REBELIÓN EN LA GRANJA
Título: Rebelión en la granja.
Autor: George Orwell (Motihari, India 1903- Londres 1950) poseyó una de las voces más lúcidas y ricas en matices del siglo XX: estudiante de Eton, policía imperial británico en Birmania, lavaplatos en París, librero en Londres, miliciano del POUM, corresponsal de la BBC, editor literario y columnista. Vertió toda su experiencia en crónicas, ensayos y novelas de lectura imprescindible. Entre sus obras más importantes destacan La Hija del Clérigo, Homenaje a Cataluña, Rebelión en la Granja o 1984 entre otras. (Fuente: Random House Mondadori).
Editorial: Random House Mondadori.
Idioma: ingles.
Traductor: Miguel Temprano García y Marcial Souto Tizón.
Sinopsis: los animales de una granja se sublevan victoriosamente contra sus dueños humanos, pero pronto surgen entre ellos ambiciones y rivalidades que hacen fracasar la rebelión. Siendo censurada en su época, Rebelión en la granja lanza un mensaje actual, abierto, sobre la corrupción que engendra el poder y una crítica contra los estados totalitarios. (Fuente: Random House Mondadori).
Su lectura me ha parecido: amena, lúcida, tremendamente original, aguda, controvertida, universal, plagada de simbolismos, valiente...Queridos lectores y lectoras, en mi vida como voraz lectora el descubrimiento de Gorge Orwell significó un antes y un después, un punto tremendo de inflexión que aún sigue acompañándome. Todo el mundo sabe quién es, sus obras más importantes, que estudió en el elitista Eton, que se unió a la Policía Imperial India en Birmania, que trabajó como lavaplatos en un prestigioso hotel de París, que se alistó en las Brigadas Internacionales para combatir en la Guerra Civil Española, que tras esa experiencia su opinión sobre el comunismo cambió para siempre, que acabó trabajando como periodista para la BBC durante la Segunda Guerra Mundial y que murió de tuberculosis un 21 de enero de 1950 en Londres. Su figura y su trepidante vida, digna de biopic hollywoodiense, ha traspasado fronteras, convirtiéndose casi en un mito, y en ese sentido, su producción literaria no ha hecho más que alimentar esa imagen. No cabe duda que Orwell ha sido un personaje importante tanto en el ámbito de la historia como en el de la literatura, por lo que en ese sentido, estaba prácticamente predestinada como lectora a descubrirlo, admirarlo, disfrutarlo...Si la primera vez que os hablé de George Orwell en este espacio de crítica y opinión fue a propósito de la reseña de 1984, hoy vuelvo de nuevo a reencontrarme con un viejo y admirado conocido para reseñar la que es una de sus novelas más controvertidas y deslumbrantes al mismo tiempo. Rebelión en la granja: la Revolución Rusa y el Estalinismo para todos los públicos.
La historia de como Rebelión en la granja llegó por primera vez a mis manos, como ya habréis podido intuir, tiene su origen en mi absoluta admiración por Eric Arthur Blair, o lo que es lo mismo, por George Orwell. Mi incursión en la obra de este escritor inglés fue con la lectura de su obra más interpretada, mediática e influyente, que no es otra que 1984. Hasta ese momento no había leído nada parecido y con total certeza puedo decir que aquella fue la primera novela de género distópico que había leído. Fue un amor a primera vista prácticamente, además de una cascada imparable de reflexiones cada cual más pertinente y actuales. Me entusiasmó tanto que años más tarde 1984 aparecería analizado en mi trabajo final de grado, junto con otras novelas que gracias a esta acabaron pasando por mis manos, una tras otra, sin tregua, sin pausa. Desde entonces el género distópico se convirtió en uno de mis favoritos y Orwell en uno de mis escritores preferidos. En cuanto a Rebelión en la granja tardé un poco más en leerlo, otras lecturas habían copado mi tiempo. Pero afortunadamente y tras un pequeño respiro de trabajos universitarios, Rebelión en la granja se convirtió durante unas semanas en mi lectura nocturna. Recuerdo que el ejemplar fue prestado y que tras haberlo degustado como se merece, acabé por rendirme de nuevo ante el talento de Orwell. Tenía las expectativas muy altas, lo reconozco, pero sinceramente, aquella peculiar fábula política me había conquistado por completo. Un tiempo más tarde, para mi sorpresa, mientras ordenaba los libros que tengo por casa, descubrí que este libro precisamente, Rebelión en la granja, había estado reposando sobre una estantería desde hacía mucho tiempo. Una edición antiquísima de la editorial Destino se presentaba ante mis ojos como algo extraordinario, y aunque los años habían hecho mella en sus páginas, su contenido seguía intacto e igual de provocador. Hoy, mientras redacto estas líneas, éste antiguo ejemplar reposa a mi lado, sobre la mesa de trabajo, incorruptible y con una extraordinaria salud literaria.
