DEPARTAMENTO DE ESPECULACIONES
Título: Departamento de especulaciones.
Autor: Jenny Offill (1968) es autora de dos novelas, Last Things (1999) y Departamento de especulaciones (2014), finalista del premio Pen Faulkner y del premio Folio y que fue aplaudida como uno de los libros del año por publicaciones como The New Yorker, The New York Times o The Boston Globe. Es profesora de escritura en el Brooklyn College, la universidad de Queens y la universidad de Columbia.
Editorial: Libros del Asteroide.
Idioma: inglés.
Traductor: Eduardo Jordá.
Sinopsis: cuando se conocieron eran jóvenes y estaban llenos de esperanza. Aunque ambos vivían en Nueva York, solían enviarse cartas en las que imaginaban como sería su futuro. El remitente era siempre el mismo: "Departamento de especulaciones". Se casaron, tuvieron un hijo y sortearon como pudieron los obstáculos de la vida familiar. Pero imperceptiblemente algo ha ido cambiando. Han aparecido miedos y dudas que ponen en cuestión todo cuando tienen. En un intento de encontrar el punto en el que se equivocaron de rumbo, la esposa echa la vista atrás para tratar de adivinar qué se ha perdido y qué puede salvarse todavía.
Su lectura me ha parecido: breve, concisa, puntualmente original, nada novedosa, introspectiva, crítica, sobrevalorada y a la vez recomendable...Queridos lectores y lectoras, desde que el mundo de los libros, pero sobretodo, el de las editoriales, comenzó a ganar peso dentro del panorama social y cultural de cada país, siempre se ha tratado de promocionar las lecturas que año tras año se van publicando. La mayoría mueren a las dos semanas, otras resisten unos meses más y sólo muy pocas alcanzan la categoría de imperecederos, ya sea por su originalidad en cuanto a la historia que se narra o por la forma en la que está ese libro escrito. Luego, en los últimos años ha proliferado una cuarta categoría, los rescatados a través del cine, que en la mayoría de casos logran equipararse, aunque su interior no merezca la pena, a los que se calificaron como verdaderas obras de arte. Además de todo esto, también, y os lo digo por experiencia, encontramos lecturas que nos llaman la atención, no por su historia o por su supuesta calidad literaria, sino por todo el armatoste publicitario que las envuelve o por las críticas de grandes expertos que dan a ese libro una puntuación de 10. ¿No os ha pasado que cuando ojeáis en una librería veis que la mayoría de las novedades editoriales son calificadas como "la mejor novela del año", "el mayor descubrimiento de los últimos tiempos" o "la revelación del momento"? A mi, infinidad de ocasiones, y lo cierto es que la mayoría no alcanzan para nada ese estatus. La novela que hoy tengo el placer de reseñar pertenece a este último grupo, alabada por la crítica internacional, siendo incluso incluida en importantes listas de méritos literarios, pero que en mi más humilde opinión, no es para tanto. Aunque eso si, por otros aspectos que aquí comentaremos merece ser considerada. Departamento de especulaciones: las citas de grandes autores y el uso de la primera persona como pretexto para narrar una historia doméstica de encuentros y desencuentros.
