Título: Un mundo sin Fin
Autor: Ken Follett (Cadiff 1949, Reino Unido). Tras estudiar filosofía en la University College de Londres, trabajó como periodista en el South Wales Echo y en el Evening News. En 1978, con a penas veintisiete años, publicó su primera novela, El ojo de la aguja, que obtuvo gran éxito de inmediato y fue adaptada al cine. Tras este éxito editorial, comenzó a publicar novelas de género policíaco como La clave está en Rebeca o Triple, consolidándolo como escritor de éxito. Pero el verdadero reconocimiento no llegó hasta la publicación en 1989 con la publicación de su novela más famosa Los Pilares de la Tierra, una novela ambientada en la Edad Media que le valió estar entre los libros más leídos durante varios años. Follett también es el autor de Un mundo sin Fin, continuación de Los Pilares de la Tierra y de La Caída de los Gigantes y El Invierno del Mundo, que componen la primera y la segunda parte de la trilogía The Century, cuya tercera entrega está prevista su publicación para 2014.
Editorial: Debolsillo.
Idioma: inglés.
Traducción: Anuvela.
Sinopsis: Un Mundo sin Fin está ambientado en la misma ciudad de Kingsbridge, dos siglos después de la construcción de su majestuoso templo gótico. La catedral y el priorato vuelven a formar la base de esta magnífica historia de amor y de odio, de ambición y de venganza, con el fondo amenazador de la Peste Negra que aniquiló a la mitad de la población europea.
Su lectura me ha parecido: en la contraportada del libro que hoy reseñamos, dice así: "desde la publicación de Los Pilares de la Tierra en 1989 millones de lectores de Ken Follett a lo largo de todo el mundo han esperado ansiosamente este libro. El momento ha llegado." En cierto modo no podría estar más de acuerdo, pues todavía no conozco a nadie que no disfrutase con Los Pilares de la Tierra, es más, en mi caso y como ya comenté en la reseña de dicho libro, significó mucho más que una simple lectura de ficción histórica. Pues bien, el momento había llegado, el mundo esperaba ansioso la publicación de este libro, y cuando salió a la venta, miles de seguidores trataron de hacerse con él...Todo para comprobar, con gran decepción, que Ken Follett había hecho no una segunda parte de Los Pilares de la Tierra, sino un remake de Pilares de la Tierra. Sabíamos que volvería a ambientarse en el ficticio Kingsbridge y que se tendría muy presente ciertos aspectos de la novela anterior, pero no esperaba que fueran tantos y tan evidentes. Con todos ustedes: Un mundo sin Fin, la "segunda" parte de Los Pilares de la Tierra.
Recuerdo vagamente el día que mis padres compraron este libro. No se si fue en un centro comercial o en una librería, lo que si que me acuerdo es de la gigantesca pila de ejemplares que reposaban sobre una estantería, todos bien ordenaditos, mostrando una portada con un título bastante atrayente, adornado además con unos dibujos muy extraños pero bonitos. Mas tarde supe que esos dibujos eran una imitación de miniaturas medievales que los monjes copistas dibujaban en las páginas de los libros. Mi madre fue una de las primeras de la casa en leérselo, y yo, no se porqué, comencé a interesarme por el libro, no para comenzar a leérmelo, sino para que ella me contase y narrase dicha novela. De hecho, recuerdo una vez durante las vacaciones de verano que nos quedamos en casa por la lluvia, y en una habitación, mi madre nos leyó un poco del libro, atrayendo así la atención de mi hermano y de la mía. Eso fue cuando tenía 14 años más o menos y la verdad, es uno de los recuerdos más hermosos que ha atesorado mi memoria. Años después, cuando cursaba segundo de bachiller, me leí Los Pilares de la Tierra, libro que me apasionó y que mereció una favorable crítica en una de las entradas-reseñas de este blog. Unos meses después y tras haberme empapado de otro tipo de literatura, decidí leer este libro, Un mundo sin Fin. Para seros sincera, me moría de ganas por leerlo, creía que después de mi inolvidable experiencia con Los Pilares de la Tierra, recuperaría esa emoción y esa pasión que ansiaba volver a vivir. El libro era enorme también, tiene 1178 páginas, unas cuantas más que las de su antecesor, pero no me importaba, quería leerlo cuanto antes. Sin embargo, no logré recuperar esas maravillosas sensaciones, lo cual me frustró bastante.
Un mundo sin Fin transcurre en una de las etapas más convulsas y violentas de la Edad Media Europea: el inicio de la Guerra de los Cien Años, las primeras revueltas campesinas en suelo inglés, el terrible azote de la Peste Negra, los avances sociales, las nuevas formas de comercio internacional, los avances en la agricultura, las novedosas formas de construcción, el poder cada vez mayor de los gremios...Ante este esplendido marco histórico, Ken Follett tenía ante si todo el material necesario para escribir una buena novela, una buena continuación, algo que desgraciadamente no ha sido así. Sin embargo, Ken Follett si que ha sabido mostrar ese amplio abanico de acontecimientos históricos que marcaron un antes y un después en la historia de Europa. Además de los episodios nombrados al principio de este párrafo, el autor nos adentra en otros estados importantes de este turbulento siglo XIII como son Francia e Italia. En el caso de Francia somos testigos de la guerra, la destrucción y la violencia de una guerra que enfrenta a la propia Francia con Inglaterra, las dos potencias más poderosas de la Edad Media. Los capítulos de las batallas y la desolación que deja a su paso son realmente estremecedores. Y en el caso de Italia, con la ciudad de Florencia como ejemplo, apreciamos el surgimiento del primer movimiento intelectual y artístico renacentista, que sin duda, marcará un cambio y diferenciará a las ciudades italianas de otras ciudades europeas, además de sus medios de difusión. Ese aspecto en particular del libro me pareció realmente interesante y reseñable.
