SWEENEY TODD
EL COLLAR DE PERLAS
Título: Sweeney Tood. El collar de perlas.
Autor: James Malcom Rymer (1814-1884) en colaboración con Thomas Peckett Prest (1910-1859¿?). El primero de ellos fue un escritor inglés del siglo XIX que escribía principalmente penny dreadfuls, historias de terror escabrosas y sensacionalistas que se vendían por entregas en la Inglaterra de mediados de siglo XIX por un penique. No hay mucha información sobre él. De ascendencia escocesa pero nacido en Londres en 1814, se cree que era un ingeniero civil y editor de Queen´s Magazine. Entre 1842 y 1867 escribió 15 novelas, incluyendo bestsellers como Ada, la traicionada, Varney, el vampiro y El collar de perlas, éstos dos últimos en colaboración con Thomas Peckett Prest. Se cree que este último nació en 1810 y murió en 1859. Fue un hack writer, es decir, un escritor de bajo estatus, capaz de producir textos rápidamente. Fue también periodista y músico. (Fuente. Biblioteca de Carfax).
Editorial: La Biblioteca de Carfax.
Idioma: inglés.
Traductor: Alberto Chessa.
Sinopsis: el sanguinario barbero de la calle Fleet hace su debut literario en esta novela, publicada por entregas entre noviembre de 1846 y marzo de 1847. La influencia literaria de este personaje ha sido amplia, y gracias al musical del compositor Stephen Sondheim en 1979, pasó a formar parte de la cultura popular moderna. La historia ha sido llevada al cine en múltiples ocasiones, la más reciente, basada en el mencionado musical de Broadway, fue la adaptación de Tim Burton en 2007, con Johnny Deep encarnando al despiadado barbero. (Fuente: Biblioteca de Carfax).
Su lectura me ha parecido: interesante, dinámica, rápida, irremediablemente icónica, muy sangrienta, a la altura de mis expectativas...Queridos lectores y lectoras, si algunos habéis leído las reseñas de lo que llevamos de año sabréis que una servidora visitó la capital británica en febrero. Y aunque acabé agotada de tanto trajín y visita a monumentos, más tarde reconocí que aquel viaje acabó aportándome conocimiento y mucho más de lo que hubiese imaginado. Un autentico punto de inflexión en mi relación con la historia y ciertos ámbitos culturales. Pues bien, en Londres existe una calle muy especial llamada Fleet. Su historia, como la de este tipo de lugares, está cargada de acontecimientos. Su nombre proviene del río Fleet y se extiende paralela al Támesis en la orilla izquierda. Históricamente constituye uno de los principales ejes de unión entre La City y Westminster. Sede de la prensa británica hasta 1980, la calle Fleet fue residencia de caballeros templarios y sus bajos acogieron a las primeras imprentas de la ciudad, dando lugar a la publicación en 1702 del Daily Courant, el primer periódico diario de la capital. Cerca de ella se encuentran edificios tan importantes jurídicamente como son las Cortes Reales de Justicia o el conocido como Old Bailey, el Tribunal Penal Central. Durante muchos años, Feelt Street fue famosa por sus cafés donde se reunía la élite política y literaria de la ciudad y quedó parcialmente arrasada tras el famoso incendio de 1666 que destruyó gran parte de la ciudad. Pero también, la calle Feelt es conocida sobre todo por uno de sus inquilinos literarios más celebres. Despiadado y sangriento, este inmortal personaje no dudaba en rebanar pescuezos tras el mostrador de la que es ya la barbería más famosa de la literatura en busca de venganza. Sweeney Todd. El collar de perlas: un best seller de su tiempo, un clásico recuperado en el presente.
