Presentación

"Un libro abierto es un cerebro que habla; cerrado un amigo que espera; olvidado, un alma que perdona; destruido, un corazón que llora." Proverbio hindú

"Siempre imaginé que el Paraíso sería algún tipo de biblioteca." Jorge Luis Borges (1899-1986) Escritor argentino.

"Los libros son, entre mis consejeros, los que más me agradan, porque ni el temor ni la esperanza les impiden decirme lo que debo hacer." Alfonso V el Magnánimo (1394-1458) Rey de Aragón.

En este blog encontraréis reseñas, relatos, además de otras secciones de opinión, crítica, entrevistas, cine, artículos... Espero que os guste al igual de todo lo que vaya subiendo.

martes, 9 de mayo de 2017

RESEÑA: Se llama usted Michelle Martin.

SE LLAMA USTED MICHELLE MARTIN

Título: Se llama usted Michelle Martin.

Autor: Nicole Malinconi (Dinant, Namur, 1946). De padre italiano y madre belga, vivió los primeros años de su vida entre Italia y Bélgica. Fue trabajadora social en la institución hospitalaria donde ejercía Willy Peers, médico humanista conocido por ser uno de los principales impulsores de a despenalización del aborto, y cuyas ideas influyeron mucho en la escritora. A partir de esta experiencia escribió su primera obra, basada en entrevistas a mujeres, Hôpital silence (1985), cuyo estilo recuerda, según la crítica, al de Marguerite Duras. A continuación, publicó L´Attente; Nous deux, historia sobre una relación entre madre e hija, con la que ganó el premio Victor-Rossel 1993 y que fue adaptada al teatro bajo el título Elles; Da solo (mismo tema, pero desde la óptica del padre); Rien ou presque; À l´étranger (su infancia en Italia); Séparation (en torno al psicoanálisis); L´Altérité est dans la languae (diálogo con J. P. Lebrun sobre escritura y psicoanálisis). En 2008 publicó el controvertido libro sobre Michelle Martin, ex esposa y cómplice del asesino Marc Dutroux.

Editorial: Funambulista.

Idioma: francés.

Traductor: Isabel Lacruz.

Sinopsis: Bélgica, 1996: salen a la luz y dejan horrorizada y conmocionada a la opinión pública los hechos del llamado "Asunto Dutroux", una macabra historia de pederastia, secuestros, violaciones y asesinatos. Diez años después, Michelle Martin, condenada a treinta años como cómplice de su entonces marido, sale de su silencio y encarga a Nicole Malinconi que escriba un libro sobre su situación en la cárcel. La escritora acepta, pero, al hilo de las entrevistas, la asaltan estas preguntas: ¿cómo es posible que una persona permitiera que se cometiesen semejantes horrores, arrastrada por la sumisión a alguien, y participase en ellos hasta convertirse en criminal ella misma? ¿Qué ocurrió en la vida de Michelle Martin para que se convirtiera en ese "monstruo"? ¿Existe un camino para la aceptación, el arrepentimiento, quizá el olvido, a fin de poder seguir viviendo? ¿Es posible la reinserción? ¿Cabe la redención?

Su lectura me ha parecido: dura, breve, concisa, sincera, impactante, estremecedora, enormemente reflexiva...Nada más sentarnos a desayunar, una de las costumbres que más se repite en todos los hogares es la de tomar el mando y encender la televisión, la "caja tonta" como muchos la definen, la cual, tras unos segundos de oscura incertidumbre, nos devuelve las imágenes del día. En ocasiones éstas nos muestran el resultado del mayor evento deportivo del año, otras veces, la pantalla refleja los rostros soberbios de quienes se creen absueltos de toda culpa en lo que a corrupción política se refiere. Hay días en los que los horrores de la guerra pasan completamente desapercibidos ante los ojos del espectador, y también los hay que no cuentan la verdad o simplemente, mediante la manipulación periodística, nos hacen creer lo que en realidad no es cierto, todo para satisfacer oscuras intenciones, es decir, para que nada, absolutamente nada cambie. Sin embargo, hay veces que una noticia, aunque lo más correcto sería decir ciertas noticias, impacta desde el primer instante, consiguiendo que nuestro estómago de un vuelco, que entremos en estado de shock y que sintamos repugnancia por lo que se está narrando. Es cierto que esta sensación aumenta de intensidad a medida que los medios sensacionalistas repiten la noticia a diario, con la última hora y las polémicas de turno, acrecentando un mayor rechazo social. No podemos permanecer inmunes ante este tipo de noticias, y menos cuando las palabras "asesinato", "secuestro" o "violación" forman parte de la crónica. En definitiva, no podemos evitar preguntarnos ¿por qué? En el libro que hoy tengo el placer de reseñar la autora trata de dar respuesta, a este y a otros muchos interrogantes que lógicamente aparecen cuando te enfrentas a un personaje de estas características, cuando te encuentras ante el rostro de Michelle Martin. Usted se llama Michelle Martin: la valentía de la entrevistadora ante el intenso escalofrío.


