LA REINA DEL GRITO
Título: La reina del grito.
Autora: Desirée de Fez (Barcelona, 1977) es periodista y critica de cine especializada en fantástico y terror. Colabora habitualmente en la revista Fotogramas, en La Finestra Indiscreta de Catalunya Ràdio y en los programas de televisión Página Dos y Punts de Vista, ambos de TVE. También es miembro del equipo del Festival Internacional de Cinema Fantàstic de Catalunya-Sitges y conduce el podcast Marea Nocturna (Radio Primavera Sound), programa de referencia sobre cine fantástico y de terror. Además, imparte clases en las escuelas de FXAnimation: Barcelona3D& Film School y La Casa del Cine; en esta última, dirige un seminario sobre cine de terror hecho por mujeres. Es autora de la antología Películas clave del cine de terror moderno (Ribinbook, 2007), Pantalla rasgada: Quince conversaciones con cineastas y escritores sobre sueños y cine (Arkadin Ediciones, 2014; escrito con Jordi Sánchez-Navarro); y los libros de cine de J.A. Bayona Lo imposible. El libro de la película (Norma Editorial, 2012) y Un monstruo viene a verme: El arte de la película y la visión de sus autores (Norma Editorial, 2016). También ha participado en numerosas publicaciones colectivas en torno a cineastas como Sam Raimi, Abel Ferrara, Don Siegel, Jim Jarmusch, Joseph Losey o Rainer Werner Fassbinder. De su labor como coordinadora destacan los libros para el festival de Sitges Neoculto (Calamar Ediciones, 2012), Takashi Miike: La provocación que llegó de Oriente (Calamar Ediciones, 2013) y Seven. Los pecados de David Fincher (Tyrannosaurus Books, 2015). Es superfán de Jerry Lewis, Mel Brooks, las canciones tristas, los estilismos de Melanie Grifith en Armas de mujer, el vino blanco (caro) y Buenos Aires, aunque nunca ha estado allí. Tiene una colección de camisetas envidiable. Y es madre de una niña y un niño que, ya desde pequeños, heredaron de ella su fascinación por la fantasía y el terror.
Editorial: Blackie Books.
Idioma: español.
Sinopsis: Tengo miedo a caminar sola de noche por la calle. Miedo a no ser aceptada. Miedo a obsesionarme con el amor romántico. Miedo a desactivar los roles tradicionales en mis relaciones sentimentales y familiares. Miedo a desear. Miedo a mi propio cuerpo y al ajeno. Miedo a engordar y a envejecer. Miedo a fracasar como madre, y a la presión social por la maternidad. Miedo a la pérdida. Miedo, en general, a no estar a la altura. Tengo mucho miedo. Todo el rato. Pero el cine de terror me ha ayudado desde que era niña: a la vez que alimentaba mis temores y generaba muchos nuevos, me ha brindado un lugar en el que cobijarme, en el que aprender. Ahora que tengo más herramientas para combatirlo soy capaz de enfrentarme a él. De ganar al miedo.
