Presentación

"Un libro abierto es un cerebro que habla; cerrado un amigo que espera; olvidado, un alma que perdona; destruido, un corazón que llora." Proverbio hindú

"Siempre imaginé que el Paraíso sería algún tipo de biblioteca." Jorge Luis Borges (1899-1986) Escritor argentino.

"Los libros son, entre mis consejeros, los que más me agradan, porque ni el temor ni la esperanza les impiden decirme lo que debo hacer." Alfonso V el Magnánimo (1394-1458) Rey de Aragón.

En este blog encontraréis reseñas, relatos, además de otras secciones de opinión, crítica, entrevistas, cine, artículos... Espero que os guste al igual de todo lo que vaya subiendo.
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martes, 9 de julio de 2019

RESEÑA: Mujeres de los fiordos.

MUJERES DE LOS FIORDOS

Título: Mujeres de los fiordos.

Autoras: Trude Marstein (Tønsberg, 1973) Karin Fossum (Sandefjord, 1954) Inger Haldis Halvari (Tana, 1952) Hanne Ørstavik (Tana, 1969) Beate Grimsrud (Bærum, 1963) Merethe Lindstrøm (Bergen, 1963) Gro Dahle (Oslo, 1962) Karin Sveen (Hamar, 1948) Laila Stien (Nordland, 1946) Herbjørg Wassmo (Vesterålen, 1942) Bjørg Vik (Oslo, 1935-2018).



Editorial: Nórdica.

Idioma: noruego.

Traductoras/es: Cristina Gómez-Baggethun, Juan Gutiérrez-Maupomé, Gabriela Macchi, Anne-Lise Cloetta, Mª Josep Udina, Pablo Osorio, Carmen Freixanet, Kristi Baggethum, Ulrikke Kase Evensen, Mario Puertas, Inés Armestro, Lorena Catalina López,

Sinopsis: esta antología recopila relatos de once escritoras noruegas contemporáneas, de entre 35 y 85 años, pertenecientes a generaciones y credos literarios muy diversos, pero en las que encontraremos rasgos comunes. Como casi siempre en la literatura, también en estos relatos el tema recurrente son las relaciones humanas. Por lo general, melancolía y realismo aparecen como dos caras de la misma moneda. Los personajes de estos relatos son hombres y mujeres de carne y hueso, con sus anhelos y sus traumas, sus ilusiones y sus decepciones, en una terca búsqueda de algo que proporcione sentido. Cada relato está traducido por un traductor diferente, que, pensamos, proporciona una riqueza especial a la antología: once escritoras y once traductores, entre los cuales hay tanto latinoamericanos como españoles, hecho que se refleja también en el lenguaje final de los relatos, en los que se ha querido respetar las diferencias y la riqueza de esta lengua que hablamos tantos pueblos distintos.

Su lectura me ha parecido:

   Interesante, amena, con unos relatos muy diferentes entre sí y al mismo tiempo con un mensaje que emerge poderosamente de sus páginas, cálidos y gélidos, contemporáneos, sociales, muy necesarios... Al igual que hice en la pasada reseña, en esta ocasión he vuelto a tirar de archivo para revisar a cuantas autoras u autores del país del salmón y los fríos paisajes invernales había dedicado un espacio destacado. Y de nuevo, la sorpresa no pudo ser más mayúscula ya que la búsqueda me ha devuelto tan sólo tres nombres. Imperdonable, os lo digo de verdad. Sin embargo, y a diferencia de lo que sucedía con las escritoras y escritores alemanes, en esta ocasión si que hay más presencia de mujeres - dos frente a uno - además de poder apreciarse la relación personal que he mantenido - literariamente claro - respecto a la literatura procedente de dichas tierras. Como ya comenté en más de una ocasión, la novela policíaca escandinava fue una especie de iniciación para mi, al igual que lo fue para millones de lectores en todo el mundo que hace unos años, de pronto, supimos poner a Noruega y Suecia en el mapa gracias a sus historias en las que un crimen atroz y unas narraciones trepidantes consiguieron mantener en vilo a muchas y muchos que deslizábamos los ojos sobre el papel. De hecho, no es de extrañar que la primera reseña de una novela escrita por un autor - que no autora - procedente del norte de Europa fuese de este género (Viajo sola de Samuel Bjork). Desde esa primera entrada ha llovido bastante, tanto que no fue hasta el 92 de agosto de 2016 cuando nos topamos con una maravilla de libro (Nada crece a la luz de la luna de Torbog Nedreaas) de un género y un estilo completamente diferentes a la anterior. Por no hablar de la tercera en discordia (Historia de las abejas de Maja Lunde) cuya lectura deberíamos reivindicar a día de hoy por su mensaje ecologista. Esta última la publiqué en enero de 2017 y hoy, julio de 2019 regreso después de mucho tiempo a tierras noruegas para hablar del noble arte de escribir relatos con una perspectiva de género y para presentaros una antología que hará las delicias de quienes en pleno verano, busquen lecturas más refrescantes. Mujeres de los fiordos: diez escritoras al servicio de la creación literaria y la construcción de un nuevo modelo de mujer.

