NOSOTROS
Título: Nosotros.
Autor: Evgueni Zamiatin (1884-1937) estudió ingeniería naval en el Instituto Politécnico de San Petersburgo. Arrestado durante la Revolución de 1905, consiguió volver clandestinamente a San Petersburgo hasta que se instaló en Finlandia, donde concluyó sus estudios. Al regresar a Rusia, fue arrestado de nuevo, por lo que tuvo que exiliarse en 1911, siendo amnistiado en 1913. Durante la Primera Guerra Mundial, publicó En el quinto infierno, una novela antibelicista que pronto fue censurada por las autoridades zaristas. Desilusionado con la Revolución de 1917, a la que prestó su apoyo al principio, publicó los relatos Los insulares y El pescador de hombres. Pero sería su obra maestra, la distopía Nosotros (1921) por la que saltaría a la fama cuando, tras ser prohibida por las autoridades soviéticas, se publicó primero en Reino Unido, en 1924 - si bien de forma incompleta - y tres años después en Praga. El reconocimiento mundial llegó con la publicación de la obra en París en 1929, recibiendo sendos elogios de escritores como Huxley o Orwell, autores que han debido posteriormente del estilo de esta novela. Zamiatin trató de exiliarse en varias ocasiones, escapando tanto de la censura como de las estrecheces económicas. Después de conseguir el permiso necesario, alegando motivos de salud, al fin en 1932 pudo emigrar, tras una breve estancia en Praga, a París, donde falleció en 1937.
Editorial: Hermida Editores.
Idioma: ruso.
Traductor: Alejandro Ariel González.
Sinopsis: en esta sociedad del futuro los sueños constituyen una grave enfermedad psíquica, la libertad sexual es vista como un acto practicado por las bestias salvajes y la libertad personal está estrechamente vinculada al crimen. Ahora los antiguos humanos que viven en libertad está separados por un intenso muro de la ciudad de cristal, donde viven los protagonistas de la novela despojados de su humanidad, de su "yo", convertidos en números: el "nosotros". Esta nueva sociedad está bajo el control del Bienhechor; en ella rigen normas que tienden a hacer divino lo lógico, donde sólo lo racional es bello y las pasiones están reguladas aritméticamente. Los hombres se han situado a la altura de Dios, han vencido al demonio, y son sometidos a una operación quirúrgica por la que se extirpa la imaginación y la fantasía, lo que traerá consecuencias irreversibles.
Su lectura me ha parecido: interesante, penetrante, a ratos denso, crítico, controvertido, inteligente, pionero, absolutamente imprescindible...Como muchos sabréis, en el blog hemos reseñado numerosos títulos, la mayoría considerados por todos clásicos irremplazables, cuya temática y estilo se podrían describir como "distopías". Seguramente todos conoceréis más o menos algunas de las características fundamentales de este género novelístico, las hemos explicado detalladamente en otras reseñas. No obstante, me gustaría permitirme la licencia de, antes de adentrarnos en la crítica que nos ocupa, sincerarme, confesaros por qué siento especial debilidad por este tipo de libros. Además de escribir reseñas de libros, una servidora también es historiadora. Una profesión de vital importancia para la sociedad y que muchos, por desgracia, no les importa o directamente la maltratan con intrusismo o con afirmaciones sin fundamento alguno. La historia está dividida en periodos, edades, fases....Entre las cuales, se encuentra la Contemporánea, de la que actualmente una servidora se está especializando en profundidad. Durante la carrera mantienes contacto con infinidad de fuentes. Desde manuales hasta restos arqueológicos, pasando por otros como cartas, diarios, informes, testimonios orales o libros de cuentas entre otros muchos. De entre todos ellos, la novela, si, la novela, resulta una herramienta imprescindible para observar el pasado desde una perspectiva, claro está, totalmente subjetiva. Una novela puede describirnos un comportamiento social, una creencia religiosa, las tradiciones de un país concreto o las diferentes ideologías imperantes en el momento en el que se escribe el texto. Y en este sentido, las novelas distópicas, resultan vitales para comprender un contexto histórico, el de la primera mitad del siglo XX, y la durísima crítica a los regímenes totalitarios que proliferan. Por eso me gusta tanto el género distópico, por eso novelas como la que hoy tengo el placer de reseñar son títulos indispensables en mi librería particular. Libros entre los que se encuentra, como no podía ser de otra manera, Nosotros: la peculiaridad y la base de una larga tradición literaria.