Centrándonos en la crítica propiamente dicha, comenzaremos diciendo que Rebelión en la granja presenta una lectura firme, decidida y que se lee prácticamente del tirón. Al contrario que 1984, Orwell no necesita de explicaciones meramente descriptivas para que el lector comprenda mejor en que terreno se va a mover. La simpleza y alguna que otra pincelada informativa, no muy extensa, bastan para preparar el escenario donde tendrá lugar la historia y la narración propiamente dicha. Orwell parece pretender de esta forma captar enseguida al lector y no soltarlo hasta el final. Huelga decir que el lector actual ya conoce de que va la novela por lo que es fácil que en ese sentido no sorprenda tanto, no obstante, hay que pensar que cuando este libro vio la luz fue algo novedoso y e incomodo al mismo tiempo, por lo que la sensación de aquellos primeros lectores sería cuanto menos curiosa. En lo que respecta a la historia, tengo que decir que es una autentica genialidad. Todavía no me explico cómo le vino la idea, la inspiración está muy clara, pero el cómo dio con la fórmula adecuada para llevar a cabo ese chispazo para mi es un misterio. La historia es sencilla: ante los abusos del dueño de la granja, Howard Jones, y siguiendo las palabras del "cerdo Mayor" antes de morir, consiguen expulsarlo por medio de una revolución, tras la cual, escriben en la pared una serie de reglas llamadas "Los siete mandamientos". Al poco de triunfar la revolución, los cerdos, quienes se habían autoerigido como líderes por su inteligencia, empiezan a abusar de su poder y a manipular los mandamientos a su antojo. Así hasta desembocar en un final tan sorprendente como predecible si uno conoce un poco de historia contemporánea universal. Con esta premisa, a nadie se le escapa que, a pesar de que sus protagonistas son animales de granja, cada uno responde a un personaje o conjunto de personajes cruciales. Howard Jones es el Zar Nicolás II, el "cerdo Mayor" es Lenin (o Karl Marx según algunos estudios) y los cerdos Snowball y Napoleón se corresponden con Trotsky y Stalin, siendo éste último el personaje más carismático de la novela. A estos animales les acompañan otros igual de importantes y cargados de simbolismo, tales como Squealer o cerdo Chillón (el aparato propagandístico de la URSS), el trabajador caballo llamado Boxeador (en una clara referencia al proletariado ruso), las ovejas y gallinas analfabetas (el campesinado y principal masa que sigue al líder), el cuervo Moisés (representa a la iglesia ortodoxa), el burro Benjamín (el intelectual que especula), los perros (la policía secreta estalinista) o la yegua Mollie (representando a la malograda nobleza rusa). De entre todos ellos, para mi los más interesantes son Boxeador, Moisés y por supuesto Napoleón. El primero por representar esa sumisión de la clase obrera a sus líderes, el segundo por su actitud de bisagra entre los animales y los hombres, el tercero por su maquiavelismo y arrollador poder de convicción. Seguidamente, cabe resaltar la forma en la que se presenta esta trama, inspirada en las fábulas más clásicas y derivándola en algo más profundo, más crítico, más político. De esta forma, no sólo logra captar la atención del lector, sino que a esto, unido con la sencillez en su narrativa, convierte a Rebelión en la granja en un texto importante tanto a nivel literario como histórico. Por último, y ya para acabar, solamente recalcar el hecho de que hasta 1950 el público no conociese de la existencia de esta novela a pesar de publicarse en 1945, año sin lugar a dudas convulso en muchos aspectos.