   No será ni la primera ni la última reseña que haga de una antología, por eso, y antes de empezar a meternos de lleno en lo importante, cabe recordar que, debido a la cantidad de relatos que ésta en concreto presenta, es posible que no me centre en los pormenores de cada uno de ellos, como también cabe la posibilidad de que alguno se quede sin nombrar. Mi reseña será, por tanto, lo más amplia posible. Dicho esto, comenzaremos apuntando que el volumen de relatos Mujeres de los fiordos - de nuevo reeditado por Nórdica para gusto y disfrute de los lectores más sibaritas - presenta una lectura desigual (algo completamente habitual en este tipo de libros), pero que sin embargo mantiene un ritmo y una constancia dignas de mención. Es posible que todos los cuentos lo componen no sean de tu agrado - ya te digo yo que es así - pero es innegable el trabajo de edición que existe detrás de él, pocas veces reconocido y que en esta ocasión merece un aplauso. Tras un pertinente prólogo a cargo de Cristina Gómez-Baggrthun - traductora precisamente del primer relato de esta antología - Mujeres de los fiordos nos sumerge en la gélida cotidianeidad de un país en el que a pesar de los fríos paisajes, de la anodina vida de sus habitantes y de las incomodidades que - llevados siempre por los prejuicios - creemos que sufren como consecuencia de vivir en un lugar como Noruega. A pesar de todo eso, una llama surge, un candor se apodera de la escena embriagando a personajes y lectores. Al final va a resultar que las y los noruegos no son tan inquebrantables o duros como un témpano de hielo.

   Los relatos que se encuentran dentro de Mujeres de los fiordos presentan diversas particularidades. La primera es su desigual extensión - hay relatos que sobrepasan las 30 páginas mientras que hay otros que no llegan ni a las 3 -. La segunda tiene que ver con la uniformidad en cuanto a estilos empleados y géneros en los que se decide insertar el escrito, los cuales se enmarcarían dentro de la temática puramente social y contemporánea. La tercera, y tal vez la más interesante desde el punto de vista literario, es la brecha de edad. En esta antología encontramos autoras que abarcan los 35 a los 85 años de edad. Esto hace que las diferencias entre las más jóvenes y las más ancianas se ensanche de una manera abismal, llegando incluso a sostener opiniones totalmente enfrentadas entre ellas sobre ciertos temas abordados en los relatos. No obstante y a pesar de ese muro aparentemente infranqueable, lo cierto es que cada cuento - y por supuesto cada autora - encuentra un lugar para darse la mano, un nexo de unión que acerca a las generaciones más apegadas a nuestro contexto, así como a las que conservan en su memoria los recuerdos de una vida y un tiempo de los que, aunque no volverán, siempre puede aprender. La sencillez de su prosa las reconcilia, pero también los temas que se abordan - aunque desde distintas miradas - contribuyen a sostener esta alianza. Bajo el paraguas de las relaciones humanas - una constante en esta antología - se articulan situaciones que dan lugar a reflexiones de poderoso calado social como el sexo, las relaciones familiares, la importancia de la infancia o los episodios fugaces a los que asistimos sin darnos cuenta. En general, como ya he comentado anteriormente, existe una cierta línea de estilo muy marcada por la sencillez, lo directo y la objetividad. Si bien es cierto que en algunos de ellos sus autoras se han esmerado más y han tratado de innovar coqueteando con lo poético y experimental pero sin llegar a ser demasiado arriesgados. Como conclusión a este párrafo podríamos decir que, y citando las palabras de Cristina Gómez-Baggrthun en el correspondiente prólogo: "(...) probablemente lo que haga grande a una literatura sea su capacidad para trascender lo local y los corazones de personas de muy diversos orígenes." Dicho de otra forma, la literatura es capaz de traspasar fronteras - y no sólo físicas - para hacernos conscientes de la universalidad de las tramas, simple reflejo en ocasiones de la vida real.

