Presentación

"Un libro abierto es un cerebro que habla; cerrado un amigo que espera; olvidado, un alma que perdona; destruido, un corazón que llora." Proverbio hindú

"Siempre imaginé que el Paraíso sería algún tipo de biblioteca." Jorge Luis Borges (1899-1986) Escritor argentino.

"Los libros son, entre mis consejeros, los que más me agradan, porque ni el temor ni la esperanza les impiden decirme lo que debo hacer." Alfonso V el Magnánimo (1394-1458) Rey de Aragón.

En este blog encontraréis reseñas, relatos, además de otras secciones de opinión, crítica, entrevistas, cine, artículos... Espero que os guste al igual de todo lo que vaya subiendo.

lunes, 1 de junio de 2020

RESEÑA: Todos quieren a Daisy Jones.

TODOS QUIEREN A DAISY JONES

Título: Todos quieren a Daisy Jones. 

Autora: Taylor Jenkins Reid (1983) es capaz de construir personajes memorables porque trabajó durante mucho tiempo para directores de cásting que seleccionaban actores. Después de un periodo como profesora, comenzó a publicar sus propias historias en 2013. Desde entonces sus novelas han entrado en todas las listas de ventas y miles de clubes de lectura, la gran prueba de hasta que punto los lectores la adoran. Todos quieren a Daisy Jones, Best Seller de New York Times, cautivó a Reesse Whiterspoon, que la ha defendido en numerosas entrevistas y ha impulsado una miniserie sobre el libro. Fascinada tanto por El gran Gatsby como por El principito, también por textos de Nora Ephron, Jenkins Reid escribe cada día acompañada de un té helado, un refresco de cola y, sobre todo, de su perro. (Fuente: Editorial). 


Editorial: Blackie Books. 

Idioma: inglés. 

Traductora: Lucía Barahona. 

Sinopsis: Tiene el mundo a sus pies, pero todo se le va de las manos. Ella es la estrella de rock más importante del planeta. Todos tienen una opinión sobre ella. Todos sueñan con ella. Todos buscan ser como ella. Todos quieren algo de ella. 

Su lectura me ha parecido: adictiva, verosímil, un chute de buena música, ágil, cinematográfica, seriéfila, con unos personajes muy atractivos en su complejidad, retrato de una época de desfase a todos los niveles, poseedor de una potente reflexión entorno a la figura de la mujer artista.. Definitivamente ya es un hecho, la cultura de las series de televisión ha llegado a la literatura. No lo digo yo, sino Taylor Jenkins Reid - autora de esta interesante novela que hoy reseño - al presentarnos en el apartado formal una historia estructurada para ser rodada, interpretada y cortada en ocho capítulos (número estándar en la actualidad) de una hora cada uno. Una estructura que, los más puristas van a repudiar inmediatamente, ya que en ocasiones no sabes si estas leyendo un guion o prosa al uso. A mi tesis debemos sumar los intereses de Reese Whiterspoon - actriz, ganadora de un Oscar en el año 2006 por la película Walk the Line y actual artífice gracias a su productora Pacific Standard de algunas de las series feministas más importantes de los últimos años, siendo la maravillosa Big Little Lies la más conocida por el gran público - por adaptar en un formato más pequeño, miniserie en concreto, la novela de Jekins Reid. Si tendemos a pensar mal, podríamos deducir con facilidad la posibilidad de que este libro haya nacido por y para este fin, sobre todo a juzgar por la forma en la que está escrito (de lo cual ya hablaremos más adelante). Lo que está claro es que, mal que les pese a algunos, las series de televisión han ido ganando tanto en calidad como en complejidad argumental gracias a la revolución del sreeming de la mano de Netflix. Una revolución - a la que ha arrastrado otros canales de televisión convencionales como HBO o la FOX y propiciado la creación de otras plataformas como Amazon, Filmin o la reciente Disney Plus - que se antoja imparable. Algo que, por supuesto, hemos podido comprobar durante el largo confinamiento. Y os lo dice alguien que se ha visto unas cuantas series y que ahora mismo compagina tres ficciones al mismo tiempo. Soy así, una biblioteca seriéfila y cinéfila con patas y no lo puedo remediar. Por otro lado, creo que es importante señalar los cambios en el comportamiento de los espectadores a raíz de esta revolución seriéfila. Ya no sólo el hecho de que la profesión de showruner - el guionista de toda la vida - se haya convertido en una de las más deseadas en los últimos años (lo cual en parte me alegra desde el punto de vista de la creación artística), también ha provocado una evolución en la forma de consumir un producto de estas características. Lejos de las apuestas a la antigua usanza de por ejemplo HBO - un capítulo a la semana - Netflix te cuelga todos los capítulos de golpe, sin esperas, lo que genera una ansia y un consumo rápido de ficción. Esta fast-serial no invita al reposo, a la reflexión (aunque la serie en cuestión lo requiera) y elimina de un plumazo la tan molesta como necesaria impaciencia del espectador, factor fundamental para ganar un público más fiel (los casos de Juego de Tronos o El Ministerio del Tiempo lo reflejan). Esa falta de paciencia está llegando poco a poco a la literatura - de ahí que las editoriales ya no apuesten por libros de más de 1.000 páginas a no ser que seas Ken Follett - y a la publicación de ficciones cada vez más influenciadas por las posibilidades de adaptación. El caso de la novela de Taylor Jenkins Reid podría adscribirse a esta corriente (a pesar de tener más de 400 páginas) pero es una rara avis al presentarnos una historia que arrambla con todo y cuya lectura, a pesar de las formas, es un constante disfrute. Sin duda, uno de los libros de la temporada y de mi cuarentena. Todos quieren a Daisy Jones: un falso documental literario al servicio de melómanos y amantes de la música en general. 