Película/Canción: de esta novela solamente se conocen dos adaptaciones conocidas. La primera, de 1954, de dibujos animados y con un desenlace ligeramente diferente al de la novela. Y la segunda del año 1999 con animales de verdad, y de nuevo con un final diferente al libro por coincidir con el derrumbe de la URSS. Aquí os dejo un enlace al primero de los dos films:
¡Un saludo y a seguir leyendo!
La historia de como Rebelión en la granja llegó por primera vez a mis manos, como ya habréis podido intuir, tiene su origen en mi absoluta admiración por Eric Arthur Blair, o lo que es lo mismo, por George Orwell. Mi incursión en la obra de este escritor inglés fue con la lectura de su obra más interpretada, mediática e influyente, que no es otra que 1984. Hasta ese momento no había leído nada parecido y con total certeza puedo decir que aquella fue la primera novela de género distópico que había leído. Fue un amor a primera vista prácticamente, además de una cascada imparable de reflexiones cada cual más pertinente y actuales. Me entusiasmó tanto que años más tarde 1984 aparecería analizado en mi trabajo final de grado, junto con otras novelas que gracias a esta acabaron pasando por mis manos, una tras otra, sin tregua, sin pausa. Desde entonces el género distópico se convirtió en uno de mis favoritos y Orwell en uno de mis escritores preferidos. En cuanto a Rebelión en la granja tardé un poco más en leerlo, otras lecturas habían copado mi tiempo. Pero afortunadamente y tras un pequeño respiro de trabajos universitarios, Rebelión en la granja se convirtió durante unas semanas en mi lectura nocturna. Recuerdo que el ejemplar fue prestado y que tras haberlo degustado como se merece, acabé por rendirme de nuevo ante el talento de Orwell. Tenía las expectativas muy altas, lo reconozco, pero sinceramente, aquella peculiar fábula política me había conquistado por completo. Un tiempo más tarde, para mi sorpresa, mientras ordenaba los libros que tengo por casa, descubrí que este libro precisamente, Rebelión en la granja, había estado reposando sobre una estantería desde hacía mucho tiempo. Una edición antiquísima de la editorial Destino se presentaba ante mis ojos como algo extraordinario, y aunque los años habían hecho mella en sus páginas, su contenido seguía intacto e igual de provocador. Hoy, mientras redacto estas líneas, éste antiguo ejemplar reposa a mi lado, sobre la mesa de trabajo, incorruptible y con una extraordinaria salud literaria.
Centrándonos en la crítica propiamente dicha, comenzaremos diciendo que Rebelión en la granja presenta una lectura firme, decidida y que se lee prácticamente del tirón. Al contrario que 1984, Orwell no necesita de explicaciones meramente descriptivas para que el lector comprenda mejor en que terreno se va a mover. La simpleza y alguna que otra pincelada informativa, no muy extensa, bastan para preparar el escenario donde tendrá lugar la historia y la narración propiamente dicha. Orwell parece pretender de esta forma captar enseguida al lector y no soltarlo hasta el final. Huelga decir que el lector actual ya conoce de que va la novela por lo que es fácil que en ese sentido no sorprenda tanto, no obstante, hay que pensar que cuando este libro vio la luz fue algo novedoso y e incomodo al mismo tiempo, por lo que la sensación de aquellos primeros lectores sería cuanto menos curiosa. En lo que respecta a la historia, tengo que decir que es una autentica genialidad. Todavía no me explico cómo le vino la idea, la inspiración está muy clara, pero el cómo dio con la fórmula adecuada para llevar a cabo ese chispazo para mi es un misterio. La historia es sencilla: ante los abusos del dueño de la granja, Howard Jones, y siguiendo las palabras del "cerdo Mayor" antes de morir, consiguen expulsarlo por medio de una revolución, tras la cual, escriben en la pared una serie de reglas llamadas "Los siete mandamientos". Al poco de triunfar la revolución, los cerdos, quienes se habían autoerigido como líderes por su inteligencia, empiezan a abusar de su poder y a manipular los mandamientos a su antojo. Así hasta desembocar en un final tan sorprendente como predecible si uno conoce un poco de historia contemporánea universal. Con esta premisa, a nadie se le escapa que, a pesar de que sus protagonistas son animales de granja, cada uno responde