EL PRINCIPITO
Título: El Principito.
Autor: Antonie de Saint-Exupéry (1900-1944) nace en Lyon en el seno de una antigua familia aristocrática. Tras recibir educación en diversos colegios religiosos, intenta entrar en la Escuela Naval, pero no aprueba los exámenes de ingreso. En 1920 cumple el servicio militar en la Fuerza Aérea, y a partir de entonces la aviación se convierte en la gran pasión de su vida. Su primer cuento ve la luz en 1926, año en que comienza su carrera de piloto en la compañía Latécoère. Poco después aparece su primera novela Correo del Sur (1928) y en 1931 publicará Vuelo Nocturno, merecedora del premio Fémina. A partir de 1935 trabaja como corresponsal de los periódicos Intransigeant y Paris Soir en Rusia y España, y con su avión Simoun participa en diversos raids. Todos estos recuerdos, acumulados en diez años de vida aventurera los vuelca en su novela Tierra de Hombres (1939). A pocos meses, desatada la Segunda Guerra Mundial, combate como piloto de reconocimiento y, tras la caída de Francia se instala en Nueva York. Es allí donde escribe Piloto de Guerra (1942) y El Principito (1943) y tras reincorporarse al servicio activo en el Norte de África elabora un libro de reflexiones filosóficas titulado Ciudadela, publicado póstumamente. El 31 de Julio de 1944, Saint-Exupéry despega de un campo de aviación de Córcega para cumplir una misión de la que no regresaría jamás.
Editorial: Salamandra.
Idioma: francés.
Traductor: Bonifacio del Carril.
Sinopsis: El Principito habita en un pequeñísimo asteroide, que comparte con una flor caprichosa y tres volcanes. Pero tiene problemas, pues empieza a experimentar la soledad. Por ello, decide abandonar el planeta en busca de un amigo, y en esa búsqueda de la amistad, recorre varios planetas, habitados por una serie de personajes variopintos que le proporcionarán su particular visión sobre el tema.
Su lectura me ha parecido: interesante, maravillosa, tierna, perfecta, sorprendente, reflexiva, muy bien ejecutada, original, reveladora, imprescindible...Queridos lectores y lectoras, a lo largo de estos años hemos reseñado grandes clasicos de la literatura, algunos de los cuales han logrado traspasar las barreras del espacio-tiempo para introducirse dentro de la cultura popular de nuestro tiempo. Sin embargo, muy pocas veces en Jimena de la Almena nos hemos topado con libros de altura, esos que se nos aparecen envueltos en un aura casi mística, esos que han conseguido llegar a la categoría de "libros de culto", esos cuya lectura impone, tanto que a veces llega hasta intimidar. Muchos de vosotros de seguro que conocéis más de uno, y seguro que todavía no os habéis hecho el animo de atreveros con sus respectivas lecturas, tan abrumadoras al principio pero tan enriquecedoras al cabo de unas cuantas páginas. Por ello, y aunque una servidora intenta enmendar la situación expuesta, pues todavía no me siento capacitada para leer ciertos libros, os animo a que seáis valientes, que leáis esos textos tan imprescindibles y que ahondéis en ellos, a lo mejor un tesoro aguarda su descubrimiento. La novela, aunque más bien se trata de un excelente cuento, que hoy tengo el placer de reseñar, apareció en mi vida no hace mucho tiempo, en un momento bastante intenso a nivel académico y personal y que a pesar de su corta extensión, formaba parte de esos libros que todo el mundo debería leer antes de morir. Hoy, echando la vista atrás, considero que fue un gran acierto darle una oportunidad, y por ello, en Jimena de la Almena queremos iniciar esta nueva temporada de reseñas literarias con mucha ilusión y pisando fuerte con El Principito: el cuento más famoso y atemporal de todos los tiempos
La historia de como El Principito llegó a mis manos, y de paso a mi vida, aconteció hace más bien poco, durante el pasado mes de Junio, un mes lleno de acontecimientos y de nuevos sentimientos. Coincidiendo con el final de curso, y a la vista de la fugacidad del tiempo, una servidora en aquellos instantes no podía evitar pensar en el futuro, en un futuro muy incierto que se aparecía como un abismo del que no sabes si algún día saldrás de él. Fueron días de mucho trabajo, de preparación para una nueva experiencia, de entrega de trabajos, de dilemas internos, de ser consciente de que a pesar de los esfuerzos queda mucho por hacer. En fin, el final de curso de este año fue de todo menos relajado, y esto se prolongó durante el mes siguiente, del cual ya os hablaré llegado el momento oportuno. En definitiva, queridos lectores y lectoras, en medio de aquella vorágine de perspectivas y futuros profesionales en el aire, El Principito apareció ante mi como una auténtica revelación. Me avergüenza mucho confesaros esto, pero, he de decir que no había demostrado mucho interés en este libro. Si, parece mentira ¿verdad? Como todos los que nos encanta leer, pasé por una etapa muy selectiva, sobretodo durante mi adolescencia, en la que en muy pocas ocasiones me atreví a asomarme a la lectura de un clasico de la literatura. Por aquel entonces, ya sabía de la existencia de aquel cuento, es más, en más de una ocasión me lo recomendaron, tanto desde el colegio como desde mi propio núcleo familiar. Sin embargo, tonta de mi, obvié dichas sugerencias, concentrándome en otro tipo de lecturas que sin duda, en aquellos años, me iniciaron de alguna manera. Retornando a esos días de junio en los que creía que el mundo se me venía en cima, y tras haber atesorado un importante bagaje literario, la perspectiva de leerme un libro tan conocido y tan importante no me abrumó, ni siquiera me intimidó, sino que me pareció todo un privilegio. Además, no llegaba a las 100 páginas, por lo que en unos momentos en los que creía que la cabeza me iba a estallar, sentía que era el libro perfecto para mi ¡Y vaya si lo fue!
