YO SÉ POR QUÉ CANTA EL PÁJARO ENJAULADO
Título: Yo sé por qué canta el pájaro enjaulado.
Autor: Maya Angelou (San Luis, Misuri 1928 - Winston Salem, Carolina del Norte 2014) pasó la mayor parte de su infancia con su abuela en una zona rural de Arkansas. A los dieciséis años dio a luz a su primer hijo; para ganarse la vida, trabajó de cocinera y de camarera y tuvo que ejercer la prostitución. Durante la década de 1950 actuó en clubes nocturnos e inició una carrera de éxito como cantante, bailarina, actriz, directora de revistas y escritora. Tras viajar por Europa y África se convertiría en una importante figura del movimiento por los derechos civiles. En 1969 publicaría Yo sé por qué canta el pájaro enjaulado, el primer volumen de su autobiografía, una serie de siete libros que la han hecho mundialmente famosa y que junto a su poesía constituye lo más valorado de su obra literaria. Durante el resto de su vida continuaría alternando la literatura con distintas colaboraciones teatrales, musicales, cinematográficas y televisivas, ya convertida en una de las figuras más conocidas de la comunidad afroamericana. El resto de su autobiografía lo forman los libros Encontraros en mi nombre (1974), Singin´and Swingin´and Gettin´ Merry Like Christmas (1976), The Heart of a Need Traveling Shoes (1986), A Song Flung Up to Haven (2002) y Mom and Me and Mom (2013).
Editorial: Libros del Asteroide.
Idioma: inglés.
Traductor: Carlos Manzano.
Sinopsis: en la primera y más conocida de sus novelas autobiográficas, Maya Angelou nos habla de su dura infancia y de los trances por los que tuvo que pasar hasta convertirse en una mujer independiente. Criada en un pequeño pueblo de Arkansas por su abuela, Angelou aprendió mucho de esa mujer excepcional y de una comunidad extraordinariamente cohesionada; unas lecciones de vida que la ayudarían a sobrellevar las dramáticas circunstancias a las que tuvo que enfrentarse posteriormente en San Luis y California. Este emocionante relato retrata también la vida de la mayor parte de la población negra del Sur de los Estados Unidos durante la primera mitad del siglo XX.
Su lectura me ha parecido: intensa, dura, perfectamente escrita, profundamente reflexiva, necesaria, contundente, muy valiente...Queridos lectores y lectoras, actualmente vemos como en los escaparates de las librerías predomina la conocida como "auto ficción·. En otras palabras, el autor del libro es el narrador y el personaje principal, llamándose igual o escondiéndose bajo unas siglas claramente identificativas, y donde la historia que se narra es completamente ficticia. Colocamos de alguna manera a la persona que existe de verdad en un entorno imaginado, lo que ofrece como resultado, si se hace bien, un ejercicio de alto nivel literario, un halo de ambigüedad y cierto morbo que favorece la venta de más y más libros. Hoy en día nos vemos inmersos en esa "moda" literaria con la publicación de algunos títulos afortunadamente bastante sobresalientes y que espero que no se queden en agua de borrajas. Sin embargo, al lector parece costarle aún la autobiografía, es decir, cuando todo, absolutamente todo es cierto. Conocemos las biografías, las cuales rebosan en el mercado editorial, no obstante, no abundan tantas autobiografías, seguramente porque el desnudarse ante el papel es más complicado y las consecuencias pueden ser impredecibles. Existen autobiografías muy famosas e influyentes, como las de Robert Graves, Charles Chaplin, Groucho Marx, Stefan Zwieg, Giacomo Casanova, Luis Buñuel, Stephen King, Gabriel García Márquez o la de Bruce Springsteen, esta última publicada el año pasado; todos hombres como podéis comprobar. Son muy pocas las mujeres ilustres que se han atrevido a plasmar su vida sobre el papel, Mary Wollstonecraft es un ejemplo, al igual que otras como Sylvia Plath o Susan Sontag. ¿Por qué? la respuesta se resume en el hecho de que los logros o experiencias personales femeninas no han interesado nunca, ni siquiera si se trata de mujeres clave. Los hombres ocupaban un lugar en lo público, conquistaban tierras, lideraban ejércitos...Las mujeres por lo contrario, quedaban tradicionalmente relegadas a lo privado, a la casa, a la maternidad, a lo doméstico. Menos mal que la cosa ha cambiado y poco a poco se está prestando especial atención a esa historia desempeñada por mujeres, cuyas vivencias logran transmitirnos fuerza y conocimiento. La autobiografía que hoy tengo el placer de reseñar narra una parte de la vida de una mujer excepcional, muy conocida y respetada en Estados Unidos y que merece más difusión. Yo sé por qué canta el pájaro enjaulado: una vida escrita, una época al descubierto.
