SUMISIÓN
La historia de cómo Sumisión llegó a mis manos tal vez sea de las más especiales, y que de seguro, guardaré en mi memoria para siempre. La primera vez que vi la novela fue durante una larga y apacible tarde, mientras ejecutaba mi tradicional paseo por alguna librería del centro de mi ciudad, y para seros sinceros, me llamó la atención desde el minuto uno. Primero fue su sugerente portada y más tarde el interesante y revelador contenido que pude leer en la extensa contraportada, me atrapó, me abdujo, me secuestró de alguna manera, como si acabase de presenciar un momento único e irrepetible, lo que en cierto sentido, así fue. Meses más tarde, durante las vacaciones de verano, mientras ultimaba los últimos preparativos para trasladarnos al pueblo, logré hacerme con un ejemplar prestado de la biblioteca de mi barrio, y como podréis imaginar, la curiosidad y las ganas que tenía de leerlo eran tremendas, una sensación que creía extinta pero que en aquellos instantes retornó con una fuerza arrolladora. Una vez instalada en el pueblo y bajo la sombra de los altos y robustos pinos, en medio de toda aquella naturaleza, inicié ávida su lectura. Recuerdo que me costó muy poco leerlo y que me tuvo enganchada durante esos cuatro o cinco días, con la sensación de que en mis manos sostenía algo grande y que merecía la pena. Fue también por aquel entonces cuando se me encendió la bombilla de la inspiración, por fin, tras darle muchas vueltas al asunto, había encontrado una vía muy interesante para mi inmediato futuro académico, en el cual, Sumisión, iba a estar muy presente. El resultado: una experiencia muy enriquecedora, el descubrimiento de un autor del que posteriormente he ido descubriendo el resto de su literatura y un futuro TFM de investigación histórica que espero que me de muchas alegrías. Después de muchas idas y venidas y tras agotar el límite de préstamos de la biblioteca, al final y por fortuna, Sumisión hoy forma parte de ese selecto club de libros que con tanto mimo atesoro en mi estantería particular.
Título: Sumisión.
Autor: Michel Houellebecq (1958), es poeta, ensayista y novelista, "la primera star literaria desde Sartre", según se escribió en la Le Nouvel Observateur. Su primera novela, Ampliación del Campo de Batalla (1994) ganó el Premio Flore y fue muy bien recibida por la crítica española. En Mayo de 1998 recibió el Premio Nacional de las Letras otorgado por el Ministerio de Cultura francés. SU segunda novela, Las Partículas Elementales (Premio Novembre, Premio de los Lectores de Inrockupibles y el mejor libro del año según la revista Lire), fue muy celebrada y polémica, así como Plataforma. Obtuvo el Premio Goncourt con su anterior novela, El Mapa y el Territorio, que se tradujo en treinta y seis países. Las cuatro novelas han sido publicadas en Anagrama, al igual que Lanzarote, El mundo como supermercado, Enemigos Públicos (con Bernard-Henri Lévy), El sentido de la Lucha, La búsqueda de la Felicidad y Renacimiento, reunidos en el tomo Poesía. Houellebecq fue galardonado también con el prestigioso Premio IMPAC (2002), EL Shopenhauer (2004) y, en España, el Leteo (2005).
Editorial:
Anagrama.
Idioma:
Francés.
Traductor: Joan Rimbau.
Traductor: Joan Rimbau.
Sinopsis:
Francia en un futuro próximo. A las puertas de las elecciones
presidenciales de 2022. Los partidos tradicionales se han hundido en
las encuestas y Mohammed Ben Abbes, carismático líder de una nueva
formación islamista moderada, derrota con el apoyo de los
socialistas y la derecha a la candidata del Frente Nacional en la
segunda vuelta. François, un profesor universitario hastiado de la
docencia y de su vida sexual, que a sus cuarenta años se había
resignado a una vida aburrida pero sosegada, ve como la rápida que
sucede a la llegada del nuevo presidente al Elíseo, altera la vida
cotidiana de los franceses y le depara a él un inesperado futuro.
Los judíos han emigrado a Israel, en las calles las mujeres han
cambiado las faldas por conjuntos de blusas largas y pantalones y
algunos comercios han cerrado sus puertas o reorientado el negocio. Y
la Sorbona es ahora una universidad islámica en la que los
profesores conversos gozan de excelentes salarios y tienen derecho a
la poligamia. Al igual que Huysmans, el escritor del XIX convertido
al catolicismo al que consagró su tesis, François sopesará
pronunciar las palabras que le abrirán las puertas de la religión
islámica y de una nueva Sumisión: “No hay sino un dios y Mahoma
es su profeta”.