En lo que respecta a la crítica propiamente dicha, comenzaremos diciendo que El Principito es un relato que presenta una lectura muy ágil, penetrante y simple. Como bien sabemos, un cuento se puede escribir de muchas maneras, y no siempre suelen contar historias de un marcado carácter infantil, como muchos piensan. En el caso de El Principito, en su forma, es decir, por su sencillez, parece un relato destinado al público infantil. Pero sería muy ingenuo quedarnos solamente en ese nivel, pues El Principito lo supera con creces, llegando a un punto en el que el lector hace un gran descubrimiento, y es que la simpleza en la redacción no quiere decir que ésta carezca de profundidad, al contrario, el autor, escogiendo con sumo cuidado las palabras, logra que el lector quede atrapado en una reflexión constante que sólo cesa cuando se finaliza su lectura. Por otro lado, El Principito se nutre de una atmósfera única e irrepetible, un auténtico derroche de imaginación por parte de una mente tan abierta como la de Saint-Exupéry, haciendo viajar al lector por una serie de planetas y mundos que, en cierto modo, podrían reunirse bajo uno sólo. Seguidamente, destacar la genialidad de un autor único en su tiempo y de una novela que queda perfectamente adecuada en un contexto de gran agitación. Hay que tener en cuenta que en el año 1943, año en el que El Principito sale a la luz, el mundo se haya en guerra y que su autor, desde un retiro estadounidense tras la caída de su país en manos de los nazis, escribe sobre los valores universales más antiguos que el hombre ha conocido. Una pequeña luz en medio de un planeta sumido en el caos y en los desastres de la Segunda Guerra Mundial, una pequeña esperanza entre barbarie y destrucción. Por último, añadir, a raíz de lo comentado en relación al tiempo histórico, que El Principito esta impregnado de filosofía de carácter pedagógico, de este modo nos encontramos no sólo ante un libro que puede inducir a bellas discusiones, también ante una lectura profundamente didáctica y de iniciación a las decepciones del mundo que nos rodea.
En lo que respecta a la opinión personal, y aunque he de confesaros que me ha costado escribir este último párrafo, por razones puramente personales, he llegado a la conclusión de que en él no puedo reflexionar de otro tema que no sea el de las diferentes dimensiones de la amistad. Todos los que os hayáis leído este precioso e instructivo cuento lo sabréis perfectamente, aunque se presentan muchos temas en los que es interesarse detenerse, es inevitable que una servidora no haya caído rendida ante la tremenda importancia del tema en cuestión dentro de lo que es el libro. La amistad, esa palabra llena de significados y de simbolismo, es el elemento más preciado y que el hombre lucha por alcanzar desde el principio de los tiempos. No obstante, como bien demuestra El Principito, la búsqueda no es nada fácil. En su empeño por alcanzarlo, el ser humano puede llegar a recorrer el mundo, a escalar las más altas montañas, a surcar los grandes mares de la desesperanza, a pasar horas soportando el frío intenso del invierno. Todo ello con tal de convertirse en merecedor de una pizca de ese elixir tan imprescindible para la vida y para la satisfacción personal. Sin embargo, durante ese viaje, corremos el riesgo de caer en los prejuicios y en el abandono en nuestro afán por tratar de entregar nuestra amistad a quien en realidad no la merece. Si algo valioso nos enseña Saint-Exupéry en El Principito es que muchas veces, por no decir siempre, encontramos a los verdaderos amigos más cerca de lo que imaginamos y que son los que de verdad demuestran serlo. También, otra de las sabias reflexiones del relato nos incita a no desanimarnos, a seguir adelante, a perseguir nuestros sueños y a no rendirnos en el intento. El sueño del Principito es encontrar un amigo, pero también puede ser llegar a publicar un libro, acabar desempeñando el trabajo de tus sueños o triunfar y hacerse valer, aunque el precio sea hacerlo en tierras extranjeras. Soñar es gratis, pero lo que de verdad merece la pena es luchar por él con la mayor de las ilusiones. El Principito: una historia de amor, ternura, filosofía, decepción, cariño, comprensión, consejos, tenacidad...El clasico que todos deberíamos leer al menos una vez en la vida.
