Presentación

"Un libro abierto es un cerebro que habla; cerrado un amigo que espera; olvidado, un alma que perdona; destruido, un corazón que llora." Proverbio hindú

"Siempre imaginé que el Paraíso sería algún tipo de biblioteca." Jorge Luis Borges (1899-1986) Escritor argentino.

"Los libros son, entre mis consejeros, los que más me agradan, porque ni el temor ni la esperanza les impiden decirme lo que debo hacer." Alfonso V el Magnánimo (1394-1458) Rey de Aragón.

En este blog encontraréis reseñas, relatos, además de otras secciones de opinión, crítica, entrevistas, cine, artículos... Espero que os guste al igual de todo lo que vaya subiendo.

martes, 15 de septiembre de 2020

RESEÑA: La entrometida.

 LA ENTROMETIDA


Título: La entrometida. 

Autora: Muriel Spark (Edimburgo, 1918) de padre judío y madre anglicana, como muchas mujeres artistas, tardó en encontrar su voz en medio de una vida de dificultades. Se casó muy joven y siguió a su marido hasta África donde trabajó como profesora. Poco tiempo después, en 1944, se embarcó en un transporte de tropas y volvió a Londres, dejando atrás Rodesia (la actual Zimbabue) a su marido y a su hijo. En Londres desempeñó diversos oficios; el más sorprendente, el de colaboradora en una oficina de contraespionaje del Ministerio de Asuntos Exteriores. Su labor allí era difundir noticias falsas para confundir a los alemanes. Con el fin de la Segunda Guerra Mundial se consagra a la escritura, atravesando duros periodos de los cuales encontramos eco en varias de sus novelas, que nos hablan de un tiempo de juventud en el cual la escritora llegó a pasar hambre. En principio escribe poesía y crítica literaria. Después algunas piezas teatrales para la radio, la biografía de varias figuras literarias del siglo XIX como Emily Brönte o Mary Shelley, y más de una veintena de novelas. Muriel escribía a mano, sin apenas correcciones y por un solo lado, en cuadernos especiales de espiral importados de su Escocia natal. Tras la publicación y éxito de sus primeras novelas, se traslada a Estados Unidos para escapar del medio literario británico que sentía que la oprimía. En 1979 abandona Nueva York con destino Italia. Allí vivirá hasta su muerte, en abril de 2006, en un pequeño pueblo de la Toscana, dejando una novela inacabada. Recibió premios y distinciones, entre ellos, el título de dama del Imperio Británico en 1993 y el Premio David Cohen de Literatura Británica por el conjunto de su obra, en 1997, reconociendo así a la más brillante de las escritoras de postguerra de Gran Bretaña. 




Editorial: Blackie Books. 

Idioma: Inglés. 

Traductora: Lucrecia M. de Sáenz. 

Sinopsis: Fleur Talbot debe sobrevivir en el increíblemente clasista y machista Londres de después de la Segunda Guerra Mundial. Y ella no quiere solo sobrevivir; quiere vivir y quiere hacerlo a su manera. Ingresa en la Asociación Autobiográfica, un club donde un esnob le encarga reescribir los libros de memorias de un grupo de millonarios excéntricos. En paralelo a este trabajo, donde ella intuye un peligroso fraude, consuela a la esposa de su amante, un tipo gris que, a su vez, se liará con un poeta. Todos piensan que es una entrometida pero nada más lejos de la realidad. Ella solo quiere escribir su primera novela. Cada vez le es más difícil diferenciar ficción y realidad. Le hablan de llevar una vida más convencional, de casarse, pero ella no le gustan ni las novelas ni las vidas demasiado normales. 