La historia de como este libro llegó a mis manos y a mi estantería ocurrió por sorpresa. Como todos mis compañeros de generación, mi primera aproximación al personaje y a la historia de Sweeney Todd fue gracias a la película de Tim Burton. No fui de las que tuvo el privilegio de verla en el cine, pero si de poder disfrutarla unos meses más tarde desde el sofá del salón. Dicha cinta la recuerdo con bastante aprecio, incluso la primera vez que la vi sentí cierto miedo. Armado con su cuchilla y mostrando tal destreza degollando a la gente, normal que le cogiese un poco de miedo al pobre Johnny Deep encarnando dicho personaje. Aquella fue una película interesante en la carrera del director, muy de su estilo y que estuvo incluso nominada en los Premios Oscar de aquel año en algunas de las categorías más importantes. Un tiempo más tarde supe que aquella película se basó en una obra de teatro de Broadway tan aclamada como polémica por su puesta en escena no apta para todos los públicos. En mis años de actriz amateur tuve un pequeño acercamiento a esta obra por cuestiones de metodología. Tenía que interpretar a Madre Ubú en Ubú Rey y uno de los personajes que se acercaba ligeramente en su esencia era del de Mrs Lovett, la partener de Sweeney Todd en el musical y que tan bien encarnó Helena Bonham Carter en la gran pantalla. Tras aquello no volví a interesarme por Sweeney Todd hasta hace unos meses, cuando por casualidad, descubrí que aquel personaje cinematográfico y teatral era en su origen un personaje también literario. Fue gracias a una reseña como conocí a sus autores, James Malcom Pymer y Thomas Peckett Prest, de los que por cierto me ha sido imposible encontrar imagen en internet, y de como este personaje formó parte de un exitoso penny dreaful. Rastreé un poco en la red hasta dar con La Biblioteca de Carfax, una humilde editorial especializada en literatura de terror. Esto unido a mi reciente acercamiento a este tipo de literatura en el terreno de la escritura fueron suficientes como para que acabase entablando colaboración con La Biblioteca de Carfax y haciéndome, unas semanas después, con un ejemplar de Sweeney Todd. El collar de perlas. El resultado de su lectura no pudo ser más sorprendente e interesante al mismo tiempo
Centrándonos en la crítica propiamente dicha, comenzaremos por recalcar una cuestión. En lo que respecta a su lectura, "sorpresa" es tal vez la palabra que más se puede ajustar a mi experiencia con Sweeney Todd. El collar de perlas. Sorpresa en el sentido de que me encontré con un libro muy trepidante y fácil de leer. Las hojas volaban, una detrás de otra, a una velocidad sorprendentemente rápida, como si los autores no quisiesen que el lector se entretuviese demasiado. Cuesta creer que viniendo este texto del XIX se lea con una facilidad pasmosa, teniendo en este sentido más aspectos en común con los best sellers actuales que con la literatura que se producía en su tiempo. No obstante, es en el término best seller donde encontramos el encanto y el por qué de su éxito en el XIX. En relación con esto último, la otra palabra que define perfectamente a la novela es "aprendizaje", pues, pocas veces llegan a nosotros libros con los que puedes aprender ciertas curiosidades que la literatura ofrece. Si habéis leído las biografías que ofrece la editorial de los autores, veréis como Sweeney Todd. El collar de perlas lo presentan como uno de los más exitosos penny dreafuls. Pero, ¿qué es exactamente un penny dreadful? Además de dar nombre a una de las series más exitosas de los últimos tiempos, el penny dreadful fue un género literario muy popular durante la Inglaterra del siglo XIX. Sus características estilísticas son muy simples: rápidos de leer, con tramas bastante simples y en los que abunda lo escabroso y lo sangriento. "Cuanta más sangre mejor" ese parecía ser la regla que seguían este tipo de escritores. El misterio que provoca un crimen atroz es el eje de la trama, y el hecho de que estas historias se vendiesen por entregas, aumentaba la ansiedad de los lectores aficionados al genero. Una sensación que solamente se puede comparar con el boom de las series de televisión actuales. Los periódicos en los que se publicaban estos libros organizaban autenticas campañas de publicidad para captar más lectores por un lado y por otro, irritar con la espera a quienes llevan tiempo esperando la siguiente entrega. Puro marketing atemporal. También cabe comentar que a los escritores de los penny dreadfuls se les exigía ser creativos, pero también rápidos con la escritura y en la confección de