GUERRA Y PAZ
Título: Guerra y Paz.
Autor: Lev Tolstoi (Yásnaia 1828- Astapovo 1910), uno de los más destacados narradores de todos los tiempos. Hijo de un terrateniente de la vieja nobleza rusa, quedó huérfano a los nueve años y tuvo tutores franceses y alemanes hasta que ingresó en la Universidad de Kazán, donde estudió lenguas y leyes. En 1851 ingresó en el ejército y dio a conocer su ciclo autobiográfico, compuestos por las obras de Infancia, Adolescencia y Juventud. En 1856 se instaló en San Petersburgo y se consagró a la literatura. De entre sus obras más importantes destacan: Anna Karenina, La Muerte de Iván Ilich, Guerra y Paz o La Sonata de Kreutzer. Tolstoi murió a los ochenta y dos años en una remota estación de ferrocarril.
Editorial: Debsillo.
Traductor: Gala Arias Rubio.
Idioma: ruso.
Sinopsis: obra cumbre de Lev Tolstoi y de la narrativa del siglo XIX. Guerra y Paz constituye un vasto fresco histórico y épico. Con la campaña napoleónica Austerlitz, Borodino o el incendio de Moscú como trasfondo, cuenta la historia de dos familias de la nobleza rusa, los Bolkonski y los Rostov, protagonistas de un mundo que empieza a escenificar su propia desaparición.
Su lectura me ha parecido: la ilustre escritora Virginia Woolf aseguró que "en él permanecía lo más grande de todos los novelistas" y bueno, estoy de acuerdo en el sentido de que es una gran novela, tanto en volumen como en extensión y que Tolstoi fue un escritor cumbre de la literatura del XIX y uno de los representantes de esa literatura realista tan interesante que estaba comenzándose a ver en la Rusia imperial. Sin embargo, y contrariamente a las alabanzas que he escrito acerca de otros clásicos de la literatura, Guerra y Paz no se convirtió en una fuente de halagos, es más, se podría decir que su lectura no me agradó lo suficiente. Se, lectores y lectoras, que estáis ante un hecho insólito, y que seguramente ya estaréis pensando que no se apreciar y valorar a uno de los clásicos más grandes que ha dado la literatura universal, lo se, soy consciente de ello, pero solo es una opinión negativa dentro de un millón de fantásticas y estupendas opiniones que me imagino tiene esta novela. Bueno, sin más dilación os presento Guerra y Paz, la novela que ha conseguido que evite a Tolstoi, al menos de momento.
Mi historia con Guerra y Paz se podría resumir en las siguientes palabras: flechazo, entusiasmo, aburrimiento, tedio y monotonía. Os explico, tenía quince años cuando, influenciada claramente por una adaptación televisiva de la novela, decidí leerme el libro. Es más, recuerdo que lo compramos a posta para leerlo, no se, a día de hoy pienso que aquella serie de televisión tan espectacular y tan atrayente me influenció demasiado. Me llamó la atención tanto la trama que no tuve dudas, quería leerme el libro, ni siquiera las 1175 páginas que componían el libro me disuadieron en mi claro objetivo. Los primeros capítulos me resultaron sorprendentes, de pronto, ante mi surgieron una serie de personajes que nunca había encontrado en otro libro y que me fascinaron por su forma de hablar, el contenido de sus conversaciones, el lujo de aquel lugar y los nombres y apellidos tan raros con los que se presentaba a los protagonistas. El tiempo transcurría, Mayo daba paso a Junio, Junio a Julio, Julio a Agosto....Y aquella novela no se acababa. Parecía que creciese ante mis ojos, que no avanzase, que por la noche el autor resucitase para añadirle páginas y páginas al libro. No obstante, no me di por vencida, pensaba que todavía podía haber algo que salvase a este libro, así que seguí leyendo hasta terminármelo casi a finales de año. Cuando acabé de leerme la última página de aquella inmensa novela, saqué dos conclusiones: la primera era que Guerra y Paz había sido una de las lecturas más costosas y largas que había leído hasta entonces, y la segunda fue que a pesar del tesón, su lectura no había conseguido saciar mis expectativas. Años más tarde y teniendo una perspectiva más amplia de la novela en cuestión, todavía sigo pensando que Guerra y Paz no me cautivó lo suficiente, sin embargo, logré encontrarle algunos puntos a favor que pronto comentaré.
