadas y su presentación con una delicadeza y originalidad que sorprenden enormemente. Al ser consciente una vez de esto, y sin pensarlo dos veces, tecleé el nombre de la editorial en Google, pinché en su catálogo y sin más rodeos pedí Oso. Esperé con gran impaciencia la llegada del ansiado paquete, hasta que una mañana apareció dentro del buzón. En su interior: el esperado ejemplar, una ilustración de la portada, una nota proveniente de la editorial y un folio con datos de la novela y la autora. Pasó un tiempo hasta que una noche inicié su lectura, y, como ya me revelaba la sinopsis, y en gran medida la portada, Oso resultó ser uno de los libros menos tradicionales pero a la vez mejor planteados y escritos que había leído en mucho tiempo.


En lo respecta a la opinión puramente personal, comenzaremos diciendo que Oso presenta una lectura sencilla, ligeramente descriptiva, introspectiva, reflexiva y con unos cimientos narrativos muy sólidos. Todo ello acompañado de un estilo cohesionador y en cierta medida envolvente, como si Engel tratase de acoger al lector en una especie de abrazo para conducirlo después a los parajes en los que se desarrolla la novela. Seguidamente, nos encontramos ante un libro en el que no hay trampa ni cartón y en el que las medias tintas y la ambiguedad tienen poca cabida. Como bien dice la sinopsis: "Gradualmente, Lou se va convenciendo que el oso es el compañero perfecto, que colma todas sus expectativas. En todos los sentidos." Pero también, como ya nos revela la portada, que sin duda nos prepara para lo que estamos a punto de leer. En definitiva, nos topamos ante una historia donde se narra la relación entre Lou, la protagonista, y un oso. Una relación que traspasa los límites físicos y morales que dicta una sociedad como la del siglo XX, y en cierto modo también la del XXI. Es imposible negar que al principio me resultó chocante, sin embargo, pronto me sentí absolutamente cómoda leyendo esta novela. Y esto es así gracias a la naturalidad con la que Engel narra la historia, contándola como si fuera lo más normal del mundo, como si no existiese prejuicio alguno, como si los convencionalismos literarios y temáticos le importasen más bien poco. Como cabía de esperar, Oso fue recibido con gran polémica entre el mundo literario, pero pronto logró las mayores simpatías de personas tan renombradas como Alice Munro o Margaret Atwood, e incluso llevarse uno de los premios más prestigiosos del panorama literario canadiense. Esa es precisamente la gran fortaleza de la novela, el naturalizar lo polémico, transformarlo en algo real, verdadero, excitante incluso. ¿Se podría hablar de novela trasgresora y avanzada a su tiempo? Calculadamente diría más bien, aunque si que es cierto que no existen muchas novelas en el mundo capaces de lograr lo de Marian Engel en Oso. Por otro lado, si la naturaleza está presente en la relación, lo está como no en el paisaje y entorno en el que nos movemos: árboles, plantas, agua, madera, tierra... Un espacio agradable pero intimidante al mismo tiempo, en el que Lou acaba realizándose y transformando su forma de ser. Definitivamente, y a modo de recapitulación, diremos que en Oso, la autora logra con una serie de recursos literarios construir una obra importante, sencilla, hermosa y con un amplio margen de discusión y debate permanente.


Centrándonos en la tradicional reflexión, es inevitable pasar por alto el principal mensaje que lanza de forma tan abrumadora una lectura como la de Oso. Podríamos haber hablado sobre ésto mucho antes aprovechando otras reseñas, sin embargo, es un tema tan evidente que merece ser considerado. Hablamos por supuesto, del sexo, del sexo en todas sus facetas, pero también, del sexo en un contexto en el que aún hoy en día resulta en algunos ámbitos y sociedades un auténtico tabú. En los tiempos que corren estamos hartos de ver como en las principales librerías se abarrotan los estantes de literatura erótica de "supuesta" calidad. Muchos, de eso estoy segura, caerán en el más absoluto de los olvidos, otros, como algunos que todos y todas conocemos, pasarán a los annales de la historia de la literatura, a pesar de su falta de originalidad temática y literaria. Pero, y en relación a esto, debemos pararnos un momento, pensar, y luego ser conscientes de que la inmensa mayoría de estos libros abordan el sexo y las relaciones sexuales de una forma bastante convencional: heterosexuales, homosexuales, bisexuales, tríos, orgías, con elementos sadomasoquistas... Todo eso esta muy bien, no voy a prohibir que se escriba sobre ello, pero lo cierto es que estos recursos y estos modelos ya los hemos visto infinitamente repetidos a lo largo de la historia de la literatura erótica. Es más, me atrevería a decir que gracias a esa repetición de influencias se ha conseguido normalizar, superar la barrera del escándalo, y atraer cada vez a más público. Sin embargo, corregidme si me equivoco, pero, una servidora no conoce ningún libro donde se aborde por ejemplo el bestialismo, la necrofilia o la dendrofilia sin que se perciba como un escándalo mayúsculo. Vivimos en una sociedad cada vez más liberal e informada en temas de sexualidad, pero en la que se sigue percibiendo con cierto resquemor y pavor ciertas prácticas sexuales que se salen de lo habitual, que no están sujetas a una tradición que ha imperado durante siglos y que muy lentamente estamos contribuyendo a cambiar. Tal vez Marian Engels quiso mandarnos un mensaje a través de Oso, el de no someterse al encorsetamiento de los prejuicios y a que salgamos de la jaula de lo correcto para adentrarnos en lo que de verdad nos produce satisfacción, no sólo sexual, sino en todos los ámbitos de la vida. Oso: una historia de amor, pasión, amistad, naturaleza salvaje, reflexión, libertad, plenitud...Una novela que todos sin excepción deberíamos leer. 