¿Cómo Yo sé por qué canta el pájaro enjaulado llegó a mis manos? La historia es bien sencilla, no obstante, debemos remontarnos unos años atrás, concretamente a mi último curso en la universidad. Por aquel entonces estudiaba una asignatura realmente interesante que, aunque en calidad de optativa, logró cautivarme y despertar un inesperado interés. En aquellas clases abordamos la historia de Estados Unidos, desde los antecedentes a la Guerra de Independencia hasta la década de los 40 del siglo XX. Yo acudía a cada clase con expectación, pues, en ellas aprendía un aspecto nuevo de la particular historia del pueblo estadounidense. Los temas que más me gustaban eran los que estaban relacionados con lo social y cultural, aunque lo político también me resultó totalmente apasionante. Y de entre todos ellos, los correspondientes o que tuvieran que ver con el tema del racismo, la segregación racial o las luchas por los movimientos civiles, resultaron ser los más atrayentes. Un día, durante una de esas clases, la profesora nos propuso la lectura de un fragmento de La cabaña del tío Tom, una novela que como bien sabréis fue escrita por Harriet Beecher Stowe y que se convirtió en todo un canto antiesclavista, además de un éxito sin precedentes. Fue esa primera y breve lectura la que me empujó a indagar más sobre el tema y a mostrar mi interés literario por libros como las memorias de Solomon Northup, recogidas en el magnífico y estremecedor texto Doce años de esclavitud, famoso gracias a su extraordinaria y oscarizada adaptación cinematográfica o por La culpa, de Kate Chopin, cuya lectura espero esté próxima. Desde aquellas clases, la historia de EEUU se convirtió en algo que no podía ignorar y que me atraía, tanto que desde entonces presto más atención a ciertas lecturas que salen al mercado, releo libros escritos por autores o autoras americanos en los que pienso que se me ha pasado algo por alto y ya no miro el cine de Hollywood con la pasividad de antes, ahora soy más analítica. Y es en esos momentos de pequeño despertar intelectual cuando Yo sé por qué canta el pájaro enjaulado apareció en mi vida. Había escuchado hablar, aunque muy poco, de Maya Angelou. Sabía que fue una activista por los derechos civiles y que no hacía mucho que había fallecido, pero nada más, desconocía que era cantante como también su producción literaria, cuyo carácter autobiográfico es abrumador. En cuanto vi el libro por primera vez, pero sobretodo, tras adentrarme en la breve biografía impresa sobre las solapas del libro, supe casi al instante que tenía que leerlo. Afortunadamente logré hacerme con un ejemplar y lo que vino después, ese viaje literario, se convirtió en algo muy real.
¡Un saludo y a seguir leyendo!
Idioma: inglés.
Traductor: Carlos Manzano.
Sinopsis: en la primera y más conocida de sus novelas autobiográficas, Maya Angelou nos habla de su dura infancia y de los trances por los que tuvo que pasar hasta convertirse en una mujer independiente. Criada en un pequeño pueblo de Arkansas por su abuela, Angelou aprendió mucho de esa mujer excepcional y de una comunidad extraordinariamente cohesionada; unas lecciones de vida que la ayudarían a sobrellevar las dramáticas circunstancias a las que tuvo que enfrentarse posteriormente en San Luis y California. Este emocionante relato retrata también la vida de la mayor parte de la población negra del Sur de los Estados Unidos durante la primera mitad del siglo XX.