Y tras esta chapa entorno a la literatura y su inevitable relación con la cultura de las series en la actualidad, me dispongo a abrir el melón, o dicho de otra forma, a hablaros del aspecto más llamativo de la novela: la forma. Como si de un guion se tratase - el nombre del personaje, dos puntos y su correspondiente parlamento - Taylor Jenkins Reid construye una novela peculiar en ese aspecto. Sin repetirnos demasiado, ya me he explayado a gusto en el primer párrafo, os confesaré que a pesar de todo a mi me ha gustado. No me ha molestado ni me ha dificultado a la hora de adentrarme en la historia que la autora nos cuenta. Si bien es cierto que de buenas a primeras choca, una vez te acostumbras a esa peculiaridad, prácticamente te olvidas de ese estilo guionizado y extraordinariamente marcado. Es muy probable que si la historia no hubiese sido la que es, una servidora habría abandonado la lectura al finalizar los primeros capítulos de cortesía. Pero es que la trama es lo suficientemente llamativa como para que, o bien te gastes tus dineros en este libro o bien acabes leyéndolo con una predisposición especialmente positiva. Ambientada en los años 70 del pasado siglo, y en concreto en el mundo de la industria musical de aquella época - con sus conciertos, giras, drogas, sexo y mucho rock and roll - Jenkins Reid nos cuenta la historia de fundación, inicio, triunfo, separación y olvido del grupo de música The Six a través de los testimonios de los propios miembros de la banda, así como de quienes fueron testigos de cada una de sus etapas. Centrando especialmente la atención en el testimonio de Daisy Jones - la arrolladora, compleja, salvaje y talentosa protagonista de la novela - quien gracias a su voz y magnetismo sobre el escenario consigue llevar a The Six - hasta ese momento un grupo de moderado éxito - a lo más alto. Una de las mayores virtudes de la novela se presenta nada más empaparte de la historia de estos personajes, ya que en Todos quieren a Daisy Jones lo que se cuenta es ficción, pero su verisimilitud es tan extrema que el lector se cree que ese grupo existió de verdad. A riesgo de quedar como una pardilla en los anales de internet, os confesaré que busqué The Six en Google. Tenía que cerciorarme de su existencia, me consta que no he sido la única a la que le ha pasado y sinceramente en el fondo deseaba que el buscador me devolviese videos de conciertos, un documental o al menos una entrada en Wikipedia sobre Daisy Jones. Mi gozo en un pozo. Con esto Jenkins Reid ya me conquistó como lectora. Que una novela consiga que creas cierto lo que sus páginas transmiten me parece el mayor logro y por el que todas y todos deberíamos rendirnos ante el talentazo de esta autora. De nuevo, y dentro de una ambientación melómana, la editorial Blackie Books lo ha vuelto a hacer. Los que flipasteis con Lena y Karl de Mo Davidau, a pesar de ser más clásica en cuanto a la trama, Todos quieren a Daisy Jones os va a dejar con el mismo buen sabor de boca. 