Frases o párrafos favoritos: 

"No tengo que complacer a nadie. Qué más da si no te excito, te quiero y basta."

Película/Canción: aunque todavía no exista una adaptación como tal, he decidido adjuntaros la pieza de BSO que me ha acompañado durante la redacción de esta reseña. En esta película también aparece un oso, muy distinto al de la novela, pero que no se diferencia tanto si tenemos en cuenta el paisaje bello y hostil en el que se ambienta: 



¡Un saludo y a seguir leyendo!

Cortesía de Impedimenta

sábado, 10 de diciembre de 2016

RESEÑA: El príncipe destronado.

EL PRÍNCIPE DESTRONADO


Título: El príncipe destronado. 

Autor: Miguel Delibes (Valladolid 1920-2010) se dio a conocer como novelista con La sombra del ciprés es alargada, Premio Nadal 1947. Entre su vasta obra narrativa destacan Mi idolatrado hijo Sisí, El camino, Las ratas, Cinco horas con Mario, Las guerras de nuestros antepasados, El disputado voto del señor Cayo, Los santos inocentes, Señora de rojo sobre fondo gris o El hereje. Fue galardonado con el Premio Nacional de Literatura (1955), el Premio de la Crítica (1962), Premio Nacional de las Letras (1991) y el Premio Cervantes de Literatura (1993). Desde 1973 fue miembro de la Real Academia Española y uno de los eternos candidatos al Nobel de Literatura. 


Editorial: Austral. 

Idioma: castellano. 

Sinopsis: es la historia de un niño, Quico, que va a cumplir cuatro años. A Quico le pasa algo importante: le ha nacido una hermana, Cris, que lo ha relegado a un segundo plano. Ahora ya no es el rey de la casa; ahora es el príncipe destronado. A lo largo de un día, desde que se levanta dando gritos hasta que cae rendido por la noche, asistimos a sus andanzas, vislumbramos sus secretos y conocemos sus angustias. Detrás del niño tan admirablemente recreado, vemos un mundo familiar, otros hermanos, el padre y la madre, las criadas, la ciudad, el mundo. 

Su lectura me ha parecido: detallista, asombrosa, analista, descriptiva, psicológica, esclarecedora, humana, inteligente, original...Queridos lectores y lectoras, si algo me han enseñado estos años que llevo pegada a los libros es que hay que aprender a separar. Muchos, y yo se que alguno me dirá que no está de acuerdo, somos los que hemos tenido nuestros más y nuestros menos con un autor/a en concreto. Ya sea por motivos ideológicos, por su forma de ser, por su manera de reflexionar sobre ciertos temas de actualidad...Sea lo que sea, lo que está claro es que, y os lo digo con total sinceridad, es mejor aprender a diferenciar entre la persona y el supuesto talento, en este caso literario, que pueda poseer una persona en concreto. Tirándome un poco a la piscina os confesaré que hubo un tiempo en el que no leí ninguna obra de Mihura por ser el autor afín al franquismo, como tampoco de otros autores como Mario Vargas Llosa, Carmen Posadas, Arturo Pérez-Reverte por otros motivos que aquí no voy a detallar. Sin embargo, lo cierto es que cuando superas estos prejuicios puedes entonces valorar mejor la calidad literaria del autor que está detrás de ese libro en concreto. Con el tiempo acabé leyendo una obra de teatro de Mihura, he conseguido que me pique la curiosidad por leer a Vargas Llosa y de los otros dos aún me costará un tiempo, pero no tardaré en adentrarme en alguno de sus libros. ésto es así: una cosa es la persona y su forma de ser y otra es su mayor o peor habilidad para la escritura o otras artes. Una cosa es como pueda pensar y otra la calidad de su trabajo. El autor del libro que hoy tengo el placer de reseñar estuvo durante algún tiempo en esa particular lista negra, pero que con el tiempo, paradojas de la vida, ha logrado convertirse en uno de mis autores españoles favoritos. El príncipe destronado: una crónica de la infancia con más sustancia de lo que aparenta.


La historia de como este libro llegó a mi adorada y apreciada estantería sucedió hace un tiempo, sin embargo, es necesario empezar como siempre por el verdadero principio. La primera vez que escuché hablar de Miguel Delibes fue en el instituto, obviamente en las clases de Lengua Castellana, donde además de su obra, se comentaron detalles autobiográficos del autor. Fue en aquellas clases donde nos explicaron que Delibes había participado en la Guerra Civil y que se había alistado voluntariamente al bando nacional. Desde ese instante prácticamente, el escritor vallisoletano se me atragantó y por ese detalle puramente autobiográfico me negué en rotundo durante unos años a leer algo de este autor. En fin, cosas que pasan cuando una es demasiado joven y se atreve a juzgar y a opinar antes de haber leído algo del autor en concreto. Pasados unos años, y tras el fallecimiento del autor en 2010, mi conducta férrea se fue ablandando y poco a poco fui conociendo mejor la obra de Miguel Delibes: su temática, forma, personajes, estilo narrativo...A medida que emprendía esta pequeña investigación era cada vez más consciente de que me encontraba ante un escritor de perfil conservador y crítico a su manera, y al que se le sumaba el hecho de poseer una excelente prosa, digna de un eterno candidato al Nobel de Literatura. Desde ese momento y paulatinamente, mi biblioteca se ha ido llenando de libros de Delibes, entre los que se encuentra, como no, El príncipe destronado, que si no recuerdo mal, fue el segundo libro que adquirí tras El Camino, que ese si, fue un regalo. Comencé la lectura de El príncipe destronado a principios del mes de septiembre de este año, en medio de una ola de calor y encontrándome en una situación realmente anómala en mi casa. Y pensándolo bien, visto desde la distancia que ofrece la experiencia, resultó ser un momento irónico pero adecuado desde la más absoluta de las casualidades.