   Lo privado es político, bien lo demuestra esta antología al confeccionar entre todos una especie de nueva mujer que resurge entre principios de siglo XX y finales de éste. A lo que también - y muy necesariamente - deberíamos añadir algo más, y es que el lenguaje también puede hacer que nos preguntemos sobre el porqué del significado y el peso de las palabras. Y en ese sentido, la traducción juega un papel fundamental. La profesión del la o el traductor ha ido ganando importancia a lo largo de los últimos años, prueba de ello es el aumento de demanda de este tipo de profesionales, y no siempre en relación con el mundo puramente editorial. No obstante, son muy pocas las veces que se les reconoce su trabajo, de hecho, sus nombres pasan la mayoría de las veces desapercibidos a ojos del lector y de los críticos literarios. Sin ir más lejos, hace relativamente poco que el famoso - y poco valorado - programa Página Dos decidió incluir los nombres de las y los traductores de los libros que se hacen mención en dicho espacio televisivo. Por no hablar, como ya va siendo habitual, de la invisibilidad de su trabajo, condenados a un trabajo en régimen de autónomo, y por tanto, casi desconocido para la gran mayoría de la población. En la presente antología, y como reza la correspondiente contraportada, se hace especial hincapié en el hecho de que cada relato ha sido traducido por una traductora o traductor diferente, entre los cuales encontramos tanto españoles como latinoamericanos. Esta circunstancia no sólo hace que este volumen destaque de entre tantos libros de relatos similares, sino que además consigue llenar de riqueza lingüística al lector que se adentra en él. El respeto a la riqueza del español es tan abrumador que sin pretenderlo da toda una lección a todos aquellos que no creen en la variedad de lenguas, acentos, y por consiguiente, culturas propias de cada pueblo. Los relatos acontecen en Noruega, que en nuestro idioma - y sabiendo esta decisión editorial - nos llegan de una forma más especial, más abierta, más rica y por supuesto, menos intolerante. Mujeres de los fiordos: diez historias de amor, relaciones sexuales, infancia, amistad, relaciones paterno-filiales, encuentros fortuitos en discotecas, poesía, sencillez, cierta vanguardia... Diez cuentos para enamorarse de un país y de sus autoras.

Frases o párrafos favoritos:

"Pero no tuvo tiempo de esperar. Antes de que mis miembros hubiesen podido acompañarlo por las empinadas cuestas del amor, él había llegado y se había apagado, y yo, mi laguna, no llegué a sentirme suavemente agarrada en tu profundidad."

¡Un saludo y a seguir leyendo!

Cortesía de Nórdica Libros

viernes, 29 de marzo de 2019

RESEÑA: Juventud sin Dios.

JUVENTUD SIN DIOS

Título: Juventud sin Dios.

Autor: Ödön von Horváth (Rijeka, Croacia, 1901- París, 1938) El intelectual austríaco de origen húngaro Ödön von Horváth es considerado uno de los escritores en lengua alemana con una visión más lúcida de los acontecimientos políticos y sociales que llevaron a la sociedad alemana a la Segunda Guerra Mundial. Autores como Hermann Hesse, Thomas Mann, Joseph Roth y Peter Handke manifestaron admiración por su obra. En 1931 fue galardonado, junto con Erik Reger, con el Premio Kleist. En 1933, con la llegada de Hitler al poder en Alemania, se mudó a Viena y en 1938 a París, donde murió al caerle encima la rama de un árbol durante una tormenta eléctrica en la Avenida de los Campos Elíseos. (Fuente: Nórdica Libros).


Editorial: Nórdica libros.

Idioma: alemán.

Traductor: Isabel Hernández.

Sinopsis: "Al igual que hizo Michael Haneke muchos años después en La cinta blanca, Ödön von Horváth narra en esta prodigiosa novela los orígenes del nacionalsocialismo y cómo la semilla del mal ya estaba presente en los jóvenes y en su educación. El narrador de Juventud sin Dios es un joven profesor a quien el director del colegio le pide que no corrija a un alumno que afirma que los negros son infrahumanos, y le recuerda, además, que su obligación es «educar para la guerra». Los valores patrióticos se inculcan en una especie de campamento paramilitar en el que se producirá un crimen misterioso. Horváth escribió esta obra en el verano de 1937, exiliado en Henndorf, en las proximidades de Salzburgo, y se publicó ese mismo año, alcanzando rápidamente una gran popularidad, incluso en el extranjero, siendo traducida a diez idiomas en los dos años siguientes. Las referencias a la realidad del nazismo son el elemento central en una obra en la que el autor describe una curiosa mezcla de la Alemania nazi con la Austria prefascista." (Sinopsis editorial).

Su lectura me ha parecido: intrigante, ágil, inquietante, perversa, sorprendente, cero optimista, espeluznante... "Una crisis económica nunca trae nada bueno". Con estas palabras exactas sentenció la profesora de historia que tuve en cuarto de la ESO a raíz de una pregunta de un compañero o compañera (no recuerdo bien) mientras abordábamos las consecuencias del famoso crack del 29. Y no, no lo decía en relación a lo que el pueblo norteamericano sufriría tras una de las crisis más famosas y cinematográficas del capitalismo. En ese momento no le di tanta importancia, pero, al cabo de unos meses, cuando nos tocó enfrentarnos a la crudeza del Nazismo, supe entonces que aquellas palabras tenían más peso de lo que al principio me pareció. Si algo me ha enseñado la historia, tanto en mis años de estudiante de secundaria como posteriormente durante la carrera, es a pensar a largo plazo, a estar al día con lo que pasa en el mundo, a no quedarme con una sola opinión (de hecho, desde hace un tiempo que me he acostumbrado a ver las noticias del día en tres telediarios diferentes para desayunar, comer y cenar) para formarme un espíritu lo más crítico posible, pero sobre todo, a ser consciente de que la historia, muy a mi pesar, puede repetirse. Y esto, a día de hoy, no es un tópico o una frase bonita sin más sacada de cualquier página de citas célebres, por desgracia para todas/os es muy real. Y si no, que nos lo digan a nosotros, con el panorama que actualmente tenemos a nivel político, económico y social. Un caldo que a lo largo de todo este tiempo ha hervido a fuego lento y que ahora, a las puertas de las elecciones nacionales más inciertas de la historia de nuestro país, puede desbordar en cualquier momento. Tengo miedo, no lo voy a ocultar. Miedo de que las palabras de mi profesora del instituto (la más antipática e inspiradora que he tenido en mi vida) resuenen constantemente en mi cabeza cada vez que pongo la tele, de que esté siendo testigo de un discurso de odio y de desinformación que creía que la sociedad había superado, y lo más importante, tengo miedo de que, lecturas como la que hoy tengo el placer de reseñar, puedan estar teniendo lugar a mi lado. Juventud sin Dios: desenmascarando al Nazismo.