Para darle más realismo y veracidad a la trama, su autora se ha empleado a fondo en cuatro aspectos fundamentales: ambientación histórica, conocimiento de la escena musical (en especial del rock) de la época, la construcción de personajes memorables y la estructura de falso documental. En primer lugar, la reconstrucción literaria que hace Jenkis Reid de los Estados Unidos de los años 70 es un aplauso rotundo, y lo más sorprendente es que lo logra sin la necesidad de unas descripciones de cinco páginas - señor Follett, tome nota - las cuales yo como lectora, si están bien escritas, no me importa adentrarme en ellas. De hecho, en su momento fui una de las kamikazes que se tragó las más de diez páginas explicativas del estilo gótico medieval en Los Pilares de la Tierra (la historia del arte tuvo la culpa). Con la presente novela Jenkins Reid consigue con poco lo que para muchos es sinónimo de una explicación que no viene al cuento y sirve más como relleno que otra cosa. Al igual que las buenas novelas de terror - a las malas mejor ni acercarse - la ambientación es clave para el entendimiento de la trama, llegando esta a influir de forma determinante en los personajes. En Todos quieren a Daisy Jones los valores de la contracultura, a pesar de haber vivido su apogeo a finales de la anterior década, todavía siguen presentes, al igual que las formas de ocio y disfrute de la juventud de entonces. Lejos de endulzarla, su autora no esconde los claroscuros, incluyendo la crudeza de las drogas, los desfases de las fiestas, la delincuencia juvenil, el racismo o el desarraigo. Incluso las tesis del movimiento feminista y de la liberación sexual de entonces están presentes, sobre todo en la génesis de los personajes femeninos, asumiendo los cambios y reivindicaciones como algo natural, y por tanto, visibles al resto de actores que interactúan con ellas. Enorgullece el empoderamiento de estas mujeres, sobre todo cuando les toca desmentir estereotipos, superar barreras o hacerse valer en medio de un grupo de "gallitos de corral". En segundo lugar, Jenkins Reid da una clase magistral al exponer su basto conocimiento sobre la industria musical de ese tiempo. Y no hablo a nivel de saberse al dedillo los grupos musicales que lo "petaban" entonces. Es alucinante observar como recrea al milímetro, por ejemplo, como es la relación entre una banda y su discográfica, los posibles rifirrafes, la jerarquía dentro de estas empresas dedicadas al descubrimiento de millonarios pelotazos musicales, el dinero que se mueve dentro del negocio, la poca ética que en ocasiones impera en este mundo, las "putadas" entre miembros de la formación, la publicidad, las formas de enfrentarse a la hoja en blanco durante la composición de una canción, los procesos creativos... Y todo ello, de nuevo, sin necesidad de repetirse o extenderse demasiado. Jenkins Reid es capaz de contarte todo eso en pocas palabras, manteniendo el pulso narrativo y al mismo entreteniendo al lector hasta el punto de conseguir que éste no pueda parar de leer. 