Su lectura me ha parecido: personal, sugerente, biográfico, cautivador, ameno, reflexivo, cercano, feminista, esclarecedor, con pretensiones que van más allá del relato intimista o la propia crítica cinematográfica, la sorpresa inesperada del terrorífico 2020... La "reina del grito" - traducción del archiconocido término anglosajón "Scream Queen" - hace referencia, en lo que a la industria del séptimo arte se refiere, a aquella actriz que, por los títulos de su filmografía, se asocia con las películas de terror. Ya sea por su aparición en una escena de gran intensidad interpretativa o por interpretar a una víctima frecuente o constante de una cinta de dicho género. La etiqueta de "Scream Queen" también se suele utilizar, de una forma más especifica, para referirse a personajes que se ven envueltos en una situación límite, en la que su vida corra un gran peligro y en las que necesiten la ayuda de otro sujeto para ser librados de tan aciago destino. Dado que prácticamente la mayoría de estos tropos narrativos - no debemos olvidar el importante peso que tiene la literatura en la historia del cine - eran interpretados por mujeres, el término acabó asociándose a toda joven atractiva en apuros necesitada de su particular "salvador" (siempre un hombre) para rescatarla del asesino, la casa en llamas o de su propia autodestrucción. Una de las actrices a la que la crítica no dudó en endosarle esta etiqueta fue a Fay Wray, recordada sobre todo por sus desgañitados gritos en la primera - y mejor - versión de King Kong en el año 1933. Su icónico papel atrapada en las garras del simio más famoso del cine en lo alto del Empire State Building la convirtió en las primeras Scream Queens, término que la propia Wray abrazó, reivindicó e hizo gala de él en películas como El malvado Zaroff (1932) o Los crímenes del museo (1933). Aunque si tenemos que hablar de la más famosa y trascendental de todas - con permiso de Vera Miles, Barbara Steele, Sissy Spaceck o Heather Langerkamp entre otras - tenemos que referirnos, y de paso poner un altar, a Jamie Lee Curtis. La reina del grito por excelencia y cuyo papel en la madre de todos los slasher (La noche de Halloween, 1978) ya es historia cinéfila. Y es que, ironías del destino, la hija de Janet Leigh - cuyo asesinato en la ducha en Psicosis dejó a medio mundo petrificado a la par que horrorizado - acabó pasándolo mal en pantalla huyendo de Mike Mayers, y con ella, todos los espectadores. Hubieron más, muchas más, pero las jóvenes vienen pisando fuerte, como Emma Roberts - American Horror Story no sería nada sin ella - o Anya Taylor-Joy - descubierta en La Bruja y de rabiosa actualidad gracias a Gambito de Dama -. Y aunque, si bien es cierto que estas nuevas reinas del grito son más resolutivas y hasta son capaces de liberarse de aquello que las atemoriza, a cuchillazo limpio si hace falta, cuesta creer que hasta hace cuatro días el terror fuese un género de hombres - tanto a nivel fandom como en la dirección, escritura y producción - si, paradójicamente, muchos de los temas que trata son exclusivamente femeninos. ¿O no es Midsommar una metáfora de las relaciones tóxicas desde la perspectiva de una chica joven? ¿O La semilla del Diablo del temor al embarazo? ¿O El Exorcista del fracaso maternal? ¿O Carrie de la menstruación? Nuevas miradas, análisis e interpretaciones feministas se dan cita en el presente y más personal ensayo de la crítica cinematográfica Desirée de Fez en, valga la redundancia, La reina del grito: el cine de terror bajo la lente violeta.
A Desirée de Fez la conocí, como muchos amantes de la lectura, gracias al programa Página Dos. Uno de los pocos espacios televisivos dedicados única y exclusivamente a hablar de libros y de lo que de ellos pudiera desprenderse. Prensa, música, pintura, escultura, debates aún vigentes, todo tipo de géneros, cine... Nada queda fuera de este maravilloso formato que, aunque de cortísima duración, consigue no plegarse a cuestiones puramente corporativistas. Algo bueno tenía que tener el que se emita en La 2, uno de los mejores canales de la televisión pública de este país. Respecto a esta última sección, hasta hace poco era ella, la propia Desirée de Fez, la que se encargaba de hablarnos de las nuevas adaptaciones cinematográficas y de