Su lectura me ha parecido: intensa, dura, perfectamente escrita, profundamente reflexiva, necesaria, contundente, muy valiente...Queridos lectores y lectoras, actualmente vemos como en los escaparates de las librerías predomina la conocida como "auto ficción·. En otras palabras, el autor del libro es el narrador y el personaje principal, llamándose igual o escondiéndose bajo unas siglas claramente identificativas, y donde la historia que se narra es completamente ficticia. Colocamos de alguna manera a la persona que existe de verdad en un entorno imaginado, lo que ofrece como resultado, si se hace bien, un ejercicio de alto nivel literario, un halo de ambigüedad y cierto morbo que favorece la venta de más y más libros. Hoy en día nos vemos inmersos en esa "moda" literaria con la publicación de algunos títulos afortunadamente bastante sobresalientes y que espero que no se queden en agua de borrajas. Sin embargo, al lector parece costarle aún la autobiografía, es decir, cuando todo, absolutamente todo es cierto. Conocemos las biografías, las cuales rebosan en el mercado editorial, no obstante, no abundan tantas autobiografías, seguramente porque el desnudarse ante el papel es más complicado y las consecuencias pueden ser impredecibles. Existen autobiografías muy famosas e influyentes, como las de Robert Graves, Charles Chaplin, Groucho Marx, Stefan Zwieg, Giacomo Casanova, Luis Buñuel, Stephen King, Gabriel García Márquez o la de Bruce Springsteen, esta última publicada el año pasado; todos hombres como podéis comprobar. Son muy pocas las mujeres ilustres que se han atrevido a plasmar su vida sobre el papel, Mary Wollstonecraft es un ejemplo, al igual que otras como Sylvia Plath o Susan Sontag. ¿Por qué? la respuesta se resume en el hecho de que los logros o experiencias personales femeninas no han interesado nunca, ni siquiera si se trata de mujeres clave. Los hombres ocupaban un lugar en lo público, conquistaban tierras, lideraban ejércitos...Las mujeres por lo contrario, quedaban tradicionalmente relegadas a lo privado, a la casa, a la maternidad, a lo doméstico. Menos mal que la cosa ha cambiado y poco a poco se está prestando especial atención a esa historia desempeñada por mujeres, cuyas vivencias logran transmitirnos fuerza y conocimiento. La autobiografía que hoy tengo el placer de reseñar narra una parte de la vida de una mujer excepcional, muy conocida y respetada en Estados Unidos y que merece más difusión. Yo sé por qué canta el pájaro enjaulado: una vida escrita, una época al descubierto.
¿Cómo Yo sé por qué canta el pájaro enjaulado llegó a mis manos? La historia es bien sencilla, no obstante, debemos remontarnos unos años atrás, concretamente a mi último curso en la universidad. Por aquel entonces estudiaba una asignatura realmente interesante que, aunque en calidad de optativa, logró cautivarme y despertar un inesperado interés. En aquellas clases abordamos la historia de Estados Unidos, desde los antecedentes a la Guerra de Independencia hasta la década de los 40 del siglo XX. Yo acudía a cada clase con expectación, pues, en ellas aprendía un aspecto nuevo de la particular historia del pueblo estadounidense. Los temas que más me gustaban eran los que estaban relacionados con lo social y cultural, aunque lo político también me resultó totalmente apasionante. Y de entre todos ellos, los correspondientes o que tuvieran que ver con el tema del racismo, la segregación racial o las luchas por los movimientos civiles, resultaron ser los más atrayentes. Un día, durante una de esas clases, la profesora nos propuso la lectura de un fragmento de La cabaña del tío Tom, una novela que como bien sabréis fue escrita por Harriet Beecher Stowe y que se convirtió en todo un canto antiesclavista, además de un éxito sin precedentes. Fue esa primera y breve lectura la que me empujó a indagar más sobre el tema y a mostrar mi interés literario por libros como las memorias de Solomon Northup, recogidas en el magnífico y estremecedor texto Doce años de esclavitud, famoso gracias a su extraordinaria y oscarizada adaptación cinematográfica o por La culpa, de Kate Chopin, cuya lectura espero esté próxima. Desde aquellas clases, la historia de EEUU se convirtió en algo que no podía ignorar y que me atraía, tanto que desde entonces presto más atención a ciertas lecturas que salen al mercado, releo libros escritos por autores o autoras americanos en los que pienso que se me ha pasado algo por alto y ya no miro el cine de Hollywood con la pasividad de antes, ahora soy más analítica. Y es en esos momentos de pequeño despertar intelectual cuando Yo sé por qué canta el pájaro enjaulado apareció en mi vida. Había escuchado hablar, aunque muy poco, de Maya Angelou. Sabía que fue una activista por los derechos civiles y que no hacía mucho que había fallecido, pero nada más, desconocía que era cantante como también su producción literaria, cuyo carácter autobiográfico es abrumador. En cuanto vi el libro por primera vez, pero sobretodo, tras adentrarme en la breve biografía impresa sobre las solapas del libro, supe casi al instante que tenía que leerlo. Afortunadamente logré hacerme con un ejemplar y lo que vino después, ese viaje literario, se convirtió en algo muy real.