Su lectura me ha parecido: corta, sencilla, muy bien escrita, repleta de giros, con tintes autobiográficos, con una protagonista inolvidable, entretenida, divertida... Durante el confinamiento, como crítica literaria y por supuesto como lectora, no podía evitar sentir cierto desasosiego, una pequeña pero insistente punzada en el estómago cada vez que, desde el gobierno, alargaban más y mas nuestro tiempo confinados en colmenas de hormigón. Ante una falta absoluta de creatividad por mi parte - cometí el error de pensar que aquella situación resultaría beneficiosa de cara a fortalecer mi habito de escritura en los arduos terrenos de la ficción - me volqué en la redacción de reseñas, en los directos temáticos (gracias a los cuales acabé perdiendo un poco la vergüenza a hablar sola ante la pantalla de un móvil) y a fin de cuentas en amenizar aún más si cabe la larga espera. No sé si lo conseguí, yo quiero pensar que sí y que, al menos, conseguí que unos pocos se leyeran algunas de las muchas recomendaciones que lanzaba desde un comedor atestado de libros. Mientras eso sucedía, observaba con verdadera preocupación la terrible pausa a la que se había visto obligado - no sin razón - el sector editorial de este país. Cese de actividad en imprentas, catálogos interrumpidos, libros publicados a principios de marzo olvidados tras la persiana de las librerías, cancelación de presentaciones, retrasos, distribuidoras sin a penas actividad, ferias del libro atrasadas o directamente suspendidas, novedades movidas al mes de septiembre... Un terremoto de enormes proporciones dentro de un ámbito ya de por si delicado, siempre en la cuerda floja. Lejos de achantarse, el sector se vio obligado a potenciar el teletrabajo, digitalizar a la velocidad del rayo sus catálogos y a ofrecer otras vías de promoción y fomento de la lectura a través de las redes sociales o plataformas como You Tube, Skype o Zoom. Todo con tal de no ver su nombre escrito en la lista de empresas engullidas por la crisis del Coronavirus. Aún así, y a pesar de estar dejándose la piel por sobrevivir, una servidora tendía a ser más pesimista. Que la cosa iba a durar más tiempo de lo que en realidad fue, que hasta bien entrado el otoño no pisaría una librería, si hasta llegué a pensar que el verano nos lo íbamos a pasar del balcón a la cama con el ventilador azotando las gotas de sudor. Afortunadamente esto no sucedió - aunque de las mascarillas en la playa no conseguimos librarnos - y la rueda comenzó, lenta y cautelosa, a funcionar de nuevo. La novela que hoy tengo el placer de reseñar pertenece a esa primera remesa de libros que llegó a mi buzón unas cuantas semanas después de aquel primer paseo por placer, de ese deseado caminar de una hora, cerca de mi casa y en el que el sol se deshacía en generosidad. Un libro que, hace unos meses era imposible su venta en las librerías y que ahora, en pleno septiembre, se nos revela como una de las lecturas más adecuadas para el mes en el que nos encontramos. La entrometida: la gran anécdota hecha novela. 


Para quienes seáis completamente ajenos a este libro y sobre todo a su autora, ahí va un poco de contextualización histórica. Reino Unido a finales de la Segunda Guerra Mundial era un país en la ruina, situación materializada no sólo en la destrucción evidente a ojos de todo el mundo por culpa de los incesantes bombardeos sobre su capital y otras ciudades de mayor o menor importancia, también a efectos económicos y sociales el país atravesaba una de sus épocas de mayor penuria. Hasta la década de los 60 con la implantación del Estado de Bienestar - una serie de medidas que introdujeron, entre otras cosas, la sanidad y la educación pública por primera vez en dicho país - Reino Unido vivió uno de sus momentos más delicados, hasta el punto de provocar en la población (sin duda influidos por los efectos adversos de la crisis posbélica) un cambio de mentalidad que tardó casi una década en producirse con la llegada de los Laboristas al poder al final de los aciagos 50. Fue precisamente este clima de reconstrucción, miseria, paro y dificultades el que vio nacer a toda una generación de escritoras - sí, en femenino - que, desde sus distintos estilos y géneros predilectos, capitanearon una forma de escribir más atrevida, directa, revolucionaria y audaz. Todo ello partiendo del clasicismo marca de la casa, de las grandes referentes femeninas de la literatura británica, de mujeres protagonistas con una interesante evolución y de abrumadoras críticas al mundo surgido tras el cataclismo de la contienda. Cada una optó por la que le resultaba más sangrante: el machismo, la falta de oportunidades laborales, la hipocresía de la Genrty, las contradicciones de la clase media, el hambre, el clasismo, los fantasmas de la guerra o el resurgimiento de lo peor del alma humana cuando algo se altera o todo vuelve a derrumbarse. A esta generación pertenecieron escritoras como Penelope Fizgerald - recordemos, la autora de La librería - Barbara Comyns - cuyo libro Los que cambiaron y los que murieron está teniendo una segunda vida gracias a la pandemia del Covid-19 - Elizabeth Taylor - no, no es la actriz, es la autora de Un alma cándida y de unas cuantas novelas más - Barbara Pym - cuya obra está recuperando de forma impecable la editorial Gatopardo - o la propia Muriel Spark, que como habréis podido comprobar, es la escritora de la que hablaremos largo y tendido a través de La entrometida