Su lectura me ha parecido: interesante, penetrante, a ratos denso, crítico, controvertido, inteligente, pionero, absolutamente imprescindible...Como muchos sabréis, en el blog hemos reseñado numerosos títulos, la mayoría considerados por todos clásicos irremplazables, cuya temática y estilo se podrían describir como "distopías". Seguramente todos conoceréis más o menos algunas de las características fundamentales de este género novelístico, las hemos explicado detalladamente en otras reseñas. No obstante, me gustaría permitirme la licencia de, antes de adentrarnos en la crítica que nos ocupa, sincerarme, confesaros por qué siento especial debilidad por este tipo de libros. Además de escribir reseñas de libros, una servidora también es historiadora. Una profesión de vital importancia para la sociedad y que muchos, por desgracia, no les importa o directamente la maltratan con intrusismo o con afirmaciones sin fundamento alguno. La historia está dividida en periodos, edades, fases....Entre las cuales, se encuentra la Contemporánea, de la que actualmente una servidora se está especializando en profundidad. Durante la carrera mantienes contacto con infinidad de fuentes. Desde manuales hasta restos arqueológicos, pasando por otros como cartas, diarios, informes, testimonios orales o libros de cuentas entre otros muchos. De entre todos ellos, la novela, si, la novela, resulta una herramienta imprescindible para observar el pasado desde una perspectiva, claro está, totalmente subjetiva. Una novela puede describirnos un comportamiento social, una creencia religiosa, las tradiciones de un país concreto o las diferentes ideologías imperantes en el momento en el que se escribe el texto. Y en este sentido, las novelas distópicas, resultan vitales para comprender un contexto histórico, el de la primera mitad del siglo XX, y la durísima crítica a los regímenes totalitarios que proliferan. Por eso me gusta tanto el género distópico, por eso novelas como la que hoy tengo el placer de reseñar son títulos indispensables en mi librería particular. Libros entre los que se encuentra, como no podía ser de otra manera, Nosotros: la peculiaridad y la base de una larga tradición literaria.
La historia de como Nosotros llegó a mis oídos antes que a mis manos, tiene su origen en mi etapa estudiantil, en el último curso de la carrera. Por aquel entonces, como ya he contado en más de una ocasión, me encontraba buscando tema primero y posteriormente realizando el obligatorio TFG, que en mi caso fue sobre la crítica a los totalitarismos del siglo XX a través de la novela distópica. Durante ese arduo proceso de documentación y de búsqueda de fuentes e información, Nosotros apareció ante mis ojos de forma abrumadora. Era una novela distópica, del siglo XX y se ajustaba a los requisitos que yo estaba buscando. Sin embargo, y por cuestiones de espacio, dejé a un lado el estudio, y por consiguiente, la lectura de este libro, para centrarme en otros más conocidos dentro del género. El resultado no pudo ser más satisfactorio, y la sensación de haber realizado un buen trabajo estaba ahí, no obstante, sentía que no le había dado la oportunidad que tal vez se merecía a Nosotros. Esa espinita siguió clavada, haciéndose cada vez más profunda, pues Nosotros volvía a aparecer de vez en cuando, descubriendo así, datos que desconocía por completo del libro y que me hacían de alguna manera sentir más culpable por no haberlo incluido en el TFG. Todo eso cambió el verano pasado, cuando de pronto, Nosotros formaba parte de las novedades que Hermida Editores sacaría en próximas fechas. Los ojos se quedaron fijos en aquella portada perfectamente diseñada y una sonrisa de júbilo impregnó mi rostro. Aquella había sido una señal, sin duda, al menos así lo interpreté en su momento. Tanto es así que incluso escribí a la editorial agradeciendo a quien hubiese tenido la idea de reeditar Nosotros, y encima, que lo hicieran desde la máxima fidelidad al estilo del autor. Me emocionó en definitiva. Cuando por fin pude pedirles el libro, sentí un hormigueo recorrerme el estómago. Ese libro había generado tantas expectativas y curiosidad en mi que no pude evitar impresionarme cuando el cartero lo depositó en el buzón. Tardé unos meses en iniciar su lectura, cosas que pasan, sin embargo, y a pesar de que no resultó una lectura tan completa como esperaba, si que la considero imprescindible y valiosa por lo que significó en su momento y las reflexiones que aún de hoy se pueden extraer de sus páginas.