tramas. Algunos de ellos llegaron a hacerse de oro, como es el caso de James Malcom Rymer, de cuya pluma salieron los más famosos y exitosos. Tras esta breve explicación de la historia de los penny dreadfuls, comprendemos mejor por qué el libro que hoy reseñamos se ajusta a la perfección a esas máximas. Veloz, ligero, con una trama fácil, protagonizado por un asesino con una metodología bastante original, con unos secundarios muy fugaces y que en tan sólo 358 páginas te haces una idea de que la intención principal es la de entretener al lector. Este no es un libro que implique reflexiones filosóficas o antropológicas aparentemente, aunque podrían perfectamente rastrearse, sin embargo, no podemos desprestigiar su valor por considerarse "lectura rápida" de la época. En lo que respecta a los personajes esta claro que Sweeney Todd es el más importante de todos. Este despiadado barbero se presenta en un principio como alguien al que, movido por la venganza, trata de hacer justicia. No obstante, y a medida que vamos avanzando en su lectura, somos testigos de como se corrompe, hasta el punto de llegar a matar por puro placer, cayendo irremediablemente en una espiral de locura refinada no exenta de estereotipo. Para mi, Sweeney Todd es un personaje que empieza muy bien la novela pero que la finaliza de la forma más apoteósica y sangrienta posible. Un autentico festival de sangre que no resulta real para los ojos del lector del siglo XX, tal vez por eso, su personaje y la historia funcionasen tan bien sobre las tablas. Con esto no estoy diciendo que Sweeney Todd no sea un gran personaje literario, precisamente ese halo siniestro y el exceso son los que lo han hecho inmortal. Por otro lado, los personajes secundarios, aparecen y desaparecen sin ton ni son. Y algunos que creías que iban a ser importantes, de pronto, se esfuman sin un por qué. Lo mismo sucede con algunas subtramas, las cuales, se quedan descolgadas o sin finalizar. Esto puede deberse al frenético trabajo del escritor en cuestión, que como ya hemos comentado, debía ser de todo menos relajado. Sin embargo, esto no lo libra de esta pequeña crítica. En resumen, Sweeney Todd. El collar de perlas se presenta como una novela de su tiempo, con algunos errores de trama, pero del que podemos aprender muchas cosas.
La historia de como este libro llegó a mis manos y a mi estantería ocurrió por sorpresa. Como todos mis compañeros de generación, mi primera aproximación al personaje y a la historia de Sweeney Todd fue gracias a la película de Tim Burton. No fui de las que tuvo el privilegio de verla en el cine, pero si de poder disfrutarla unos meses más tarde desde el sofá del salón. Dicha cinta la recuerdo con bastante aprecio, incluso la primera vez que la vi sentí cierto miedo. Armado con su cuchilla y mostrando tal destreza degollando a la gente, normal que le cogiese un poco de miedo al pobre Johnny Deep encarnando dicho personaje. Aquella fue una película interesante en la carrera del director, muy de su estilo y que estuvo incluso nominada en los Premios Oscar de aquel año en algunas de las categorías más importantes. Un tiempo más tarde supe que aquella película se basó en una obra de teatro de Broadway tan aclamada como polémica por su puesta en escena no apta para todos los públicos. En mis años de actriz amateur tuve un pequeño acercamiento a esta obra por cuestiones de metodología. Tenía que interpretar a Madre Ubú en Ubú Rey y uno de los personajes que se acercaba ligeramente en su esencia era del de Mrs Lovett, la partener de Sweeney Todd en el musical y que tan bien encarnó Helena Bonham Carter en la gran pantalla. Tras aquello no volví a interesarme por Sweeney Todd hasta hace unos meses, cuando por casualidad, descubrí que aquel personaje cinematográfico y teatral era en su origen un personaje también literario. Fue gracias a una reseña como conocí a sus autores, James Malcom Pymer y Thomas Peckett Prest, de los que por cierto me ha sido imposible encontrar imagen en internet, y de como este personaje formó parte de un exitoso penny dreaful. Rastreé un poco en la red hasta dar con La Biblioteca de Carfax, una humilde editorial especializada en literatura de terror. Esto unido a mi reciente acercamiento a este tipo de literatura en el terreno de la escritura fueron suficientes como para que acabase entablando colaboración con La Biblioteca de Carfax y haciéndome, unas semanas después, con un ejemplar de Sweeney Todd. El collar de perlas. El resultado de su lectura no pudo ser más sorprendente e interesante al mismo tiempo