Centrándonos en el apartado más crítico, comenzaremos apuntando que El príncipe destronado presenta una lectura sencilla, ágil, llena de belleza narrativa y descriptiva sin llegar al hastío. Si la producción literaria de Camilo José Cela tiende a ser tosca y brusca en algunas ocasiones, con Delibes nos encontramos con una sorprendente delicadeza, tanto en lo referente a la construcción de los personajes como en el cuerpo narrativo. Sus descripciones de paisajes, entornos, las distintas psicologías, pero sobretodo, de situaciones concretas, son realmente admirables y que he observado en muy pocos escritores. Seguidamente, en El príncipe destronado nos topamos con una tremenda originalidad y maestría, pues, no es fácil situar una acción que acontezca en un sólo día, en 24 horas y en un espacio tan cerrado como puede ser una vivienda familiar. Para llevarlo a cabo, Delibes logra un equilibro entre un semi claustrofóbico escenario y momentos de apertura en los que se sale de ese lugar, lo que le confiere una dimensión mucho menos reduccionista. Por otro lado, la importancia de los personajes en esta novela es capital, vital diría, concentrándo toda la acción dramática y cómica en un niño de tan sólo cuatro años de edad, otro reto al que el autor se enfrenta y que resuelve a la perfección. Delibes logra que el autor se meta de lleno en la mente de Quico, de este pequeño revoltoso y activo que ve como empieza a perder el protagonismo y el cariño de sus padres en favor de Cris, su hermana recién nacida. Al rededor suyo, convergen las vidas del resto de miembros de la família: hermanos y hermanas mayores, la esposa cansada, el marido autoritario, las criadas solícitas y llenas de simbolismo o el pediatra de sorprendente actitud entre otros. Mención a parte merecen los celos, el gran tema de la novela y que Delibes retrata de una forma muy gráfica, sobrecogedora y realista. La inocencia y la perversión se entremezclan de una forma magistral e inquietante al mismo tiempo en la mente de Quico, logrando que en más de una ocasión tengamos la sensación de que algo terrible va a suceder, o lo que es aún más sorprendente, que logremos vernos reflejados en las rabietas, pataletas, gritos y trastadas del pobre Quico; cuyos sentimientos hacia su hermana, a pesar de todo, son los más normales del mundo a esas edades. Finalmente, sólo cabe comentar que a pesar de que en apariencia pueda parecer una historia que se resume en el sentimiento de envidia, la novela se compone de un universo propio donde el contexto, también, juega un papel clave en la comprensión y narración.


En lo que respecta a la opinión puramente personal, como no podía ser de otra forma, me gustaría ir más allá de la interpretación que tradicionalmente se ha echo de esta novela. Como bien sabréis, y en el tercer párrafo lo dejo clarísimo, el tema principal de El príncipe destronado son los celos infantiles, el sentimiento de envidia y todo lo que ello provoca. Sin embargo, sosteniendo este gran tema, encontramos todo un un microcosmos propio, compuesto de una cronología que determina de principio a fin el comportamiento de todos y cada uno de los personajes. El autor lo deja bien claro, nos encontramos en la España de 1963, años de crecimiento económico bajo la dictadura franquista. Son numerosos los elementos que delatan esta época, tales como el rol patriarcal, la sumisión femenina, la importancia de la familia, los tebeos del "Capitán Trueno", la presencia de criadas en una familia de cierto nivel económico, las historias de los antepasados, la presencia de la religión en la vida diaria, los discos de vinilo...No obstante, si hay algo que destaca por encima de todos los temas es la notable presencia del debate de las "dos españas": la tradicional y anclada en las costumbres y la que intenta desesperadamente avanzar y desprenderse de la primera. Este debate estuvo en boga durante la II República y vivió su momento más terrible y sangriento durante la Guerra Civil. Y es durante los últimos años del franquismo, cuando, tras años de represión y de ocultación, aparecen las más famosas disidencias al régimen. En El príncipe destronado se hacen constantes referencias a ese debate, al de la España dividida en un tiempo en el que se instaba a las nuevas generaciones a superar y olvidar el pasado para construir un futuro mejor. Este pensamiento se materializó, como todos muy bien sabemos, en la Transición y en la constitución de 1978, que esta semana cumplió nada más y nada menos que 38 años. A pesar del tiempo transcurrido y de que la sociedad no sea la misma, lo cierto es que el debate todavía no ha desaparecido y esas "dos españas" todavía siguen muy vivas. Delibes, en la que es sin duda, una de sus obras más logradas, no critica ese enfrentamiento explícitamente, sino que lo describe, lo rodea, mostrando al lector una realidad vigente, que nos hace reafirmarnos, una vez más, en la idea de que la Transición, esa "bendita" Transición, no fue tan modélica como nos la quisieron vender. El príncipe destronado: una historia de celos, amor maternal, férreo control patriarcal, reflexiones, dudas, diabluras, imaginación, diversión, perversión...La historia de todos nosotros, de los niños de antes y de los de ahora.