Su lectura me ha parecido: breve, concisa, puntualmente original, nada novedosa, introspectiva, crítica, sobrevalorada y a la vez recomendable...Queridos lectores y lectoras, desde que el mundo de los libros, pero sobretodo, el de las editoriales, comenzó a ganar peso dentro del panorama social y cultural de cada país, siempre se ha tratado de promocionar las lecturas que año tras año se van publicando. La mayoría mueren a las dos semanas, otras resisten unos meses más y sólo muy pocas alcanzan la categoría de imperecederos, ya sea por su originalidad en cuanto a la historia que se narra o por la forma en la que está ese libro escrito. Luego, en los últimos años ha proliferado una cuarta categoría, los rescatados a través del cine, que en la mayoría de casos logran equipararse, aunque su interior no merezca la pena, a los que se calificaron como verdaderas obras de arte. Además de todo esto, también, y os lo digo por experiencia, encontramos lecturas que nos llaman la atención, no por su historia o por su supuesta calidad literaria, sino por todo el armatoste publicitario que las envuelve o por las críticas de grandes expertos que dan a ese libro una puntuación de 10. ¿No os ha pasado que cuando ojeáis en una librería veis que la mayoría de las novedades editoriales son calificadas como "la mejor novela del año", "el mayor descubrimiento de los últimos tiempos" o "la revelación del momento"? A mi, infinidad de ocasiones, y lo cierto es que la mayoría no alcanzan para nada ese estatus. La novela que hoy tengo el placer de reseñar pertenece a este último grupo, alabada por la crítica internacional, siendo incluso incluida en importantes listas de méritos literarios, pero que en mi más humilde opinión, no es para tanto. Aunque eso si, por otros aspectos que aquí comentaremos merece ser considerada. Departamento de especulaciones: las citas de grandes autores y el uso de la primera persona como pretexto para narrar una historia doméstica de encuentros y desencuentros.
La historia de como Departamento de especulaciones llegó a mis manos, y de paso, a mi adorada estantería tiene su aquel. Sin embargo, es conveniente, como en la mayoría de los casos, remontarse al verdadero principio. Desde hace unos meses, dentro del panorama editorial de este país, algunos lectores hemos ido apreciando como los libros que hoy en día se publican por parte de los grandes grupos, en su mayoría, no resultan tan satisfactorios. Reduciéndose a meros best sellers muy exitosos, de poco recorrido temporal y que dejan mucho que desear en cuanto a calidad literaria. Por ello, muchos, entre los que se encuentra una servidora, han agradecido infinitamente la aparición de las llamadas "editoriales independientes", las cuales, dan cuenta de auténticos y muy personales catálogos en los que sin duda, merece la pena adentrarse. Este es el caso de Libros del Asteroide, una editorial que además de publicar clásicos que nadie sabía de su existencia, decide lanzar y traducir al español algunos textos que están "pegando fuerte", por decirlo de alguna manera, en el panorama internacional, y que por supuesto, no se reducen a una literatura que no dice nada, sino que hace ganar más dinero a la editorial en concreto. De esta editorial, Libros del Asteroide, salió Departamento de especulaciones camino de las librerías de todo el país, y de aquellos abarrotados estantes, a mis inquietos ojos de lectora voraz e insatisfecha. El libro me atrajo desde el primer momento que lo vi, además, había leído alguna que otra crítica favorable al respecto, por lo que ya tenía unas expectativas lo suficientemente altas como para animarme algún día con su lectura. Meses más tarde, comencé a colaborar con Contexto Editores, el grupo que engloba a editoriales como Impedimenta, Nórdica, Sexto Piso, Periférica y por supuesto, Libros del Asteroide. A raíz de esto, y obviamente, Departamento de especulaciones se encontraba entre mis preferencias lectoras, así que no dudé en solicitarlo. No pasó mucho tiempo desde la entrega y el inicio de su correspondiente lectura, sin embargo, el resultado no fue el que me esperaba.