Su lectura me ha parecido:
atrevida, valiente, inteligente, sublime, acertada, arriesgada,
interesante, extraordinariamente reflexiva, actual,
impresionante…Hace unos días os pregunté, en la ya conocida y
longeva sección de este blog, “El Rincón del Lector” cuál
había sido para vosotros el mejor libro/lectura de este 2015 que
pronto dejaremos atrás. La respuestas a dicha pregunta no se
hicieron de rogar, y la variedad se presentó al instante: El
Cumpleaños Secreto, Drácula, A Sangre Fría o La luz que no puedes
ver fueron algunas de
vuestras respuestas, no obstante, y para seros sincera, me sorprendió
no encontrar un título imprescindible, el cual, está apareciendo en
todas las listas y rankings de importantes publicaciones en todo el
mundo como uno de los libros del año, y que en esta ocasión,
recalco, estoy completamente de acuerdo. Desde el corazón de Francia
nos llegó a principios de año, coincidiendo con uno de los
acontecimientos más trágicos que nos ha dejado este 2015, una
novela, una historia, de tan sólo 281 páginas, que ha conseguido
revolucionar el panorama no sólo literario, sino que su prosa ha
logrado dar el salto al terreno social e incluso político,
provocando innumerables y variopintas reacciones al respecto. En este
punto, cabría una reflexión al respecto, de cómo un libro puede
llegar a traspasar los límites de su marco tradicional para
convertirse en un elemento imprescindible para el surgimiento de por
ejemplo nuevas ideologías o para la comprensión de un momento
determinado de la historia. No obstante, y sin andarnos con más
rodeos, es hora de que os presente la reseña de Sumisión:
el mayor acontecimiento literario del año 2015.
La historia de cómo Sumisión llegó a mis manos tal vez sea de las más especiales, y que de seguro, guardaré en mi memoria para siempre. La primera vez que vi la novela fue durante una larga y apacible tarde, mientras ejecutaba mi tradicional paseo por alguna librería del centro de mi ciudad, y para seros sinceros, me llamó la atención desde el minuto uno. Primero fue su sugerente portada y más tarde el interesante y revelador contenido que pude leer en la extensa contraportada, me atrapó, me abdujo, me secuestró de alguna manera, como si acabase de presenciar un momento único e irrepetible, lo que en cierto sentido, así fue. Meses más tarde, durante las vacaciones de verano, mientras ultimaba los últimos preparativos para trasladarnos al pueblo, logré hacerme con un ejemplar prestado de la biblioteca de mi barrio, y como podréis imaginar, la curiosidad y las ganas que tenía de leerlo eran tremendas, una sensación que creía extinta pero que en aquellos instantes retornó con una fuerza arrolladora. Una vez instalada en el pueblo y bajo la sombra de los altos y robustos pinos, en medio de toda aquella naturaleza, inicié ávida su lectura. Recuerdo que me costó muy poco leerlo y que me tuvo enganchada durante esos cuatro o cinco días, con la sensación de que en mis manos sostenía algo grande y que merecía la pena. Fue también por aquel entonces cuando se me encendió la bombilla de la inspiración, por fin, tras darle muchas vueltas al asunto, había encontrado una vía muy interesante para mi inmediato futuro académico, en el cual, Sumisión, iba a estar muy presente. El resultado: una experiencia muy enriquecedora, el descubrimiento de un autor del que posteriormente he ido descubriendo el resto de su literatura y un futuro TFM de investigación histórica que espero que me de muchas alegrías. Después de muchas idas y venidas y tras agotar el límite de préstamos de la biblioteca, al final y por fortuna, Sumisión hoy forma parte de ese selecto club de libros que con tanto mimo atesoro en mi estantería particular.
En lo que respecta a la critica
propiamente dicha, he decidido abordar este apartado, en un intento
por simplificar, destacando los puntos que me han llamado la
atención, pues, Sumisión
es una novela en la que se abordan muchos temas y de la cual se
pueden extraer mil y un interpretaciones. En primer lugar, comenzaré
diciendo que Sumisión
presenta una lectura
ágil, suspicaz, directa, a ratos irónica y que transmite mucha
información, este último aspecto a priori podría resultar bastante
peyorativo, una novela en la que se expone o se plasma un exceso de
información puede hacer que la lectura se torne pesada o
insoportable en algunos casos. Sin embargo, en el caso de Sumisión,
esa información es la que sustenta al libro en si, y en lugar de
disuadir atrae su lectura, pues, el autor parece jugar con el lector
en el sentido de que a través de unos ejemplos asequibles y con la
atracción que supone el tema principal de la novela como es la
posible islamización de Europa, crea una atmósfera totalmente
armoniosa a la vez que impactante. Por otro lado, en segundo lugar,
es importante destacar que Sumisión
es un texto que puede estar perfectamente sujeto a diferentes
lecturas, las cuales pueden partir de diferentes puntos de vista
ideológicos, políticos y sociales. Este hecho enriquece más si
cabe la lectura de Sumisión,
haciendo este texto participe de un momento importante, como el que
estamos viviendo en estos momentos, una novela que participa de una
vertiginosa corriente que es capaz de sacudir conciencias y de
provocar auténticos tsunamis en los círculos de opinión. No obstante, en este sentido soy y seré siempre clara, la
última palabra siempre tiene el lector, que es el que tiene que
hacerse una idea de la lectura de la novela y formular su propia
opinión, algo que en el caso de Sumisión
no escasea para nada. Seguidamente, pienso que Sumisión
es una novela interdisciplinar, en el sentido de que en ella aparecen
elementos narrativos que casan muy bien juntos. Sumisión tiene
rasgos evidentes de novela política, de novela social, de drama
personal e incluso de literatura erótica. Esto es especialmente
llamativo teniendo en cuenta que es muy complicado en ocasiones
entremezclar diferentes géneros, pero, al igual que sucedió en su
momento con Umberto Eco con su inolvidable El nombre de la Rosa,
Houellebecq logra salir en este sentido por la puerta grande.
