CUADERNOS DE MEDUSA VOL.II
Título: Cuadernos de Medusa vol. II
Autoras/es: África Beltrán, Pilar Pedraza, Margaryta Yakovenko, Luna Miguel, Inmaculada Pérez Parra, Eleazar Herrera, Darío Gael Gómez de Barreda, Cynthia Veneno, Cristina Jurado, Beatriz Sevilla, Atenea Bioque, Aránzazu Ferrero, Ajla Henic,
Editorial: Amor de Madre.
Idioma: español.
Sinopsis: Cuadernos de Medusa vol. II es un compendio de trece relatos escritos por autoras y autores comprometidos con el movimiento feminista y con la representación de los colectivos LGBTQ+. En Cuadernos de Medusa vol. II vas a encontrar de todo. La diversidad sigue siendo la protagonista, y de ahí que en este mismo objeto puedas verte envuelta en la más pura, mágica y divertida fantasía o en la más absoluta, desgarradora y dolorosa realidad. Todas estas perspectivas, por muy distintas que sean, se unen en un mismo cometido: hacer brillar aquello que el mundo insiste en mantener oculto. ¡Bienvenida a nuestro microcosmos literario, donde la diversidad se alza como bandera y como grito de guerra!
Su lectura me ha parecido:
Variada, interesante en cuanto a su planteamiento conceptual, inclusiva, feminista, plagada de fantasía, inundada al mismo tiempo de realidad, dolorosa, esperanzadora, combativa, absolutamente necesaria...Algo está cambiando, el suelo tiembla bajo nuestros pies, un olor nuevo se respira en el ambiente y en el interior de los libros. ¿Tal vez esté pasando? ¿Podemos hablar de revolución o simplemente de los cimientos que pretenden impulsarla más pronto que tarde? De un tiempo a esta parte, las librerías se han llenado de autoras (noveles, expertas, veteranas...) algo que no ha sido como suele decirse, "de golpe y porrazo", sino que al contrario de lo que muchas y muchos piensan ha sido parte de un largo proceso. Un camino al que hemos contribuido desde todos los procesos de creación editorial. Empezando por el gran público, siempre imprescindible, y acabando por quienes apuestan desde el sector del libro por dar más visibilidad y voz a plumas en las que antaño nadie hubiese confiado, sin olvidarnos, por supuesto de las autoras, sin las cuales esto, de verdad, no hubiese sido posible, ni siquiera en sus mejores sueños. Sin voluntad no se mueven montañas, sin perseverancia las cosas no salen solas, sin conciencia no contribuimos a avanzar y sobre todo, sin valentía, los derechos fundamentales jamás se conseguirán. Antologías como la que hoy tengo el placer de reseñaros demuestran como la palabra, y con ella la literatura, pueden aunar entretenimiento (leer siempre lo es y siempre lo será) y conciencia social. Justo la que se necesita en los tiempos que corren, cada vez más oscuros y terriblemente familiares. Cuadernos de Medusa Vol.II: trece historias para la reflexión, el feminismo, la lucha LGTBI+ y la imaginación.
Con Cuadernos de Medusa volví a La Batisfera (de la cual ya os hablé en una reseña anterior), un templo del café, los refrescos y los buenos libros a escasos metros de la playa en donde, de nuevo, tuvo lugar una de esas presentaciones memorables. Al llegar, los libreros me recibieron con los brazos abiertos - estaba claro que se acordaban de mi y de Agua en los pulmones, la novela en cuya puesta de largo participé en calidad de moderadora/presentadora - y me condujeron a la cafetería en donde, no sólo pude desvirtualizar a las editoras de Amor de Madre Victoria e Inmaculada, sino que también pude saludar - con apretón de manos y besos de cortesía incluidos - a dos de las autoras cuyos relatos componían este segundo volumen. De pronto me vi ante Aránzazu Ferrero y Pilar Pedraza sin saber a penas que decir, me costó articular palabra. El relato de la primera era el que inauguraba esta segunda entrega - muy interesante por cierto - y el de la segunda pues era uno de los que más me había gustado - y además, ¿quién no se pondría nerviosa teniendo delante a una de las grandes autoras españolas de terror? -. Al contrario que aquella presentación de Pulpture, en esta ocasión acudí como público. Éramos pocas - más que pocos - sí, pero no por ello ávidas de preguntas, inquietudes y debate. Aquel rincón de La Batisfera se convirtió durante una hora en un lugar de distensión donde se abordaron numerosos temas y de los que como lectora y escritora necesitaba nutrirme con urgencia. La amabilidad de Victoria e Inmaculada fue abrumadora, así como ese ratito que me quedé charlando con Pilar Pedraza compartiendo mis impresiones. Con Aránzazu no tuve la misma suerte, ya que se tuvo que ir antes del coloquio final - queda pendiente - pero aún así sus palabras también me suscitaron alguna que otra pertinente reflexión. Cuando regresé a mi casa al caer la noche me llevé una experiencia inolvidable, así como la certeza de que desde nuestro papel como críticos y público debemos apoyar a las editoriales independientes, y más cuando su carácter reivindicativo trasciende a lo literario.