La historia de como este libro llegó a mis manos y posteriormente a formar parte de mi adorada estantería es bien sencilla. No obstante, debemos empezar por el verdadero principio. Como bien sabréis, y eso se nota en la selección de lecturas que todas las semanas reseño en el blog, soy más de ficción. Siempre he tenido mucha imaginación, muchísima, de hecho, cuando era pequeña era de esas niñas que no necesitaba mucho para jugar, incluso podía estar yo sola, sin ningún problema, jugando a mi manera. Me gustaba inventarme historias, meterme dentro de ellas y usar como juguetes cosas bastante atípicas, como las ramas de los árboles y plantas, incluso llegué a dibujar, pintar y recortar mis propias muñecas de papel, con las que me entretenía sin ningún problema. A medida que iba creciendo, una va siendo cada vez más madura y vas dejando de lado esos juegos infantiles, sin embargo, esa capacidad de inventar y de imaginar la supe canalizar a través de dos actividades: la escritura y la lectura. Ambas me proporcionaban y me siguen proporcionando esa libertad y evasión que en muchas ocasiones necesito y que sin ellas, me sentiría huérfana. Por eso me gusta la ficción, porque puedes viajar, descubrir, sentir y dejarte llevar. No obstante, y esto lo descubres cuando el instinto crítico empieza a surgir en el interior de cada uno, empiezas a interesarte por lo real, lo verídico, los géneros que distan de la novela propiamente dicha. A partir de ese momento, pero, sobretodo cuando empecé en la Universidad, comencé a interesarme por la lectura de textos menos ficticios, aunque, ese amor por lo inventado sigue estando muy presente. Es entonces cuando te interesas por textos más filosóficos, políticos o que ejerzan una labor periodística interesante. Por ello y tras conocer todas las opciones que la editorial Funambulista me ofrecía, decidí decantarme por el enigmático Se llama usted Michelle Martin. Por aquel entonces me apetecía leer algo diferente y pensé que este libro me podía proporcionar lo que buscaba. Antes de iniciar su lectura, leí brevemente sobre el tema y por lo que iba averiguando, aventuraba que ésta no iba a ser una de esas lecturas fáciles de digerir y que iba a tener que construir una barrera entre el libro y yo. Finalmente, y tras devorar la última página, constate que su lectura era como me esperaba, aunque me llevé por sorpresa un pequeño buen sabor de boca.