Frases o párrafos favoritos: 

"La Domi relajó su expresión y en sus ojos brilló una chispa de ternura:
-A saber qué tendrá la mano de una madre - dijo.
Mamá adoptó un gesto duro para replicar.
-Lo malo es luego - dijo -, el día que falta Mamá o se dan cuenta de que Mamá siente los mismos temores que sienten ellos. Y lo peor es que eso ya no tiene remedio."

Película/Canción: a todos los aficionados al cine y que conozcan un poco la historia del cine español, les vendrá a la mente la única adaptación que, bajo la dirección de Antonio Merceo y el nombre de La guerra de papa, se estrenó en 1977. Con las impresionantes interpretaciones de actores de la talla de Verónica Forqué, Héctor Alterio, Teresa Gimpera y sobretodo del pequeño Lolo García la película ha logrado convertirse con el tiempo en un auténtico clásico del cine de este país. Aquí os dejo un trozo de la película:


¡Un saludo y a seguir leyendo!

martes, 6 de diciembre de 2016

ENTREVISTAS A LECTORES: Patt


¡Buenos días lectores/as! Continuamos entrevistando en la ya longeva sección "Entrevistas a Lectores" en Jimena de la Almena, donde nos hemos comprometido acercar al público algunos de los protagonistas de la blogsfera, para que sean conscientes el trabajo que significa administrar un espacio en la red, un espacio dedicado a los libros y a la literatura y que en ocasiones es difícil compaginar. En esta ocasión, y con un poco de retraso, os presento a Patt, administradora del conocido blog Deja volar tu imaginación. Un espacio en el que la literatura y la crítica teatral encuentran su equilibrio perfecto. Con ella hemos hablado sobre la evolución de la blogsfera, la situación del teatro y de Bob Dylan entre otros temas. En fin, he aquí la entrevista: 

¿Por qué decidiste abrir un blog?

Por aquel entonces, la blogosfera literaria no existía como la conocemos ahora; estaba naciendo, por lo que no había una “comunidad” como tal en la que participar. Yo llevaba casi dos años participando en el foro de Laura Gallego (que en esa época era realmente activo) y sentí la necesidad de ampliar horizontes, por decirlo así, de tener un espacio más amplio para hablar sobre mis gustos literarios. Así que decidí abrir un blog para poder expresar mis impresiones a modo de experimento con la plataforma blogger.

“Deja volar tu imaginación” es el nombre de tu espacio dedicado a reseñas y opinión. Háblanos un poco de él.

Se trata de un rinconcito virtual dedicado a la literatura y el teatro, donde hablo de los libros que leo y las obras teatrales que voy a ver, y en el que también incluyo otras secciones (algunas originales, otras no, pero casi todas relacionadas con la literatura).

Como podemos comprobar en la cabecera, tu blog lleva 8 años en activo. ¿Cómo ha sido la evolución del mundo blogger según tu opinión? ¿Y el editorial?

La respuesta a esta pregunta podría dar para mucho. Trataré de ser lo más breve posible. A grandes rasgos, el mundo blogger (literario) ha crecido a ritmo exponencial, aunque ahora parece que otra plataforma le está haciendo competencia: YouTube con los llamados BookTubers. Eso sí, tampoco estoy de acuerdo con esas personas que dicen que los vídeos acabarán con los blogs. Creo que es simplemente otro formato que ahora está en auge porque acaba de ser descubierto y que, poco a poco, ambas plataformas se estabilizarán. Dicen que los vídeos los ve más gente porque son visuales, pero recordemos que en este caso estamos hablando de que nos gusta leer, por lo que ¿por qué no vamos a seguir leyendo blogs? Y si esta plataforma audiovisual gana otros adeptos y les inculca el gusto de la lectura, pues bienvenida sea. Con respecto al mundo editorial, te contestaré enfocándome a su relación con los blogs, que es de lo que tengo conocimiento. Allá por 2008 o 2009 eso de que las editoriales “colaboraran” con blogs era bastante raro. Eso sí, rápidamente se dieron cuenta de que eran un espacio publicitario estupendo y se dieron bastantes casos de retiradas de colaboraciones si se hacía una reseña negativa de un libro. La blogosfera literaria luchó contra esta práctica y ahora parece que las editoriales aceptan que, aunque te manden el libro, pueda no gustarte (aunque recientemente se ha dado un caso de una editorial que ha indicado a una bloguera que, aunque no le guste el libro, la reseña debe de ser positiva). Sin embargo, todavía queda mucho por hacer. He sabido de editoriales que mandan libros sin que los pidas y que luego se ofenden porque no los reseñas. Oigan, es nuestro tiempo, si no hemos pedido el libro, no tenemos ninguna obligación de reseñarlo. Incluso habiéndolo solicitado, se pueden dar casos en los que por algún motivo no consideres oportuno reseñarlo (por ejemplo, puede ser un libro plagado de faltas ortográficas) y les escribas de vuelta indicándoles de forma educada que no se adecúa a lo que tú esperabas o que no cumple unos mínimos. Y si la editorial es coherente, no debería de tener ningún problema. Por otro lado, lo que veo viendo desde hace un tiempo es que ahora ciertas editoriales presentan muchas exigencias a la hora de colaborar con ellas en cuestión de seguidores. Si no tienes más de 1000 o 2000, olvídate. Entiendo que deseen difusión y que hay muchísimos blogs y en algún sitio hay que poner un tope. Eso sí, creo que deberían de ser más flexibles. Hay blogs con ciertos años que ganaron muchos seguidores en su momento, pero que ahora no reciben demasiadas visitas (activas al menos, a juzgar por los pocos comentarios que tienen sus entradas) y sin embargo hay blogs más pequeños que tienen mucho movimiento que se refleja en el número de comentarios que reciben. ¿Por qué estos blogs no deberían tener derecho a recibir libros y los otros sí? Lo veo como un criterio de selección un tanto injusto.

