PARENTESCO
Título: Parentesco.
Autora: Octavia E. Butler (Pasadena, Estados Unidos, 1947 - Lake Forest Park, Estados Unidos, 2006). La apodada como "la gran dama de la ciencia ficción" vivió su infancia en un barrio interracial, siendo criada por su abuela y su madre y devorando cada revista sobre dicho género que caía en sus manos. Años más tarde ingresó en la California State University, la cual abandonó para comenzar a estudiar Escritura Creativa en la Universidad de los Ángeles llegando a recibir su título de profesora asociada en Artes en 1968 en el Pasadena Community College. Así mismo, también estudió en el Screenwriter´s Guild Open Door Program y en el Clarion Sciencie Writer´s Workshop, donde asistió a clase con el maestro de la ciencia ficción Harlan Ellison. Su primera historia, Crossover, fue publicada en la antología Clarion de 1971. Pattermaster, su primer a novela, fue el primer volumen de una serie de cinco entregas - Mind of my mind (1997), Survivor (1978), Wild Seed (1980) y Clay´s Ark (1984) -. Con la publicación de Parentesco en 1979, Butler logró mantenerse como escritora a tiempo completo y al fin el reconocimiento a su obra. Butler también es autora de la trilogía Xenogenesis, de La parábola del sembrador (1993) así como de una colección de cuentos cortos publicados bajo el título Hijo de sangre y otras historias (1995). Ha ganado algunos de los premios más prestigiosos que reconocen las obras de ciencia ficción, entre ellos el Premio Locus, el Premio Hugo, el Premio Nébula o el Premio Science Fiction Chronicle.
Editorial: Capitán Swing.
Idioma: inglés.
Traductora: Amelia Pérez Villar.
Sinopsis: Dana, una joven negra es de repente e inexplicablemente transportada desde su hogar en la California de la década de 1970 hasta la Maryland de mediados de siglo XIX, en plena Guerra Civil. Mientras viaja en el tiempo entre ambos mundos, uno en el que es una mujer libre y otro en el que forma parte de su propia y complicada historia familiar en una plantación del sur, se enreda aterradoramente en la vida de Rufus, un conflictivo esclavista que es a la vez un antepasado de Dana, y en las vidas de muchas personas que están esclavizadas por él.
Su lectura me ha parecido: original, clásica desde lo estilístico, tremendamente imaginativa en la trama, muy crítica, fascinante en su tratamiento de los personajes - especialmente los femeninos - ágil, reflexiva, inquietante, desgarradora por momentos, totalmente pertinente en los tiempos que corren... Harriet Tubman, nacida a mediados de 1820 en Maryland. Hija de esclavos que, tras sufrir humillaciones, trabajos forzados, insultos, palizas - incluyendo un golpe en la cabeza con una pesa de un kilogramo que le provocó desmayos, mareos y episodios epilépticos de por vida - y ante la posibilidad de ser separada de su familia, escapó en dos ocasiones de la plantación, siendo la segunda de ellas la definitiva. Obligada a viajar de noche, debido a la peligrosidad del camino, y guiada por la Estrella Polar, caminó más de noventa millas hasta llegar a Pensilvania, uno de los estados abolicionistas más importantes de la época. A partir de ese momento, Harriet se dedicó a rescatar esclavos de las plantaciones a través de la ruta conocida como Ferrocarril Subterráneo, jugándose la vida y bajo los apodos de "Moisés" o "General" para esconder su verdadera identidad. Tras la Guerra Civil - donde se convirtió en la primera mujer en liderar un asalto armado - siguió luchando por la abolición de la esclavitud, así como por el derecho al voto femenino. Rosa Parks,1913, natural de Alabama, por aquel entonces, uno de los estados con la política segregacionista más extrema del país. Costurera de profesión, el mundo entero la conoció por su negativa a levantarse ante las insistencias de un conductor de autobús para que cediese su sitio a un hombre blanco. Cuando la policía le preguntó por qué no se levantaba, Parks respondió con otra pregunta: "¿Por qué todos ustedes están empujándonos por todos lados?". Acusada de perturbación del orden público, Parks fue arrestada y multada con un cargo de 14 dólares. En respuesta a su encarcelamiento, Martin Luther King - un pastor bautista relativamente desconocido en ese momento - condujo la protesta de autobuses públicos de Montgomery instando a la población afroamericana a no subirse en en autobuses y a transportarse por sus propios medios. La protesta de 382 días concluyó con el fin de la segregación racial en el transporte público, así como en otros ámbitos de la vida cotidiana en Estados Unidos. De este modo, Rosa Parks no solo inició una carrera política vinculada al Partido Demócrata en favor de los derechos de los afroamericanos, también se convirtió en un símbolo de lucha pacífica que ha perdurado hasta nuestros días. Alicia Garza (Okland, 1981), Patrisse Cullors (Los Angeles, 1984) y Opal Tomei (Phoenix, 1984). Socióloga, filósofa e historiadora y experta en comunicación