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viernes, 10 de noviembre de 2017

RESEÑA: La ciudad de las damas.

LA CIUDAD DE LAS DAMAS

Título: La ciudad de las damas.

Autor: Cristina de Pizán (Venecia 1364-1430) hija del astrólogo de Carlos V de Francia, puede ser considerada como el primer autor profesional de la literatura francesa. Casada a los quince años, madre de tres hijos y pronto viuda, supo aprovechar la educación recibida de su padre para denunciar la misoginia, tan corriente en su época sobre todo en los ambientes clericales. Su obra más importante es La ciudad de las damas, escrito en 1405, se ha convertido con el tiempo en un clásico del feminismo. (Fuente: Siruela).

Editorial: Siruela.

Idioma: francés.

Traductor: Marie-José Lemarchand.

Sinopsis: considerado como una clara anticipación al feminismo moderno, corona una obra que cultiva la poesía, la historia y los temas moralizantes . La argumentación sorprende por su modernidad, abordando temas como la violación, la igualdad de sexos, el acceso de las mujeres al conocimiento, etc. que convierten a este libro en una obra capital para la historia de las mujeres y para el pensamiento occidental en el alba de los tiempos modernos. (Fuente. Siruela).

Su lectura me ha parecido: fascinante, algo lenta, interesante, muy adelantada a su tiempo, contundente, universal...En ocasiones, queridos lectores y lectoras, se obra el milagro, y nunca mejor dicho. Cuando crees que lo has visto todo, que ya nada puede sorprenderte. Cuando piensas que en determinadas épocas de la historia no existe un atisbo de luz, alguien que se atreva a criticar algunas cuestiones intolerables  que en ese tiempo se ven como algo normal. Cuando sostienes ciertas visiones bastante estereotipadas de los hombres y mujeres de la Edad Media por ejemplo, creyendo que se pasan la vida guerreando, amando apasionadamente o midiendo su fuerza en torneos varios. Cuando crees que no vas a toparte con un libro que merezca la pena en mucho tiempo llega Cristina de Pizán y pega un puñetazo en la mesa, rompiendo toda convención, porque no nos engañemos, toda norma tiene su excepción, como el texto que hoy tengo el placer de reseñar. Con él iniciamos una nueva etapa en Jimena de la Almena, en la que trataremos de ir publicando críticas de otro tipo de literatura más relacionada con el ensayo feminista y filosófico, el género biográfico e incluso la poesía desfilarán en los próximos meses por este espacio. Y como no podía ser de otra manera, hoy comenzamos esta andadura con un clásico en toda regla y que sinceramente, todos y todas deberíamos tener en nuestra biblioteca particular. La ciudad de las damas: feminismo, denuncia y espiritualidad en pleno siglo XV.


La historia de como La ciudad de las damas llegó a mis manos y a mi apreciada librería viene de lejos, concretamente desde la primera vez que escuché hablar de él durante una clase de Literatura Universal. Año 2011, segundo de bachillerato, ninguno de los que por aquel entonces estábamos muy por la labor de entretenernos con cuestiones que no fuesen a salir en el examen de selectividad. Sin embargo, en aquellas clases de Literatura Universal, muchos encontrábamos una especie de refugio, un oasis, un espacio en el que poder debatir y en donde la teoría se transformaba rápidamente en práctica, sin resultar tediosa. Y aunque si que es cierto que machacábamos más ciertos libros y autores, siempre había espacio para hablar de otros temas y otros escritores/as que merecían la misma atención que los que iban a salir en la prueba. Fue así como, gracias a una de esas clases, conocimos brevemente la obra de Cristina de Pizán. Sin embargo, y aunque ese primer contacto fue casi explosivo, mi cabeza estaba puesta en escritores como Kafka, Flaubert, Sófocles o Shakespeare. Autores que a buen seguro iban a caer en la temida selectividad. No fue hasta mis años de estudiante universitaria cuando de pronto, durante una exposición oral, se pronunció de nuevo su nombre. Lo mismo que me sucedió con la Carmilla de Joseph Sheridan le Fanu unas semanas antes, Cristina de Pizán y su libro La ciudad de las damas fue la protagonista absoluta de dicha intervención. Desde entonces, la curiosidad no dejó de rumiar en mi interior, y aunque tuve en más de una ocasión un ejemplar de La ciudad de las damas delante de mis ojos, algo acababa por disuadirme. También es cierto que durante el tiempo en el que estuve cursando el máster de especialización sólo tenía ganas de leer libros finos, sencillos y que no me hicieran pensar mucho. Hoy, tras unos duros meses y con la cabeza un poco más despejada, puedo decir que aquella actitud fue un autentico error. ¿Cómo pude haber estado tanto tiempo privada de una lectura como La ciudad de las damas? Menos mal que el tiempo todo lo cura y en cuanto pude, gracias a la editorial Siruela, logré hacerme con un ejemplar y poner remedio a aquella tremenda injusticia.