En lo que respecta a la crítica puramente personal, comenzaremos diciendo, para dejarlo claro desde el principio, que Departamento de especulaciones no cuenta ni dice nada nuevo. En esta novela nos adentramos en la vida, narrada en primera persona, de una pareja del siglo XXI, con sus problemas, dificultades, desencuentros, reencuentros, momentos de pasión, de discusión, de entendimiento, de incomprensión...Y en ella, Offill no introduce nada novedoso ni de lo que no se haya hablado hasta ahora en lo que respecta a la temática. Incluso, esa forma de narrar, desde la perspectiva de "la esposa", como si de un personaje moderno de García Lorca se tratase, cuyos deseos de convertirse en una "gigante del arte" y sus decepciones con la vida marital ya la hemos visto en infinidad de novelas publicadas con anterioridad. Todos esos conflictos me hacen pensar en Departamento de especulaciones como una novela que ahonda en los problemas de una pareja con la que el lector se puede identificar fácilmente, pues, no deja de ser una especie de descripción literaria de lo que sucede actualmente, en un mundo en el que es difícil pensar a largo plazo y en el que más que vivir, se sobrevive. Por esto que acabo de comentar, encuentro a la novela un tanto sobrevalorada, no obstante, existe un pequeño margen en el que podemos vislumbrar auténtica genialidad literaria, y que no es otro que la forma. Si Departamento de especulaciones no destaca especialmente por su historia, si que resulta interesante la forma en la que ésta está plasmada sobre el papel. Nada más abrir el libro, el lector se topa con capítulos cortos, espacios, párrafos escuetos que se asemejan a los pensamientos que a uno se le pueden pasar por la cabeza y que los suelta sin más, citas de grandes personajes de la historia que sirven como recurso literario, frases que se juntan sin espacios para crear sensación de agobio (el "muyasustada" de la página 22 no tiene desperdicio), preguntas retóricas, preguntas sin respuesta, el uso de la cursiva para expresar lo correcto...Ya lo han comentado otros antes que yo, pero me uno a la misma idea. Departamento de especulaciones se asemejaría más que a una novela "Pachwork" a un libro que trata de experimentar con el lenguaje, la forma y los dobles sentidos de las palabras. ¿Estamos ante un nuevo estilo comparable a otros como el expresionismo, el futurismo o el dadaísmo? ¿O tal vez ante una escritora con potencial y que puede sorprendernos aún más en un futuro esperemos no muy lejano? Historia ultra explotada y narración interesante, juntas pueden funcionar o quedarse en una mera descripción de "la nada". Cada lector es un mundo y Departamento de especulaciones se presta a ese peligro o arrojo, según con que ojos se mire.
Centrándonos en la reflexión y en el debate, siempre necesarios cuando se habla de lecturas, me gustaría ir en esta ocasión ir al grano, más que nada porque es un tema que urge y del que somos testigos sin darnos cuenta. Cuando terminé de leer Departamento de especulaciones, una pregunta, sólo una, asaltó mi mente: ¿El modelo tradicional de pareja está cambiando? Es obvio que si, desde tiempos inmemoriales el matrimonio ha significado la unión de dos personas. Estos se producían por muchos motivos: por equilibrio de poder, por derecho dinástico, por legitimidad, por reforzar la amistad entre dos familias, por salir de un atolladero económico, por tradición, por intereses políticos...Y ya en los últimos tiempos, como es lógico, por amor. Hace unos instantes, contemplaba con cierto interés una imagen del famoso cuadro de El matrimonio Arnolfini, del pintor Jan Van Eyk, cuyos protagonistas representan el ideal de pareja de por aquel entonces. Él altivo y con trabajo, ella apocada y cubierta de un revestimiento muy incómodo, dentro de lo que seguramente será la habitación de matrimonio, donde no pueden faltar el lujo, los muebles de primera calidad y hasta una mascota. Sin embargo, lo que llama la atención de todo esto es su actitud, cogiéndose de la mano, pero sobretodo, el estar ambos, juntos, bajo un mismo techo. Hasta hace unos años, la cosa era así. Obviamente la religión ya no está tan presente en el día a día y la gente ya no se casa tanto como antes, pero actualmente, la opción de la estabilidad en la pareja parece un sueño casi imposible. Con estabilidad no me estoy refiriendo a las relaciones de pareja, sino al poder vivir bajo un mismo techo, con un trabajo estable y con una economía que les permita subsistir adecuadamente. La crisis ha hecho y sigue haciendo mucho daño a todos esos jóvenes que ven su futuro hipotecado, obligados a no pensar a largo plazo, a vivir el día a día como si fuera una carrera de obstáculos. Con esto no estoy diciendo que la vida en pareja y el matrimonio sean el único futuro, ni mucho menos, sólo es un ejemplo más de lo que uno ya no se puede ni plantear si quiera. En Departamento de especulaciones no existe esa situación, pues, los protagonistas consiguen vivir juntos y hasta formar una familia. No obstante, los problemas a los que tienen que hacer frente han variado y se diferencian sustancialmente de los que había en otras épocas del pasado. Esta es la reflexión que me ha suscitado la lectura de este libro, una reflexión que veo reflejada en el mundo y en el momento que me ha tocado vivir, donde unas cosas han cambiado para bien y donde otras afectan de lleno a nuestro futuro y ambiciones particulares. En tiempos como los de hoy no se permite soñar, no sólo con lograr la estabilidad con o sin pareja, ese es sólo un ejemplo, también con alcanzar, con las alas cortadas, otras metas. Departamento de especulaciones: una historia de amor, desencuentros, maternidad, hastío, ambición, frustración, experimentación...Una historia que si hoy la difunta Betty Friedan leyese, la calificaría como la mística de la feminidad del siglo XXI.