Centrándonos en la crítica propiamente dicha, comenzaremos por recalcar una cuestión. En lo que respecta a su lectura, "sorpresa" es tal vez la palabra que más se puede ajustar a mi experiencia con Sweeney Todd. El collar de perlas. Sorpresa en el sentido de que me encontré con un libro muy trepidante y fácil de leer. Las hojas volaban, una detrás de otra, a una velocidad sorprendentemente rápida, como si los autores no quisiesen que el lector se entretuviese demasiado. Cuesta creer que viniendo este texto del XIX se lea con una facilidad pasmosa, teniendo en este sentido más aspectos en común con los best sellers actuales que con la literatura que se producía en su tiempo. No obstante, es en el término best seller donde encontramos el encanto y el por qué de su éxito en el XIX. En relación con esto último, la otra palabra que define perfectamente a la novela es "aprendizaje", pues, pocas veces llegan a nosotros libros con los que puedes aprender ciertas curiosidades que la literatura ofrece. Si habéis leído las biografías que ofrece la editorial de los autores, veréis como Sweeney Todd. El collar de perlas lo presentan como uno de los más exitosos penny dreafuls. Pero, ¿qué es exactamente un penny dreadful? Además de dar nombre a una de las series más exitosas de los últimos tiempos, el penny dreadful fue un género literario muy popular durante la Inglaterra del siglo XIX. Sus características estilísticas son muy simples: rápidos de leer, con tramas bastante simples y en los que abunda lo escabroso y lo sangriento. "Cuanta más sangre mejor" ese parecía ser la regla que seguían este tipo de escritores. El misterio que provoca un crimen atroz es el eje de la trama, y el hecho de que estas historias se vendiesen por entregas, aumentaba la ansiedad de los lectores aficionados al genero. Una sensación que solamente se puede comparar con el boom de las series de televisión actuales. Los periódicos en los que se publicaban estos libros organizaban autenticas campañas de publicidad para captar más lectores por un lado y por otro, irritar con la espera a quienes llevan tiempo esperando la siguiente entrega. Puro marketing atemporal. También cabe comentar que a los escritores de los penny dreadfuls se les exigía ser creativos, pero también rápidos con la escritura y en la confección de tramas. Algunos de ellos llegaron a hacerse de oro, como es el caso de James Malcom Rymer, de cuya pluma salieron los más famosos y exitosos. Tras esta breve explicación de la historia de los penny dreadfuls, comprendemos mejor por qué el libro que hoy reseñamos se ajusta a la perfección a esas máximas. Veloz, ligero, con una trama fácil, protagonizado por un asesino con una metodología bastante original, con unos secundarios muy fugaces y que en tan sólo 358 páginas te haces una idea de que la intención principal es la de entretener al lector. Este no es un libro que implique reflexiones filosóficas o antropológicas aparentemente, aunque podrían perfectamente rastrearse, sin embargo, no podemos desprestigiar su valor por considerarse "lectura rápida" de la época. En lo que respecta a los personajes esta claro que Sweeney Todd es el más importante de todos. Este despiadado barbero se presenta en un principio como alguien al que, movido por la venganza, trata de hacer justicia. No obstante, y a medida que vamos avanzando en su lectura, somos testigos de como se corrompe, hasta el punto de llegar a matar por puro placer, cayendo irremediablemente en una espiral de locura refinada no exenta de estereotipo. Para mi, Sweeney Todd es un personaje que empieza muy bien la novela pero que la finaliza de la forma más apoteósica y sangrienta posible. Un autentico festival de sangre que no resulta real para los ojos del lector del siglo XX, tal vez por eso, su personaje y la historia funcionasen tan bien sobre las tablas. Con esto no estoy diciendo que Sweeney Todd no sea un gran personaje literario, precisamente ese halo siniestro y el exceso son los que lo han hecho inmortal. Por otro lado, los personajes secundarios, aparecen y desaparecen sin ton ni son. Y algunos que creías que iban a ser importantes, de pronto, se esfuman sin un por qué. Lo mismo sucede con algunas subtramas, las cuales, se quedan descolgadas o sin finalizar. Esto puede deberse al frenético trabajo del escritor en cuestión, que como ya hemos comentado, debía ser de todo menos relajado. Sin embargo, esto no lo libra de esta pequeña crítica. En resumen, Sweeney Todd. El collar de perlas se presenta como una novela de su tiempo, con algunos errores de trama, pero del que podemos aprender muchas cosas.