Las motivaciones que me llevaron a hacerme, gracias a Nórdica libros, con un ejemplar de Juventud sin Dios fueron en concreto dos. La primera, en parte, viene justificada por esa sobredosis que toda y todo futuro historiador experimenta cuando de pronto, un día, le hablan del Nazismo en el Instituto. En mi caso, para seros sincera, fue bastante heavy. Me obsesioné tanto, hasta el punto que, aquel mismo año, hice tres trabajos para tres asignaturas diferentes sobre esta temática. ¿El resultado? Llegué a los siguientes cursos siendo una experta en el tema, y a la carrera con la sensación que lo que había aprendido por el camino eran simplemente las migajas de lo que posteriormente descubriría en aquellas abarrotadas aulas. Luego, como es normal, vino el desencanto. Tanta sobredosis, sea de lo que sea, nunca es buena. Para después caer en el hastío (cosa que ahora me da mucha pena). Por fortuna, el Máster consiguió aportarme una mirada diferente, nuevas herramientas y sobre todo, nuevos nombres a los que poder acercarme relacionados con la etapa más oscura de la historia del país germano. La base entonces, estaba ahí, en continua formación, autoalimentándose y ampliándose a una velocidad, que si bien era pausada, su constancia, por el momento, no ha desaparecido. Además de esta razón, la segunda motivación que me impulsó fue, y gracias de nuevo a un profesor (uno de los más sabios, temidos e imponentes de la facultad), mi descubrimiento por la conocida como "época de entreguerras" o lo que es lo mismo, los años 20 y 30 del pasado siglo XX. Nunca pensé que aquellos años de desenfreno y posterior crisis económica diesen tanto de si, y menos descubrir que, un periodo tan corto de tiempo pudiese asentar las bases de lo que ocurrió después y que todas y todos conocemos. Eso me fascinó. Lejos de quedarse ahí la cosa, también descubrí las figuras de algunas de las y los intelectuales más potentes de Europa. ¡Y yo que hasta ese momento pensaba que la vanguardia literaria estaba en Estados Unidos con Scott Fitzgerald y compañía! ¡Que equivocada estaba! ¡Ojalá Herman Hesse, Emmy Henings, Leonhard Frank, Thomas Man y sobre todo Stefan Zweig hubiesen aparecido en mi vida antes! ¡La de noches que habría pasado en vela! ¡La de libros que habría descubierto! ¡La de historias maravillosas que abría devorado! La vida es la que es así, impredecible y en este sentido algo injusta. Sin embargo, y como es imposible (de momento) retroceder en el tiempo, dicha carencia la completo leyendo sus libros y descubriendo por el camino a otras y otros autores. De ese modo fue como conseguí dar con Ödön von Horváth, del que por supuesto jamás había escuchado hablar, y cuya biografía me resultó extraordinariamente breve y valiosa al mismo tiempo. Juventud sin Dios es, por el momento, el primer libro suyo que leo, y de verdad, espero que no sea el único.