a un personaje o conjunto de personajes cruciales. Howard Jones es el Zar Nicolás II, el "cerdo Mayor" es Lenin (o Karl Marx según algunos estudios) y los cerdos Snowball y Napoleón se corresponden con Trotsky y Stalin, siendo éste último el personaje más carismático de la novela. A estos animales les acompañan otros igual de importantes y cargados de simbolismo, tales como Squealer o cerdo Chillón (el aparato propagandístico de la URSS), el trabajador caballo llamado Boxeador (en una clara referencia al proletariado ruso), las ovejas y gallinas analfabetas (el campesinado y principal masa que sigue al líder), el cuervo Moisés (representa a la iglesia ortodoxa), el burro Benjamín (el intelectual que especula), los perros (la policía secreta estalinista) o la yegua Mollie (representando a la malograda nobleza rusa). De entre todos ellos, para mi los más interesantes son Boxeador, Moisés y por supuesto Napoleón. El primero por representar esa sumisión de la clase obrera a sus líderes, el segundo por su actitud de bisagra entre los animales y los hombres, el tercero por su maquiavelismo y arrollador poder de convicción. Seguidamente, cabe resaltar la forma en la que se presenta esta trama, inspirada en las fábulas más clásicas y derivándola en algo más profundo, más crítico, más político. De esta forma, no sólo logra captar la atención del lector, sino que a esto, unido con la sencillez en su narrativa, convierte a Rebelión en la granja en un texto importante tanto a nivel literario como histórico. Por último, y ya para acabar, solamente recalcar el hecho de que hasta 1950 el público no conociese de la existencia de esta novela a pesar de publicarse en 1945, año sin lugar a dudas convulso en muchos aspectos.
Aunque Rebelión en la granja pueda parecer una simple fábula, lo cierto es que estamos ante un texto muy versátil, de cuya lectura se pueden extraer mil y un interpretaciones. Antes de comenzar la redacción de este último párrafo, estuve una tarde investigando las diferentes opiniones que a lo largo de todo este tiempo se han vertido sobre esta novela. Las hay de todo tipo, desde las referentes a el contexto en la que se publicó, hasta el significado de cada uno de los personajes, incluso alguna en la que se quiere ver en los escasos humanos que aparecen en el libro el fiel reflejo de otros actores principales de la historia como Churchill o Hitler. Tras haberme empapado de todas ellas, acabé concluyendo que, sea desde la posición que sea, lo importante es que Rebelión en la granja es un texto importante para la historia y para entender la historia. Evidentemente, no estamos ante una visión objetiva, pero no por ello menos interesante para el conocimiento. Rebelión en la granja en resumen es en primer lugar, una doble crítica. Por un lado a los regímenes totalitarios de su tiempo, a saber el comunismo y el nazismo. Y por otro a la corrupción y abuso de poder en el que pueden incurrir los líderes, ya no sólo de regímenes totalitarios, también en el seno de los partidos democráticos, destacando esa tremenda alusión al Partido Laborista de estos años que sobrevuela gran parte de la novela sin llegar a concretarse de forma explícita. En segundo lugar, además de ser una fábula donde los animales son los protagonistas de la trama, también es una alegoría. Es decir, una ficción en la que el autor pretende representar otra cosa, una idea concreta o un conjunto de ideas abstractas a través de otra forma o sentido. Ligado a la clásica metáfora, lo que pretende George Orwell es cargar de significado y reflejar la tiranía de estos gobiernos, además de la sumisión de la población a ellos. Y qué mejor forma de contarlo que a través de una fábula, uno de los géneros donde mejor se plasman las relaciones de poder y de jerarquía. En tercer lugar y en última instancia, Rebelión en la granja no deja de ser una explicación más de la Revolución Rusa. En la que apreciamos una primera fase dominada por la tiranía del granjero, después la revolución llevada a cabo e impulsada por las palabras del "cerdo Mayor", más tarde la aplicación de "Los siete mandamientos" con los que se consigue que la granja funcione perfectamente y en última instancia las luchas de poder para suceder al "cerdo Mayor" tras su muerte y como el abuso de poder comienza a hacer mella en la población