Hablar del segundo volumen de Cuadernos de Medusa implica no sólo adentrarse en un conjunto de relatos cada cual más diferente al anterior (miradas, perspectivas, estilos...), también hablar de lo que para mi es el eje central y la razón de ser de esta nueva entrega: el mito de Medusa. Como bien sabréis, Medusa es un ser ctónico - procedente del mundo de los muertos y los espíritus - mitológico, con cuerpo de mujer, cuyo cabello esta repleto de serpientes y con el poder de convertir en piedra a todo aquel que mirase fijamente sus ojos. Decapitada por Perseo - quien posteriormente usó su cabeza como arma - y luego entregada a Atenea para que la colocase en su escudo, ha vivido desde la antigua Grecia infinidad de interpretaciones y reinterpretaciones. Aunque en resumidas cuentas, la mayoría de todas ellas coinciden en identificar a Medusa con la quintaesencia del mal convirtiéndose de este modo en el mito patriarcal perfecto y que como tal ha perdurado a lo largo de los siglos. En resumidas cuentas, Medusa representa el papel central de las mujeres - da igual la época en la que nos encontremos - o lo que es lo mismo, la mujer que logra posicionarse en ámbitos a los que solo los hombres habían llegado por su condición masculina. Una cultura androcéntrica donde héroes como Perseo están llamados a degollar - metafóricamente hablando - las identidades femeninas trasgresoras, consideradas por ellos como simples obstáculos en su domino ancestral. Este mito se ha ido reproduciendo a lo largo de la historia - todavía como historiadora tengo dudas de que Juana la Loca estuviese de verdad loca - llegando incluso a colarse en recientes campañas electorales - recordemos lo sucedido en la cartelería de la campaña de Donald Trump respecto a su contrincante Hilary Clinton - o en las series de televisión más actuales - ¡Malditos guionistas! ¡Qué habéis hecho con Daenerys Targaryen! -. Más allá de todo eso, es interesante - teniendo en cuenta lo expuesto - como Amor de Madre ha construido al rededor de esta deidad femenina un discurso que articula muchos temas y discurre por muchos frentes. Desprendiéndose de su interpretación heteropatriarcal e utilizando su furia - porque no olvidemos que fue violada - para redefinir no sólo el mito, también para actuar como reacción al machismo todavía imperante en nuestra sociedad.
Cada una de las serpientes del cabello de Medusa correspondería a uno de los trece relatos reunidos bajo su protección y permanente sororidad. Es evidente que, como en cualquier libro de relatos - y más en el que encontramos diferentes autoras y autores - no existe una uniformidad. Hay textos mejores y textos que (a pesar de que el mensaje es igual de potente) por lo que sea no me han llegado tan hondo como esperaba en un primer momento. Hay relatos de acción, de fantasía, imbuidos en lo social, de ambientación puramente histórica, terriblemente realistas, millenials y hasta algún coqueteo con el género de superhéroes. Los hay más cercanos a nuestro tiempo, pero también de los que se adentran en épocas pasadas para rastrear los mismos temas, y por supuesto, los que la acción transcurre en tierras lejanas. Sus personajes nos pueden sonar más o menos, a pesar de llevar años muertos, ser la viva imagen de nuestra vecina, parecerse a cualquier persona que pasa a nuestro lado por la calle, erigirse como auténticos icónicos o simplemente no haber existido nunca salvo en la imaginación de quien lo inventa. Feminismo, transexualidad, lucha social, hermafoditismo, fanatismo religioso, políticas patriarcales, violaciones, inclusión, racismo, homofobia, abuso de poder, culpa, violencia, misoginia, suicidio, guerra, depresión, explotación sexual, acoso, islamofobia... Sin censuras, sin eufemismos, con libertad, y por supuesto desde el más absoluto de los respetos.
