LA IRA DE LOS DIOSES
Título: Ira de los dioses. Tres relatos de sacrificios y mitología.
Autora y autores: Carmen Romero, Luis Carbajales y Jaume Vicent.
Editorial: Pulpture.
Idioma: castellano.
Sinopsis: el volumen se compone de tres historias independientes y conclusivas que están hiladas entre sí por un tema común: los dioses. Tres relatos que nos hablan de vidas truncadas por la presencia de seres, cultos o entidades que se creían mitológicos; florituras de la mente de tiempos pasados, proyecciones de la imaginación que se daban por extintas o inexistentes...pero que, por desgracia o fortuna, son muy reales. El primer relato nos habla de un pequeño pueblo influido por la presencia de algo que dormita entre ruinas desde la época romana. En el segundo, un luchador profesional de los bajos fondos se ve acosado por una maldición de unas remotas islas orientales. Y, el tercero, una investigación científica conducirá a los protagonistas a una misteriosa aldea aislada durante años de la civilización. (Fuente: Pulpture).
Su lectura me ha parecido: interesante, diferente, original, extraordinariamente breve, veloz, algo desigual en cuanto al enfoque de los relatos, curiosa...Desde hace un tiempo en algunas tertulias literarias, presentaciones de libros, clubs de lectura, programas de televisión o incluso por parte de las escritoras/es se ha destacado un hecho: el que en España no exista una tradición literaria hacia géneros tan concretos como la ciencia ficción. Si en el mundo anglosajón (Inglaterra y Estados Unidos especialmente) han contribuido a su evolución y popularización desde el siglo XIX hasta nuestros días, pasando por la llamada edad dorada del género (comprendida en los años 50 y 60 del pasado siglo) en este país parece que aún cuesta encontrar textos de ciencia ficción patrios. Algo que contrasta, en gran medida, con el auge que por otro lado, han experimentado géneros hermanos como el terror o la fantasía en España. Laura Gallego retomó con rotundidad el camino trazado con anterioridad gracias a sus libros enmarcados dentro de lo fantástico y el ámbito juvenil (llegando a encandilar y marcar a toda una generación de lectores en este país) un camino que siguieron, con unos años de diferencia, autoras y autores como Maite Carranza, Antonio Martín Morales, David Lozano y en la actualidad los dúos literarios Iria Parente y Selene Pétalos o Geòrgia Costa y Fer Alcalá (más conocidos por los lectores como Costa Alcalá) entre otros muchos. Y en lo que respecta al terror también encontramos un nutrido grupo de plumas adiestradas en el género. Desde las talentosas Elia Barceló y Pilar Pedraza, pasando por Emilio Bueso, Eduardo Vaquerizo, Cristina Fernández Cubas o Victoria Álvarez (una de las más recientes). La ciencia ficción, lo fantástico y el terror suelen ir juntos o de la mano, de hecho, no son pocos los festivales literarios en los que se aglutinan estos tres géneros, algunos como el Celsius (celebrado en la ciudad asturiana de Avilés), capaces de atraer tanto a autores, incluso de talla internacional, de los respectivos géneros, así como a un público prácticamente entregado a ellos. Es un hecho, la cultura Geek está en auge, y en España, aunque poco a poco, parece que se está incentivando la creación literaria orientada hacia estos géneros tan desprestigiados en el pasado. Una generación de escritoras y escritores viene pisando fuerte, ejemplo de ello son las numerosas antologías que han ido apareciendo a lo largo de los dos últimos años, antologías como la que hoy tengo el placer de reseñar. Ira de los dioses: la mitología y la fantasía desde tres sugerentes miradas.