También podemos ver que dedicas un espacio bastante notable al mundo teatral, ofreciendo críticas de obras a las que asistes como espectadora. ¿En qué momento se encuentra hoy en día el teatro? ¿Crees que ha ido perdiendo público a favor de otros formatos?

Ahora mismo el teatro está pasando por un momento delicado (en especial las pequeñas salas). En estos últimos años han cerrado unos cuantos centros de creación como la Sala Guindalera, la Casa de la Portera o la Kubik Fabrik debido a los problemas de financiación. Pero también han surgido nuevas estrategias, como la que presenta el Teatro Lara, que ha emprendido una modelo de negocio que les está yendo muy bien y sin mermar la calidad de sus producciones. En cuanto al teatro comercial, a lo grande, tengo menos idea porque lo visito menos. En cuanto al público, la verdad es que no he visto que haya mermado en favor de otros formatos. Hace unos años sí que notaba que iba menos gente (por la crisis y los precios), pero ahora vuelvo a ver las salas bastante llenas. Al público teatrero le gusta el teatro y, aunque vaya a ver otro tipo de espectáculos, seguirá yendo al teatro.

Y en el terreno literario ¿crees que el género teatral es uno de los grandes olvidados dentro de los blogs de reseñas? ¿Cómo se puede acercar el teatro a los lectores?

A esta pregunta sí que le tengo que dar un rotundo sí. He visto críticas teatrales en muy, muy pocos blogs literarios (no estoy incluyendo los que exclusivamente se dedican a este género, que los hay). El teatro es un género que se puede leer, pero que sobre todo hay que ver. Porque es algo irrepetible. Ninguna función es igual a otra. Es algo vivo y que va cambiando. ¿Cómo se puede acercar el teatro a los lectores? Yo creo que simplemente trasmitiendo gusto por el teatro, creando curiosidad, como hacemos con las lecturas que leemos y nos gustan. Yo he notado que en mi blog antes casi nadie leía las críticas teatrales y que ahora recibo bastantes comentarios y cada vez son más pro-teatro (es decir, de blogueros que se animarían a ver la obra). Creo que este hecho es una respuesta en sí misma.

Nombra un libro que te haya hecho llorar.

Corazón de Edmundo de Amicis. Es un libro que leí por primera vez cuando tenía 12 o 13 años y lloré lo que no estaba escrito. Fue una lectura obligatoria en el colegio de mi madre y creo que debería seguir siendo una lectura que propusieran los profesores. Por aquí os dejo mis impresiones. Sed benévolos; fue una de las primeras reseñas que escribí.

¿Qué libro consideras imprescindible, que recomendaríais siempre?

Aunque suene tópico, El Quijote. Son dos novelas que tienen de todo: aventura, acción, humor, parodia, amor, amistad, envidias… Desde muy pequeña, fui adentrándome en el mundo de este caballero andante, con distintas versiones, cada vez más extensas. Uno de mis libros favoritos es esta edición de Grafalco. Es un resumen que cuenta todo lo que ocurre en la historia original, pero con una adaptación del lenguaje. Creo que uno de los problemas que tiene esta obra, a parte de su extensión, es la barrera del lenguaje. Hoy en día no hablamos como lo hacía Cervantes y eso echa para atrás a muchos lectores. En 2014 por ejemplo, hubo una lectura conjunta entre bastantes blogs que se llamaba “En 2014 leemos El Quijote”. Participaron Mis lecturas y más cositas o Libros que hay que leer entre otros.

Tu blog, como podemos observar, tiene gran actividad ¿cómo se hace para compatibilizar esta labor con las obligaciones del día a día?

En mi caso, gracias a las entradas programadas y a la planificación. Normalmente suelo tener escritas las entradas de los próximos 15 días y casi, casi las de las dos semanas siguientes, además de tener planificadas las entradas del mes siguiente (no las tengo escritas, pero sé dónde pondré una reseña, dónde información de novedades, etc.).

¿Cuál ha sido la lectura más sobrevalorada de lo que llevamos de año?

Que yo haya leído, La reina roja de Victoria Aveyard. Si no me equivoco salió en octubre de 2015, pero este año se ha seguido hablando mucho de ella, en especial gracias a la publicación de su segunda parte: La espada de cristal. Me hablaron maravillas de ella, pero poco a poco también van saliendo reseñas no tan positivas. Es un libro que se lee bien, pero que no es para tanto.

¿Qué piensas sobre las películas basadas en libros? ¿Cuál ha sido la mejor adaptación que has visto? ¿Y la peor?