respectivamente. Tres mujeres de la generación de los ochenta, un contexto en el que la población afroamericana había consolidado algunos de los derechos fundamentales más importantes. Sin embargo, las tres frecuentaron o formaron parte de diferentes grupos activistas antirracistas, afrofeministas o de reivindicación LGTBI ante la certeza de que aún quedaba - y queda - mucho camino que recorrer al respecto. Ante la absolución de Geroge Zimmerman - responsable de vigilancia comunitaria - por la muerte del adolescente de 17 años Trayvon Martin en el año 2013, las tres fundaron el movimiento Black Lives Matter. Movimiento que traspasó las esferas de Twitter y de los hastags hasta convertirse en todo un clamor popular y mundial en las calles, siendo especialmente activo tras el fallecimiento de George Floyd a manos de un policía el pasado 2020. Cinco mujeres, tres contextos diferentes, pero todas atravesadas por una realidad: la discriminación de la comunidad afroamericana que, lejos de haberse superado, todavía seguimos hablando de racismo institucionalizado más allá de la proliferación y auge de la extrema derecha en el país durante los últimos años. De ahí que, para entender lo que está sucediendo, así como para librarnos de todos los prejuicios raciales que pueda sustentar erróneamente, acudo a los ensayos, pero también a la ficción, a novelas como la que hoy tengo el placer de reseñar. Parentesco: esclavitud, memoria histórica y viajes en el tiempo.
"Mujer, negra, escritora y, por si fuera poco, de Ciencia Ficción." Eso mismo debieron pensar muchos - sí, en masculino, ya que el género estaba en los años 60 y 70 copado mayoritariamente por hombres blancos - puristas al observar como Octavia Butler se llevaba los premios más importantes - incluyendo el Hugo y el Nébula - de la Ciencia Ficción novelada. En un momento en el que autores como Ray Bradbury, Stanislav Lem e Isaac Asimov parecían intocables, siendo sus libros los que de alguna forma marcaban el patrón a seguir por las nuevas generaciones, de pronto, irrumpe Butler con igual o mayor talento que sus antecesores y con unas ideas que estaban llamadas a revolucionar la Ciencia Ficción tal y como se conocía entonces. Octavia Butler pertenece a la conocida como "Nueva Ola" en la que, a pesar de estar encabezada por Philip K. Dick - autor de ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas? que Ridley Scott adaptaría al cine bajo el título de Blade Runner - fueron muchas las mujeres que comenzaron a ganar peso en un género tan masculino. Ursula K. le Guin, Johana Russ, Sheri S. Tepper, Margaret Atwood o Alice B. Sheldon entre otras muchas pusieron los cimientos para que, en la actualidad, las mujeres no sean consideradas bichos raros por escribir sobre sociedades distópicas, viajes espaciales o ficción especulativa. Librándolas de prejuicios y supuestos a la hora de juzgar su capacidad para imaginar otros mundos posibles. Sin perder ni un ápice de la tradición dentro del género, Butler coge las enseñanzas recibidas (tanto de sus lecturas de infancia y juventud como de lo aprendido durante su etapa universitaria) y lo conduce a terrenos hasta entonces inexplorados. Porque sí, Parentesco es una novela sobre viajes en el tiempo, eso es cierto y en ese sentido su inspiración no puede ser más clásica. Así como su estilo, rápido, directo, con muchos diálogos, con unos personajes enormemente funcionales. Bebiendo en ese sentido también de aquellos relatos que aparecían en las revistas de Ciencia Ficción que tanto consumía Butler de pequeña. Pero entonces, la trama se convierte en el principal elemento de la novela, una trama que la escritora trufó de temas, debates, críticas y reflexiones que, hasta ese momento, nadie había osado introducirlas en el género. Cuestiones como el Afrofeminismo o Feminismo Negro - tan en boga en los años 70 gracias a Angela Davis, Audre Lorde o Bell Hooks entre otras activistas - que busca poner sobre la mesa la interseccionalidad del movimiento feminista, el propio racismo aún presente en los Estados Unidos - señalando a los culpables de su asimilación social - así como la importancia de la historia (y la memoria sobre todo) como motor del cambio y el avance de los derechos y libertades de la comunidad afroamericana. Porque sin historia no hay recuerdos, y sin recuerdos - saber lo que pasó para analizar sus causas y consecuencias - es muy difícil seguir adelante. De este modo y en un ejercicio literario soberbio Octavia Butler reinventa la ciencia ficción desde el feminismo trasversal - otorgando gran protagonismo a las mujeres negras - asentando las bases de lo que posteriormente se conocerá como Afrofuturismo - estética literaria y cultural que también tiene, por citar un ejemplo, la película Black Panther - además de proporcionarnos una pertinente llamada de atención desde los años 70 (década en la que se publicó) a toda esa gente que piensa que el racismo es un problema del pasado.