Lógicamente, y sabiendo que día es hoy, muchos esperabais una reflexión final relacionada con la festividad de Halloween o con la importancia del miedo en nuestro día a día. Sin embargo, siento decepcionaros, pero en esta ocasión la propia novela reseñada me ha llevado por otros derroteros más interesantes pero que, para que la decepción no sea mayúscula, tienen un poco que ver con el miedo. Como ya he comentado anteriormente, los penny dreadfuls fueron tal vez los mayores éxitos editoriales del XIX en Inglaterra, que no de la crítica especializada. Sus tramas tan truculentas convivían con otro tipo de literatura más del gusto de la élite intelectual. Fueron los tiempos del realismo inglés, del que Charles Dickens se alzaba como su máximo exponente. Y aunque en sus novelas se visibilizaran las duras condiciones de la clase obrera británica, su estilo era mucho más denso, descriptivo, refinado. Literatura de alto voltaje perfecta para la nueva burguesía que estaba surgiendo al calor de la revolución industrial o para quienes, críticos con ella, pretendían cambiar las cosas. Sin embargo, la lectura de los penny dredfuls, aunque había excepciones, era más común entre la masa más popular de la sociedad del momento, incluso es muy probable que muchos aprendiesen a leer gracias a este tipo de historias, tan sencillas como atrayentes. El morbo que provocaban sus tramas hizo que se extendiese este tipo de historias entre un sector de la población no especialmente boyante económicamente. Una vez tenemos clara estas dos corrientes literarias predominantes en la Inglaterra del XIX, podemos afirmar sin miedo a equivocarnos que existía una clara intención de separar a la élite del pueblo. La élite debía formarse intelectualmente, y que mejor que con libros más complejos y escritos por gente de su mismo círculo social. A los demás, al pueblo, interesaba mantenerlos en la ignorancia, con historias menos densas y en las que no se hable de política o cuestiones que tengan que ver con las ideas. Y lo peor de todo es que, además de ignorantes, los querían temerosos, de ahí que estas novelas estuviesen plagadas de asesinos en serie. No debemos olvidar que en los barrios de clase obrera la delincuencia y el crimen eran el pan de cada día. En el siglo de Jack el Destripador, el que situasen estas historias a un criminal sanguinario en lugares tan comunes como panaderías, callejones, burdeles, fábricas o barberías lo hacía más real si cabe. Callados, ignorantes, sumisos y con miedo. Así es como desde el poder se quería que fuese la masa, y que mejor mecanismo de reproducción del poder que la prensa escrita y el mundo editorial, ya que el analfabetismo poco a poco iba desapareciendo de la sociedad. Algo que, si os dais cuenta, sigue pasando en la actualidad, y eso si que da verdadero miedo. La desinformación, la manipulación, el poder de las grandes empresas, la confección de estereotipos sociales...¿Hemos hecho un viaje al pasado? No. En realidad, ni siquiera hemos despegado los pies del suelo. Sweeney Todd. El collar de perlas: una historia de venganza, sangre, crimen, miseria, clases sociales, intereses oscuros...Un libro con el que no pegaréis ojo esta noche.
Frases o párrafos favoritos:
"Antes de que la calle Fleet hubiera alcanzado la importancia que tiene hoy, cuando Jorge III era joven y las dos figuras golpeaban los carillones de la vieja iglesia de san Dunstan lucían en todo su esplendor, poniendo en un aprieto la tarea de los chicos de los recados, a la vez que dejaban boquiabiertas a las gentes del lugar, había cerca del recinto sagrado una pequeña barbería regentada por un hombre llamado Sweeney Todd."
Película/Canción: inevitablemente debemos finalizar con una de las piezas musicales de la última adaptación cinematográfica del personaje de Sweeney Todd. Estrenada en el 2007 y con Johnny Deep, Helena Boham Carter y el fallecido Alan Rickman en el reparto, Tim Burton adaptó el famoso musical a la gran pantalla logrando gran éxito de publico.
¡Un saludo y a seguir leyendo!
Cortesía de La Biblioteca de Carfax