Vivimos tiempos confusos, en constante cambio, en donde las nuevas tecnologías cabalgan a nuestro lado y en donde conectividad se ha tornado en una obligatoriedad. Sin embargo, algo muy peligroso permanece, algo entroncado con los valores tradicionales que han construido nuestras sociedades desde los cimientos hasta las agujas. Unos valores machistas que, en vez de desaparecer de una vez por todas, parece que - en gran medida gracias a un tsunami llamado "ultraderecha" - no sólo permanecen sino que cada día ganan nuevos adeptos. Esta involución social se cura, en parte, leyendo, leyendo mucho, muchísimo, y especialmente a autoras y autores cuya producción literaria no está, por así decirlo, en los lugares de honor, sino que se encuentra en los márgenes, tanto de lo temático como en lo histórico. Ayer sin ir más lejos asistimos al 50 aniversario de las manifestaciones espontaneas y posterior represión de Stone Wall - a las cuales por cierto hace mención uno de los relatos más logrados -. Sin duda uno de los episodios más importantes de la historia, así como de la lucha del colectivo LGTBI+ pero que, por desgracia, muy poca gente conoce. Lo mismo sucede con la lucha feminista y las manifestaciones del día 8 de Marzo, a las cuales todavía hay quien mira con escepticismo y desprecio sin conocer su verdadero. Sin ir más lejos, uno de los ejemplos más claros de esta supina ignorancia son las recientes "iniciativas" que abogan por instaurar el "Día del hombre" o el llamado "Orgullo Hetero". Campañas tras las que, por supuesto, se esconden partidos o organizaciones manifiestamente racistas, homófobas, xenófobas, misóginas y de inspiración neonazi, neofranquista o neofascista. En honor al célebre grabado de Goya diré lo de siempre, que el sueño de la razón produce monstruos, pero también incultura, fanatismo, autómatas al servicio del poder. Carentes de amplitud de miras y por supuesto de empatía, comprensión y reconocimiento. Porque parece ser que es mejor vivir enfrentados que en armonía, disfrutando de toda clase de diversidad. Si para algo sirven editoriales como Amor de Madre y libros como Cuadernos de Medusa es para combatir todo ese odio, para desmontar las estructuras patriarcales, y creo que lo más importante, para seguir aprendiendo y luchando por una sociedad mejor.
Cuadernos de Medusa Vol. II: trece historias de inclusión, violencia patriarcal, feminismo, critica, representación LGTBI+, diversidad, respuesta... La revolución se hace en las calles, pero también en la literatura.
Frases o párrafos favoritos:
"Es hermafrodita. Siempre quise tener uno a mi alcance para comprender muchas cosas sobre los órganos de la reproducción que los maestros no nos habéis explicado nunca, o por ignorancia o por vergüenza. Sin embargo, nada hay de vergonzoso en el cuerpo de esta chica, o mejor dicho, chico. O chico y chica, lo que prefieras. Y gracias a él he aprendido muchas cosas que no están en Aristóteles."
¡Un saludo y a seguir leyendo!