En lo que respecta a la reseña propiamente dicha, comenzaremos diciendo que La ciudad de las damas presenta una lectura lenta, a ratos densa pero en conjunto muy instructiva e interesante. Tenemos que tener en cuenta que al no estar ante una novela el lector adopta otra forma de acercarse a su contenido. En constancia puede ser similar al de la novela, pues si el texto es lo suficientemente interesante y atrayente, te enganchará igual. No obstante, y ahí es donde creo que radica la diferencia, cuando el lector se adentra en un libro de estas características no puede evitar fijarse más en los contenidos, es más, y os lo digo por experiencia, es prácticamente una obligatoriedad detenerse, reflexionar, volver a leer. Incluso una lectura como La ciudad de las damas puede empujarte a que te pases una tarde buscando en internet las vidas de las mujeres que van desfilando por sus páginas. Siempre se ha dicho que los buenos libros dan alas al conocimiento y a la curiosidad, pues en el caso de La ciudad de las damas el vuelo ha sido memorable en ese sentido. En lo que respecta a su contenido, Cristina de Pizán nos plantea, a partir de lo que parece una anécdota personal toda una reflexión cuya envergadura nos parece inabarcable. Cuando Cristina descubre que en todos los textos publicados que lee se presenta a la mujer de forma altamente peyorativa, tres Damas (Razón, Derechura y Justicia) se presentan ante ella. Estas tres damas no solo aportarán consuelo a Cristina, también le ofrecerán las bases y cimientos sobre los que poder construir una Ciudad de Damas. De esta forma, las tres damas irán narrando a la protagonista la historia de mujeres que comprenden los ámbitos de la mitología y la ficción. Cierto que la primera parte en la que se muestra el verdadero pensamiento de Cristina de Pizán es la más interesante, pues, el que una dama del XV critique esa representación femenina tan asentada en la Edad Media, sobre todo si nos centramos en el ámbito eclesiástico. No obstante, para mi fue más importante intelectualmente toparme con una amplísima relación de nombres de mujeres ilustres que, inventadas o no, han sido importantes para la historia. En La ciudad de las damas encontramos diosas romanas, diosas griegas, hijas de jefes de clanes, guerreras que lideraron ejércitos, esposas de emperadores, escritoras, poetisas, políticas, científicas varias y como no podía ser de otra forma, las santas también forman parte de este largo listado. Además de acercarte, muy brevemente hay que decirlo, a la vida de esas mujeres, la autora juega al despiste con el lector, invitándole a averiguar cuales existieron de verdad y cuales simplemente son producto de leyendas o de la religión. Por otro lado, es evidente que por esas características nos encontramos ante un libro precursor y extraordinariamente adelantado a su tiempo. Temas como la falta de presencia femenina en los ámbitos eclesiásticos, la dificultad del acceso de la mujer a la educación, de como ésta no es igual para mujeres que para hombres o cuestiones como la violación o el estereotipo de las relaciones cortesanas son algunos de los que se tratan con mayor o menor intensidad en el libro. No hay duda, La ciudad de las damas es un rara avis dentro de la literatura de su época, y con el tiempo, ha acabado formando parte de ese selecto grupo de clásicos que configuraron el feminismo. Pero no nos engañemos, Cristina de Pizán fue una mujer adelantada a su tiempo, pero no tanto como para considerarlo un libro definitivo. Todo evoluciona, y el feminismo en su concepción más intelectual también, y a esa evolución es evidente que debemos incluir el presente libro, aunque posteriormente otros muchos lo hayan superado en contenido aunque muy pocos en calidad. A pasos se construye y se avanza en la historia, y el que una mujer del siglo XV sienta repulsión por la literatura misógina de su tiempo e indignación por la dificultad de las mujeres para poder acceder a la misma educación que la de los hombres ya es una zancada, y de las grandes.