En lo que respecta a la crítica propiamente dicha, comenzaremos diciendo que Nosotros presenta una lectura apabullante, extremadamente profunda, envolvente y a ratos un tanto pesada. Esto es debido a dos características importantes de la novela, y que en cierto modo, define un poco el estilo de Zamiatin. El autor, en primer lugar, no nos describe al milímetro el sistema político que sustenta la totalidad de la novela, sino que en su lugar, prefiere ahondar y explayarse en la evolución de sus personajes, de sus pensamientos, de su actitud frente al entorno en el que les ha tocado vivir. En este sentido, Nosotros podría también definirse como una novela extraordinariamente psicológica, en la que el escritor logra meterse en la mente de sus protagonistas, desmenuzando cada aspecto con la máxima precisión. En segundo lugar, el uso de la primera persona, en este caso a modo de diario personal, favorece esa sensación de introspección y de mayor cercanía al personaje, a la mente de D-503, empatizando hasta el punto de que llegamos a sentir verdadero agobio. Estos son recursos muy usados e interesantes a mi juicio, sin embargo, si que es cierto que en ciertas partes del libro logran que la lectura resulte ligeramente tediosa. Seguidamente, nos encontramos ante una historia que ya conocemos a la perfección y que muestra un modelo reproducido posteriormente: ciudad, protegida en este caso por una cúpula de cristal y acero y en donde la vida transcurre dentro de unos parámetros de control, dominación y sometimiento atroces. Todo ello bajo el mando de el llamado Bienhechor, que vela por la seguridad y porque el orden establecido no se vea perturbado ni cuestionado. Aquí también hay un protagonista, D-503, cuya forma de rebelión y disidencia es enamorarse de I-303 en un mundo en el que el individualismo y la libertad no están muy bien vistos. Me ha gustado el planteamiento de la historia y el trato a los personajes, sin embargo, encuentro una ligera falta de carácter y de carisma. Son importantes, y sus acciones curciales en la trama, pero les falta un pequeño empuje que si tenían por ejemplo el Winston de 1984 o el Guy Montag de Farenheit 451. Finalmente, sólo me queda referirme a lo más importante de todo. Ausencia de la privacidad, predominio de la tecnología, criminalización de los sentimientos, despersonalización, extirpación de la fantasía, el líder supremo...¿Nos suena verdad? Dejando fuera de esta lista a El talón de hierro de Jack London por ser anterior a Nosotros, a todos se nos vienen a la cabeza títulos posteriores como Un mundo feliz, Farenheit 451, La naranja mecánica, Cuento de una criada o Los juegos del Hambre y como no, la omnipresente e inquebrantable 1984. Y todos conocemos más o menos las historias que se narran, que no son sino herencia de Nosotros. Más que una novela más del género, creo que Zamiatin, sin quererlo, asentó las bases de un tipo de literatura que futuros genios imitarían cada uno a su estilo. De ahí la importancia de esta novela, revolucionaria y precursora de lo que estaba por venir.