En tercer lugar, Todos quieren a Daisy Jones se podría definir perfectamente como una novela de personajes, simple y llanamente, ya que en base a sus testimonios se construye toda la arquitectura literaria. Es fácil encontrar similitudes entre The Six y la banda británica Fleetwood Mac (aunque en una reciente entrevista Jenkins Reid confesó haberse inspirado en los Eagels), aunque sin duda, corroborado a su vez por la autora, Daisy Jones es la encarnación de Stevie Niks - la cantante que estaba llamada a cambiar para siempre la música británica -. Pero como siempre sucede, los celos, los desencuentros, los amores no correspondidos y los excesos acabaron quemando a un grupo al que auguraban grandes cosas. Lo mismo sucede con The Six, unos componentes a los que el lector llega a conocer a fondo y a ser testigo de sus logros, éxitos y desgracias varias. Es tal el nivel empático que el lector desarrolla con todos ellos - no hay ninguno, bajo mi punto de vista, que no tenga fallos a nivel de construcción física y psicológica - que en ocasiones deseas que el libro no acabe, que siga hacia adelante, que exista vida más allá del triunfo fugaz de una banda inexistente. Y de entre todos ellos, Daisy Jones es la punta de lanza, el personaje sobre el que pivota todo, la cantante talentosa de pasado adinerado que se escapa de su jaula de oro en busca de independencia y libertad. Esa mujer de carácter arrollador, vibrante, capaz de cautivar al público, que llora, que se enamora, que estalla de ira, cuyas líneas de diálogo son las mejores del libro y que, por supuesto, jamás se considerará menos que nadie y defenderá a muerte su posición en el grupo. "No soy la musa de alguien. No soy musa. Soy ese alguien" palabras pronunciadas en la ficción por la líder de un grupo de rock setentero que suponen una carta de presentación rotunda y poderosamente feminista. Lejos de los discursos tan machirulos que vinculan la creatividad artística masculina con la presencia de una mujer reducida precisamente a eso, a un ser totémico sin más aspiración que la de servir de estímulo al artista, Daisy Jones directamente se define como ese alguien, la artista que compone y realiza el trabajo intelectual. Teniendo en cuenta que muchas de estas "musas" - el caso de Dora Maar respecto a Picasso por ejemplo - fueron en muchos casos mujeres brillantes machacadas por ego machista de sus compañeros sentimentales, que un personaje, aunque sea desde la ficción, rompa con ese calificativo es totalmente inspirador. Ya por eso deberían leer esta novela todas las adolescentes de este planeta. Por último, y no menos importante, la técnica del falso documental en la literatura no me ha podido parecer más original. Hasta el momento es un recurso que solo había visto en el cine en películas como REC o Yo Tonya y por supuesto en series como Modern Family o Los Simpsons. Una técnica la del mockumentary - nombre por el que se conoce dentro de la jerga cinematográfica - permite a la directora o director aproximarse a la realidad, mostrar a los entrevistados en su faceta más intima hasta lograr cierto grado de empatía por parte del espectador. Eso, aplicado a la literatura, es rarísimo, y por eso resulta una maravillosa sorpresa. ¿Es ésta una de las reseñas más largas del blog? Sí. ¿Puede que me haya enrollado más de la cuenta? Probablemente. ¿Es suficiente toda la información que os acabo de vomitar? No, nunca es suficiente, pero voy a parar. Porque podría tirarme párrafos hablando de esta novela de Taylor Jenkins Reid, pero soy consciente y se parar cuando toca, aunque me cueste a veces horres. Simplemente diré, para cerrar esta extensa reseña, que os la tenéis que leer. No va a pasar a la historia de la literatura, pero si queréis pasar un buen rato leyendo algo que merece la pena, os lo recomiendo. A mi me salvó parte de la cuarentena, a lo mejor os salva a vosotros de la siguiente (nótese la ironía). 

Todos quieren a Daisy Jones: una historia de música, pasión, acordes, duros comienzos, drogas, sexo, rock and roll, éxito, estrellas fugaces, testimonios, nostalgia setentera... La novela que, esta vez sí, me gustaría ver adaptada. ¡Date prisa Reese!

Frases o párrafos favoritos: 

"No soy la musa de alguien. No soy musa. Soy ese alguien."

¡Un saludo, a seguir leyendo y ánimo!

Cortesía de Blackie Books

3 comentarios:

  1. Le tengo echado el ojo desde hace tiempo. El ambiente de la novela me encanta.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  2. Me lo he pasado muy bien leyendo esta entretenida reseña, pero he de confesar que la novela no me atrae, aunque me parece muy original el estilo en el que está escrita y del que nos has hablado comparándolo con un guion de serie.
    Una reseña excelente.

    ResponderEliminar
  3. Una excelente reseña, aunque en esta ocasión no termina de atraerme la novela.
    Besotes!!!

    ResponderEliminar