Cortesía de Amor de Madre
Con Cuadernos de Medusa volví a La Batisfera (de la cual ya os hablé en una reseña anterior), un templo del café, los refrescos y los buenos libros a escasos metros de la playa en donde, de nuevo, tuvo lugar una de esas presentaciones memorables. Al llegar, los libreros me recibieron con los brazos abiertos - estaba claro que se acordaban de mi y de Agua en los pulmones, la novela en cuya puesta de largo participé en calidad de moderadora/presentadora - y me condujeron a la cafetería en donde, no sólo pude desvirtualizar a las editoras de Amor de Madre Victoria e Inmaculada, sino que también pude saludar - con apretón de manos y besos de cortesía incluidos - a dos de las autoras cuyos relatos componían este segundo volumen. De pronto me vi ante Aránzazu Ferrero y Pilar Pedraza sin saber a penas que decir, me costó articular palabra. El relato de la primera era el que inauguraba esta segunda entrega - muy interesante por cierto - y el de la segunda pues era uno de los que más me había gustado - y además, ¿quién no se pondría nerviosa teniendo delante a una de las grandes autoras españolas de terror? -. Al contrario que aquella presentación de Pulpture, en esta ocasión acudí como público. Éramos pocas - más que pocos - sí, pero no por ello ávidas de preguntas, inquietudes y debate. Aquel rincón de La Batisfera se convirtió durante una hora en un lugar de distensión donde se abordaron numerosos temas y de los que como lectora y escritora necesitaba nutrirme con urgencia. La amabilidad de Victoria e Inmaculada fue abrumadora, así como ese ratito que me quedé charlando con Pilar Pedraza compartiendo mis impresiones. Con Aránzazu no tuve la misma suerte, ya que se tuvo que ir antes del coloquio final - queda pendiente - pero aún así sus palabras también me suscitaron alguna que otra pertinente reflexión. Cuando regresé a mi casa al caer la noche me llevé una experiencia inolvidable, así como la certeza de que desde nuestro papel como críticos y público debemos apoyar a las editoriales independientes, y más cuando su carácter reivindicativo trasciende a lo literario.
Hablar del segundo volumen de Cuadernos de Medusa implica no sólo adentrarse en un conjunto de relatos cada cual más diferente al anterior (miradas, perspectivas, estilos...), también hablar de lo que para mi es el eje central y la razón de ser de esta nueva entrega: el mito de Medusa. Como bien sabréis, Medusa es un ser ctónico - procedente del mundo de los muertos y los espíritus - mitológico, con cuerpo de mujer, cuyo cabello esta repleto de serpientes y con el poder de convertir en piedra a todo aquel que mirase fijamente sus ojos. Decapitada por Perseo - quien posteriormente usó su cabeza como arma - y luego entregada a Atenea para que la colocase en su escudo, ha vivido desde la antigua Grecia infinidad de interpretaciones y reinterpretaciones. Aunque en resumidas cuentas, la mayoría de todas ellas coinciden en identificar a Medusa con la quintaesencia del mal convirtiéndose de este modo en el mito patriarcal perfecto y que como tal ha perdurado a lo largo de los siglos. En resumidas cuentas, Medusa representa el papel central de las mujeres - da igual la época en la que nos encontremos - o lo que es lo mismo, la mujer que logra posicionarse en ámbitos a los que solo los hombres habían llegado por su condición masculina. Una cultura androcéntrica donde héroes como Perseo están llamados a degollar - metafóricamente hablando - las identidades femeninas trasgresoras, consideradas por ellos como simples obstáculos en su domino ancestral. Este mito se ha ido reproduciendo a lo largo de la historia - todavía como historiadora tengo dudas de que Juana la Loca estuviese de verdad loca - llegando incluso a colarse en recientes campañas electorales - recordemos lo sucedido en la cartelería de la campaña de Donald Trump respecto a su contrincante Hilary Clinton - o en las series de televisión más actuales - ¡Malditos guionistas! ¡Qué habéis hecho con Daenerys Targaryen! -. Más allá de todo eso, es interesante - teniendo en cuenta lo expuesto - como Amor de Madre ha construido al rededor de esta deidad femenina un discurso que articula muchos temas y discurre por muchos frentes. Desprendiéndose de su interpretación heteropatriarcal e utilizando su furia - porque no olvidemos que fue violada - para redefinir no sólo el mito, también para actuar como reacción al machismo todavía imperante en nuestra sociedad.