En lo que respecta a la crítica propiamente dicha, comenzaremos diciendo que Se llama usted Michelle Martin presenta una lectura ágil, dinámica a ratos y breve, extremadamente breve. Pienso, y lo digo desde la más absoluta sinceridad, que esa esquematización y concentración juega bastante a favor por dos motivos. El primero tiene que ver básicamente con la frase "Lo bueno, si breve, dos veces bueno", no por hacerlo más largo un texto significa que vaya a ser mejor, al contrario, se puede cargar el trabajo del escritor. En el caso de este libro, la autora parece conocer ese refrán, pues reduce hasta lo estrictamente necesario, ninguna coma es innecesaria, todo gira entorno al tema a tratar sin dejarse llevar por la verborrea lírica presente en otros muchos autores. El segundo, y esto hay que reconocerlo, se refiere a la contención. Ya no estamos hablando de la brevedad lírica de antes, sino a algo que tiene mas relación con la profesionalidad del buen periodista. Si habéis leído la biografía, sabréis que Malinconi no es una escritora que venga del ámbito periodístico, más bien, proviene de ámbitos más relacionados con el trabajo social y la psicología. A esto algunos lo denominarán "intrusismo", yo lo llamo interdisciplinariedad. Cuando el que opina en ámbitos periodísticos proviene de otras ramas que no son el periodismo se nota y en algunos casos, dependiendo de la persona, para bien. Lo mismo pasa con la escritura, al ser Malinconi perteneciente a otro ámbito de estudio, podemos comprobar como la profesionalidad y el trato al material que posee, esas entrevistas, reciben un tratamiento diferente, sin dejarse llevar por el morbo que caracteriza a algunos periodistas. De ahí la brevedad, el exquisito respeto y el buen tratamiento de esas fuentes. A grandes rasgos en Usted se llama Michelle Martin se exponen las conversaciones que tuvo Malinconi con Michelle Martin durante los vis a vis. Michelle Martin, fue la esposa de Marc Dutroux y ambos fueron los protagonistas de una macabra historia de secuestros, violaciones y asesinatos a chicas menores de edad. Finalmente y gracias al testimonio de un joven, ambos fueron detenidos y condenados a importantes penas de cárcel, el uno por ser el que cometía las agresiones y la otra por ser cómplice de las mismas. Esta es la historia, la que todo el mundo en Bélgica conoce, pero, en Usted se llama Michelle Martin hay mucho más. Lo que pretendía ser un libro en el que Martin contase su vida en prisión, se convirtió en algo mucho más profundo, en un texto donde se establecen dos discursos. El de Michelle Martin, que es quien responde y el de Nicole Malinconi, quien pregunta, pero que además, se hace preguntas a si misma, reflexiones que todos nos haríamos si tuviésemos delante a alguien con una historia parecida a la de la protagonista. Por eso, este libro adquiere una dimensión mucho más reflexiva de lo que cabría esperar, implicando al lector, compartiendo con él interrogantes tales como ¿Cómo es posible? ¿En qué estaría pensando? ¿Dónde queda la compasión? ¿La empatía? ¿La dignidad? ¿Por qué no escapó? ¿Por qué no denunció? Todos ellos sin respuesta. Por último, sólo me queda decir que Usted se llama Michelle Martin no es precisamente un libro que se caracterice por su calidad literaria, es más, en ese sentido resulta bastante pobre. Al igual que una novela, un ensayo de estas características también requiere un mínimo de cuidado en ese sentido. Usted se llama Michelle Martin no está a la altura del magistral A sangre fría del gran Thruman Capote, tal vez el siguiente libro de la autora se acerque un poco más, todo es proponérselo.


Centrándonos en la reflexión estrictamente personal, debo de admitir que, como en otras ocasiones, me ha resultado especialmente difícil decantarme por un tema en concreto. Una lectura así te impacta, te sacude, hasta el punto de llegar a formularte las mismas preguntas que tantas veces nos hemos hecho cuando hemos tenido noticia de un caso de similares características. Pero en esta ocasión, me gustaría hablaros de otro asunto, bastante relacionado con la labor periodística que aparece en el libro y a la que deberíamos prestar un mínimo de atención. Los telediarios, si, esos que nos acompañan a todas horas, en la televisión, en la radio o en internet. Ni siquiera las redes sociales escapan a estos programas cuya única finalidad, a priori, es la de proporcionarnos las noticias del día, transmitidas con la mayor profesionalidad y desde la veracidad de los propios hechos. Pues bien, en los tiempos que corren es realmente decepcionante toparnos con ciertos espacios informativos en los que poco importa la verdad, la base de toda noticia, dando lugar a un espectáculo realmente bochornoso en donde los periodistas se han convertido en auténticos depredadores y en donde se exprime lo escabroso y el morbo, para así, tener satisfecha a la audiencia. Este método que produce auténtica vergüenza ajena, se utiliza para prácticamente cualquier noticia, pero donde de verdad llega al límite es en noticias donde hay un acto atroz de por medio. Los casos de violación, pederastia, violencia, secuestro y sobretodo, asesinato, son los que más sufren de la prensa amarilla, logrando convertir un acto absolutamente despreciable en el último culebrón de la temporada. En España lo hemos visto en infinidad de ocasiones y hemos sido testigos del tratamiento de casos tan sonados el de las Niñas de Alcaser y más recientemente con los de Marta del Castillo, Asumpta Basterra o el de Diana Quer. Da la sensación de que ya no importa nada, absolutamente nada, ni siquiera el sufrimiento de la propia familia, hasta el punto de que nos lo venden por cápsulas, como si fueran capítulos de una serie con incierto final. Pues bien, queridos lectores y lectoras, desde aquí me gustaría apelar a la sensibilidad, al respeto y sobretodo a la empatía. Es cierto que noticias de este tipo se tienen que contar, la sociedad lo exige y es un derecho, pero, deberíamos pararnos y reflexionar antes de convertir una violación en circo mediático, un secuestro en un thriller o un asesinato en el último pelotazo televisivo. No hay que hacer de lo trágico un espectáculo, ni banalizar el drama. Más periodismo de verdad, más libros como el de Malinconi y menos show miserable. Usted se llama Michelle Martin: una historia de confesiones, preguntas, violencia de género, arrepentimiento, culpa, redención...Un libro que demuestra el monstruo que todos llevamos dentro.