Que depende de cómo se haga la adaptación. Antes pensaba que una adaptación tenía que ser fiel 100% al libro, pero después de estudiar mi carrera, he comprendido que no. Un libro y una película son lenguajes diferentes y pueden necesitar elementos diferentes por lo que si se cambia algo no tiene por qué ser malo. Por ejemplo, poniendo un caso cercano, a mí la película Yo antes de ti me gustó mucho. Es cierto que omite muchas cosas del libro, pero como largometraje funciona muy bien y respeta la idea central del libro. Eso sí, la película te ofrece un producto y el libro otro. No se me da bien esto de elegir mejor y peor, pero por ejemplo creo que la saga de Harry Potter está bastante bien llevada al cine. Es cierto que hay elementos que se modifican (recuerdo que me indignó que la Nimbus 2000 no apareciera en la tercera película hasta el final, cuando había sido un elemento bastante recurrente en el libro, pero realmente no era necesario incluirlo para contar la acción principal de la historia). Sin embargo, visto con perspectiva, me parecen buenas decisiones. Como mala adaptación… tengo bastante mal recuerdo de la primera película de la saga Crepúsculo. Pero no es que fuera una mala adaptación, es que era una mala película. Con las siguientes fueron mejorando. Las dos de Amanecer a mí me encantaron.

¿Qué autor crees que merece más atención de la que actualmente recibe?

Gustavo Martín Garzo. Es un escritor que escribe verdaderamente bien. Creo que su prosa es la mejor que he leído y, sin embargo, le veo poco por los blogs. Y es una pena. Os recomiendo su última novela La puerta de los pájaros o Tres cuentos de hadas.

En “Deja volar tu imaginación” encontramos una variedad de títulos interesantes ¿Qué crees que es lo que debería tener un buen blog de reseñas literarias?

Yo diría que pasión por la lectura, honestidad y buenos argumentos para defender tus ideas. Ah, y una buena ortografía.

Hace unas semanas, el escritor y ganador del Premio Novel de Literatura Mario Vargas Llosa, alertó de que la literatura está en peligro de extinción con las siguientes palabras: “Mi impresión es que los escritores empiezan a escribir no para los libros sino para las pantallas”. ¿Estás de acuerdo con él? ¿O por el contrario piensas que vivimos un momento dulce donde ese talento literario se ve a través de otros formatos, en especial, en el terreno de las series de televisión? 

Yo creo que son cosas diferentes. Precisamente yo pertenezco al gremio audiovisual y puedo decir que los lenguajes y formatos son diferentes en una película, en una serie, en una telenovela o en un libro. Todos cuentan historias, pero cada uno de forma diferente. Eso sí, todos tienen herramientas que pueden ayudar a la hora de sumergirte en otro de los géneros. Los diálogos son un claro ejemplo de ello. En una película un diálogo tiene que ser fresco, natural. En muchas novelas esto no ocurre y se dan muchas vueltas o se utilizan fórmulas que a la hora de hablar no se usarían. Y muchos lectores se quejan de eso. Yo creo que lo importante es ser consciente de en qué formato te estás moviendo. En una novela, por ejemplo, tienes sitio para la reflexión y la disertación, en una película (generalmente) no. Hay personas que se quejan de que en una novela hay mucha descripción o que se da muchas vueltas a las cosas. Oigan, es que es el sitio para poder hacer eso (que a ver, todo se puede hacer bien y mal, eso está claro). Y creo que lo de los formatos hay que entenderlo, tanto como lector como si eres el que escribe: una novela no es una película ni una poesía. Ni una película una novela. Eso sí, una película te entra “masticada”: todo te lo dan hecho. Con un libro, eres tú el que tienes que poner las imágenes a la historia y eso cuesta más trabajo. Y hoy en día nos gusta todo ya. Eso sí que podría suponer un problema para la literatura escrita, por llamarla así.

¿Eres de las que sigue prefiriendo el papel antes que la pantalla para leer?

Ahora mismo utilizo ambos formatos, pero sí; no se puede comparar el papel a la pantalla. Eso sí, reconozco que el ebook es práctico. Los libros no ocupan espacio y, leas el libro que leas, siempre pesa lo mismo, lo cual se agradece en el caso de los llamados tochos.

¿Qué opinas sobre la polémica que se ha generado alrededor del Premio Nobel de Literatura de este año? ¿Crees que Bob Dylan se lo merece realmente?

Creo que tiene bastante sentido. Por un lado, Bob Dylan es un personaje muy conocido (cosa que no ocurre con otros escritores premiados) y por otro es un cantautor, no un escritor en sí. Yo no dudo que sus letras sean poesía y que expresen grandes mensajes. Eso sí, creo que la explicación que se ha dado justificar este Nobel está un poquito cogida por los pelos, ya que obvia la mitad de su trabajo: la música. Creo que hubiera sido más acertado crear un nuevo Premio a las Artes, por ejemplo, que abarcara un poco más y, así en el futuro, poder premiar a otros cantautores, a pintores, a guionistas (el teatro se lee, pero un guion cinematográfico no, ya que es una herramienta para llegar al producto final: la película), a cineastas, etc. Si se quiere cambiar, ¿por qué no hacerlo del todo?

¿Cuál es el próximo libro que leerás?

Ahora mismo estoy leyendo El gran imaginador o la fabulosa historia del viajero de los cien nombres de Juan Jacinto Muñoz Rengel y, después de ese creo que le tocará el turno a Ética de los medios de comunicación de María Javiera y Aguirre Romero.