En lo que a la reseña propiamente dicha se refiere, y saltándome todos los protocolos seguidos anteriormente, comenzaré por lo primero que ve el lector nada más toparse con la presente edición: su portada. En serio, desde aquí me gustaría felicitar a quien o a quienes hayan trabajado en el diseño de esta, así como a la mente brillante que tuvo la genial idea de escoger esa foto de las Juventudes Hitlerianas como carta de presentación. El objetivo es claro: contextualizar al lector y provocar inquietud. Dicho con palabras más coloquiales, dar yuyu. Lo del contexto queda claro nada más fijas la mirada en ella, pero, ese segundo golpe de efecto es magistral. Las miradas de esos dos niños que, uniformados, dirigen al lector consiguen cortar la respiración, helar la sangre, que éste se sienta incómodo. ¿Son de verdad niños alemanes bajo el Tercer Reich o por el contrario se han escapado de alguno de los pasajes de Los chicos del maíz? Pronto lo sabremos, mientras tanto, podemos asegurar a ciencia cierta que el objetivo se cumple con creces. Cuando el lector se adentra en Juventud sin Dios se encuentra, para su más grata sorpresa, con una narración ágil, dinámica, que va directa al grano, con unos capítulos realmente breves (alguno no alcanza las tres páginas), cuyos títulos rezuman una simpleza de manual pero que, sin embargo, jamás pierde la intención de la novela en su conjunto. Porque sí, queridas y queridos lectores, una novela de este calibre esconde ya no sólo una intención (la cual desgranaremos en el siguiente párrafo) sino que además, tal y como está narrada (desde un estremecedor pesimismo), Horváth nos conduce hacia una de esas reflexiones que impactan por su dureza y por estar, por desgracia, próximas a la realidad. La historia la hemos visto muchas veces reproducida tanto en la literatura y el cine. Juventud sin Dios narra, en una claustrofóbica y perpleja primera persona, la experiencia de un profesor de historia y geografía en un colegio masculino austríaco en vísperas de la Segunda Guerra Mundial. En una de sus clases, el protagonista decide reprender a un alumno por un comentario racista sobre la inferioridad de los negros. A partir de ahí, la situación se complica para el profesor, siendo su actitud reprochada por profesores, padres, alumnos y miembros de la comunidad, además de ser testigo de como, poco a poco, la educación de los chicos y chicas del lugar se está redirigiendo hacia una paulatina militarización. Ante esta situación, el profesor se siente un incomprendido. Busca con desesperación a quien pueda entender lo que está sucediendo y dar respuesta a esos miedos que lo acosan. Y aunque le cuesta dar con ellos (ese otro Julio César y un párroco caído en desgracia), la cobardía y un necesario instinto de supervivencia comenzarán a apoderarse de él. El ambiente se vicia, el contexto es el que es, la despersonalización ha comenzado (ahora sus alumnos responden a iniciales no a nombres completos), la automatización, el lavado de cabeza y el adiestramiento (ya no moralmente, también físicamente) ha comenzado. Nunca es suficiente si lo que está por llegar es una nueva guerra más mortífera que la anterior. Este es el punto de partida, y entre clases y entrenamientos en las colonias durante las vacaciones de verano, el lector no sólo se nutre de párrafos que apuntan directos a nuestra memoria (algunos son para enmarcar) o de diálogos en donde la metáfora adquiere un toque terrorífico, también consigue de ser consciente de un comportamiento que tristemente repetimos casi a diario. Esos "yo paso", "me la suda" o ese "mirar hacia otro lado" nunca dolieron tanto como en Juventud sin Dios. Una sonora bofetada de realidad que nos despierta, de golpe y porrazo en una sociedad, desgraciadamente la actual, que en parte se ha nutrido de estos comportamientos. Pocas veces la escritura y la posterior publicación de una novela han estado más justificadas, tanto en el momento en el que ésta vio por primera vez la luz (nada más y nada menos que en el 1937, un año terrible para ser un intelectual de izquierdas en la Austria prefascista) como en el momento actual (en el que estamos siendo testigos de un espeluznante rebrote de las tendencias fascistas en Europa y Estados Unidos). Por último, y antes de pasar a la más que pertinente reflexión final, es posible, como ya he podido comprobar en muchas reseñas, que la de Horváth no sea una novela que satisfaga algunas expectativas. Sin embargo, dejadme deciros que Juventud sin Dios es sin lugar a dudas un documento histórico, una reliquia de un tiempo convulso que guarda más misterios de lo que aparenta. Así que sed pacientes y mantened los ojos bien abiertos. Palabra de historiadora.