Adentrándonos en la pertinente reflexión personal, y digo pertinente porque, dado que nos encontramos ante Nosotros, son muchas las que se pueden extraer de un libro como este. Podría hablar de la falta de libertad, del término "distopía" o de su extraordinaria atemporalidad. Todos esos temas son enormemente interesantes, creerme, y podríamos estar aquí días enteros hablando sobre ello. No obstante, hoy me apetece hablaros de algo muy importante, relacionado esta vez con el mundo de la literatura y que sigue generando debate. Han existido a lo largo de la historia lo que podíamos llamar como libros molestos. Si, lecturas que cuando vieron la luz por primera vez o incluso posteriormente, generaron, además de éxito y expectación, una clara oposición de ciertos sectores de la sociedad. Libros que en muchos casos han llegado hasta nuestros días convertidos en auténticos clásicos. La mayoría han perdido esa parte de polémica que los encumbró, pero otros, aún siguen catalogándose como molestos o directamente prohibidos en algunos países o comunidades. El origen de las especies de Charles Darwin sea tal vez el ejemplo más paradigmático y más conocido, pero el género novelístico tampoco se libró del juicio social. El diario de Anna Frank fue prohibido en algunas escuelas americanas por su supuesto contenido sexual y los efectos depresivos que su lectura podía tener sobre los alumnos. El código da Vinci fue catalogado directamente de blasfemia y pasó a engrosar la lista de libros prohibidos por el Vaticano. Se dice que Calígula, en uno de sus arrebatos de locura, trató de borrar de la faz de la tierra la Odisea de Homero, por considerar que ésta estaba plagada de ideas griegas que hablaban de libertad. Los viajes de Gulliver por abordar temas tan candentes en su época como la corrupción política o la anti-colonización, obligando a Jonathan Swift sin otra salida que publicar la novela de forma anónima. El Decamerón de Boccacio por contener escenas subiditas de tono y demasiado sensuales a ojos de la todopoderosa iglesia. Algo parecido le sucedió a Flaubert con Madame Bovary, cuando la protagonista de su novela incurre en la infidelidad amorosa y en su pleno disfrute a lo largo del libro. Matar a un ruiseñor de la norteamericana Harper Lee por mostrar lo que en EEUU se sabía pero de lo que era incómodo hablar, el racismo y la doble vara de medir de la justicia de su tiempo. Si hasta El Quijote fue censurado durante una larga temporada por el franquismo aludiendo a determinados aspectos inmorales que el clásico contenía. Las hay también absurdas, como la prohibición de Alicia en el País de las Maravillas en China por situar a los animales a la misma altura que los seres humanos o el caso de Charlie y la Fábrica de Chocolate, porque según el estado de Colorado, ofrece una filosofía de vida demasiado pobre. Estos son algunos ejemplos, entre los cuales se encuentra obviamente 1984 y el Nosotros de Zamiatin, éste último en concreto fue prohibida por las autoridades soviéticas por criticar a través de una distopía, al propio régimen comunista. Con esta breve exposición de los casos me gustaría lanzar un mensaje, sobretodo a todos aquellos que estén pensando en ser escritores en el día de mañana. Escribid libros molestos, escribidlos, no os releguéis ante las modas o el poder del sistema. Son esos libros los que logran causar impacto, remover conciencias, incitar al escepticismo y al debate. Las lecturas vacías de contenido no aportan nada, las que se cuestionan el mundo actual, las que logran pegarte una bofetada, las que consiguen que te explote la cabeza son las que merecen de verdad la pena. Esos son los que se recuerdan y los que, aunque pasen los siglos, mantienen inquebrantablemente el mensaje. Nosotros: una historia de terror, control, abuso de poder, insumisión, amor, libertad, lucha...Una novela que retrata, de forma espeluznante y terrorífica, el mundo en el que no querríamos vivir.
Frases o párrafos favoritos:
"Incluso la menor insinuación de que pudiera tener fantasía más o menos viva le ofendía enormemente. Tal vez una semana atrás yo también me habría sentido ofendido, pero la cosa es distinta, pues sé que tengo fantasía y que estoy soñando. Y sé también que no quiero curarme."
Película/Canción: a falta de una adaptación cinematográfica, que espero no tarde mucho en llegar, os dejo con la pieza de Hans Zimmer que me ha ido acompañando durante la redacción de esta reseña.
¡Un saludo y a seguir leyendo!