Antes de despedirme hasta la próxima entrada, lo primero, me gustaría agradecer a Patt por haberse prestado a contestar a las preguntas y por habernos ilustrado en cada una de ellas. Lo segundo, no puedo irme sin antes adjuntaros un enlace de Deja volar tu imaginación, para que podáis echarle un vistazo: 




¡Un saludo y a seguir leyendo!

viernes, 2 de diciembre de 2016

RESEÑA: Kathleen.

KATHLEEN


Título: Kathleen.

Autor: Christopher Morley (1890-1957) nació en Haverford, Pensilvania, y estudió en Haverford College, donde su padre trabajaba como profesor de matemáticas. Posteriormente, se matricula en la universidad inglesa de Oxford para estudiar historia moderna durante tres años - época que contaría en su novela autobiográfica de 1931 John Mistletone, y, en parte, en Kathleen -. En 1913, de vuelta a Estados Unidos, se instaló en Nueva York y comenzó a trabajar en la editorial Doubleday. Pocos años después se convertiría, recorriendo Estados Unidos como columnista y reportero, en uno de los periodistas más prestigiosos de su época. Su primera novela, La librería ambulante, fue publicada en 1917; en 1919 apareció su continuación, La librería encantada. Pero no fue hasta 1939 cuando se hizo mundialmente conocido por su novela Kitty Foyle, trasladada al cine con Ginger Rogers como protagonista. Sus dos grandes maestros fueron Walt Whitman y Mark Twain, e influenció en autores como Kingsley, Amis o Tom Wolfe.


Editorial: Periférica.

Idioma: inglés.

Traductor: Ángeles de los Santos.

Sinopsis: un grupo de bromistas, y a la vez románticos, estudiantes de la Universidad de Oxford - entre ellos un norteamericano - forman un club literario muy peculiar: se hacen llamar los Escorpiones. Su próximo reto será escribir una novela sobre personajes reales, dos nombres descubiertos en una carta encontrada por azar en una librería: Kathleen será la heroína y Joe será el héroe. Pero esto es sólo la primera parte del reto, pues enseguida comenzará la Gran Aventura Kathleen. conocer a la joven protagonista de su novela por los medios que haga falta.

Su lectura me ha parecido: deliciosa, divertida, juvenil, muy personal, ligeramente autobiográfica, nostálgica, clásica, cinematográfica...Queridos lectores y lectoras, se que lo digo muy a menudo y que muchos de vosotros estaréis cansados de leer siempre lo mismo, pero no puedo evitar reiterar lo que hoy por hoy es una realidad: el género humorístico ya no atrae. Todos estamos hartos de reírnos mientras visualizamos una película, una serie de televisión o cuando nos hayamos enfrascados en una de esas delirantes conversaciones que tanto nos hacen despichorrarnos de la risa. Sin embargo, en lo que respecta a la literatura, andamos últimamente escasos de libros que, más allá de sacarnos una sonrisa, nos hagan reír a lágrima viva. Las novela, la buena novela para ser más exactos, posee una serie de mecanismos intrínsecos, capaces de lograr cosas tan impresionantes como hacer llorar, sentir lástima, sufrir o ser capaces de ponernos en la piel de esos inmortales personajes de ficción. Pero no todo es tristeza, la novela también es capaz de emocionar, atrapar, conducir al lector a un final reconfortante y lleno de buenas vibraciones. Eso, entre otras muchas cosas, logra la novela de humor, tan importante a lo largo de la Literatura Universal y que actualmente no se le tiene mucho aprecio. La novela que hoy reseñamos además de tatuar una sonrisa perenne durante toda su lectura, profundiza y se inserta dentro de un modo de hacer literatura muy particular y que nos remite a tiempos pasados. Kathleen: el juego y los enredos al servicio del lector más nostálgico.


La historia de como Kathleen llegó a mis manos es muy sencilla. Sin embargo, es conveniente empezar por el verdadero principio, que no es otro que una verdadera historia de obsesión. Imagino que muchos de los que hoy leen estas líneas lo habrán experimentado, a decir verdad, todo gran amante de los libros, de la literatura y de la lectura sobretodo ha vivido ese momento en el que te topas con "el libro". Si "el libro" es aquel que cuando lo ves por primera vez expuesto no puedes evitar quedarte parado o parada ante él unos segundos que a ti te parecen horas. Es un momento casi mágico, como sacado de una novela nunca mejor dicho, y que a ojos de otras personas puede parecer raro o extravagante. Pero lo cierto es que en esos momentos te da igual lo que esté pasando a tu alrededor, y te importa un bledo lo que la gente piense sobre ti, sólo te importa observar su portada, leer su sinopsis, ojear algún párrafo, comprobar cuantas páginas tiene...Eso mismo, sin lugar a dudas, le sucedió a una servidora cuando en una conocida librería de mi ciudad decidieron colocar a Kathleen en la primera fila de las novedades. Desde entonces, cada vez que pasaba cerca lo miraba y lo miraba, no encuentro otra explicación, aquel libro me atraía tanto que esperaba algún día poder leerlo por fin. El destino quiso que, unos meses atrás, iniciase colaboración con un grupo que coordina a algunas de las editoriales entre las que se encuentra Periférica. No me era una editorial desconocida, de hecho he leído y reseñado un libro suyo con anterioridad, pero ésto me daba la oportunidad de satisfacer mi deseo de adentrarme en Kathleen. El resultado: un torrente de emociones, buenas reflexiones y deseando leer otros títulos de este genial autor norteamericano.