La rama de un árbol le arrebató la vida a Ödön von Horváth mientras, bajo una intensa lluvia, paseaba por los Campos Elíseos en el año 1938. Muchos lamentaron entonces su muerte, incluyendo grandes personalidades de la cultura germana y austríaca. Y no era para menos, Horváth se iba de este mundo con tan solo treinta y siete años. Por fortuna para todos, durante su corta vida le dio tiempo a escribir, entre otros textos, el que hoy ocupa toda nuestra atención, cuya simpleza narrativa no enturbia una intencionalidad clara y universal. Todos hemos escuchado muchas veces que sin educación, el mundo es lugar menos seguro, o que la ignorancia crea monstruos. Pues francamente, no les falta razón, ya que ambas afirmaciones son totalmente ciertas. ¿Cuál es el problema entonces? Muy sencillo, que se hace muy poco o nada para favorecer el aprendizaje educativo, en otras palabras, que en el fondo, a unas ciertas élites no les interesa que las nuevas generaciones aprendan más de lo estrictamente necesario. Y no estamos hablando sólo de conocimientos generales, también de todas esas herramientas indispensables para desarrollar el espíritu crítico, eso tan incómodo que, si se emplea con inteligencia y agudeza, es capaz de sonrojar a hasta a la persona más poderosa del mundo. La historia, a lo largo de los siglos, ha demostrado que la educación, además de conocimiento, es poder, y por tanto, un  privilegio al alcance de muy pocos. Durante la Edad Media por ejemplo, las clases más desfavorecidas estaban privadas de toda opción de acceso a una educación superior, favoreciendo a una élite nobiliaria capaz de poder costearse unos estudios en las universidades más famosas de Europa. Hoy en día ese patrón está desfasado. Ya no hay una clase nobiliaria al uso, las mujeres pueden acceder libremente a la educación superior y no existe discriminación por sexo o raza al respecto. Y si bien todavía prevalece una brecha social entre clases, el derecho a la educación es universal. Con este panorama y con una de las generaciones mejor preparadas de la historia, ¿cómo es posible que existan partidos de ultraderecha? O lo más preocupante ¿por qué la gente les vota? La explicación a este paradójico fenómeno la encontramos en un clásico: "la gente ve demasiado la tele". Frase a la que le deberíamos añadir varias coletillas como: "y el ordenador", "y el móvil" "y Netflix"... Pues, según varios estudios, actualmente existe un porcentaje muy elevado de jóvenes que ya no consumen tanta televisión o directamente ya no la ven. ¿Es ese el problema? Pues sinceramente sí, entre otros, porque mientras mantienes los ojos pegados a la pantalla, por muy informado que crees estar, al final, resulta que no lo estás tanto. Eso es lo que consiguen las redes sociales, que además de ofrecerte la información personalizada (por tanto, sesgada) acabas quedándote con los titulares y no con el contenido de la misma. Y si a eso, además, le añadimos el poder de atracción de las grades plataformas digitales (capaces de conseguir que te tires todo un día haciéndote maratones de tu serie favorita), conseguimos la alienación total. Si algo nos enseña Horváth en Juventud sin Dios es a que con un poco de desinformación se puede conseguir que el humanismo quede aplastado por la irracionalidad del Nazismo. Traducido a nuestro tiempo:  que la gente pase de querer saber más sobre lo que pasa a su alrededor y que sólo le preocupe la calidad de las fotos de su teléfono móvil, el filtro Valencia o no perderse el último episodio de Juego de Tronos. La ignorancia crea monstruos, y si además se fomenta, éstos pueden acabar devorándonos a todos. Juventud sin Dios: una historia de paradojas, cobardía, fanatismo, intolerancia, supervivencia, enfrentamiento, desamparo, con un hilo de esperanza algo descorazonadora... La prueba de que el ser humano ha vuelto a tropezar con la misma piedra.

Frases o párrafos favoritos:

"Que estos críos rechacen todo lo que para mí es sagrado no me parece tan grave. Lo que resulta más grave es como lo rechazan, sin conocerlo. Y lo peor de todo es que no quieren conocerlo de ningún modo. Para ellos, pensar es odioso."

Película/Canción: al igual que hiciese Ödön von Horvath en 1937, en el terreno cinematográfico el director alemán Michael Haneke dirige y estrena en el año 2009 La cinta blanca. Una película que describe la vida en un pequeño pueblo de Alemania de principios de siglo XX en donde tienen lugar una serie de extraños sucesos. Al final, la cinta de Haneke no deja de ser una búsqueda de los orígenes de todo tipo de terrorismo, sea de naturaleza política o religiosa en vísperas de la Primera Guerra Mundial. De ahí que se compare tanto con la novela de Horváth. Por eso y porque es un peliculón, es de justicia que en esta ocasión adjuntase su correspondiente tráiler. Espero que os animéis a verla.

¡Un saludo y a seguir leyendo!

Cortesía de Nórdica Libros

lunes, 9 de enero de 2017

RESEÑA: La novia del Lobo.

LA NOVIA DEL LOBO

Título: La Novia del Lobo.

Autor: Aino Kallas (Víborg, Finlandia 1878 - Helsinki, Finlandia 1956) fue una destacada escritora finlandesa-estonia. Sus novelas están entre las mejores piezas de la literatura finlandesa. Su padre fue uno de los primeros en publicar poesía escrita en lengua finlandesa. A pesar de escribir su obra en finés, con frecuencia trató temas relacionados con Estonia, como en su obra más conocida La Novia del Lobo. Vivió en Londres de 1922 hasta 1934, mientras su marido era embajador de Estonia en el Reino Unido. En la década de 1950 se publicaron sus diarios comprendidos en el periodo 1897-1931.


Editorial: Nórdica Libros.

Idioma: finés.

Traductor: Luisa Gutiérrez.

Sinopsis: esta legendaria historia nace de los viejos mitos de los hombres lobo de Estonia, pero cuenta en realidad, mucho más que eso: es también una metáfora de la ausencia de libertad de las mujeres en el siglo XVII. El relato se sitúa en Hiiumaa, una isla en el oeste de Estonia, y comienza con un guardabosques llamado Priidik que observa a un grupo de mujeres del pueblo que lavan a sus ovejas y se enamora de la joven doncella Aalo.