Para poner punto final a la reseña de La ciudad de las damas es inevitable que no nos detengamos, al menos unos instantes, en realizar una reflexión cuanto menos pertinente. En el libro, Cristina de Pizán nos habla de una ciudad, de un ente físico y de carácter urbano, con sus cayes, plazas, edificios institucionales y demás servicios básicos. Un lugar que, como característica principal, está construido por tres pilares fundamentales, justo los que dan nombre y sentido a las tres damas del texto: Razón, Derechura y Justicia. Pero también, y esto si que es importante, esos sustentos llamados Razón, Derechura y Justicia son aplicados para que las mujeres que habiten entre sus muros lo hagan bajo el correspondiente amparo, lejos de misoginia, estereotipos y en donde éstas puedan acceder sin problemas a la educación. Parece una idea formidable, cuanto menos ambiciosa para la época, pero necesaria si lo que se pretende mejorar la situación de las mujeres. Sin embargo, y para nuestra desgracia, ese proyecto está lejos de ponerse en marcha sobretodo en algunas sociedades que habitan nuestro planeta. Todavía a día de hoy, existen lugares donde las mujeres no pueden ni soñar con vivir en una ciudad como esa, donde sean respetadas y valoradas al igual que los hombres. Incluso en los países más desarrollados venimos padeciendo lacras cada vez más sangrantes y que evidencian un claro síntoma: que la sociedad patriarcal se resiste a desaparecer. Hay quienes todavía no soportan que una mujer sea superior intelectualmente, que pueda tomar sus propias decisiones, que tenga derecho a vivir una vida plena en todos los aspectos o que simplemente escapen de ese rol que tradicionalmente se les ha impuesto. Muestra de ello, como consecuencia de esa mentalidad machista, es el elevado número de víctimas por violencia de género en un país como España. Sin ir más lejos, hace unos días la sociedad asistió conmocionada a un nuevo episodio de brutalidad, a plena luz del día y ante la puerta de un colegio, en el alicantino pueblo de Elda. Episodios como estos no deberían suceder nunca, ni en privado ni en público, y para lograr paliar este problema es importante educar en igualdad, en derechos y en visibilidad. La educación es la única arma contra la barbarie y la desigualdad, al menos así lo creía Cristina de Pizán allá por el año 1405. Por eso se cuestiona las visiones que los hombres dan de la mujer en tiempos de gran misoginia, por eso extiende ante el lector una serie de mujeres en las que poder verse reflejadas o a las que poder imitar, por eso insta a las mujeres a coger libros, de cualquier índole, a leerlos y a ser críticas, a decir lo que piensan de verdad y no perpetuar esa visión tan sangrante para la condición femenina. Entre 1405 y 2017 han pasado muchas cosas y se ha avanzado mucho, pero el camino todavía es largo y hay que lograr recorrerlo en su totalidad si de verdad queremos cambiar como sociedad. La ciudad de las damas: una muestra de inteligencia, valentía, instrucción, inspiración, espíritu crítico...El libro que todos deberíamos tener en nuestra estantería.

Frases o párrafos favoritos:

"Y si alguna mujer aprende tanto como para escribir sus pensamientos, que lo haga y que no desprecie el honor sino más bien que lo exhiba, en vez de exhibir ropas finas, collares o anillos."

Película/Canción: aunque alguien debería ponerse manos a la obra con un Biopic sobre la figura de Cristina de Pizán, y mientras dura la espera, os adjunto la pieza que me ha acompañado durante la redacción de esta reseña. Un autentico viaje en el tiempo.


¡Un saludo y a seguir leyendo!

Cortesía de Ediciones Siruela

3 comentarios:

  1. Pues no lo conocía. Y desde luego me has convencido. Terminará en mi estantería.
    Besotes!!!

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  2. que gran asignatura la de literatura universal, que pena que fuera optativa: debería ser obligatoria a todos los niveles. Yo también hablé de esta obra en esa asignatura, pero confieso que no la he leído, aún, espero hacerlo algún día, pues como bien dices, entre tanta misoginia medieval gusta encontrar libros como este, aunque supongo que no será el único.
    Por otra parte, no se ya si hemos avanzado en cuanto a la igualdad entre varones y mujeres o las formas de discriminación de género sólo se han transformado en cuyo caso la educación en valores de justicia (pues el feminismo no es más que la lucha por la justicia) es más importante que nunca.
    Una reseña estupenda y una decisión muy valiente la de ocuparte de otros géneros literarios

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