La historia de como este libro irrumpió en mi vida es bastante sorprendente, inesperada. De hecho, no entraba dentro de mis planes por aquel entonces en leerme un libro de estas características. Pero sucedió, y la respuesta al por qué es sencilla a la par que interesante: porque quería leer textos de temática fantástica escritos por autoras o autores españoles. Sí, parece una locura, y sí, me estoy saliendo bastante de mi área de confort, compuesta por clásicos de los siglos XIX y XX (especialmente los de temática más realista ambientados en Estados Unidos, Inglaterra, Francia o España), literatura más contemporánea (algo del siglo XXI siempre cae), mis adorados ensayos feministas (de cualquier época histórica) y mis distopías (feministas, futuristas, especulativas, políticas...Cualquiera me vale). Pero, y en esto os tengo que ser sincera, desde que me leí, por pura curiosidad, hace unos años El Hobbit de Tolkien, mis ojos sólo se han posado en literatura fantástica terrorífica (cuya historia y relación con este género ya he explicado mil veces). Cuando he leído fantasía pura y dura me cuesta mucho adentrarme en la historia, empatizar con sus personajes y amoldarme a un mundo que, aunque me lo pueda imaginar (pues de imaginación ando bastante sobrada) no consigue atraparme por completo. Además, y aquí seguro que más de una o uno va a querer matarme, no he sido una lectora asidua de por ejemplo la saga de Harry Potter o los libros de Laura Gallego, y eso que soy de la generación que disfrutó en el cine una por una todas las adaptaciones de las historias de niño mago (con bastante entusiasmo por cierto) y que vio como a su alrededor los libros de la autora valenciana se popularizaban enormemente. Pero entonces, en parte con mi descubrimiento del terror hace unos años, me di cuenta de que lo que me atrapaba de esas historias no era el componente fantástico siempre asociado a estas historias, sino el como puede verse alterada una realidad, unos valores, unas leyes o incluso la cotidianeidad del día a día de pronto y las consecuencias que esto tiene sobre los protagonistas. En resumidas cuentas, que los personajes lo pasasen mal a costa de esa alteración fortuita e inesperada. Fue entonces, mientras me empapaba de todo ello, cuando apareció ante mis ojos, como si de una señal divina se tratase, Ira de los dioses. Llevaba un tiempo leyendo literatura de estas características, pero siempre anglosajona, y creerme cuando os digo que por aquel entonces necesitaba abrir mis horizontes al respecto. No podía ser que en España no existiesen escritoras y escritores versados en estas lides, así que Ira de los dioses me vino a confirmar lo que yo ya sospechaba: que si que habían pero no ha sido hasta ahora cuando se han empezado a popularizar o visibilizar. Llámenlo moda literaria, tardío reconocimiento o necesidad imperiosa, el caso es que aquel pequeño volumen podía satisfacer las necesidades lectoras que necesitaba cubrir cuanto antes. El ejemplar llegó estando fuera de casa, concretamente en Londres, junto con los Cuentos de hadas norteamericanos de L. Frank Baum. Y aunque no fue hasta el verano cuando por fin me hice el ánimo, no desperdicié ni uno de los minutos que compartí con su lectura.
Antes de adentrarnos en la reseña propiamente dicha, es importante comentar que al tratarse de un volumen de relatos y a pesar de su brevedad, es posible que algunos aspectos a comentar se queden en el tintero. No me culpéis por ello, siempre es difícil reseñar un libro de estas características, por muy cortas que sean las historias escogidas. Una vez dicho esto, empezaremos por el principio, por la lectura, ese primer contacto que el lector establece con cualquier libro, que en este caso me ha sorprendido bastante. Si bien es cierto que no todos los relatos me han gustado, es reseñable destacar que la carta de presentación que Pulpture realiza respecto a este libro (fino en su extensión, con una tipografía bastante aceptable, una portada entre lo vintage y lo sugerente y la posibilidad de llevártelo a todos lados dado su pequeño tamaño) lo convierte en un dulce demasiado irresistible, incluso para lectores no tan aficionados a este género. ¿Qué historias encierra Ira de los dioses? Pues como su nombre indica, el libro aborda tres relatos genuinos, con personalidad, muy diferentes en cuanto a estilo empleado, pero con dos poderosos nexos en común. El primero de ellos, la mitología. Cada relato se empapa de una cultura mitológica concreta. Desde la postura más conservadora, hasta la menos convencional. Desde una historia en la que la mitología romana es clave, hasta un relato donde fuerzas oscuras procedentes de la polinesia más exótica actúan como un personaje más, pasando por el típico descubrimiento de una civilización al margen de la sociedad y de todo avance tecnológico actual (aunque con un sorprendente y nada convencional desenlace). Y el segundo, y más importante aún, la propia ira divina. Los tres textos que componen esta breve antología parten de la realidad, ya esté ambientada en la Segunda República española española o en pleno siglo XXI, de una cotidianeidad que se ve alterada por la irrupción de seres mitológicos, perturbando de este modo a los protagonistas, los cuales tendrán que hacer frente a la situación desde su propia condición. Este segundo punto de encuentro entre las tres historias puede ser muy manido, tal vez típico, pero si tenemos en cuenta las diferentes perspectivas de los relatos, al lector se le olvidan todos esos clichés y prejuicio, dejándose llevar por cada uno de ellos. ¿Cuál de los tres me ha gustado más? Voy a mojarme: el El grito de la tierra de Carmen Romero. Lamadme convencional, pero, ¿qué queréis que os diga? La mitología romana me chifla. Y si a eso le añades una historia ambientada en la España rural durante la II República (con un regusto similar a El laberinto del Fauno) Carmen Romero ya me tiene conquistada. ¿Y el que menos? Lo diré sin rodeos: La carne de los malditos de Luis Carbajales. No digo que la trama no esté bien ni que el planteamiento no sea original, pues la mitología oriental tiene su punto, pero sinceramente creo que no me ha convencido del todo. En cuanto a Ritos paganos, escrito por Jaume Vicent, me ha gustado en general pero en comparación, el de Romero ha sido el que más me ha hecho reflexionar y conectar con la historia. A modo de recapitulación concluiremos diciendo que, primero, Ira de los dioses es una lectura para nada prescindible, segundo, que demuestra el talento patrio en lo que a fantasía se refiere, y tercero, que podéis llevárosla y leerla en cualquier parte. A no ser que una criatura divina y ajena a este mundo os lo impida.