paso, recomendarnos algún texto que, sin desvincularnos del cine, podía interesar al lector más sibarita. Más que sus críticas cinematográficas, yo lo que me apuntaba eran sus lecturas por si, en un futuro no tan lejano, podía empezar a confeccionar ese apartado tan deseado en mi biblioteca particular dedicado al cine. A sus directoras/os, a sus biógrafos, a la teoría pura y dura, a los conversatorios, a algún libro de fotografía, a guiones y a sus actores y actrices, esos que tanto admiro y que en ocasiones envidio. Un trabajo en el que tienes el privilegio de ponerte en la piel de personajes ajenos a tu vida, a tu ideología, a tu físico, a tu ética y a tu propia personalidad es de lo más duro y hermoso que conozco. Y lo dice una servidora, que coqueteó con la actuación, que en pleno Segundo de Bachillerato se planteó seguir el camino de la interpretación, que aún en la Universidad se atrevió con las vanguardias, el teatro en verso y el musical, que a día de hoy, en tiempos inciertos, aún sigue echándolo de menos. Amo el cine, desde aquella primera película de Disney vista en una sala repleta de niñas y niños entusiasmados, hasta aquellas películas que, de un modo u otro, han marcado mi gusto tanto literario como cinéfilo. Thelma y Louise, El Piano, Los santos inocentes, Rebeca, Los caballeros de la mesa cuadrada y sus locos seguidores, El apartamento, La pasión de Juana de Arco, El espíritu de la colmena, cualquier película de los Hermanos Marx, Pulp Fiction, Tiburón, Suspiria, Carrie, El Exorcista... Me falta muchísima cultura cinematográfica, muchísima. Casi no he visto películas mudas, ni de la edad dorada de Hollywood, ni asiáticas - Parásitos, me da vergüenza decirlo, es la primera película surcoreana que he visto - ni de la nouvelle vague, ni del neorrealismo italiano, ni de los nuevos cines americanos - salvo los directores más conocidos - ni westerns, ni actioners de los 80, ni clásicos sudamericanos, ni iconos castizos, ni westerns, ni una ingente cantidad de títulos a cada cual más imprescindible que el anterior. Ni Fellini, ni Igmar Bergman - este me duele especialmente - ni Trufaut, ni Pasolini, ni Godard, ni Hitchcock fuera de sus icónicos títulos, ni Scorsese en su totalidad, como tampoco algunas de las películas más importantes de Polanski - esto sí es imperdonable - o Woody Allen, o William Friedkin, o Brian de Palma, o Agnes Varda, o Tarantino, o Lynch, o Billy Wilder... Son tantos y todos tan buenos, se supone, que a veces me siento abrumada ante tanta película para tan poca vida sobre la tierra. De ahí que acuda de vez en cuando a los libros, a los ensayos cinematográficos, como el de Desirée de Fez - toda una revolución desde la aproximación teórica y sensorial del que me explayaré con gusto a continuación - en los que busco elementos teóricos e históricos para entender el contexto que parió dichos productos de consumo, la sociedad que los vio por vez primera y lo que significaron a posteriori. Eso sí, con La reina del grito me ha pasado justo lo contrario, que en vez de apuntar textos sobre cine, como sí hacía cuando veía Página Dos, aquí me he liado a apuntar títulos de películas. Si es que el saber no ocupa lugar, como tampoco las estanterías de DVDs o los gigas en el disco duro de tu ordenador.
Nadie, absolutamente nadie me preparó para la lectura de La reina del grito. Un ensayo en el que, además de engrosar la lista de películas de terror pendientes - algunas de las cuales jamás había oído ni siquiera nombrar - su autora nos expone una interpretación feminista de las mismas. Todo ello a partir de una apertura en canal (nunca mejor dicho) respecto a sus experiencias más personales y de un riguroso y ameno análisis de aquellos miedos que impregnan dichas cintas y que a la propia autora le han marcado de una forma u otra. Sin duda es precisamente lo primero, el mostrarse de la forma más íntima ante el lector, es lo que sin duda atrapa, porque entronca a la perfección con el género cinematográfico que aborda, así como con los terrores particulares acaecidos en la vida real de la autora que acaban rimando con películas como It Follows, Crash o Babadook. Y es que a partir de la lectura de La reina del grito, os lo aseguro, ya no volveréis a mirar con los mismos ojos - los patriarcales - algunos de los clásicos más importantes del terror. Por citar algunas de las reflexiones citaré en primer lugar las vertidas sobre Carrie, con esa escena inicial en la que el espectador es testigo de como a la protagonista le viene la regla en pleno vestuario del instituto y del posterior bullying perpetrado por sus compañeras de clase lanzándole tampones y compresas a la cara. Mientras se protege del ataque, Carrie se retuerce ante un dolor extraño, incomprensible, nadie le ha hablado de ello, y menos su madre, ese ser malvado y ultra religioso que la atemoriza de puertas para adentro. Pasaje de adolescencia pura y dura que, en más de una ocasión - ese miedo a que alguien se percate de que llevas una compresa metida en el bolsillo de camino al baño - lo he vivido en carne propia. Por no hablar de sus análisis respecto a La posesión - cuyo visionado, al abordar el miedo a que las mujeres hagamos lo que nos venga en gana fuera de los roles patriarcales, irradia actualidad - El Exorcista - cuya perspectiva sobre las buenas o malas madres jamás se me había pasado por la cabeza - o La noche de Halloween - miedo a no ser aceptada por el grupo al tiempo que critica la doble moral del slasher respecto a la libertad femenina -. Si hasta cuando habla de La Profecía, según de Fez, la película que más miedo le dio de pequeña, me hizo viajar a aquel hall de la academia de inglés en el que por una incompresible razón decidieron poner Pesadilla en Elm Street para amenizar la espera a que terminara la clase. Si como resultado, la autora sintió pánico a que la cinta de video de dicha película se quedara enganchada al reproductor - cosa que le sucedió de verdad - yo pasé unas semanas entre el terror a doblar las esquinas y el insomnio por el miedo a dormirme por si en mis sueños se colaba el deforme Freddy Krueger. La reina del grito también se revela como un interesante anecdotario. Las ediciones del Festival de Sitges, sus primeras experiencias yendo al cine con su primo - el capítulo de Crash es imprescindible - sus opiniones discordantes respecto al Rape and Revange - tan idolatrado por Tarantino - sus embarazos - inolvidable también el capítulo dedicado a Quién puede matar a un niño de Chico Ibáñez Serrador - o esa conversación algo tensa con uno de los directores del fantástico español más importantes de la actualidad. Una chica vuelve a casa sola de noche, Prevenge, Body Horror, The Final Girl, La semilla del diablo, Tales from de Loop... Todas ellas bajo la lupa morada en el contexto más propicio para el debate, la reflexión y las miradas con perspectiva de género. Por ello, más allá de su ausencia de tecnicismos y aplaudida accesibilidad, el ensayo de Desirée de Fez se revela como un libro que habla de nosotras, las mujeres, y de los temores que sólo nosotras padecemos. Porque, por mucho que los hombres quieran ser comprensivos con sus parejas/madres/hermanas/amigas, lo cierto es que jamás llegarán a sentir lo que significa que te acosen por la calle, los apresurados pasos durante los nocturnos regresos a casa, las agresiones y por supuesto las violaciones por el simple hecho de ser mujer. Dicen que el cine es el espejo de la realidad, al igual que lo fue la pintura durante gran parte de la historia. Un espejo - liso o deformado - sobre el que se proyectan historias narradas a través de imágenes en movimiento. Unas imágenes que, en última instancia, nos devuelven el reflejo de una realidad con la que podemos sentirnos identificadas. Una realidad en ocasiones terrorífica que nos golpea, desde la metáfora, haciéndonos ver que a veces la ficción no se aleja tanto de la realidad.
La reina del grito: un ensayo de temores, escapadas al cine, pases de prensa, feminismo, relaciones tóxicas, pelis de terror, pasión por el cine... Un libro para leerlo y no parar de recomendarlo a grito pelado, como las Scream Queens clásicas.
Frases o párrafos favoritos:
"Una chica vuelve a casa sola de noche es de 2014, tiene ya unos años. Cuando la vi, ya no era una niña. Pero reconozco que en aquel momento aún no había hecho el ejercicio real de rebelarme contra ese miedo. Ni siquiera me había cuestionado por qué lo había aceptado sin más y me había acostumbrado a vivir con él."
¡Un saludo y a seguir leyendo!
Cortesía de Blackie Books