Su lectura me ha parecido: intensa, ligera, mágica, penetrante, reflexiva, crítica, libre, original, sorprendente... Queridos lectores y lectoras, como todos muy bien sabemos, el peso de la tradición sigue siendo muy fuerte en la época actual. Esto se nota no sólo en lo que nos rodea, también, y aunque no seamos conscientes, en nuestra forma de ser y actuar como personas. Fiestas, costumbres, acciones...Todas ellas las interiorizamos desde que tenemos uso de razón y casi sin darnos cuenta. Es cierto que no toda la tradición es buena, la hay que es denigrante y que merece ser criticada o incluso erradicada, sin embargo, otras, por más que lo intentemos, siempre van a aparecer de un momento a otro a lo largo de nuestra existencia. Uno de los cauces más importantes de transmisión de toda esta tradición es sin duda la oralidad, es decir, el contar de generación en generación historias que se remontan a tiempos inmemoriales, y que a pesar de su antigüedad, siguen tan vivas como hace cien años. Ese intercambio y herencia cultural la han sabido atesorar y reunir muy bien muchos autores célebres de la literatura universal, haciendo que cuentos como Caperucita Roja o Los músicos de Bremen sean hoy en día auténticos clásicos. Todos ellos no sólo transmiten historietas sin más, sino toda una filosofía y unas enseñanzas que nos hablan del pasado y de como vivían las personas en aquel lejano tiempo. El libro que hoy tengo entre mis manos pertenece a esa categoría, y aunque no sea tan famoso como lo puede ser La Cenicienta, espero que la crítica que esconde y su acercamiento al pensamiento del siglo XVII no pase desapercibida para nadie. La Novia del Lobo: naturaleza, magia y costumbres ancestrales en una hermosa narración.


La historia de como La Novia del Lobo llegó a mis manos aconteció hace poco, concretamente antes de estas navidades que ya hemos dejado atrás. Conocía desde hace un tiempo las publicaciones de la editorial Nórdica Libros, y la verdad, desde que vi algunos de sus títulos expuestos en las librerías, siempre quise acercarme a alguno de ellos, en especial a los pertenecientes a autores escandinavos, por algo se llama así la editorial. Tenía otros libros en mente cuando de pronto, La Novia del Lobo se cruzó en mi camino. Fue obviamente en una librería, en una del centro concretamente, donde observé la belleza de su portada por primera vez. En ese momento me fue imposible apartar la mirada, sostenerlo entre mis manos y quedar asombrada por la originalidad de sus ilustraciones. La verdad es que todo ello, junto con una sinopsis la mar de apetecible, hicieron que una servidora se prendara de ella, hasta el punto de que durante el pasado año la busqué por algunas de las bibliotecas públicas que suelo frecuentar, desgraciadamente sin éxito alguno. Ante aquel panorama desolador, ya pensaba que La Novia del Lobo iba a formar parte de esa lista que todos y todas tenemos de lecturas imposibles. Sin embargo, un día, cercano a las fiestas de navidad, logré hacerme por fin con un ejemplar. Fue en la biblioteca principal de mi ciudad, y para mi sorpresa, lo encontré sobre una estantería en la sección infantil, algo que, conociendo previamente la sinopsis, me sorprendió y alegró a partes iguales. La Novia del Lobo fue una de mis lecturas navideñas, y por poco casi se convierte en la última del año. Una experiencia lectora que ha conseguido hacerse un hueco en el exigente y selecto club de mis imprescindibles.


En lo que respecta a la crítica, empezaremos diciendo que La Novia del Lobo presenta una lectura ligera, ágil, pero pausada en los momentos de mayor tensión narrativa, por lo que en resumidas cuentas no nos encontramos ante un libro de gran complejidad formal. Tal vez Kallas lo quisiese intencionadamente de este modo, pues, el cuento o el relato breve es sin duda uno de los mejores formatos para plasmar ideas, en poco espacio si, pero con claridad. Por otro lado, el cuento, como bien hemos comentado en más de una ocasión, no es sinónimo de simpleza, sino que en él, si se domina el género, la profundidad y la belleza tienen cabida. La Novia del Lobo es un hermoso y sutil ejemplo de ello, en una trama a priori sencilla, la autora introduce elementos de crítica social y da rienda suelta a su pluma para introducir al lector en el entorno en el que se va a mover, el cual, según denota la prosa de Kallas, posee un encanto espectacular. Además, el hecho de jugar con un estilo muy cercano al cuento tradicional y de fácil lectura, puede atraer a lectores cuyo espectro de edad es muy amplio. Por eso, tras haberlo leído, entendí el por qué encontré este ejemplar en la sección infantil-juvenil de la biblioteca a la que acudí, sin duda, un gran acierto por parte de los trabajadores. Seguidamente, La Novia del Lobo se caracteriza por la belleza de los paisajes en los que Kallas ha decidido ambientar la historia. No hace una descripción muy pormenorizada de los mismos, por lo que deja al lector la libertad de poder imaginar como eran aquellos bosques, aquella isla, aquellos lugareños, aquellos lobos...De hecho, una vez acabé de leer el cuento, una servidora no pudo evitar buscar en internet paisajes de Estonia, muy especialmente la isla de Hiiumaa, donde transcurre la historia, y enamorarme al instante de una naturaleza salvaje y perfecta en todos los sentidos. En relación con todo ello, en La Novia del Lobo se aborda el tema de la tradición desde la perspectiva que todos conocemos y no al mismo tiempo, es sorprendente apreciar como en Estonia durante la edad Moderna se creía en la existencia de los hombres lobos, identificándolos con seres malignos que expanden el mal allá por donde van. Esto es así porque eran los que causaban las muertes de ganado e incluso de algún ser humano, de ahí que aquellos hombres y mujeres de antaño creasen leyendas para poder protegerse de una amenaza real, sirviendo de este modo de advertencia para las futuras generaciones. Aino Kallas en La Novia del Lobo recoge con gran maestría esa tradición supersticiosa para darle, como ahondaremos a continuación, un sentido mucho más profundo del que aparenta. Por último, agradecer a Nórdica Libros por haber tomado la decisión de editar esta historia con bellas ilustraciones que, sin duda, acompañan a la perfección con la historia y la esencia de la misma. Mis más sinceras felicitaciones a Sara Morante por su esplendido talento.