Frases o párrafos favoritos:
"Pero ahora parece posible que la verdad acerca de envejecer sea que cada vez haya menos cosas de las que una pueda reírse, hasta que al final no quede nada en lo que estuviera convencida de que nunca iba a convertirse."
Película/Canción: como no hay adaptación a la vista prevista, he decidido adjuntaros un video donde la autora, Jenny Offill habla ante los lectores de Departamento de especulaciones. Incluso lee un fragmento del mismo.
¡Un saludo y a seguir leyendo!
Cortesía de Libros del Asteroide
En lo que respecta a la crítica puramente personal, comenzaremos diciendo, para dejarlo claro desde el principio, que Departamento de especulaciones no cuenta ni dice nada nuevo. En esta novela nos adentramos en la vida, narrada en primera persona, de una pareja del siglo XXI, con sus problemas, dificultades, desencuentros, reencuentros, momentos de pasión, de discusión, de entendimiento, de incomprensión...Y en ella, Offill no introduce nada novedoso ni de lo que no se haya hablado hasta ahora en lo que respecta a la temática. Incluso, esa forma de narrar, desde la perspectiva de "la esposa", como si de un personaje moderno de García Lorca se tratase, cuyos deseos de convertirse en una "gigante del arte" y sus decepciones con la vida marital ya la hemos visto en infinidad de novelas publicadas con anterioridad. Todos esos conflictos me hacen pensar en Departamento de especulaciones como una novela que ahonda en los problemas de una pareja con la que el lector se puede identificar fácilmente, pues, no deja de ser una especie de descripción literaria de lo que sucede actualmente, en un mundo en el que es difícil pensar a largo plazo y en el que más que vivir, se sobrevive. Por esto que acabo de comentar, encuentro a la novela un tanto sobrevalorada, no obstante, existe un pequeño margen en el que podemos vislumbrar auténtica genialidad literaria, y que no es otro que la forma. Si Departamento de especulaciones no destaca especialmente por su historia, si que resulta interesante la forma en la que ésta está plasmada sobre el papel. Nada más abrir el libro, el lector se topa con capítulos cortos, espacios, párrafos escuetos que se asemejan a los pensamientos que a uno se le pueden pasar por la cabeza y que los suelta sin más, citas de grandes personajes de la historia que sirven como recurso literario, frases que se juntan sin espacios para crear sensación de agobio (el "muyasustada" de la página 22 no tiene desperdicio), preguntas retóricas, preguntas sin respuesta, el uso de la cursiva para expresar lo correcto...Ya lo han comentado otros antes que yo, pero me uno a la misma idea. Departamento de especulaciones se asemejaría más que a una novela "Pachwork" a un libro que trata de experimentar con el lenguaje, la forma y los dobles sentidos de las palabras. ¿Estamos ante un nuevo estilo comparable a otros como el expresionismo, el futurismo o el dadaísmo? ¿O tal vez ante una escritora con potencial y que puede sorprendernos aún más en un futuro esperemos no muy lejano? Historia ultra explotada y narración interesante, juntas pueden funcionar o quedarse en una mera descripción de "la nada". Cada lector es un mundo y Departamento de especulaciones se presta a ese peligro o arrojo, según con que ojos se mire.