y en los propios mandamientos, los cuales, son al final modificados en favor del último líder, el que logra imponerse tras haber despejado el camino. Ya lo reflejan los mandamientos, del "todos los animales son iguales" se pasa al "todos los animales son iguales, pero algunos animales son más iguales que otros". Lo que está claro es que en Rebelión en la granja queda patente la importancia de este acontecimiento histórico, tanto a nivel de política interior como exterior. Incluso los ámbitos económicos, sociales y culturales se vieron afectados por lo que acontecía en territorio ruso. Las consecuencias fueron absolutamente trascendentales, desde una revolución cultural sin precedentes, hasta el inicio de la Guerra Fría años más tarde. Incluso el inicio de la Guerra Civil Española vino en parte motivado por el temor a que con el Frente Popular en el gobierno de la II República pudiese acontecer una revolución. Por todo ello, en lugar de demonizarla sin conocimiento, lo que deberíamos hacer todos, y más en el año de su centenario, es leer sobre el tema, leer libros entre los que deberíamos incluir esa fábula política, sólo así lograremos configurar una opinión instruida y por tanto más valida que cualquier otra que día si día también, se suelta por televisión. Rebelión en la granja: una historia crítica, ácida, directa, mordaz, importante, controvertida, inteligente, inmortal...Una novela que nunca morirá.
Frases o párrafos favoritos:
"Los animales, asombrados, pasaron su mirada del cerdo al hombre, y del hombre al cerdo; y nuevamente del cerdo al hombre, pero ya era imposible distinguir quien era uno y quien era otro."
Película/Canción: de esta novela solamente se conocen dos adaptaciones conocidas. La primera, de 1954, de dibujos animados y con un desenlace ligeramente diferente al de la novela. Y la segunda del año 1999 con animales de verdad, y de nuevo con un final diferente al libro por coincidir con el derrumbe de la URSS. Aquí os dejo un enlace al primero de los dos films:
¡Un saludo y a seguir leyendo!
Todo un clásico que hace unos días me anoté como pendiente, que ya me vale, no haberla leído ....
ResponderEliminarGracias tb por tu reseña, corroboro mi decisión.
Besos.
en una tarde la leí, no podía dejarla, era o acabarla esa tarde o morir de curiosidad. Es increíble esta historia pero es que Orwell nunca, jamás, decepciona, fue una de las mentes más brillantes del siglo XX y aun hoy es más brillante que muchos que se auto describen como "librepensadores". Para mi, "rebelión en la granja" no es solo una fabula o una historia sobre el acontecer de la revolución rusa, es un tratado filosófico-político que debería leerse en todas las escuelas de todos los países democráticos para aprender que los ideales, por muy nobles que sean, no pueden estar nunca sobre la dignidad de los seres humanos.
ResponderEliminarUna reseña excelente del que creo que es el mejor libro del siglo XX. Creo que voy a volver a leerlo después de tu reseña.
De mis eternos pendientes! No sé por qué pero no termino nunca de animarme. Pero acabas de darme un empujoncito.
ResponderEliminarBesotes!!!
Hola! No soy mucho de clásicos pero este lo leí hace tiempo y me gustó pero no en exceso. Excelente reseña como siempre.
ResponderEliminarUn saludo!
Un eterno pendiente..
ResponderEliminarun beso ;)
Esta es de las relecturas que quiero hacer desde hace años, porque lo leí de muy jovencita, y es de esos que con la edad descubres muchas cosas que no viste la primera vez, muchas de esas interpretaciones que comentas. Si ya entonces me pareció maravilloso, hoy estoy segura que me parecería brillante.
ResponderEliminar¡Besote!
Un clásico que leí de adolescente pero que me mostró que se pueden contar cosas muy serias con un lenguaje accesible. Muy recomendable.
ResponderEliminarSaludos.
Recién leída como trabajo de documentación para un artículo que ando preparando sobre Orwell y Pink Floyd. Me ha resultado una lectura amena que sirve a la perfección para entender el pensamiento e ideas de Orwell. Una genuina "precuela" para lo que sería después la bestial 1984. El final es, sencillamente, demoledor, con los cerdos convirtiéndose en aquello contra lo que se sublevaron y olvidando por completo los ideales que instigaron la revolución.
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