Un mundo sin Fin es una novela rica en contexto, pero falla en el otro pilar que define a una buena novela histórica, y ese es la ficción. Esa parte inventada insertada en un contexto real, lo que equivale a la trama principal, al grueso de la historia, al corazón de la novela. Y falla porque la trama es muy parecida, por no decir igual, a la que nos narró en Los Pilares de la Tierra. En ese espacio señalaré los cinco más escandalosos: PRIMERO: La novela vuelve a girar en torno a dos nuevas construcciones principalmente: un puente y una torre/campanario para coronar la famosa catedral. SEGUNDO: aparece de nuevo el personaje del eclesiástico/obispo malvado que hará la vida imposible a los protagonistas, la diferencia, que en vez de llamarse Waleran, se llama Godwyn. TERCERO: el personaje de Caris recuerda muchísimo a la famosa Aliena, por la inteligencia y su iniciativa para adentrarse en trabajos reservados tradicionalmente a los hombres, en este caso Caris sueña con ser médico. CUARTO: alto, delgado, ojos claros, pelirrojo, aprendiz de constructor...Con estas señas es imposible no reconocer a Jack Jackson, el protagonista de Los Pilares de la Tierra, sin embargo, le ha salido un duro competidor en Un mundo sin Fin llamado Merthin, de la misma complexión física y con los mismas inquietudes. Ken Follett deja muy claro que Merthin es descendiente de Jack y de Aliena, sin embargo, parece más un clon que un familiar lejano. Y CINCO: su historia de amor, como no podía ser de otra forma, Merthin y Caris se enamoran y viven un amor apasionado pero difícil por las circunstancias sociales y por la sucesión de los inesperados acontecimientos. ¿A qué os recuerda?
Sin embargo, y a pesar de todo, esta novela tiene personajes que de alguna forma llegan al corazón de los lectores. En mi caso fue la humilde, trabajadora y luchadora campesina Wanda la que consiguió cautivarme con su terrible historia, convirtiéndose en mi personaje favorito de la novela. Un mundo sin Fin es una historia que puede gustar, pero para quienes nos hemos maravillado con Los Pilares de la Tierra, resulta un libro gordo y altamente repetitivo. Menos mal que con sus siguientes novelas, Ken Follett todavía no ha sido eliminado de mi selecta lista de autores favoritos, pero si tuviese que juzgarle solo por esta novela, Ken Follett me ha decepcionado mucho. Un mundo sin Fin, una historia de amor, pasión, guerra, muerte, injusticias... En fin, la novela de Ken Follett que menos me ha gustado.
Párrafos o frases favoritas:
"Cuando empezó la epidemia, habían permanecido junto a sus seres queridos a pesar de todo, madres con hijos, maridos con esposas, personas de mediana edad con sus ancianos padres; el amor era más fuerte que el miedo. Pero eso había cambiado. El ácido que derramaba la muerte había empezado a corroer hasta el más fuerte de los lazos familiares. En ese momento, el típico paciente llegaba al hospital con ayuda de la madre o un padre, de un esposo o esposa, que se limitaba a marcharse haciendo oídos sordos de los lastimeros gritos que lo seguían hasta que desaparecía de la escena. Sólo las monjas, con sus mascarillas y las manos empapadas en vinagre, eran capaces de desafiar a la enfermedad."
Película/Canción: aprovechando el éxito que tuvo la serie de televisión basada en Los Pilares de la Tierra, los productores no quisieron echarse atrás y unos años más tarde lanzaron al mundo la adaptación a la pequeña pantalla de Un mundo sin Fin, con los mismos directores y mezclando estrellas y jóvenes promesas, tal y como se hizo en Los Pilares de la Tierra. Sin embargo, la serie no logró el éxito que se esperaba. Ý la verdad es que lo entiendo. Cuando me enteré de que la iban a emitir en Cuatro esperé impaciente y llena de curiosidad el día en el que emitirían el primer capítulo. La comencé a ver, pero al llegar el primer intermedio apagué la tele, ¡SE LO HABÍAN INVENTADO TODO! Los que hayáis leído la novela entenderéis este disgusto. No obstante, hay que destacar las interpretaciones y caracterizaciones de Charlote Riley (Wuthering Heights), Rupert Evans (Ágora), Nora von Waldstätten (Carlos), Tom Weston-Jones (Copper), Cynhia Nixon (Sexo en Nueva York) o Ben Chaplin (El Retrato de Dorian Gray).
¡Un saludo y a seguir leyendo!