Cortesía de Hermida Editores
Adentrándonos en la pertinente reflexión personal, y digo pertinente porque, dado que nos encontramos ante Nosotros, son muchas las que se pueden extraer de un libro como este. Podría hablar de la falta de libertad, del término "distopía" o de su extraordinaria atemporalidad. Todos esos temas son enormemente interesantes, creerme, y podríamos estar aquí días enteros hablando sobre ello. No obstante, hoy me apetece hablaros de algo muy importante, relacionado esta vez con el mundo de la literatura y que sigue generando debate. Han existido a lo largo de la historia lo que podíamos llamar como libros molestos. Si, lecturas que cuando vieron la luz por primera vez o incluso posteriormente, generaron, además de éxito y expectación, una clara oposición de ciertos sectores de la sociedad. Libros que en muchos casos han llegado hasta nuestros días convertidos en auténticos clásicos. La mayoría han perdido esa parte de polémica que los encumbró, pero otros, aún siguen catalogándose como molestos o directamente prohibidos en algunos países o comunidades. El origen de las especies de Charles Darwin sea tal vez el ejemplo más paradigmático y más conocido, pero el género novelístico tampoco se libró del juicio social. El diario de Anna Frank fue prohibido en algunas escuelas americanas por su supuesto contenido sexual y los efectos depresivos que su lectura podía tener sobre los alumnos. El código da Vinci fue catalogado directamente de blasfemia y pasó a engrosar la lista de libros prohibidos por el Vaticano. Se dice que Calígula, en uno de sus arrebatos de locura, trató de borrar de la faz de la tierra la Odisea de Homero, por considerar que ésta estaba plagada de ideas griegas que hablaban de libertad. Los viajes de Gulliver por abordar temas tan candentes en su época como la corrupción política o la anti-colonización, obligando a Jonathan Swift sin otra salida que publicar la novela de forma anónima. El Decamerón de Boccacio por contener escenas subiditas de tono y demasiado sensuales a ojos de la todopoderosa iglesia. Algo parecido le sucedió a Flaubert con Madame Bovary, cuando la protagonista de su novela incurre en la infidelidad amorosa y en su pleno disfrute a lo largo del libro. Matar a un ruiseñor de la norteamericana Harper Lee por mostrar lo que en EEUU se sabía pero de lo que era incómodo hablar, el racismo y la doble vara de medir de la justicia de su tiempo. Si hasta El Quijote fue censurado durante una larga temporada por el franquismo aludiendo a determinados aspectos inmorales que el clásico contenía. Las hay también absurdas, como la prohibición de Alicia en el País de las Maravillas en China por situar a los animales a la misma altura que los seres humanos o el caso de Charlie y la Fábrica de Chocolate, porque según el estado de Colorado, ofrece una filosofía de vida demasiado pobre. Estos son algunos ejemplos, entre los cuales se encuentra obviamente 1984 y el Nosotros de Zamiatin, éste último en concreto fue prohibida por las autoridades soviéticas por criticar a través de una distopía, al propio régimen comunista. Con esta breve exposición de los casos me gustaría lanzar un mensaje, sobretodo a todos aquellos que estén pensando en ser escritores en el día de mañana. Escribid libros molestos, escribidlos, no os releguéis ante las modas o el poder del sistema. Son esos libros los que logran causar impacto, remover conciencias, incitar al escepticismo y al debate. Las lecturas vacías de contenido no aportan nada, las que se cuestionan el mundo actual, las que logran pegarte una bofetada, las que consiguen que te explote la cabeza son las que merecen de verdad la pena. Esos son los que se recuerdan y los que, aunque pasen los siglos, mantienen inquebrantablemente el mensaje. Nosotros: una historia de terror, control, abuso de poder, insumisión, amor, libertad, lucha...Una novela que retrata, de forma espeluznante y terrorífica, el mundo en el que no querríamos vivir.
Frases o párrafos favoritos:
"Incluso la menor insinuación de que pudiera tener fantasía más o menos viva le ofendía enormemente. Tal vez una semana atrás yo también me habría sentido ofendido, pero la cosa es distinta, pues sé que tengo fantasía y que estoy soñando. Y sé también que no quiero curarme."
Película/Canción: a falta de una adaptación cinematográfica, que espero no tarde mucho en llegar, os dejo con la pieza de Hans Zimmer que me ha ido acompañando durante la redacción de esta reseña.
¡Un saludo y a seguir leyendo!
Cortesía de Hermida Editores