Para poner punto y final a la redacción de esta reseña, debemos detenernos en la crítica que subyace de la lectura que hoy he presentado ante todos vosotros. En La Novia del Lobo, como ya he comentado en el anterior párrafo, se habla de superchería. de leyendas terroríficas que pretendían contener y condicionar a toda una comunidad, de peligrosa brujería, de combate contra dicho mal. Todos tenemos en la cabeza la imagen de alguna película donde se ha representado una quema de brujas medieval, incluso conocemos algún personaje histórico que ha sufrido esta terrible muerte. Pero hay que comentar que estas prácticas se extendieron durante toda la edad Moderna, y aunque en las sociedades contemporáneas es una práctica que ha quedado afortunadamente obsoleta, todavía existen comunidades rurales donde creencias como estas persisten y cuyo castigo al que osa coquetear con el mal, es un brutal escarnio público. Pero más allá de eso, debemos darnos cuenta, queridos lectores y lectoras, que el delito de brujería queda aparejado es su mayoría al género femenino. Existieron hombres condenados por dicho delito, sin embargo, y como he mencionado antes, todos tenemos en nuestra cabeza la imagen de una mujer devorada por las llamas en tiempos medievales o modernos. Y esto es así seguramente porque a los hombres, que eran los que ostentaban el poder, les interesaba mantener a sus mujeres a raya, sumisas y calladitas. Metiéndoles el miedo en el cuerpo a través de la religión y las leyendas, se conseguía que el género femenino permaneciese silencioso, mientras que a los hombres les correspondía la heroica tarea de luchar contra ese mal, y pobre de la mujer que quisiese combatirlo o la que quisiese desmarcarse de la norma, entonces se convertía automáticamente en bruja. Incluso a día de hoy, que no se condena a la hoguera, se suele usar el término "bruja" despectivamente contra la mujer. En La Novia del Lobo, como en todos los cuentos, todo esta medido al milímetro y en todos se esconde un mensaje crítico con su tiempo o una intención clara y deliberada. En el caso de este libro, Kallas muestra a través del personaje de Aalo a esa mujer que, por decisión  propia, decide acercarse a los lobos y a lo salvaje, donde encuentra un espacio menos viciado por las creencias y donde se siente feliz, más feliz que con los seres humanos, más feliz que con un marido obsesionado con las leyendas y la religión. Una mujer que intenta ser libre, una mujer que no dista mucho de las de aquel convulso siglo XIX que vio nacer y crear a la autora y que no se diferencia de muchas mujeres con las que podemos cruzarnos por la calle. Una crítica concisa y sin dejarla a la libre interpretación que sacude conciencias y visibiliza el atemporal problema de la libertad femenina. La Novia del Lobo: una historia de descubrimiento, conciencia, rebeldía, libertad, naturaleza, peligro, creencias religiosas...Un cuento crítico que debería tener mayor visibilidad en el mundo actual.

Frases o párrafos favoritos:

"Esta es la historia de Aalo, esposa del guardabosques Piidik, transformada en lobo por Satán, que adoptando dicha forma huyó de su legítimo marido internándose en el bosque, donde convivió con bestias salvajes y con el Diabolus sylvarum, o demonio del bosque, y fue por ello llamada entre los campesinos la Novia del Lobo."

Película/Canción: aunque sería una idea muy interesante adaptar este cuento al cine o a la televisión, de momento debemos conformarnos con su maravillosa lectura. Hasta que eso suceda, os adjunto la pieza que me ha acompañado durante la redacción de esta reseña. Se trata de una canción conocida y de un grupo español del que soy fan absoluta, espero que la disfrutéis:



¡Un saludo y a seguir leyendo!