Imposible hablar de La entrometida sin dedicar unas cuantas líneas a Fleur Talbot, la absoluta protagonista de esta novela y de algún modo el propio alter ego de Muriel Spark. Insisto en referirme a ella en esos términos ya que existen muchas similitudes entre la personalidad y la biografía de la propia autora, sobre todo de su etapa de penurias económicas - la cual coincidió con el despegue de su carrera como escritora - y Fleur Talbot. Esta irónica (ahí el homenaje a Jane Austen está muy presente) y carismática joven encuentra trabajo en un lugar muy peculiar, desempeñando funciones aún más peculiares. En la conocida como Asociación Autobiográfica, dirigida por un puñado de snobs, Fleur se dedica a reescribir y a corregir los libros de memorias de un grupo de millonarios totalmente excéntricos al tiempo que persigue su propio sueño. Que no es otro que el de llegar algún día a publicar la novela que con tanta pasión y trabajo está escribiendo. A partir de ahí, los problemas se suceden, así como sus desavenencias y acercamientos al resto de personajes. Todo ello a través de la mirada de Fleur, la cual, como lectora, me ha enamorado, porque discurre por los cauces habituales, con sus opiniones, sus cambios de idea, sus peculiares reflexiones - esa comparación que establece entre dos personajes femeninos ficticios con una rosa debido al difícil carácter de ambas resulta entre simplona y cómica pero coherente en respecto a la personalidad de Fleur - y su extraordinario pragmatismo. Porque así es Talbot, si algo no le gusta lo dice, si hay una piedra en el camino la esquiva, si su amante se vuelve un obstáculo en su camino hacia su preciado objetivo lo deja. Ella sueña con ser escritora, vivir de ello y no está dispuesta ni a renunciar ni a conformarse con poco. Su ambición es empática, al menos con el lector, algo que no consigue con el resto de personajes secundarios, los cuales no dejan de cuestionarse su verdadera valía. Llama la atención el poco dibujo literario que Spark realiza sobre los sujetos que pivotan al rededor de Fleur, logrando de forma intencionada una presencia más diluida y caracteres más sumisos. Sin embargo, permitidme destacar a Sir Quentin - el jefe de Fleur, henchido de envidia ante el talento de su empleada - Lady Edwina - la madre de Quentin, vista como una loca a ojos de todos menos por Fleur - y Dottie - amiga de Fleur, esposa del hombre con quien se acuesta que, a su vez, la engaña con un poeta -. ¿Menudo lío no? Con este pequeño entramado de odios, inesperadas alianzas y desengaños amorosos, esta novela va a hacer las delicias de las y los amantes del salseo de época.  