En lo que respecta a la reseña propiamente dicha, comenzaremos diciendo que Yo sé por qué canta el pájaro enjaulado presenta una lectura sosegada, marcadamente cronológica y con muchos altibajos. No me refiero con esto último a que el libro tenga partes buenas y partes malas, pues el libro en su conjunto es realmente sobresaliente, sino a que la autora, intencionadamente, busca conmover al lector, aumentando la intensidad cuando la historia lo requiere y disminuirla cuando se narran aspectos meramente descriptivos. Esto es así durante todo el texto, sin embargo, y al contrario de lo que en un principio pueda sugerir, Angelou logra mantener un nexo de unión con el lector tan fuerte que es imposible no acabar sucumbiendo a esa historia y sentir que estas siendo testigo de algo injusto. Angelou te obliga a leer, a mirar, a sentir, de ahí que otro factor importante dentro de esta autobiografía sea la empatía. Cuando te adentras en Yo sé por qué canta el pájaro enjaulado te da la sensación de que viajas en el tiempo, a ese pueblo racista de principios de siglo XX llamado Stamps y que en cualquier momento saldrás al encuentro de esos personajes reales cuyas historias son dignas de ser contadas. En mi caso, cada vez que me adentraba en sus páginas acababa sintiendo rabia, tristeza e impotencia. Es tan duro lo que en este libro se cuenta, tan estremecedor, tan terrible que a veces deseas que lo que estás leyendo sea ficción, pura invención, pero no, en cada página te topas de bruces con la cruda y brutal realidad de una época realmente oscura. Algo que, sinceramente, también es necesario. Esta bien leer novelas donde sabes que todo es mentira, pero también lo es conocer la verdad y una realidad que no hace mucho tiempo que se ha dejado atrás. También, como no podía ser de otra forma, la narración juega un papel muy importante. No nos encontramos ante la típica autobiografía de éxito donde se plasma todo el narcisismo del autor, como es el caso de algunas autobiografías escritas por políticos o mediáticos personajes del corazón que tanto proliferan en las librerías de este país. Maya Angelou no pertenece a ese egocéntrico y sobrevalorado clan, todo lo contrario, aparece como una figura que tiende la mano al lector, una sombra que lo guía y acompaña y que desde la más absoluta de las humildades, nos cuenta los primeros años de su vida, descargando su experiencia, compartiéndola con quien quiere escuchar, despertando no una curiosidad morbosa, sino una inquietud más empática, más abierta, más tolerante. Todo ello sin descuidar para nada la calidad literaria, algo que es de agradecer. Yo creo que es aquí, en la extrema humildad y en ese trato sin condescendencia, donde reside la magia de este libro, lo que lo hace tan especial, y por tanto, merecedor de ser leído. Finalmente, sólo me queda recomendaros encarecidamente la lectura de este libro. Podría ahondar en lo que me han parecido los personajes, el entorno, la cultura de la época, el racismo, la situación de la propia narradora, la forma con la que logra abstraerse de lo que sucede a su alrededor; pero no lo voy a hacer. Simplemente porque prefiero que seáis vosotros, lectores y lectoras, los que descubráis por vosotros mismos su contenido. De lo contrario, sería traicionar a la historia y a la propia Angelou. Este es un libro, pero también un documento histórico valiosísimo, así que espero que sepáis apreciar su valor cuando decidáis emprender este viaje literario.