Centrándonos en la obra propiamente dicha, comenzaremos diciendo que Parentesco nos presenta a Dana, un personaje memorable donde los haya que sirve tanto como motor de la historia como catalizador de todos los planteamientos y reflexiones que la autora vierte en la novela. Dana, una joven novelista, vive con su novio Kevin, que también es escritor en la California de los años 70. Su relación resulta incómoda, tanto para sus respectivas familias como para el resto de gente ya que, a pesar de que las cosas parecen haber cambiado, todavía resulta escandaloso que una mujer negra y un hombre blanco se enamoren y quieran vivir en pareja. Aún así su unión es fuerte, bien avenida y, aunque han tenido que trabajar mucho para dedicarse profesionalmente a lo que les apasiona y el color de sus respectivas pieles parece resultar un problema para la sociedad que los rodea, ellos deciden apostar el uno por el otro y superar cualquier adversidad. Un día, Dana sufre un mareo que le transporta a una plantación de Maryland - lugar al que llegaron desde África los primeros hombres y mujeres que posteriormente serían esclavizados - hacia 1815. Allí, en este primer viaje en el tiempo, salva a un niño pelirrojo llamado Rufus sin ser consciente de la importancia de dicho acto. Dana regresa inmediatamente al presente, pero los continuos mareos hacen que cada vez le sea más difícil regresar a él. Es entonces cuando Kevin decide acompañarla en sus viajes, en los cuales ambos descubrirán que Rufus, el niño que Dana no dejó que muriese, además de ser hijo del propietario de la plantación, es antepasado de la propia protagonista. Descubriendo que en su linaje se mezcló la sangre de blancos y negros. Dicho esto, Dana toma como "misión" preservar la vida de su antepasado, a pesar del dilema moral y paradoja que se da - debe proteger a un familiar que a su vez se convertirá en la mano ejecutora de latigazos y demás abusos hacia los suyos - así como moverse entre los propios esclavos para no ser descubierta, algo que no le será fácil debido a su instruida educación. Esta circunstancia hará que los roles entre Kevin - quien se infiltra entre los esclavistas para pasar desapercibido - y la propia Dana cambien, así como su entendimiento como pareja. Dentro de esta novela de personajes sobresale, como no, el de Dana, la enorme protagonista que Butler crea como catalizador de, no solo la acción que está teniendo lugar, también las reflexiones que la autora vierte sobre ella. Tampoco debemos pasar por alto a Rufus que, pese a convertirse en un ser despreciable como pocos, se eleva como el contrapunto perfecto de la novela. Así mismo, Parentesco se nutre de ricos personajes secundarios, como Alice, otra mujer de poderosa impronta dentro de la trama. Además de una clara intención de rescatar y reivindicar personajes femeninos reales de la época tales como la ya mencionada Harriet Tubman o Sojourner Truth (feminista y abolicionista, se convirtió en la primera mujer negra en ganar un juicio contra un hombre blanco en su lucha por recuperar a su hijo). Y es que, como ya he dicho al principio de la reseña, Butler persigue tres objetivos claros. El primero de ellos, la renovación de los parámetros de la ciencia ficción, acercándola a otras realidades y miradas que no fuesen la blanca y heteropatriarcal. Segundo, en relación con este último, dar más protagonismo a las mujeres dentro del género, otorgándoles papeles protagónicos potentes y ausentes de estereotipos. Y por último, y creo que más importante, mostrar al lector como un problema histórico - el racismo hacia la población negra - sigue estando, por desgracia, no solo de actualidad, sino que, por si fuera poco, intrínsecamente unido al sistema capitalista que ha dominado Estados Unidos - con su respectiva evolución, claro está - desde hace siglos. Un carácter instructivo que, más allá del estilo empleado y de contener momentos de gran dureza, acaba por impregnar toda la historia. Dejando muy claro cual es el problema, cual es su origen, la urgencia de ponerle remedio al problema y, por supuesto, evidenciar lo poco que ha cambiado la sociedad estadounidense al respecto.
Parentesco: una historia de desigualdad, violencia, viajes temporales, injusticia, Afrofeminismo, esclavitud, vigencia, pertinentes debates... La novela que debería leerse en cada instituto y en cada casa. En Estados Unidos y en cualquier otro país del mundo.
"Yo era, probablemente, el peor guardián que podía tener: una negra cuidando de él en una sociedad que considera a los negros seres infrahumanos, una mujer en una sociedad que trataba a las mujeres como si fueran eternamente niñas".
¡Un saludo y a seguir leyendo!
Cortesía de Capitán Swing