Cada una de las serpientes del cabello de Medusa correspondería a uno de los trece relatos reunidos bajo su protección y permanente sororidad. Es evidente que, como en cualquier libro de relatos - y más en el que encontramos diferentes autoras y autores - no existe una uniformidad. Hay textos mejores y textos que (a pesar de que el mensaje es igual de potente) por lo que sea no me han llegado tan hondo como esperaba en un primer momento. Hay relatos de acción, de fantasía, imbuidos en lo social, de ambientación puramente histórica, terriblemente realistas, millenials y hasta algún coqueteo con el género de superhéroes. Los hay más cercanos a nuestro tiempo, pero también de los que se adentran en épocas pasadas para rastrear los mismos temas, y por supuesto, los que la acción transcurre en tierras lejanas. Sus personajes nos pueden sonar más o menos, a pesar de llevar años muertos, ser la viva imagen de nuestra vecina, parecerse a cualquier persona que pasa a nuestro lado por la calle, erigirse como auténticos icónicos o simplemente no haber existido nunca salvo en la imaginación de quien lo inventa. Feminismo, transexualidad, lucha social, hermafoditismo, fanatismo religioso, políticas patriarcales, violaciones, inclusión, racismo, homofobia, abuso de poder, culpa, violencia, misoginia, suicidio, guerra, depresión, explotación sexual, acoso, islamofobia... Sin censuras, sin eufemismos, con libertad, y por supuesto desde el más absoluto de los respetos.
Vivimos tiempos confusos, en constante cambio, en donde las nuevas tecnologías cabalgan a nuestro lado y en donde conectividad se ha tornado en una obligatoriedad. Sin embargo, algo muy peligroso permanece, algo entroncado con los valores tradicionales que han construido nuestras sociedades desde los cimientos hasta las agujas. Unos valores machistas que, en vez de desaparecer de una vez por todas, parece que - en gran medida gracias a un tsunami llamado "ultraderecha" - no sólo permanecen sino que cada día ganan nuevos adeptos. Esta involución social se cura, en parte, leyendo, leyendo mucho, muchísimo, y especialmente a autoras y autores cuya producción literaria no está, por así decirlo, en los lugares de honor, sino que se encuentra en los márgenes, tanto de lo temático como en lo histórico. Ayer sin ir más lejos asistimos al 50 aniversario de las manifestaciones espontaneas y posterior represión de Stone Wall - a las cuales por cierto hace mención uno de los relatos más logrados -. Sin duda uno de los episodios más importantes de la historia, así como de la lucha del colectivo LGTBI+ pero que, por desgracia, muy poca gente conoce. Lo mismo sucede con la lucha feminista y las manifestaciones del día 8 de Marzo, a las cuales todavía hay quien mira con escepticismo y desprecio sin conocer su verdadero. Sin ir más lejos, uno de los ejemplos más claros de esta supina ignorancia son las recientes "iniciativas" que abogan por instaurar el "Día del hombre" o el llamado "Orgullo Hetero". Campañas tras las que, por supuesto, se esconden partidos o organizaciones manifiestamente racistas, homófobas, xenófobas, misóginas y de inspiración neonazi, neofranquista o neofascista. En honor al célebre grabado de Goya diré lo de siempre, que el sueño de la razón produce monstruos, pero también incultura, fanatismo, autómatas al servicio del poder. Carentes de amplitud de miras y por supuesto de empatía, comprensión y reconocimiento. Porque parece ser que es mejor vivir enfrentados que en armonía, disfrutando de toda clase de diversidad. Si para algo sirven editoriales como Amor de Madre y libros como Cuadernos de Medusa es para combatir todo ese odio, para desmontar las estructuras patriarcales, y creo que lo más importante, para seguir aprendiendo y luchando por una sociedad mejor.
Cuadernos de Medusa Vol. II: trece historias de inclusión, violencia patriarcal, feminismo, critica, representación LGTBI+, diversidad, respuesta... La revolución se hace en las calles, pero también en la literatura.
Frases o párrafos favoritos:
"Es hermafrodita. Siempre quise tener uno a mi alcance para comprender muchas cosas sobre los órganos de la reproducción que los maestros no nos habéis explicado nunca, o por ignorancia o por vergüenza. Sin embargo, nada hay de vergonzoso en el cuerpo de esta chica, o mejor dicho, chico. O chico y chica, lo que prefieras. Y gracias a él he aprendido muchas cosas que no están en Aristóteles."
¡Un saludo y a seguir leyendo!
Cortesía de Amor de Madre