Es inevitable, y más tratándose de Yo sé por qué canta el pájaro enjaulado, que una servidora pasase por alto esta pertinente y muy necesaria reflexión. Maya Angelou, en este primer volumen de su autobiografía, nos narra los años comprendidos entre su infancia y el acceso a la edad adulta, una cronología que abarca la primera mitad del siglo XX en Estados Unidos. Un tiempo en el que los estragos del crack del 29 todavía siguen siendo insoportables, en el que existen grandes y abismales diferencias entre lo urbano y el ámbito rural y en donde el racismo sigue estando presente en la vida diaria. Esto último no es nada nuevo, cualquiera que conozca un poco de historia de los Estados Unidos sabrá que la población negra en el siglo XIX era considerada esclava y que una pequeñísima minoría lograba escapar de las garras de esa terrible condición. La guerra de secesión sirvió para abolir la esclavitud, pero no para eliminar la feroz discriminación que sufría la comunidad afroamericana, la cual, iba en aumento a medida que nos vamos adentrando en una nueva era. El XX fue el siglo de la segregación en Estados Unidos, al menos en las primeras décadas y hasta las luchas por los derechos civiles que tuvieron lugar en los años 60 y 70. Baños, autobuses, cafeterías, fuentes publicas, colegios, barrios e incluso universidades. En todos ellos se separaba a los individuos según su color de piel o directamente se realizaban las mismas actividades en edificios diferentes. A esta situación había que añadirle además, la violencia a la que esta comunidad era sometida diariamente, ejercida por la sociedad en general, pero también por parte de grupos como el terrible Ku Klux Klan, que durante este tiempo experimentó su mayor cota de afiliación y de influencia política y social. No era fácil ser negro en los Estados Unidos, como tampoco, y es aquí donde quiero insistir, ser mujer. Además de sufrir el estigma del racismo, y en muchos casos el de la pobreza, las mujeres afroamericanas no dejaban de ser eso, mujeres, por lo que su discriminación era doble: negra y mujer. Quien piense que no sufrían el machismo y las injusticias del patriarcado están muy equivocados. Su rol doméstico estaba claramente definido, ejercían trabajos relacionados con el cuidado de la casa o los niños y en muchos casos se limitaba su educación impidiendo que no fueran a la universidad. Eran menospreciadas, maltratadas, discriminadas e incluso violadas, por el simple echo de ser mujer, por considerárseles un objeto a la merced de los hombres, los cuales podían usarlo a su antojo. Y para colmo, tenían que soportar y ver como sus derechos fundamentales se esfumaban por el simple echo de ser negras. Este libro, este relato tan desgarrador, estas memorias lo demuestran. Maya Angelou no fue ninguna privilegiada, al contrario, creció en un entorno hostil y tuvo que luchar y seguir adelante como podía, soportando ese peso sobre sus hombros desde la más tierna infancia, lo que resulta enormemente triste. A veces se nos olvida que hay más mundo y que nuestros problemas son los más importantes. Es cierto que la situación de la mujer en países avanzados es mucho mejor que la de nuestras antepasadas, aunque todavía existen ciertos aspectos en los que debemos seguir luchando, pero, debemos ser conscientes, por una vez, de que existen más mujeres, cuya vida en otras partes del mundo es insoportable, incluso la de las que viven en ciudades del primer mundo y pertenecen a otra raza. La segregación ha desaparecido, eso es cierto, pero la doble discriminación sigue muy presente en pleno siglo XXI y el primer paso para emprender el camino hacia adelante es no esconderlo ni ignorarlo, sino visibilizarlo para después, liberar al pájaro de la jaula de cristal y dejarlo volar, alto, muy alto, hacia donde tus sueños o aspiraciones sean satisfechas. Yo sé por qué canta el pájaro enjaulado: una historia de lucha, sacrificio, racismo, intolerancia, amor, familia, esperanza, sueños...Una vida para ser contada, un libro para ser leído.
Frases o párrafos favoritos:
"Personas eran quienes vivían en mi sector de la ciudad. No todos me gustaban - de hecho, ninguno de ellos demasiado -, pero eran personas. A esos otros, los extraños seres pálidos que vivían en su ajeno sinvivir, no se los consideraba personas. Eran blancos."
Película/Canción: a la espera de que se realice una adaptación cinematográfica sobre su vida os dejo con un video en el que se muestra un extracto de una conferencia que ofreció y en donde pronunció una de sus frases más conocidas:
¡Un saludo y a seguir leyendo!