Tal y como dije en su día cuando reseñé El Nombre de la Rosa, la lectura de Guerra y Paz no es ni simple ni rápida, no señores, estamos ante un novelón de los de verdad, con el hecho de que, además, el lenguaje, la ambientación y la propia historia que se cuenta, añaden cierta dificultad al seguimiento de la novela. Con esto no quiero decir que no os leáis Guerra y Paz, ni mucho menos, sólo aconsejo que os mentalicéis y os preparéis antes de echaros a la piscina con una novela de estas características. Os he comentado en varias ocasiones que es bueno leer clásicos, lo dije con Madame Bovary, lo dije con Los Miserables y también lo mencioné en la Reseña de Fuente Ovejuna. Es bueno porque además de apreciar magistrales narraciones, nos dejan un valioso testimonio de como era la época, las costumbres, el pensamiento, el paisaje, hasta aspectos tan importantes como la coyuntura política, económica y social de un periodo histórico determinado. Con Guerra y Paz podemos extraer muchísimo en ese aspecto, sobretodo en lo que respecta a la sociedad, a la política o a las estrategias militares, lo cual lo valoro muy positivamente, sin embargo, cuando lo leí, descubrí que la historia de la Rusia imperial durante el periodo napoleónico no me atraía demasiado, y eso que la figura de Napoleón me parece muy interesante, aún así, ese periodo de la historia de Rusia no me llamó la atención, y aún a día de hoy, todavía sigue sin causarme admiración. Otro aspecto que me desagradó bastante de la novela fue el exceso de escenas militares, de campañas bélicas y de reuniones estratégicas. Conocer como era el campo de batalla en la Rusia del XIX es interesante, pero la capacidad descriptivita de Tolstoi es muy explícita, lo que hacía que a veces me aburriera leyendo capítulos y capítulos sobre una misma batalla. Por último no hay que olvidar que Guerra y Paz es prácticamente una novela de amor, en la que se narra una historia muy parecida a la que podemos encontrar en otras novelas de la época, pero de la cual yo, como lectora entusiasta, esperaba más.
Como broche final a esta atípica reseña, pues en muy pocas ocasiones, tratándose de mi, leeréis algo así como "esta novela escrita en el siglo XIX no me ha gustado", ya que personalmente considero la literatura del siglo XIX como un espejo que refleja una realidad de la que parece que estamos muy lejos, pero que en ocasiones, vuelve a nosotros, repitiendo exactamente los mismos errores que nuestros antepasados. Todo el mundo conoce el dicho de que el hombre es el único animal capaz de tropezar varias veces con la misma piedra, cierto, aunque yo elevaría esa cifra a dimensiones estratosféricas, tanto en el terreno intrascendente como en el trascendente, y es precisamente en este segundo, lectores y lectoras, donde el ser humano ha metido la pata más veces. Guerra y Paz nos trae a la nuestros días las ventajas y desventajas del imperialismo, un alarde de poder político, económico y social que ha traído consigo más costosos problemas que soluciones ventajosas, y que a lo largo de la historia, no ha dejado de producirse. En el caso de la novela, es Napoleón quién quiere alcanzar la quimera de invadir Moscú, y casi lo consigue, sin embargo, el desgaste de las tropas, los excesivos costes de la contienda sumados al elevado numero de víctimas fallecidas por congelación obligaron a Napoleón a retirarse. Décadas y décadas más tarde, Hitler, en otro alarde de poder, trataría de invadir Moscú, fracasando con el mismo resultado. Este ejemplo demuestra que el dicho es cierto y que deberíamos aprender más de nosotros mismos y de la historia, además de que el imperialismo trae consigo destrucción, adoctrinamiento, represión... En definitiva la imposición a la fuerza de una cultura que arranca de raíz las tradiciones, modelos políticos o lenguas de un lugar. Irónicamente, hoy es precisamente Rusia la que, con pretensiones claramente imperialistas, pretende ocupar Ucrania cueste lo que cueste. En fin, un ejemplo más de que el imperialismo causa destrucción a su paso y de que no aprendemos de nuestros propios errores. Guerra y Paz: una historia de amor, guerra, pasión, muerte, tristeza, esplendor, arrojo.... Una narración épica, histórica y reflexiva.
Párrafos o frasees favoritas:
"Él no sabía como estaban las cosas, pero sabía, como saben los ancianos vitales e inteligentes, que el tiempo lo arreglaría todo por si mismo. Y en los acontecimientos históricos ese por sí mismo es el que da mejor resultado."
Película/Canción: la proyección novelística de Tolstoi ha atraído desde hace muchos años la atracción de cineastas y músicos. Guerra y Paz sirvió de inspiración a Serguéi Prokofiev para componer una ópera de bastante fama internacional. A su vez, el argumento de Guerra y Paz también ha sido llevado dos veces a la gran pantalla en los años 1956 y 1968, e incluso a día de hoy existen rumores de una nueva adaptación cinematográfica. En el ámbito televisivo, Guerra y Paz se ha adaptado en dos ocasiones, la primera en 1972, producida por la BBC y protagonizada por Anthony Hopkins (El Silencio de los Corderos) y la segunda en el año 2007 protagonizada por Clemence Poesy (Harry Potter) y Malcom McDowell (La Naranja Mecánica). Aunque fue esta última adaptación televisiva la que me impulsó a leerme el libro, en esta ocasión os adjunto el tráiler de la primera adaptación al cine de la novela, en la que la actriz Audrey Hepburn (Desayuno con Diamantes) nos brinda una de sus mejores interpretaciones.
¡Un saludo y a seguir leyendo!