En este último párrafo, dedicado principalmente a la reflexión, me gustaría haceros partícipes de una idea que me ronda por la cabeza desde que finalicé la lectura de Ira de los dioses. Somos muchos los que creemos que la influencia de la religión está desapareciendo poco a poco de nuestra sociedad. De hecho ha caído en picado el número de personas que se consideran creyentes o que practican los ritos propios de, por citar un ejemplo, la religión católica. Sin embargo, estaréis conmigo en que todavía sigue muy presente en nuestro día a día. Desde que nos levantamos hasta que nos acostamos, las creencias, las leyendas, las supersticiones y la fuerte herencia de la religión engloba muchos aspectos que, aunque pasen desapercibidos, tienen su importancia. ¿Quien no se ha tragado u oído frases tipo "cruzarse con un gato negro es sinónimo de los peores augurios", "abrir un paraguas bajo techo trae mal fario" o "romper un espejo equivale a siete años de mala suerte"? Estas son algunas de las más comunes, pero indagando un poco por internet, una servidora se sorprende de la cantidad de dichos y actos que aún tienen peso en la actualidad. Tocar madera para contrarrestar la desgracia, pisar en primer lugar con el pie izquierdo al levantarse de la cama aboca a un humor de perros durante toda la jornada, que una mirada prolongada equivalga a un mal de ojo, que el novio vea a la novia vestida como tal antes de la ceremonia no puede deparar nada bueno, el santiguarse de forma instintiva cada vez que vamos a emprender un reto que nos asusta, el encontrar un trébol de cuatro hojas como sumum de la buena suerte, el pensar que por habernos puesto alguna prenda de ropa al revés nos van a hacer un regalo o creer que pisar una mierda, sea del animal que sea, nos proporcionará éxito en nuestros próximos proyectos. Muchos los conocemos de oídas, y es posible que alguna o alguno de los que ahora está leyendo estas líneas se reconozca en los ejemplos antes mencionados. Es así. Lo que sucede es que la mayoría de la sociedad desconoce su origen, el por qué de estas supersticiones, que no es otro que en lo mítico, en esas poblaciones ancestrales regidas por una mitología determinada, en esas aldeas de la Edad Media tan controladas por la religión católica, en esas cenas al rededor del fuego donde los más ancianos narraban las historias de heroínas o héroes míticos, en esas personas a las que el poder les inculcó el temor más irracional posible. Puede sonar un poco extraño, pues pocas son las veces en las que pensamos en estos temas. Cuando alguien estornuda, pronunciamos automáticamente la palabra "Jesús", sin pensar en que, por ejemplo, en el pasado decir esa palabra tras un estornudo servía como medida de protección para que el demonio no poseyese al enfermo. Leyendo Ira de los dioses me he dado cuenta de como la sociedad, a pesar de que poco a poco va olvidando su propio origen, en cuanto algo se tuerce, enseguida se pone a rezar o recurre a toda clase de creencias para justificar mala suerte. Incluso hay quien recurre a ellos como solución a sus problemas, instintivamente, sin pensar. Y es que cada superstición pertenece a una mitología que a su vez se engloba en una religión determinada. La superstición y las creencias no van a desaparecer, eso esta claro, pero es importante rastrear su origen para saber de donde venimos, y en ocasiones, a donde nos dirigimos como seres humanos. Ira de los dioses: tres relatos de fantasía, dioses, criaturas fantásticas, ritos, leyendas, acontecimientos que escapan a toda lógica...Tres relatos mitológicamente genuinos.
Frases o párrafos favoritos:
"La melodía del mendigo era su compañera constante. Parecía burlarse de sus propios sentidos. Pero aquella noche sucedió algo distinto: la música ya no era un recuerdo enquistado en su cabeza, sino que había tomado posesión de sus oídos. La escuchaba como si el mendigo la estuviera tocando en la puerta de su casa."
Película/Canción: en vistas de que ninguno de estos relatos ha despertado, al menos de momento, el interés de alguna directora o director de cine, os adjunto la pieza que me ha acompañado durante la redacción de esta reseña. Épica y con cierto halo de misterio, como las historias que componen Ira de los dioses.
¡Un saludo y a seguir leyendo!
Cortesía de Pulpture.