Iniciando el análisis crítico de esta novela, comenzaremos diciendo que Kathleen presenta una lectura ágil, sencilla, sin barroquismos, muy concreta y en la que las acciones adquieren un papel fundamental. Todo ello empapado de un estilo ágil y que deja al descubierto los muchos recursos de la literatura de humor, destacando sobre todos ellos, el magistral manejo de dos tipos: por un lado el clásico pero no por ello menos divertido humor inglés y el socarrón y más expresivo humor americano. Estos dos se complementan a la perfección, llegando incluso a unirse en uno solo que en las situaciones que expone el autor, llega a ser explosivo y provocar un atisbo de risa. Seguidamente, en Kathleen tienen mucha importancia otros recursos relacionados con lo teatral y cómico, pero que adquieren una interesante dimensión cuando pasan por el filtro de lo cinematográfico. Cuando te adentras en su lectura, tienes constantemente la sensación de que te encuentras ante la típica película muda o sonora de principios de siglo XX en la que los embrollos, los mensajes falsos, el uso de disfraces y la comedia de enredo son sinónimo de carcajadas y de respeto absoluto. Morley en Kathleen, como buen hijo de su tiempo, se deja influenciar por una serie de elementos característicos del mundo del cine para dar más vida si cabe a una historia en la que los personajes parecen sacados de una película clásica, que en ocasiones me llegó a recordar a las cintas de Chaplin o a la famosa Con faldas y a lo loco. Seguidamente, me ha encantado la caracterización de todos los personajes, en especial los miembros del particular club literario los Escorpiones, cuyas reflexiones y comportamientos me recuerdan irremediablemente a los protagonistas de la película El club de los Poetas Muertos. De nuevo, otra referencia cinematográfica, aunque más reciente en el tiempo. Para finalizar, indudablemente debemos mencionar que Kathleen no está exenta de grandes reflexiones referentes al amor, la amistad, la solidaridad, el honor, la familia, el poder de la literatura o la nostalgia entre otros. De éste último nos ocuparemos largo y tendido en el próximo párrafo. 


En lo que respecta a la reflexión personal, en esta ocasión y tratándose de Kathleen, he optado por reflexionar sobre el tema que a mi parecer subyace de esta excepcional novela, que no es otro que el de la nostalgia. Se que el de la literatura y su inquebrantable poder sobre los seres humanos es tal vez, el tema más notable, pero, Kathleen no sería Kathleen sin ese halo de meditación y de recuerdo persistente en cada una de sus páginas. Como he mencionado al principio de la reseña, esta novela, aunque disfrazada de lo cómico y disparatado, no deja de ser un relato de quien echa la vista atrás, de quien le gusta rememorar, de quien aunque ya ha pasado mucho tiempo, siempre atesorará con gran cariño ciertos pasajes de su juventud. A mucha gente seguro que le pasa, que en ciertos momentos de tu vida, no puedes evitar acordarte de ciertos momentos importantes, y los referentes a los años universitarios suelen ser los más importantes. Esa etapa de nuestra vida a la que dedicamos años de estudio, en la que hicimos nuevas amistades, en la que asistimos a clases magistrales, en la que los profesores se convirtieron en nuestros héroes particulares, en la que también eres testigo de injusticias, en la que puedes expresar tu opinión con total libertad, en la que el saber está al alcance de tu mano, en la que conoces a personas importantes dentro de tu campo de estudio, en la que estas en contacto con la vida, en la que fumas, corres, ríes, debates, bailas, comes, participas de actividades políticas o culturales, luchas, eres tu mismo...En pocas palabras, el momento en el que de verdad decidimos que queremos ser o hacer en la vida. En Kathleen se respira todo eso, toda esa nostalgia por ese ambiente y por unos años que pasaron demasiado deprisa. Ese carácter autobiográfico se palpa en cada una de las páginas, tal vez Christopher Morley quisiese hacer un homenaje a ese momento y a todos los que lo acompañaron en él. No se sabe hasta que punto la historia de intelectualidad y de competencia desleal por conocer a la idolatrada Kathleen es cierta, lo que si que podemos estar seguros es que Blair es Morley y que todos, incluida una servidora, no podremos olvidar aquellos maravillosos años universitarios. Kathleen: una historia de peripecias, lectura, escritura, juego, situaciones embarazosas, mentiras piadosas, divertidos malentendidos, desbordante imaginación, amor...Una historia para nostálgicos y para todo aquel que quiera pasar un buen rato con literatura de calidad.

Párrafos o frases favoritas: 

"En la cena se decidió que durante el día de descanso de Pascua los Escorpiones, todos ellos, irían a Wolverhampton con el objetivo de montar guardia en Bancorft Road y averiguar como era Kathleen realmente. Y entonces, después de cantar el viejos tiempos y el Dios salve ("Por los viejos tiempos" y "Dios salve al rey"), la reunión se disolvió y los miembros se dispersaron subprecipitadamente en varias direcciones para evitar a los supervisores."

Película/Canción: aunque no existe por el momento una adaptación de esta novela, he decidido adjuntaros una pieza de sobra conocida por todos y que me ha acompañado durante la redacción de esta reseña. Disfrútenla:


¡Un saludo y a seguir leyendo!

Cortesía de Editorial Periférica