Finalmente, debemos reconocerle a Houellebeq la valentía de haber
escrito una novela de este calibre, pero sobretodo, de habernos
permitido leerla con todo el respeto y reconocimiento del mundo.
Llegados a este punto de la
reseña, una servidora debería reservar ese último párrafo para la
tradicional y pertinente reflexión. No obstante, en esta ocasión,
y aprovechando que esta es la última reseña de este convulso año
2015, he optado por ofreceros una doble opinión personal al
respecto. En primer lugar, teniendo en cuenta los sangrientos
acontecimientos vividos en la capital francesa (Masacre del Charlie
Hebdo y los Atentados de París del 13 de Noviembre) y siempre a raíz
de lo que se nos plantea en Sumisión, quiero hacer un llamamiento a
la calma, al sosiego y a la tolerancia. No debemos caer en
generalizaciones ni prejuicios de ningún tipo ni clase, y tampoco
caer en el uso de estereotipos generalizados, en su mayoría falsos y
fruto de la ignorancia más absoluta. Debemos construir entre todos
un mundo en el que convivir y aprender los unos de los otros, sólo
así, lograremos apreciar el mundo en toda su extraordinaria variedad
cultural para hacer de nosotros mejores personas, mejores seres
humanos. Y en segundo lugar, y a riesgo de adentrarme en terreno
fangoso, es importante, bajo mi punto de vista detenernos por unos
instantes en la siguiente pregunta: ¿Qué es lo que molesta de
Sumisión? Para responderla hay diferentes opciones: ¿Su precisión?
¿Su información? ¿Su directo e irónico tono? ¿Su
contenido?...Puede que asi sea, pero debemos ir más allá, intentar
llegar hasta el fondo, donde está la verdadera raíz del problema.
Es entonces cuando, de pronto, encontramos que lo que de verdad
irrita, lo que realmente perturba, lo que en cierto modo asusta es
ese halo de pronosticación, pues, no debemos olvidar que Houellebecq
proyecta su mirada hacia adelante, hacia un futuro no muy lejano, el
del año 2022, para el que sólo quedan 7 años, si señoras y
señores 7 años, 7 años en los que puede pasar de todo. Por ello, y
retomando un poco el llamamiento que hacía al principio de esta
doble reflexión, debemos cuidar y mejorar en todo lo posible como
personas y seres humanos, respetando, tolerando y conviviendo en paz
todos juntos y sin fisuras. En definitiva, vivir el ahora y para el
ahora, Carpe Diem, vivir el momento, ¿y del futuro? ¿Quién sabe lo
que sucederá? Nadie es capaz de adivinar el futuro, aunque siempre
habrán Houellebecqs que nos inquieten y nos inciten a reflexionar
más allá del terreno puramente literario. Sumisión:
una historia de cambio, transición, perturbación, islamismo,
prejuicios, intolerancia, asimilación, cultura, decepciones,
adaptación…Una novela única que despierta las peores pesadillas
de todos los líderes occidentales.
Frases o párrafos favoritos:
“Es cierto que hubo muchísimas
batallas entre la cristiandad y el islam, luchar siempre ha sido una
de las grandes actividades humanas, la guerra es “por naturaleza”
como decía Napoleón, pero creo que ha llegado el momento de cerrar
un pacto, una alianza con el islam.”
Película/Canción: por el momento y con respecto a esta novela, todavía no hay una voluntad de querer llevar Sumisión al cine o a la pequeña pantalla, aunque sinceramente, sería realmente interesante que se intentara al menos. No obstante, y a falta de ello, he decidido adjuntaros una entrevista que concedió Michel Houellebecq para la tv3 en Cataluña.
¡Un saludo, a seguir leyendo y FELIZ AÑO NUEVO!
Película/Canción: por el momento y con respecto a esta novela, todavía no hay una voluntad de querer llevar Sumisión al cine o a la pequeña pantalla, aunque sinceramente, sería realmente interesante que se intentara al menos. No obstante, y a falta de ello, he decidido adjuntaros una entrevista que concedió Michel Houellebecq para la tv3 en Cataluña.
¡Un saludo, a seguir leyendo y FELIZ AÑO NUEVO!