Frases o párrafos favoritos:

"Es sabido que era usted madre de tres hijos, los dos últimos aún muy pequeños; que había cursado estudios de maestra. Nada en usted parecía monstruoso. El horror era que había perpetrado aquella monstruosidad. Todo el mundo se preguntaba: ¿Cómo es posible?

Película/Canción: aunque en mi opinión, este texto sería muy interesante llevado a las tablas de un teatro y no a una pantalla de cine. He decidido adjuntaros la pieza de BSO que me ha acompañado durante la redacción de esta novela. No tiene nada que ver, pero estos acordes tan célebres no podían evitar transportarme a ese clima siniestro que acompaña al libro.


¡Un saludo y a seguir leyendo!

Cortesía de Editorial Funambulista

4 comentarios:

  1. Hola! Guau, tremenda reseña. Es curioso eso que dices de que en la universidad te empezaste a interesar por otros géneros más allá de la ficción, porque precisamente estoy pasando por una etapa en la que, si bien sigo disfrutando de las novelas, hay una parte de mí que se ha empezado a interesar por otro tipo de lecturas para encontrar respuestas, entender determinados aspectos de la sociedad, suscribir argumentos sobre ciertos temas... En fin, que coincido en que después de la universidad se enciende de pronto la curiosidad por cosas diferentes.
    En cuanto al libro, a mí también me sorprenden esos casos en los que se cometen atrocidades sin un motivo razonable o coherente. ¿Cómo puede ser que haya quien mate por placer? La historia pinta de lo más truculenta, y con esta reseña me has convencido.
    Saludos!

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  2. Una lectura dura, sobre todo al basarse en un caso real. Ays, ese monstruo que llevamos dentro... ¡Qué difícil es de entender! Tendré en cuenta este libro.
    Besotes!!!

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  3. ¡Hola!
    No conocía el caso, pero tiene que ser tremendo entrevistar a alguien con un historial así, y hacerlo papel. A pesar de la escasa calidad literaria, es un libro que leería, me interesa lo que comentas sobre las propias reflexiones de la autora.
    Y sí, hemos llegado a un punto de no retorno en cuanto a banalizar temas tan duros como los que mencionas, parece que ya no nos afectara nada. Es triste.
    ¡Un saludo!

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  4. un libro que sin duda tiene que poner los pelos de punta. No lo conocía la verdad, pero leyendo tu reseña me asaltaba la pregunta sobre si no podemos considerar este libro como un ejemplo de dialogo literario, como los que hacía Platón o Cicerón, más que un ensayo periodistico o psicologico al uso. Es una pregunta que lanzo, por si se me puede responder. Mera curiosidad intelectual.
    lo de las televisiones, ¿qué voy a decir? estoy totalemnte conforme con loq ue has escrito, más uqe noticias dan culebrones para poder conseguir audiencias masivas y con ellas ingresos masivos. Atrás han quedado los buenos tiempos donde la prensa era un contrapoder, donde la ética periodistica se imponia sobre el dinero y el afán de lucro. ahora el sensacionalismo ptopio de la prensa del corazón ha tomado la pantalla.Es tan triste, ya incluso se hacen series basadas en actos deleznables como el caso asunta. A este ritmo no es de extrañar que en unos años se haga una serie sobre algun atentado reciente, como los del Charli Ebdo.
    una reseña excelente y una reflexión muy necesaria

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