Sin duda, una de las mayores virtudes de esta novela, demás de su inspiradora protagonista, la encontramos en la doble vía temporal que Muriel Spark introduce a través de un estilo plagado de breves pero potentes descripciones. Dos épocas muy diferenciadas - la de 1949, cuando Fleur Talbot entra a trabajar en la Asociación Autobiográfica y la del presente, cuando Talbot ya es una escritora de enorme éxito - que confluyen, a través de un ejercicio narrativo de ir hacia adelante o hacia atrás a través de los recuerdos, en lo que podríamos llamar el gran relato de lo anecdótico. En otras palabras, como un pequeño acontecimiento en la vida ficticia de Talbot puede llegar a ser determinante para su futuro, en este caso como autora superventas. Algo que, por supuesto, sucede en la vida real. La de veces que un momento a nuestro juicio transitorio o carente de importancia cimienta nuestro propio devenir profesional o personal. Si antes hemos dicho que las escritoras británicas de esta generación - englobada a finales de los 40, toda la década de los 50 y los primeros 60 - denunciaron algunas de las injusticias más acuciantes de su tiempo, Muriel Spark, lejos de quedarse atrás, abrió con La entrometida el melón del machismo en una época en la que, tras la Segunda Guerra Mundial y, a pesar de las exigencias de cambio, todavía pervivían ciertas creencias, comportamientos y estereotipos relacionados con la incorporación de la mujer al mercado laboral. Bajo este paraguas, Spark se adentra en una cuestión más específica, como son las dificultades que entrañaba para una chica joven trabajar en el mundo editorial del Londres de los años 40. Una circunstancia que, si nos atenemos a la biografía de la autora, fue difícil, plagada de obstáculos - algunos de ellos propiciados por sus compañeros masculinos - burlas y toda una serie de menosprecios para dejarle claro que el mundo de los libros no era el lugar indicado para una señorita. En lugar de achantarse, Muriel Spark escribió La entrometida que, en su génesis, presenta una crítica brutal al mundo de la edición londinense, incidiendo especialmente en el hecho de como, desde sus diferentes departamentos, se trata a las mujeres. De hecho, el título viene muy al pelo ya que, en el trabajo de Fleur Talbot, en cuanto ofrece una opinión discordante o no oculta sus inconformismo a la hora de optar a algo más, enseguida todos creen que es una entrometida, granjeándose la animadversión de muchos compañeros. Por desgracia, poco ha cambiado la situación, y aunque el número de mujeres que trabajan en el mundo del libro ha aumentado en los últimos años, todavía encontramos hombres en su mayoría ocupando los sillones de las editoriales más importantes o engrosando un mayor porcentaje en la dirección de distribuidoras, en los puestos de poder o en la configuración de jurados en lo que a premios literarios se refiere. Sin olvidarnos de la abismal diferencia entre ganadores y ganadoras de dichos galardones, en la que los primeros todavía siguen estando a la cabeza cuando deberíamos perseguir una igualdad real, también en lo premiable. Con todo esto y a pesar de que es una lectura para nada complicada y que se lee en un "tris", las pullas que Spark lanza desde cada una de sus páginas no tiene desperdicio alguno. Dejando muy claro desde el minuto uno que las entrometidas en realidad son de fiar, mucho más que las señoras plegadas y orgullosas de seguir reproduciendo roles patriarcales. Esas que a menudo podemos encontrar en ciertos partidos políticos cuya puerta de entrada se sitúa a la derecha, a la extrema derecha. 

La entrometida: una historia de sueños, perseverancia, trabajo, odios, machismo, sororidad femenina, triángulos cómicos, jefes déspotas, lores estúpidos... Una novela que, aunque sea para pasar un buen rato, deberíais leer. 

La entrometida: 

Frases o párrafos favoritos: 

"Cuando alguien dice que en la vida no sucede nada, yo le creo. En cambio, debe comprenderse que al artista le sucede todo."

¡Un saludo y a seguir leyendo!

Cortesía de Blackie Books

3 comentarios:

  1. no conocía ni la novela ni a su autora, así que me ha interesado mucho esta reseña. Parece una novela muy interesante para adentrarse un poco en toda esa generación de escritoras británicas de la posguerra que has mencionado.
    Muy acertada la reflexión sobre el machismo en el mundo editorial, aun hoy, pero no solo hay machismo, hay también sexismo, racismo o clasismo. Además, ¿nadie se ha preguntado cuales son los criterios para acceder a los puestos de honor de la RAE? Porque cada vez hay menos mujeres representando a la máxima institución de la lengua española y muchos de sus representantes masculinos son abiertamente machistas, racistas, sexistas y clasistas, lo cual es bastante preocupante.
    Una reseña excelente

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  2. Una novela muy interesante que no conocía. Me gustan los temas que trata. Creo que disfrutaría bastante con su lectura así que la tendré en cuenta.
    Besotes!!!

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  3. Me parece muy interesante y de los tipos de libros que me suelen encantar. Gracias por compartir tu lectura. Un saludo

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