Centrándonos en la reflexión y en el debate, siempre necesarios cuando se habla de lecturas, me gustaría ir en esta ocasión ir al grano, más que nada porque es un tema que urge y del que somos testigos sin darnos cuenta. Cuando terminé de leer Departamento de especulaciones, una pregunta, sólo una, asaltó mi mente: ¿El modelo tradicional de pareja está cambiando? Es obvio que si, desde tiempos inmemoriales el matrimonio ha significado la unión de dos personas. Estos se producían por muchos motivos: por equilibrio de poder, por derecho dinástico, por legitimidad, por reforzar la amistad entre dos familias, por salir de un atolladero económico, por tradición, por intereses políticos...Y ya en los últimos tiempos, como es lógico, por amor. Hace unos instantes, contemplaba con cierto interés una imagen del famoso cuadro de El matrimonio Arnolfini, del pintor Jan Van Eyk, cuyos protagonistas representan el ideal de pareja de por aquel entonces. Él altivo y con trabajo, ella apocada y cubierta de un revestimiento muy incómodo, dentro de lo que seguramente será la habitación de matrimonio, donde no pueden faltar el lujo, los muebles de primera calidad y hasta una mascota. Sin embargo, lo que llama la atención de todo esto es su actitud, cogiéndose de la mano, pero sobretodo, el estar ambos, juntos, bajo un mismo techo. Hasta hace unos años, la cosa era así. Obviamente la religión ya no está tan presente en el día a día y la gente ya no se casa tanto como antes, pero actualmente, la opción de la estabilidad en la pareja parece un sueño casi imposible. Con estabilidad no me estoy refiriendo a las relaciones de pareja, sino al poder vivir bajo un mismo techo, con un trabajo estable y con una economía que les permita subsistir adecuadamente. La crisis ha hecho y sigue haciendo mucho daño a todos esos jóvenes que ven su futuro hipotecado, obligados a no pensar a largo plazo, a vivir el día a día como si fuera una carrera de obstáculos. Con esto no estoy diciendo que la vida en pareja y el matrimonio sean el único futuro, ni mucho menos, sólo es un ejemplo más de lo que uno ya no se puede ni plantear si quiera. En Departamento de especulaciones no existe esa situación, pues, los protagonistas consiguen vivir juntos y hasta formar una familia. No obstante, los problemas a los que tienen que hacer frente han variado y se diferencian sustancialmente de los que había en otras épocas del pasado. Esta es la reflexión que me ha suscitado la lectura de este libro, una reflexión que veo reflejada en el mundo y en el momento que me ha tocado vivir, donde unas cosas han cambiado para bien y donde otras afectan de lleno a nuestro futuro y ambiciones particulares. En tiempos como los de hoy no se permite soñar, no sólo con lograr la estabilidad con o sin pareja, ese es sólo un ejemplo, también con alcanzar, con las alas cortadas, otras metas. Departamento de especulaciones: una historia de amor, desencuentros, maternidad, hastío, ambición, frustración, experimentación...Una historia que si hoy la difunta Betty Friedan leyese, la calificaría como la mística de la feminidad del siglo XXI.
Frases o párrafos favoritos:
"Pero ahora parece posible que la verdad acerca de envejecer sea que cada vez haya menos cosas de las que una pueda reírse, hasta que al final no quede nada en lo que estuviera convencida de que nunca iba a convertirse."
Película/Canción: como no hay adaptación a la vista prevista, he decidido adjuntaros un video donde la autora, Jenny Offill habla ante los lectores de Departamento de especulaciones. Incluso lee un fragmento del mismo.
¡Un saludo y a seguir leyendo!
Cortesía de Libros del Asteroide