Frases o párrafos favoritos:
"Fue el tiempo que pasaste con tu rosa lo que la hizo más importante".
Película/Canción: como es de esperar, El Principito ha servido de inspiración para la creación de operas, discos, series de televisión, obras de teatro y películas. No hay ningún medio audiovisual que no haya sucumbido ante las posibilidades y la brillantez de esta historia inmortal. En este año se estrena la enésima adaptación cinematográfica, dirigida por Mark Osborne y con las voces de James Franco, Rachel McAdams y Jeff Bridges dando vida a los principales personajes. Será la primera vez que se proyecte una versión de El Principito en formato animación en 3D.
¡Un saludo y a seguir leyendo!
En lo que respecta a la opinión personal, y aunque he de confesaros que me ha costado escribir este último párrafo, por razones puramente personales, he llegado a la conclusión de que en él no puedo reflexionar de otro tema que no sea el de las diferentes dimensiones de la amistad. Todos los que os hayáis leído este precioso e instructivo cuento lo sabréis perfectamente, aunque se presentan muchos temas en los que es interesarse detenerse, es inevitable que una servidora no haya caído rendida ante la tremenda importancia del tema en cuestión dentro de lo que es el libro. La amistad, esa palabra llena de significados y de simbolismo, es el elemento más preciado y que el hombre lucha por alcanzar desde el principio de los tiempos. No obstante, como bien demuestra El Principito, la búsqueda no es nada fácil. En su empeño por alcanzarlo, el ser humano puede llegar a recorrer el mundo, a escalar las más altas montañas, a surcar los grandes mares de la desesperanza, a pasar horas soportando el frío intenso del invierno. Todo ello con tal de convertirse en merecedor de una pizca de ese elixir tan imprescindible para la vida y para la satisfacción personal. Sin embargo, durante ese viaje, corremos el riesgo de caer en los prejuicios y en el abandono en nuestro afán por tratar de entregar nuestra amistad a quien en realidad no la merece. Si algo valioso nos enseña Saint-Exupéry en El Principito es que muchas veces, por no decir siempre, encontramos a los verdaderos amigos más cerca de lo que imaginamos y que son los que de verdad demuestran serlo. También, otra de las sabias reflexiones del relato nos incita a no desanimarnos, a seguir adelante, a perseguir nuestros sueños y a no rendirnos en el intento. El sueño del Principito es encontrar un amigo, pero también puede ser llegar a publicar un libro, acabar desempeñando el trabajo de tus sueños o triunfar y hacerse valer, aunque el precio sea hacerlo en tierras extranjeras. Soñar es gratis, pero lo que de verdad merece la pena es luchar por él con la mayor de las ilusiones. El Principito: una historia de amor, ternura, filosofía, decepción, cariño, comprensión, consejos, tenacidad...El clasico que todos deberíamos leer al menos una vez en la vida.
Frases o párrafos favoritos:
"Fue el tiempo que pasaste con tu rosa lo que la hizo más importante".
Película/Canción: como es de esperar, El Principito ha servido de inspiración para la creación de operas, discos, series de televisión, obras de teatro y películas. No hay ningún medio audiovisual que no haya sucumbido ante las posibilidades y la brillantez de esta historia inmortal. En este año se estrena la enésima adaptación cinematográfica, dirigida por Mark Osborne y con las voces de James Franco, Rachel McAdams y Jeff Bridges dando vida a los principales personajes. Será la primera vez que se proyecte una versión de El Principito en formato animación en 3D.
¡Un saludo y a seguir leyendo!